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DUNIA SÁNCHEZ PADRÓN ©2007-2024
Este blog esta bajo los derecho de autor para cualquier información laguna198@hotmail.com Lo escrito son ideas primigenias que después se han corregir y alterar.
jueves, abril 25, 2024
LA MEMORIA QUE HABITO(NARRATIVA) 3
martes, abril 23, 2024
LA MEMORIA QUE HABITO 2
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Humanidad.
Y qué es lo humano. Lo humano tiene un compendio de referencias que se absorbe
cuando somos vacío. Lo humano de ser y estar. Lo humano del todavía hay
esperanza. Lo humano de un sueño. Lo humano de una paz. Lo humano de tender la
mano al amigo, a los seres queridos. Lo humano del respeto. Lo humano en la
actitud cuando el desastre nos emancipa de las ganas de sentir, de vivir. Lo
humano de una sonrisa cuando la inocencia viene a nosotros. Lo humano de una
razón que no desate la catástrofe. Humanidad…Ahora, sola, después de que se
halla desintegrado el sistema político social económico sanitario de un país.
Donde el caos nos consume en el desinterés, en una elocuente desgana en ser el
pilar de una nueva vida. En este rincón, desconectada con todo, con esos
monstruos de una tierra donde las prisas, la gravedad de las guerras avanzan
terroríficamente. Donde somos seres no pensantes, alimentando a la inteligencia
artificial todo aquello que nos gustaría hacer. Ellos gobiernan, nosotros
pegados al curso de sus movimientos . Si fue un gran avance, pero también como
todo lo que proviene de un buen descubrimiento viene su lado maligno. Tan mal
que nos hemos estropeado, conversamos con robots y ellos responden a todas
nuestras necesidades. Humanidad, donde está. Y yo aquí, todavía humana o me
considero humana, ajena a lo podrido que andan nuestras ideas. Ahí abajo luchan
contra la nada, con el descontrol del egoísmo e injusticia. Me fijo en unos
ojos, en unos ojos claros. Se levanta. Se viste. Coge su bolo y sale. La ciudad
en un mutismo total. La ciudad rota total. La ciudad escena de gases letales.
Pero a esos ojos claros le es lo mismo. Sale. Pasea por una ciudad donde aun
quedan restos del ayer. Por una ciudad donde el cielo es pesado y cenizo. Y esa
mirada clara se pierde en los restos de un parque, un parque de su juventud, de
su infancia. Solo su mirada percibiendo la muerte lenta de las arboledas, todo
es ruina, todo es un canto fenecido en la memoria y se da cuenta que habita en
el lamento de esta tierra. Esa mirada se viste ahora de estrella, allá en la cumbre,
allá donde se deposita la calma, donde los días se hacen lento . Y anuncio un atisbo de felicidad. Porqué no,
estoy en mi derecho. A lo lejos se divisa una linterna que se balancea de su
movimiento. Una linterna que desprende un andar tranquilo hasta aquí, hasta
donde estoy. La vida es así, quién será. Aunque no me importa. Los
presentimientos se aposentan y se yerguen en la confianza.
viernes, abril 19, 2024
LA MEMORIA QUE HABITO(NARRATIVA) 1
1
Vuelves,
como se puede volver lo interminable. Una espesa capa de fresco acoge mis ojos
y habito donde las estrellas placen en el caos y el equilibrio de este mundo. La
noche se hace cristalina y yo de mi casa cueva me asomo a la puerta. El fresco
de un otoño derrotado acaricia mi cara y me siento renovada visión de lo que
habita más allá de esta esfera. El tiempo , inestable, se contiene y puedo
respirar por unos momentos ese regalo del cosmos. Sola, con mi perro Arturo,
guía de mis pasos perdidos me mezclo con el follaje de este apartado lugar. Voy
al lugar de mi encuentro, donde tengo todos esos aparatajes para observar
detenidamente, insistentemente esa zona visible del universo. El tiempo es grato,
mi madre me viene a la memoria. Ella me crío como hija de los astros, como hija
de esta cueva acogedora donde ahora me quedo, como hija de noches que terminan
cuando el crepúsculo besa mis párpados. Me siento donde una roca en la
intemperie de mis sensaciones y una brisa pertinaz pero sutil se cruza en mi espíritu.
Me siento elevar en los pensamientos, en una memoria perdida donde que escala
en la armonía. No espero visita. Yo he designado mi modo de vivir, ajeno a la
polución. Quiero disfrutar por los pocos años de existencia que me queda de mí,
de mis ojos perdidos este cielo oscuro con sus gotitas brillantes de
maravillas. Y es que es algo maravilloso. Yo, aquí, sentada, observando el
nacimiento repetitivo de las noches. Y es que es agradable, sensato el estar
aquí, en medio de la nada humana, donde aun sus quebrantos dolientes no han
podido hacer cenizas, hundir este apartado canto de la naturaleza. La madre
tierra me saluda. Mi madre me saluda e inspira cierta tristeza confortable que
me aleja de todo, del todo. Aunque la noche sea clara, el mar de nubes asciende
hasta ser parte de ellas, la humedad me rinde y disfruto mientras la celeridad
de esta se disipa a medida que las horas se van. Mi madre está conmigo, esta
madre que es madre de todos. Y confío, confío en las horas, confío en este
destino que describe cada uno de los puntitos luminosos de este firmamento
bello, increíble. Ramalazos de la vía láctea se perciben y que más decir de
esta belleza. Una belleza donde la paz es sonora es invita especial en este
mundo convulso, desquiciado. En estos momentos anoto cada observación de manera
sosegada, ya llegaran otras noches. Inspiro y espiro, mi vientre se insufla de
recuerdos, de una cotidiana calma infinita, de un querer, de una dejadez como
máscara inquebrantable de mi esencia. Y ella vuelve, vuelve como las flores del
amanecer cuando la primavera se expande ante nuestros sentidos. Miro por uno de
los telescopios, mi ojo se retracta a un satélite de los innumerables que
forman esta respiración del cosmos. Su danza es la similitud incorpórea de
retazos de la lentitud. Su danza es detenida, casi estática y yo me dirijo a el
como fuente de una oportunidad, de una ilusión que produce esa necesidad de
saber por quien son succionado nuestros muertos cuando su energía abandona este
planeta llamado tierra. Si , estoy en la tierra, corre el año 2050 y una grave violencia
tanto del reino natural como antropogénica azota a este planeta. El agua es
escasa, estamos en abril. Un abril cualquiera . Pero aquí, donde habito, este
abanico de desesperación aun no hay hace escala para el sufrimiento, la ansiedad,
la pena del humano. Y me gusta conversar
a solas, conmigo, con esta pizca de maravilla que me envulve. No sé, dreno como
una felicidad en mis entrañas que desfila en el asombro de mis ojos. El asombro
de contemplar este más allá de este globo.
miércoles, abril 17, 2024
AL AMOR...
Un apego…
Al amor.
Resistiremos
A los vientos violentados
Por la nostalgia.
Un deseo…
Al amor.
Esperaremos
A las flores bellas
Del amanecer.
Una dichosa gana
De verte,
De que me veas
De hablarte
De que me hables.
De besarte
De que me beses
Tic-tac
Tic-tac
El tiempo se agranda
Y la intemperie es sutil abrazo
De nuestras espaldas.
Una danza
A la caricia
Aquí estamos
Aquí estaremos
Donde las imperfectas pisadas
Se vuelve amor.
domingo, abril 14, 2024
DIVAGACIONES DE UNA MAÑANA DE ABRIL.
El crepúsculo. Rosas se abren a
las calladas pisadas de los cetáceos. El oleaje se consume en un adiós donde los
tangibles ojos miran su desvanecimiento. Mis espaldas pesan. Un desprendimiento
me lleva a la dejadez de mis emociones y soy ave en el aire que en remolinos se
vuelca en la tranquilidad. Hace tiempo que no espero. El agotamiento son hogueras
donde mis piernas corretean en la nada. Y continuó con este crepúsculo como
maravilla de la vida. Escucho al sol. Escucho ese universo que susurran el
canto del silencio. Y me siento donde las cumbres son mar de nubes de un
pensamiento. El crepúsculo. Soy poema que tiembla en la reanimación de sus ojos,
desterrados, aislados. Y sin embargo , amo.
Pieza que se pierde en las vertientes de la reconditez cerrada.
miércoles, abril 10, 2024
LA DANZA
Un piano
La danza
Los soles de lo cotidiano
El sosiego del cosmos
Una visión rota
El aleteo de las olas
Lo eviterno de los sentidos
Las manos ojos de lo venidero
Y el piano
Y la danza
Y este instante
en la isla.
lunes, abril 08, 2024
Y EL AHORA ES AHORA...
Siempre retirada de la intemperie
de los sentidos. Andamos, amamos y caemos en el silencio donde las manos se vuelven
llanuras de un follaje espeso. Así, en la soledad, en compañía de nuestros ojos
conversando con las estrellas más allá de lo eterno. La calma retira los
escombros de la juventud y el almanaque marca el nacimiento de un viento norte
donde nuestro ritmo crece en las tonadas de un piano, solo. Y el ahora es
ahora. Y el aquí es aquí para después pasar al mañana. Y siempre retirada de los
acantilados donde los vientres rozan la inquietud, la ceguera. Arrimándome a la
mudez de una danza. Arrimándome en esas esquinas donde las gotas de una tenue
lluvia me llevan al abrazo, el abrazo de mis pechos bailando con el silencio. Trepo
donde las rosas no son visibles solo , el eco de su perfume. Trepo donde las
aguas cristalinas me dejan beber siendo el rumor de su camino donde me dirijo. Y
el ahora es ahora. Y el aquí es aquí para después pasar al mañana.