martes, noviembre 30, 2010


Acicalada al ocaso, levantando alas de fuego en busca de esos pétalos de magarza que me de la señal de tu rumbo. Llamas que bailan con el canto de los mares de espuma blanca que incineran todo el ayer. Solo presente, solo una serenidad de endechas con sellar del adiós. ¡Adiós amor invisible¡ Te vuelves perfilar de la caída entre arduas y abruptas riscos donde como arpones te extingue en este juego de seguir amándote. ¡Adiós amor invisible¡ Despacito zarpo hacía los confines vertebrados de la paz, de la tranquilidad. Ya te he olvidado. Una mezcla de alegría y melancolía me vuelven solitario espectro de un pasado que tal vez no fue. ¡Adiós amor¡ Cansada están mis sueños de buscarte y caer en la nada, en la nada….

Truenos, relámpagos (poema)

Truenos, relámpagos
La tormenta da comienzo
Su desembarco
Con un viento que no cesa
Con una lluvia que al unísono
Araña suave para unos y brusca para otras
Estas tierras rodeadas de oleajes.
La tarde despierta así a sus amantes muertos,
Al silencio de un otoño
Que no se rinde ante la presencia de calles mudas.
Su esencia de fragancia rompiente
Es querida por los boscajes sedientos
Despreciada por las siembras de los pueblos.
Pronuncia el verdor de los valles,
El gris manto de un firmamento
Que a veces sonríe con su arco iris.
Truenos, relámpagos
Se rajan las palabras anunciando
El puertas adentro de unos seres
De miradas resonantes en un péndulo
Que marca las horas.
Para unos tinieblas, para otros vergeles
Donde la interminable soledad de una playa
Asciende hasta las gaviotas que giraran por el universo
Del silencio al encuentro de la calma.
¡Oh lluvia¡
Reflejo de mi corazón,
Te yertas con la opulencia de tu poder
Sobre ventanales, sobre tejados
Tejiendo así un influjo de danzar bajo tu cuerpo húmedo.
¡Oh lluvia¡
Por los raíles de la vida corres serpenteante
Eres chácaras que suenan a la vez que remamos
Por la fragilidad de las emociones, de los sentimientos
Al océano de un amanecer envuelto en paz.

lunes, noviembre 29, 2010

ALAS DE MARIPOSAS(RELATOS)



1
Un lugar inhóspito ante la plenitud de la jornada. Una cascada suena a lo lejos, embelleciendo así más la belleza de la libertad. Parece que ha salido el sol, su toque nupcial para el comienzo de un nuevo día. Escucho a las aves merodear por las ramas ¡Ahí¡ si yo pudiera ser una de ellas. Tomaría vuelo fuera de estas tierras o, tal vez, tomaría un vuelo capaz de prohibir las viejas costumbres. Las gentes de mi poblado ya están con sus labores, desde temprano, desde muy temprano antes que el sol de sus primeros latidos ¿Cómo me encuentro yo? No se, hoy no es un día normal para mi. Es una mañana que aunque el celeste cielo sea pacificador para mi no lo es. Me van hacer la ablación. No se si sabéis lo que es eso pero, en cualquier lugar os podéis informar. Es un corte en el clítoris para la purificación. ¡La purificación¡ Que palabra más abstracta en este sentido. Para mi la purificación es dejar mojarme por la lluvia, esa lluvia que a veces aunque, en muy raras ocasiones, cae. Para mi la purificación es dejar tu cuerpo al vaivén del viento. Un viento que te ama, que te dice lo hermosa que eres. Para mi la purificación es ser libre sin estar sometida a ninguna regla que hiera mis sentimientos ¿Cómo huir de esto? Es imposible, es la ley. Me siento abatida. Y, más, cuando no vives bajo la ignorancia. Sabes de otros pueblos, de otros países donde esto no existe es más, todo esto es un disparate.
Las horas pasan, yo no poseo reloj, el sol me lo dice, me susurra la tormenta que se avecina alrededor de mi. ¿Cómo evitarlo? Me van a obligar, me quieren pura. Mis padres no comprenden. Ya están viejos y cansados ¡Cansados¡. Estar cansada como montaña que se va erosionando poco a poco a lo largo de los años. Ya no eres igual que antes ni igual que mañana. Yo también me siento cansada, pese a mi juventud. Una juventud que se va deteriorando con el paso de los años tras la sombra del desierto. Ese desierto, tan callado y hechizante a la vez. Me gustaría ser como él. Tragarme todo aquel que su pisada es más fuerte de la cuenta, dar aviso de mi furia cuando la soledad me llama. Así, sola. Me siento sola. Escucho pisadas. Vienen a buscarme, ya es la hora. Huiría pero, no puedo, no se adonde. Dejarme morir en el camino tal vez, por qué no. Ahora van a matar una parte de mí. Ellos no lo entiende ¡ No lo entienden¡ Sus pisadas es un eco descomunal que parece estallar en mi pecho , un eco que se desdobla apuñalando mi vientre y mis manos ¡ Vamos hija ¡, se escucha una voz a la vez que me coge de la mano. Siento algo extraño, como una especie de tumor maligno que me va creciendo y no te das cuenta hasta el final ¡Si pudiera desaparecer¡ ¡Desaparecer¡.Transformarme en humo que asciende hasta mezclarse con la atmósfera y , a partir de ahí, ser mariposa que vuela libre ¡Libre ¡
Llega la hora, nadie dice nada, estoy tumbada. Veo acercarse a una anciana. No se lo que lleva en las manos, ni quiero saberlo. Parece que desmayo. Mi conciencia se adhiere a la palidez. Alguien me dice, tranquilízate, esto es rápido. Yo estoy serena, resignada, amarga. Solo siento dolor, un dolor indescriptible, un dolor descomunal. De mi corre sangre, una sangre infinita ¡Infinita¡ No pueden detener la hemorragia. Tal vez, me voy. Sí, presiento que mi vida en este lugar es muy corta, pequeñísima. No hay remedio. ¡Sangre¡ Solo sangre que mana de mi. Sangre que se convierte en mariposas rojas como un atardecer que es preludio de la lluvia del siguiente día. Ellas me recogen. Me llevan en su vuelo donde los muertos emergen, donde el acto pasa a la lucha para no más. No más dolor, no más sangre.



2
Camino por las calles. Esferas de fuego ven mi desnudez. Una desnudez que se asemeja a las mariposas. El frío me captura, se hace hueco en mi. Me yerto ante un sótano de cristal e intento penetrar. El pasado invernal me persigue, me sigue los pasos. Un pasado no más de unas horas, de unos días, de unos años ¿Cómo pude caer en este pozo oscuro? No se. Tal vez yo no tenga la culpa ¿Cómo ser culpable?
Me casaron a eso de los 13 años. Quizás, muy precoz. Quizás, edad en que nada se sabe, solo, de tu primera menstruación. Yo no quería eso. Aquí solo hay una prioridad, el matrimonio. Una boda con algo desconocido. Sí, algo desconocido. El calificativo de humano no se le puede dar aunque, en apariencia, sea humano. Me unieron a eso por falta de dinero. Hay chicas como yo que al cabo del tiempo aman a su esposo. Hay chicas como yo que al cabo del tiempo se resignan. Pero, yo , ¿como amarlo? Me obligo ese primer día hacer lo que yo ignoraba. Su bestialidad cayo sobre mi como tempestad en alta mar que solo deja ahogados, hijos de la nada. Me hizo tanto daño que lo único que me inspiró fue odio. Pero, mi odio, mi agonía no viene de ello solamente. Hay otros motivos ¡Motivos ¡ Me uso . Me uso igual que una bolsa para sus negocios. Todo hombre o, individuo que fuera a mi casa yo era de su uso particular. Así ganaba dinero. Recuerdo cada rostro, cada rostro sudoroso que me penetraba. Mi llanto silencioso, llanto de estatua de marfil rota. Para que rememorarlo ahora. Irse al ayer es como caer por un precipicio donde tus alas de mariposas se vuelven marmórea canoa de cipreses. Sí, por una llanura donde solo hay cipreses ahora ando. La lluvia es incesante y mis pies desnudos no verán más el sol. Mariposas ¡Mariposas¡ Mariposas posan sobre mis palmas y , me tira , de cada uno de los dedos hacía otro mundo , hacia otra esfera donde el ser no es más que lucha por su voz .



3
La tarde despierta, una nube plúmbica es amante del cielo. Hoy me gustaría que fuera celeste. Ese celeste que se va eclipsando a un malva hasta que la oscuridad de la noche es llamada con sus constelaciones. Mi camino se hace solitario por un desierto donde las pisadas son ecos de la insonoridad. Mi nombre deja de ser. Ya no existe. No existe nada, solo el silencio y la música del viento. Llevo largas jornadas caminando en soledad, en busca de no se que. Otra oportunidad. Otra oportunidad para nacer de nuevo. Si, de esa posición fetal e irme estirando poco a poco hasta ser otro ser. Otro ser, menos ser lo que soy ahora. Quisiera despegar. Despegar y transformarme. Todo el pasado se vuelca tras de mi. Me persigue. Me acosa incesantemente. Quiere verme llorar. Desea verme rozar el suelo otra vez. Pero no. Esta vez no. Percibo a lo lejos unos raíles y un tren que pasa. Iré veloz hasta el y me subiré. Otro rumbo, otro lado. Es ello lo que tengo que hacer. Huir. Huir como si fuera culpable. Pero, a veces, estamos tan cansadas. Vida que te retrae y te resigna a seguir como estas ¡Gritare¡ ¡Gritare¡ Gritare….
Que es de hoy de ti astro rey, me llevas por un sendero de dudas donde el imperio de las alas de mariposas quiere absorberme. Me yerto ante ti como desdichada metáfora que se pierde en un diario del recuerdo. Me yerto a ti como necesidad de alcanzar algo, una meta donde mi humanidad se vea consagrada. Así, así como mariposa que renueva su vuelo tras una lluvia primaveral. Voy en busca de mi amante. Un amante que sea tierno y comprensible a la vez. Que su mente erupcione esos ideales que hemos de compartir juntos ¡Qué tal astro rey ¡ Hoy vienes a mi, bajo tu coraza me refugio y dejo que tus rayos atemperen mi cuerpo. Un cuerpo frío, un cuerpo de escasez, un cuerpo donde la precarizad de su belleza parece ser cada día más y más moribunda. Me asemejo ya a una mujer de metal, una mujer que se oxida con el agua. Agua que cae, agua que corre por mis mejillas ¿Dónde? ¿Dónde está el amor ? ¡Te vas sol ¡ Una nube gris cierra tus pasos y das auge a la lluvia ¡La lluvia¡ ¡La lluvia ¡ Con ella vendrá mi amante en este desierto donde apenas se siente el chasquido de las gotas. Mis pasos se agrandan, se encogen, se extinguen y, ante el vasto horizonte, percibo mi amor. ¡Mi amor¡ ¡Mi amor¡ Mariposa que surca a través de mi mirada . Mis párpados se eclipsan y se disuelve en su sueño. Sueño de mariposas. Alas de mariposas que me llevan, que me traen ¡Ahí está¡¡Ahí está¡
4
Me siento agotada como un arco iris de rosas negras que hace puente para que yo pase, para que yo pase. Intento apartarlo de mi, extirparlo si es posible y, de su destrucción, edificar un paso más seguro, más veraz. Hoy la lluvia construye el día. Ya he escuchado a la primeras horas de la mañana, antes de la claridad, las aves ¡Las aves¡ Sería una igual que ellas: levantar el vuelo cuando piedras llueve sobre ti. Creo que mi peor error fue no ser una mujer independiente. Una mujer que se las maneja sola como nutriente de si misma.
Esta mañana he despertado y las sábanas estaban revueltas. El, se había ido. Se había marchado a trabajar como siempre. El es mi esposo. Yo por un error, me quedo en casa. No es que me guste trabajar pero, al principio, todo era tan bonito. El me daba su más excelso color. Llegaba, me ayudaba, me hablaba. Ya de esto no hay nada, sólo, círculos que se pierden en una hoguera de recuerdos. Con el paso de los años todo se fue volviendo más cenizo, más agreste, una combinación que difícilmente tiene explicación. Su amor por mi se convirtió en un derecho. Un derecho donde yo tenía que hacer las cosas bien para, cuando el volviera, estuviera a gusto, pudiera presumir que tenía una mujer fabulosa ¡Una mujer fabulosa ¡ Un objeto de su uso. Reutilizar y tirar. Sí, siempre me tiraba cuando algo no estaba bien hecho. Me tiraba, me tiraba….Yo para el exclusivamente era ese objeto del sexo opuesto que puedes penetrar cuando tienes ganas. Sin mirar si yo también siento placer, sin mirar si yo también siento deseos. Mis deseos reprimidos, mis deseos apresados, mis deseos de harapos. Entonces, yo me empecé a negar. Al principio bien, el se reprimía o , se levantaba a media noche y se iba de la casa . Luego su viraje fue peor. Yo caí como abandonada por una embarcación que creía que era segura. Su puño, como tempestad en alta mar, se puso sobre mi rostro ¿Por qué este cambio? No lo entiendo, todo no es eterno como piensa una. Me echaba de la cama con un empujón que me hacía caer de bruces contra el suelo. Yo, como mariposa que emigra, me iba silenciosa. Me sentaba en el baño y llenaba la bañera .Escuchaba como se iba llenando. Me sumergía dentro y, esperaba unas horas antes que el se despertará para salir Me miraba al espejo ¿Qué ve una mujer con un cachete morado cuando se mira en un espejo ¿ Examina cada punto minúsculo de su vida, observa como se ha ido , como ha perdido el tiempo, como el miedo que envenena tu alma no te deja caminar. Es como si fueras rea de las jornadas, de una mano negra que pone cerrojo sobre tus pasos. Acorralada, apresada , aplastada contra acantilados ¡El miedo¡ ¡La cobardía ¡ ¡El qué dirán ¡ Todo esto estalla en tu cerebro de manera desmesurada, una bomba de relojería que no se detiene ¿A quien acudir ? Todo es tan lento, un mundo de palabras y papeles. Es como si te mirara un círculo de miradas, que te preguntan, que te interrogan sobre tu vida. Un largo camino. Un largo y duro camino hasta la libertad. Sumergirme en la bañera con una toalla. No quiero que el me vea desnuda. Mariposas de pompas de jabón revolotean. Mariposas de todas las gamas. Mariposas que con sus estampidas me lleva lejos, muy lejos.



5
El verano, el verano. Ofusca la primavera. Esa la que dice de las flores en pleno esplendor, esa que da cima a todo el color que juega con nuestra mirada. Los enamorados pasean a la sombra de sus labios y una brisa de hojas nuevas con todo su verdor los acaricias. Yo, camino por las calles, inclinadas aun al rumor del trabajo, de las prisas, de acoger algo de ese astro rey por sus pieles. Ando sola, sin que nadie me de su mano, sin que el aliento del amor dispare mi corazón al éxtasis. Se ha ido. No se ha donde pero , su ausencia, quema mis venas como las brasas arrasan los montes . Yo, la esperaba. Si, la esperaba para pasear por la orilla de la playa donde las conchas que nos íbamos encontrando nos arropara, donde las caracolas que dejábamos como nuestras huellas pronunciara nuestros nombres como una sola ¡El verano ¡ ¡El verano¡. Estación donde el amor es envuelto por una neblina de despedida, donde el océano seduce mi cuerpo en un nadar y nadar infatigable. Ella se ha ido. No volverá. Me ha dicho que el calor la agobia, la hace estremecerse en un bloqueo de sus pasos. Ella es gris. Ella es ave. Le gusta llevar su chaqueta o su rebeca, no que los rayos solares palpen su blanca piel ¡Qué desolación¡ Me dejará. Se va a otro país donde la sombra de un otoño o invierno eviterno la abrigue. Me siento decaída, desfallezco igual que alas de mariposas que ya están cansadas, la tristeza corretea por mis ojos. Lagrimas de sal, lágrimas que erupcionan en un caos tras la pérdida del amor.



6
Mi letargo ha finalizado. Dormía apaciblemente en esta eterna primavera. Las avecillas me visitaban, picoteando mis ramas. Ahora todo ha acabado. Ha llegado una estación, esa estación donde las llamas del infierno son cómplices de unos desalmados. Ahora, no hay descanso. Siento como mi muerte es cercana, un calor asfixiante que me hace caer en la agonía. Yo, que de cientos de años llevo aquí. Donde mis raíces han ido agazapando toda esta tierra ¡Qué pasa¡ ¡Qué pasa¡ Quien me auxiliara. Siento un grito cercano, cerca de este cuerpo mío que muy pronto será cenizas. Es el grito de los pájaros que de su medio se ven expulsados, es el grito de las hojas que, infatigables, buscan el aire ¿Por qué? ¿Por qué no sois ejemplo del respeto? Este es mi último suspiro, este es mi última despedida. Por aquí ha pasado tantas cosas…. Tantas cosas que contar y que ahora serán capturadas por un cerrojo perpetuo. Recuerdo aquella vez que dos enamorados se sentaron a mi sombra, sus besos de labio a labio me seducían a mi como si fuera yo uno de ellos. No pararon. No detuvieron ese reloj del amor aunque, las pisadas de la noche y la humedad, fuera tras ellos. Aquí se quedaron, junto a mí como amor eviterno ante la mirada de un pinzón azul. Se quedaron hasta que la luna los percibió ya, helados, corroídos por la lluvia incesante y, les dio paso para que ascendieran hasta ella. Entonces, un halo blanco se formo alrededor de ellos y, en su centro, un camino hasta ella. Así desaparecieron, recogidos por ella y por ese amor inagotable ¡Que suceso tan hermoso¡ Mis fuerzas ya no son muchas, el fuego se acerca ¡Se acerca¡ Veo perecer a mis compañeros, a la madre naturaleza. Yo grito y grito. Sostengo un dialogo con la nada. Esta nada al derredor de mi no me responde ¡Quiero vivir¡ ¡Quiero vivir¡ Pero , caigo y caigo . El viento parece que se hace enemigo mío, viene con toda su fuerza brutal hacía mi. Esos helicópteros que no suenan. Esa mano amiga, que es tempestad y otras veces ternura , no viene ¡Qué hacer¡ ¡Qué hacer¡ Mis hermanos se mueren y , yo , me voy con ellos. Todo lo verde será ahora negro. Negro, un color que no me gusta nada. Su significado de muerte me repele de el ¿Por qué estas llamas no serán de agua? Agua que nos viste, agua que nos alimenta, agua que nos refresca, agua que da la vida.
Cada vez más próximo, un fenecer tortuoso y tormentoso. El dolor me asusta, me aterroriza. La luna parece que huye de mi ¡Luna huída ¡ Necesito ver su luz. Necesito ser como eso dos enamorados para que ella me conduzca hasta su aliento y ser así salvado. Pero, no, hoy no responde. Toda la atmósfera que me rodea es gris. Tan densa y gris que me respiración se apaga. Se apaga…




7
Camino por una nebulosa incierta, la tierra se hace árida. Camino por un áspero sendero contaminado de algo que te puede arrancar la vida de cuajo. Son las doce del mediodía, el sol me lo indica. Yo me llamo. Mejor no decirlo, sino ser anónimo. Presiento que un circulo de minas me apuntan hacen un coro al derredor de mi como una jauría de colmillos. Mi andar es pausado, mi andar es lento, mi andar es como un animal en su cacería. Ya me han contando de otros que han caído. Unos para no ver más esta tierra de nadie y de todos; otros, para ser como esas especies ante el cambio climático, para adaptarse a una vida nueva. El sol resquebraja las piedras, el sol es sentido de esta calima proveniente del desierto que azota. Mis ojos se cierran, no ven más allá de un palmo. ¿Dónde está el horizonte? En mi casa he dejado a mis hermanos para yo ir a trabajar. Dependen de mí. ¡Ser yo la base para que ellos coman¡ Si supiera lo que me espera hoy . Ni yo se lo que me espera. Ya vivo con esto y para mí es una rutina, algo con lo que te acostumbras a convivir .Estoy introducido totalmente en este ambiente y desde pequeño vivo con ello. Es normal que te termines por acostumbrar y pasar de largo. ¡Pasar de largo¡ Siempre pensamos que no nos pasará nada . Que somos intocables pero, no es así. Aquí estamos todos en peligro. No siento la explosión. No siento dolor solo veo mariposas alrededor de mi. Mariposas que se posan sobre mí, que me abrigan y me llevan más allá del desierto. Siento como camino por un arco iris improvisado donde mis piernas no dan los pasos sino mis alas. ¡Alas de mariposa¡ Alas de un puente azul donde la desesperación es comprendida por la plateada . Alas de espinas donde el dolor y la agonía no se cruzarán más por mi camino.




8
La languidez viene a mí. No perdona, es un círculo de estacas que me acecha, que me zurra con latigazos de hiel. Mi tierra esta cercana, tan cercana que siento sus latidos, sus labios cuando de ella mana agua fresca. Yo la amo. Es como cuerpo de mujer que esta siempre presente en mi memoria, es de una belleza sin fin. Una belleza similar al arco iris cuando con su color se divisa entre la lluvia y el sol. Llevo días caminando, casi como desterrado. El hombre extraño me prometió una vida mejor. ¡Una vida mejor ¡ Ignorante somos cuando nos creemos sus palabras. Para ellos somos seres inferiores, seres arraigados a unas costumbres que no comprenden ¡No comprenden ¡ Ahora me hallo solo, mirando este cielo estrellado. ¡Qué maravilloso es ¡ La luna creciente parece que quiere visitarnos pero no, es huída . Es huída de este mundo irrazonable donde el hombre extraño no comprende sus palabras. Y es que sus palabras son insonoras a ellos, son garabato de esplendor que el entendimiento del hombre extraño no alcanza. Yo también soy huída. No dejo de correr ¡Qué viejos recuerdos me trae esto de cuando yo era más joven , de cuando yo era pureza igual que el viento ¡ Temprano , cuando la noche aun no había sido cazada por el amanecer salíamos de caza con nuestros utensilios. Éramos naturales, éramos parte de esa naturaleza que da sombra, que da calor, que le habla a quien es hermana de ella. Ahora me miro, observo detenidamente mi cambio. Ya no soy el mismo de antes. Me he contaminado con el hombre extraño. Con ese que quiere nuestras tierras para explotarlas ¡Ahí de mi pueblo¡ Pienso en ellos pausadamente. Son felices con sus costumbres ancestrales, con sus cultos al reino natural. La naturaleza y ellos son uno mismo. Pondré mi granito de arena para que no los destruyan, para que no se eclipse eviternamente todo lo que son. Son gigantescos, son grandiosos. Yo solo no podré, pero, mi voz gritará, arañara cualquiera que vaya en contra de mis raíces.



9
Engañada. Si, esa es la palabra correcta. La palabra que juega con mis sentidos hasta llegar a un cruce de sables. ¡Si sables ¡ Sables que duelen, que se incrusta en tu piel en cada grito, en cada bofetada , en cada obligación de la cual no puedes oponerte. La jornada de hoy es clara para mi: un calvario. Las nubes dibujan formas animadas de países de ensueños ¡Este es mi sueño ¡ ¡Este era mi sueño ¡ Me prometieron una vida mejor, una vida honesta donde el ganar dinero no sería problema. Promesas, promesas…. Promesas que se oxidan cuando saboreas la amarga verdad. Pero, soy muy joven aún. Joven y traumatizada. Traumatizada y joven. Me engañaron, se suponía que esto era un vergel de oportunidades ¿Dónde están? ¿Cómo pude confiar? ¡La ingenuidad y la desesperación ¡ Ahora observo y en mi país no es que tan mal se viviera aun siendo pobre. Pero, yo allí estaba acabada, no había salida. ¿Qué salida existe aquí? Ser prostituta, ser manipulada a cada hora, a cada segundo por unas bestias que solo entienden de dinero, de beneficios para ellos mismos. Así he tenido que pagar mi libertad. Encarcelada en el sexo de extraños, de caprichosos ¡ Qué asco ¡ La policía ha venido esta mañana y los han cazado. Se lo merecen. Y, yo, ¿me lo merezco? Yo, indefensa , torturada , sin papeles . Me da la sensación de que la nada me rodea, me da la sensación que solo soy mierda. Mierda que me acosa, mierda que se acuesta conmigo, mierda que me han echado, mierda que escupo. Las lágrimas no quieren salir. Ya se han secado de tanto llorar y llorar ¿Y por qué llorar? Ahora no hay remedio. Después de estas penalidades me enviaran a mi país ¿Cómo me miraran allí? Espero que no se hallen enterado. Yo me fui engañada sin avisar. Ahora estoy sola, camino por la calle libre sin que ninguna mano envenenada intrusa me toque. Me gustaría que lloviese para limpiarme más y más. Aunque esto aquí es raro. Veo un gran cúmulo de mariposas, mariposas doradas que se acercan a un estanque, se posan y vuelven a revolotear a compás de la brisa que me seduce. Quiero ser como ellas, libres, libres. Volar al vaivén del viento y emigrar a un punto donde mis manos atadas, mi boca tapada, mis senos maltratados puedan ser otra vez mujer.



10
La mañana arriba, la estrella broncínea de esta tierra empieza aparecer por la vasta extensión. Yo me hallo aquí, encerrada, eclipsada a la luz solar. El destierro me descubre y lentamente me va desnudando. Muy lentamente. No se cuantos días me faltan, la condena ya ha fallado. Recuerdo ahora lo bien que vivía en mi aldea. Las labores del hogar, el ir a coger agua, el cuidado del rebaño… Yo, se podría decir que era muy inocente, muy inocente. Pero, a veces, el amor no tiene ataduras. Te enamoras y ya está. Ahora, un vientre abultado, ahora una hija sola, ahora la soledad hasta el día de mi muerte ¡Mi muerte¡ Que será cuando traspase esa meta helada , de hiel , esa meta donde unas piedras con cuerpo de sangre impactarán sobre mi piel . No pienso en el dolor, no pienso en mi vergüenza. Ya se que lo que he hecho no es una vergüenza en la mayoría de los países. Acá si, son sus costumbres. Costumbres que muchos luchamos por desaparecerlas. La mañana se alarga en unas gotas de lluvia, lluvia que siento caer y que no puedo ver. Como me gustaría ahora remojarme en ella. Como dar marcha atrás. Pero, no. Existe un vacío, un error de otros donde en mi recae la culpabilidad ¿Cómo será mi viaje tras mi fenecer ? Será un viaje donde el arrítmico dolor hostigará mi alma. Un alma abatida, un alma derrotada, un alma dolida por dejar su fruto atrás. Se que desde fuera, desde no se donde se están poniendo impedimentos, una lucha con las leyes de este país. Se que vivimos algo retrasados con respecto a otras culturas y a partir de ahí nada más. La mañana se estremece como me estremezco yo, mis piernas tiemblan y ya no pueden ser pilares de la verticalidad, de la orientación del viento. Me siento naufraga que de forma angustiosa espera el salvamento. No llega y los meses pasan rápidamente de un cierto modo, de otro, pasan de manera vaga. Ahora me deleitaría ver las montañas, esas montañas doradas que se cruzan con la mitad de la mañana. Así inspiraba e espiraba yo profundamente todas las mañanas cuando tenía un poco de descanso. Siento que mi hora se aproxima, se aproxima como verdugo de mi vida. Piedras con alas de mariposas me llevarán a otro mundo, otro mundo que tal vez me permita divisar y resguardar a mi hija, a mi hijo. No se bien lo que llevo en mi vientre.




11
Una huída que no cesa, un sosiego que no llega y, la tempestad me envuelve en dudas. La mañana ya ha pasado como siempre con esos filigranas broncíneos pisando tras de mi. La tarde también se ha arañado por unas nubes que advertían lluvia. Pero ya es la noche ¡La noche ¡ ¡La noche ¡ Y, ni rastro de ella . Solo una luna maciza que quiere sobresalir ante el calor pegajoso que reina en estos momentos. Me llamareis cobarde. Tal vez lo sea porque no. Huyo de mi techo. Si de mi casa. Esa casa que da vueltas y vueltas en una hoz que me atosiga, que me martiriza. Parece como si volara al volante y en un momento dado me empujarán despeñándome por un barranco ¡Algo hay dentro ¡ Algo que reduce mi vientre a cenizas, que aniquila todo sueño que pasa por mi mente cuando me siento a descansar. Ese algo es él. Ya lo deje hace mucho tiempo. Sus llamadas son incesantes, no para, no se detiene aunque barricadas este ante él. Ya lo he denunciado ¡Qué si lo he denunciado ¡ Ya ni se cuantas veces. Es difícil de contar. Le han dado la orden de alejamiento. Pero yo no se para que sirve. El insiste y que te insiste. Esta mañana me ha llamado. Su voz sonaba algo triste, algo lejana. Esa lejanía y tristeza ya me la conozco. La lejanía y la tristeza para atrapar a su presa, para ser engañada una y otra vez. A mi no se. Al principio me daba un poco de sentimiento y lo perdonaba. Si, lo perdonaba. Pero, el, ese algo, siempre volvía a las andadas. Su mano es débil de amarrar y ágil para machacar como si una fuera un saco de boxeo. Pero no lo eso. Su vocabulario, sus palabras, sus gritos, sus amenazas. Es algo grotesco. Pero miren ustedes, hay que verlo con la gente de la calle. Más bien de que cierra la puerta. Todo cortesía, todo amabilidad. Mi familia me lo decía, es una bestia enmascarada, no te cases con el. ¿Por qué será tan ciego el amor ? Ahora él al teléfono y para más, el espíritu de mis difuntos padres revolotean por la casa. No se por qué. Dicen que vienen a ayudarme. ¿Ayudarme a qué ? A que me de un colapso. Cuando yo despierto y dejo esas sábanas revueltas los espectros de ellos danzan tras de mi todo el día y encima ese algo. ¿Dónde está la luna me digo? Parece que se ha escabullido entre unas cenicientas nubes. Mi sombra se dibuja en la acera por mediación de las farolas y, la ciudad, ya comienza a ser desierto. Si un desierto donde mi asesino me persigue. Mis padres no están dándome la lata por nada, es por algún suceso que va a pasar. Yo lo presiento. Presiento que mi vida como gota de agua se evapora por una tempestad difícil de esquivar ¿Qué hacer? Parezco un perro vagabundo que cruza el abismo. ¿A quien pedir ayuda? Ya estoy harta y cansada de ir a la policía. Me dejare ir. Cruzar el abismo. Cruzar un acantilado. Cruzar un pantano. Cruzar a la muerte. Alas de mariposas se extienden sobre mí. El, ya esta cerca. Alas de mariposas recorren mi cuerpo. Sus pasos son sombra con los míos. Alas de mariposas que se depositan en mis palmas húmedas. Su ventisca de hielo es mi espejo. Alas de mariposa es lo que soy ahora en tierras del dolor. Su poder se cierne sobre mi cuerpo. Alas de mariposas que me llevan, que me llevan. Lejos, muy lejos.



12
Caravanas guiadas por el eco voraz de una tormenta. Caravanas guiadas por el viento de la guerra. Caravanas donde el sudor de las personas que están dentro ya no se percibe. El día oscila entre nubes y claros. No se si lloverá o la jornada dará un vuelco al calor. No se cual elegir de las dos, supongo que la segunda porque sino estaríamos desamparados. Con la primera la humedad te carcome los huesos, va penetrando lentamente hasta que te fulmina en un temblor. ¡El hambre y el frío¡ ¡El frío y el hambre ¡ Que dos enemigos para los que estamos sufriendo . Yo me siento desviada de mi ruta, de mi camino. Mi brújula indica otro rumbo ahora. Un rumbo que no es mi norte sino más bien mi huída. Si, exactamente eso, mi huída. ¿Por qué me pregunto? Los interrogantes vuelan sobre mí. Unos interrogantes que me hacen caer a un túnel oscuro sin salida. Veo esos niños con sus caras sucias, con sus ojos tristes, con su futuro destruido. La rabia, entonces, me carcome por dentro. Va circulando por mis venas como huracán que se lleva vidas, vidas que no han tenido culpa de nada. Me desquicio, pero esta ansia acaba en un lago de desgana que no puede percibir lo que hay más allá de su superficie. Una melancolía que altera todos mis cimientos ante la impotencia. ¿Qué será de mi mañana? Observo todo tan incierto, todo tan destruido que tendré con mis propias manos doloridas y abrasadas edificarlo todo de nuevo. Pero, ¿dónde ? Una planicie entre montañas se extiende ante nosotros y ya son muchos años. Años que llevo enjaulado en el chillido de las bombas, de los saqueos, de las violaciones, de las muertes. Una infinidad de imágenes pasan por mi mente y solo me enclaustro en los llantos. El llanto de una madre que le han quitado a su hijo. El llanto de una mujer que han abusado de ella. El llanto de una esposa que le han matado a su marido. ¿La vida es esto? De que Dios hablan. Para unos países solo riquezas y para otros miserias y desgracias. Una ráfaga de incertidumbre se apodera de mí, una ráfaga de pena y abatimiento tira de mis piernas inmovilizando mis pisadas. Presiento una sombra negra, una mala sombra que hace que en este país no salga el sol. Vencido y estremecido se ha esfumado, ha desaparecido tras el rastro de la nada en nuestra tierra. Una tierra que en antaño era próspera, como nacida de un paraíso. Ahora, nada más que calamidades.
Un niño se acerca de mi. No se que edad tendrá. Mi cuerpo empieza a cimbrar de dolor. No puedo miarlo. No puedo. ¿Cómo? Mis manos parecen que las amputado y no podré volara sobre sus sueños. Si pudiera me lo llevaría lejos, muy lejos. Me da cosa preguntarle. Cualquiera sabe que me dirá. A lo mejor, como muchos otros, que esta solo. ¡Solo en la inmensidad de este campo¡ Rodeado de extraños . Mi corazón ya no puede más. Debería de haber algo, de existir algún sitio para que se lo llevaran. Lejos. Muy lejos de este conflicto inacabable. Me siento morir. Estoy acabado. Le enseño un libro, un libro donde hay dibujos muy simpáticos. El con sus ojos rebosantes de tristeza se ríe. Lo invito a sentarse junto a mí y lo hace. En el libro hay múltiples seres que van cobrando forma de mariposas con sus sueños. Me dice que quiere ser uno de ellos para huir de aquí. Para evadirse de este campo de desheredados de la tierra. De repente, alas de mariposas revolotean a nuestro alrededor. De repente, alas de mariposas forman un arco iris que es puente hacia otro mundo. Un mundo de color para la infancia. Tal vez, pueda reconstruir su vida. Tal vez, empezar de nuevo. Será tan difícil. Esos traumas que perdurarán a lo largo de su vida. Esta nueva esfera tendrá que rebobinar y borrar todo lo del ayer. Olvido de todo esto.



13
¿Por qué estoy tan abatida?, se decía. El alba entraba. Entraba con todo su poder, una mezcla entre violeta y dorado, una mezcla entre vientos del pasado y armonía. Ella vivía con el aire, era parte del aire. Despertaba. Un despertar como tantos otros sobre un lecho de cartón y papel. Las palomas están alrededor de ella. No sabe lo que quieren. Ya no le queda nada para darles .Al menos le hacen compañía. La jornada que comienza parece tronar entre el frío y el polvo en suspensión. Ella se queda con lo segundo. En ese estado que esta su vida en este momento es mejor la calidez del clima, esa atmósfera que te envuelve y sientes un poco de calor sobre un cuerpo entumecido después de la humedad del nocturno. Ella, ánimos de levantarse no tiene, ya esta vieja o, mejor dicho, quemada por esta vida que ha tenido que vivir. Pero, el hambre le da azotainas, es como si tuviera ciento de ratas succionándole el estómago. Ella es una vagabunda como se dice en el lenguaje normal ¿Por qué cayo tan bajo? , se pregunta ahora. Por una enfermedad mental, por las drogas, por el alcohol. Todo a la vez, una suma de una cosa a otra y después se vio en el fondo oscuro del abismo. Tal vez, no se encontrara tan triste si no se hubiera encontrado con aquella mujer. La recordaba muy bien. Era compañera de ella de residencia. Aunque nadie se lo crea ahora ella fue a una residencia de estudiantes. Con esta compañera compartió habitación y momentos felices. Esta compañera que ahora pasa al lado de ella y no la mira, solo la señala con el dedo con desprecio ¿Dónde estarán los pétalos de la felicidad? Se siente caer, caer y caer en las profundidades de las nostalgias. Su vida de antes, su vida de ahora. Le ha producido dolor, una danza de ortigas baila con su corazón, un canto de gemidos hostiga su alma. Como le hubiese gustado saludarla. Pero no en esta situación. Se avergüenza de si misma. Y, bebe y bebe más. Hay que olvidar. La mirada al pasado es imperdonable. Quiere otra vez dormir, permanecer aletargada aunque las pesadillas la azoten. Siente miedo, siente humillación. Todo perdido. Un viento de recuerdo le viene a la memoria. El sueño de anoche. Soñaba que se hallaba corriendo. No podía parar. No se podía detener aunque sus piernas se sintieran agotadas. Era su mente. Cruzo un túnel humano. Y, de ahí, manos la iban despojando lo que poseía hasta quedarse desnuda. La imagen ahora en su mente es clara. Es como esta ella ahora. Lisiada por una enfermedad mental y alcohólica. Hoy siente la necesidad de pedir ayuda a su familia como siempre. Pero hoy es un día especial, se ha encontrado esa amiga del ayer. Tiene la necesidad de toca a la puerta de sus padres, de algún hermano. No es la primera vez. Ya lo ha intentado miles de veces. Pero debido a su enfermedad se eclipsan ante ella, son cerrojos eternos, no la aceptan ¿Dónde esta el amor? ¿Dónde esta la niñez?, se pregunta ella. Por qué a ella. Por qué a ella tuvo que tocarle esa enfermedad mental. Ella ha prometido dejar el alcohol, que lo otro con tratamiento se normalizará. No le hacen caso. Le dan asco. Se avergüenza. Prefieren pensar que su hija esta muerta. Si muerta. Muerta en algún lugar del firmamento donde su espíritu descansa en paz. Por ello, no cede a la ayuda de las instituciones. Prefiere morir así. De melancolía, de un sollozar cotidiano que es pesado sable al rojo vivo sobre su pecho. No tiene valor para suicidarse. Con esa idea acaba el día. No tiene valor para ser alas de mariposas y dejar que una tormenta la arrastre hasta la tumba. Se pone de pie, se mira, se examina y, solo, es suciedad. Hoy promete que será su último día. Su último día marginada de una sociedad. Presiente como sus brazos se transforma en alas. Alas sedosas, alas frágiles, alas blancas. Ira hasta el océano y poco a poco se introducirá en el agua. Un agua fría, un agua de invierno. Así será libre, volará como tantos otros entre el reflejo de la luna y el sol en la desmemoria del sufrimiento.




14
La tormenta resuena. Las mareas se elevan van tragándose todo lo que hay en su camino. Así mismo pasa con las enfermedades. Esas que creíamos que no nos iban a tocar. Se están extendiendo, se alzan como árbol en el pico más alto y da sombra a todo. Dicen que lo habían dicho. También que aguas torrenciales cortaría el paso a la lluvia que posee armonía. Esa lluvia que no se lleva vidas, esa lluvia que deja que los campos sea manantial de florecillas. Ahora sus pétalos son de lodos. Un lodo que acelerado se lleva vidas. ¡Las vidas¡ Todo enterrado en barro. La humedad y la enfermedad nos rodea, nos da manotazos con una fuerza bestial. El llanto nos aprisiona en un grito sórdido.¡Mi familia¡ ¡Mis amigos¡ ¿Dónde estarán? Yo me he salvado pero una garra feroz y voraz puede venir tras de mi si la ayuda no llega ¡Aunque llegue¡ Ratas salen a la luz. Ratas con alas y sin alas. Ahora la lluvia es calmada, es nave monótona y delicada que nos congela. Todo se hace más difícil ¡Vaya desastre¡ Mi mirada se eclipsa, duerme bajo techos de papel desechos. Intento esbozar unas palabras ¡Palabras de esperanzas¡ Es imposible ¿Quién tiene esperanza aquí? Los pocos que quedamos nos tendremos que desplazar a otro lugar. A un campamento como evacuados, como esclavos del olvido. Me siento derrotada. Nos sentimos derrotados. Aun así aunamos nuestras fuerzas y somos verticales, evolucionamos como seres humanos. Entre todos vamos al rescate. Nos olvidamos de lo material solo nos preocupa las vidas. Delante de mi pasa un anciano de rostro gris y lánguido. Sus manos estallan en sus sienes como un chillido agónico ¿Qué habrá perdido? No quiero descifrarlo. Yo también lloro a su ritmo. El sol parece que desea apoyarnos. Ahí viene deshaciendo las nubes con sus filigranas de bronce pisando esta tierra. Esta tierra de muertos danzantes. Alas de mariposas que se retuercen. Alas de de mariposa que forman una alfombra ante mi andar.



15*
El hambre ronda, es como un asteroide que penetra en la tierra y nos desintegra. Desde aquí, desde este rincón de tierra batida miro a mis hijos. Miro ese mundo que se cuece ante ellos. Quisiera que no fuera una esfera real lo que nos rodea. Pero sí, es una esfera letal. Sabemos que más allá de estas fronteras esto no ocurre. ¿Por qué nuestro Dios nos castiga con esto ?, me pregunto. Miro a mis hijos, miro el futuro que se les va tejiendo sin que ellos se hayan comprometido a ello. ¿¡ Por qué ¡? Por qué de estas desgracias. Para colmo las lluvias nos han dejado más miseria, más enfermedades. El agua está contaminada. Me gustaría nacer de nuevo, ser engendrada no en otro lugar sino aquí mismo. Aquí, donde tengo mis raíces. Qué todo fuera más bello en la dimensión de las primeras necesidades. Ya se que llega ayuda ¡Es tan poco¡ ¿Cómo sostener un pueblo entero ? Yo por mis hijos daría la vida. Sí, la vida. Esta vida que no tengo, solo sufrimiento y agonía. Hoy parece que el día va estallar en una tormenta. Una tormenta que nos perjudicará más y más, será como una batalla en la que nosotros somos los perdedores. “ ¡Por qué tiempo eres implacable con nosotros ¡ Nosotros te escuchamos. Nosotros te respetamos. Nosotros te queremos. En silencio de nuestras palabras de amor y sinceridad se yergan para ti “. No tengo fuerzas, un cansancio feroz me hace estar tendida o dar muy pocos pasos. Dicen que más allá aquí existe un árbol que da vida para aquellos que son sinceros consigo mismos. Dicen que de ese árbol brotan alas de mariposas color ocre. Alas de mariposas para que una con su imaginación y la seguridad pueda volar lejos, muy lejos. Lejos, donde la catástrofe del hambre no nos aniquile. Lejos, donde la muerte no es esa serpiente viviente que nos va comiendo jornada a jornada. ¿Cómo ir allí? Ya mis fuerzas se encuentran lisiadas. Parece que desmayo ¡No¡ ¡No¡ ¡Mis hijos ¡ ¡Ay mis hijos¡ No puedo dejarlos solos, no puedo despegarme de ellos y dejar esta danza de buitres sobre ellos ¡ Ayúdame tierra ¡ Haz que estas llanuras sean fértiles, haz que mi pueblo no se doblegue al hambre, haz que una estrella brillante del universo nos ampare en esperanza ¡La esperanza¡ ¿Dónde está ? La tormenta detona, más sufrimiento para mi aldea. ¡El frío y el hambre¡ ¡El hambre y el frío¡ Dos asesinos que están al acecho. Si yo tuviera fuerzas para llegar a ese árbol ¿Dónde está? Alas de mariposas revoloteando en mi sed. Alas de mariposa que me llevan, que me traen por una alfombra de rosas carmín donde mis labios se sacian. Solo saciarse de las calamidades del hoy, de las calamidades del mañana.




16
¡Qué pasa¡ ¡Qué pasa¡ El olvido no la deja en paz. La recorre minuciosamente a cada paso de su despertar con un amanecer celeste. La persigue como cosa mala a cada movimiento que da bajo su techo. La empuja fuera de la realidad, del hoy por hoy con su puñal de suciedad y errores. Siempre se lo están recordando. Recordar aquello que paso hace años. ¿Por qué me pregunto? Es como si la verdad quisieran hacerla mentira. A ella le da igual. Se introduce en su esfera y de ahí va cogiendo aire para sobrevivir. ¡Su pasado¡ Un pasado donde la droga iba marcando sus pasos hacia un foso oscuro, hacia una soledad. Al principio era una diversión de juventud. Después la dependencia y, por último, un eclipse casi eterno que actuaba sobre su comportamiento. No sabe que hacer. Llamar o no. Esa es la cuestión. A la única amiga que le queda. Ahora, cuando esta recuperada. Cuando vive bajo un techo de cartón y una cama de periódicos de días pasados. Tiene unas monedas. Unas que le han dejado mendigando. Su honor roto, su autoestima por los suelos. Parece que arrastra cadenas pesadas en cada una sus piernas, en cada uno de sus brazos. Esta lloviendo pero a ella le da igual. Ya esta acostumbrada. Encuentra una cabina. Al principio parece que nadie coge la llamada. No sabe si colgar pero en ese instante una voz femenina se escucha

- Si. Quien es.
Al principio no sabe que decir. Sus palabras sufren hachazos. Tanto, que se queda muda
- Si. Dígame. Hola
- Hola
Por fin se decide a contestar.
- ¿Quién eres?
- Soy yo Marta.
- ¡Marta¡ No se. No me acuerdo.
No se. No me acuerdo. Antes eran buenísimas amigas. Amigas por muchos años hasta que ella rompió con todo. Romper no es la palabra más precisa. Más bien se alejo por pasar por su línea otras amistades. Ella, su amiga sabía lo que pasaba. Ahora es un no me acuerdo. Sabe lo que eso quiere decir. Una relación anulada. Una relación cuya fragilidad estalló. No tiene a nadie más a quien llamar. No se siente sola. La brisa la acompaña, la lluvia la viste. Aunque sea solo de margaritas amargas. Tendrá que ser vertical. Darle la espalda a todo eso que es su pasado. Comenzar una vida nueva. Alas de mariposa se van liando a un árbol de esperanza. Alas de mariposa hechizantes que dará nuevos frutos en lo referente a la amistad.



17
Yace semidesnuda sobre su cama esperando que las aves la despierten. Sus sueños se van colando por su mente poco a poco. Son sueños agrios e insípidos. Sueños que evoca a un amor perdido por esas calles por donde ella transita. De repente se despierta, la tonada de un canario le llega a sus oídos. Se mira al espejo. Se ve desmejorada. Herida de amor. De amor herida. Herida de soledad. De soledad herida. Sus ojos profundos, de un azabache pronunciado rompe en lágrimas. Lágrimas que can recorriendo su terso cuello hasta sus pechos. Sus delicadas manos como terciopelo acarician sus senos, su vientre. Tendría que darse un poco de ánimo. Salir por ejemplo hacer un poco de deporte pero, ya, las fuerzas son nimias. Sin más enciende su aparato de música. Pone su tema favorito y empieza a bailar. A bailar ella sola. Cierra sus ojos y se acerca a su mesa. Allí un diario abierto y un libro al lado. El libro esta firmado por alguien que se siente igual que ella, con una tristeza interior que es difícil de curar si alguien no la abraza. ¡ Un abrazo¡ Cual fue el último. Acaso hubo alguno. Una corriente de cuervos gélidos recorre su piel y nota como ella va ascendiendo a la muerte. Se halla paralizada, no tiene a quien llamar. Todos sus sentimientos es pena que ella engulle convirtiéndose en mujer de lluvia. Lluvia que va a parar a las alcantarillas. Su cabeza parece que va a estallar de tanta soledad. Una soledad vieja compañera ya. Toda su vida ¡Toda su vida¡ ¿Qué es lo que tiene ella? No sabe. No le queda más remedio que salir. Hoy tiene que ir a cobrar la paga de beneficencia. Ni en el empleo ha tenido suerte. Esto le da un cierto complejo, una frustración. Una corrientes de navajas se suma a su estómago ¿Cómo llegar a final de mes? Ahorrar por aquí, ahorrar por allá, ahorrar en todo y sufrir infinitas privaciones. Sus pensamientos se van transformando y cree que debería a salir a tomar un poco de aire. Brota ante su armario y elige una ropa cómoda.
Tomar un poco de aire fresco. Si airearse y caminar un poco. Hace tiempo que no camina. Tiene la sensación de estar oxidada, de estar vieja. Va al parque más próximo. Allí, el otoño es presente. Las hojas ocre-amarillo bañan el suelo. Ella las pisa. En ellas siente el olvido, el olvido tragado por la lluvia que nace. Percibe que la espera ya ha terminado como ha finalizado el vuelo de las mariposas. Solloza y siente que cae. Poco a poco su cuerpo se va durmiendo ¿Para qué pedir ayuda? Es como esas mariposas que mueren al ritmo cierto y vertical de la vida.



18
La mirada, se pierde más allá del horizonte cruel lavado por rostros pálidos, patéticos, distorsionados. El campo de batalla emerge como agujero negro que succiona almas inocentes. Yo miro desde aquí, desde una montaña perdida en este país donde el desastre se da cada día. He tenido que huir, dejar atrás todos mis objetos personales que no tienen nada valor comparado con la vida. Mis hijos no se donde están. Se fueron al campo de lucha y yo por ser anciano me dejaron aquí, como un espectador de esta tragedia que nos azota. Conmigo llevo un viejo almanaque donde cada día que pasa miro los meses, los años que hemos estado en guerra. Una guerra estúpida. Todas las casas están teñidas de un manto rojo. Un manto rojo que oculta hasta el sol, las estrellas, las aves. Ya no siento los gallos cantar en la aurora. Ando preguntando por mis hijos pero nadie responde: seres anónimos en un mar de muerte. La espera es perpetua. La pregunta un llanto que corre por mi frente como si me diesen un tiro. Tristeza me da, una tristeza que va marchitándome más y más. Ya no tengo lágrimas, se ocultan en mis entrañas que va evaporándome cada día que pasa. ¡Cada día que pasa¡ Es como tormenta de verano que corretea por mis manos. Intento dar un grito a la esperanza. Es imposible. La esperanza esta inhabilitada en este lugar donde los buitres sobrevuelan en círculos alrededor de los muertos y de los que van a morir. La lluvia cae. Una lluvia de cenizas de alas de mariposa. Me encojo, duermo sobre pinchos de fuego. Quiero dormir y ser alas de mariposa que desaparecen en el sueño.



20
La jornada despierta violenta, es arrancada de su cotidiana sonrisa por la sombra plúmbica que la retuerce. Las aves han dado un paro. No se siente su tonada rascar las ventanas que dan bienvenida al amanecer. Un mundo de náufragos y almas en guerras los arranca de su melodía ¡Para que bailar con las ramas grises del llanto¡ La mañana se viste de luto, corre por un pasillo de escarcha donde las montañas se abren a las singladuras de una sangre que se derrama, una sangre de inocentes cuyos esqueletos son la muestra de batallas absurdas. El, se encuentra en el medio. Está solo. Solo lo acompaña el aullido inconfundible de la guerra. “Que hacer”, se pregunta. “¡Que hacer ante tanto desastre¡”. Un polvo gris envuelve su cuerpo. Sus ropas son harapos. Busca a no se quien y se encuentra cara a cara con el viento. “Dime viento voraz. Viento que desoye mi grito ¿Por qué? ¿Por qué tanto desastre? Deseo que me lleves contigo junto al olvido. ¡El olvido¡
Xx:
¡Qué dices viento caliente¡ ¡Qué dices viento voraz¡ Estamos solos en este hambre que nos apresa. En este hambre que poco a poco va destruyendo cada etnia, cada raza. Cógeme de la mano viento. No me dejes solo. Vago sin rumbo desde hace tanto tiempo que un círculo de llamas me abraza.
Viento:
¡La soledad¡¿Te sientes solo? Estas contigo mismo ¡Qué más quiere¡ Ello te da a pensar. A cavilar todo lo que tú alrededor pasa.
Xx:
No viento. No comprendes mi soledad. Mi soledad es inmerecida. Es tan feroz estar así, solo, mientras que a mi rededor es todo muerte.
Viento:
¡Muerte¡ Y que me dices a mí. Yo no tengo la culpa de ello. La naturaleza sigue su ritmo, un ritmo cierto y sin perturbaciones. Ustedes, los humanos, seguís otro paso. Un paso que todo lo devasta. Yo no debería estar aquí pero vuestro conocimiento errado me ha traído.
Xx:
¡No¡ Qué tus alas de mariposa me sacudan. Me extingan como se extinguen las especies. No quiero estar solo. Solo no.

21
El latigazo del crepúsculo incide sobre mis pupilas. Viejas aves entonan un canto a la melancolía y la tierra baldía. El rigor cierto y seguro de esta oscuridad y humedad que poco a poco va destartalando mis ojos y huesos. Escucho unos pasos, un eco sonoro que se repite una y otra vez cada día, a la misma hora. Hoy son distintos, un tintineo que se junto a otros pasos plúmbicos. Abren la puerta, el chirrido suena a soez y grotesco. Una corriente de estacas penetran en mi pecho. Mis latidos carcomidos por la soledad y la marginación se desbocan en un vuelo violento y desesperanzador. ¡La última hora¡ Los últimos instantes en que mi respiración gozará de libertad. Ando apurada con mi última oración. Oración sin respuesta. Me dejo ir. Subo las montañas que la imaginación me teje mientras me amarran. Todo ha terminado. Lo que viene ahora es atroz. Ese dolor. Esa lenta muerte que no concibe mi mente, mi cuerpo.


Fin

sábado, noviembre 27, 2010

LA AURORA (RELATO)

Es temprano. La aurora bosteza sus primeros rayos y el otoño deja caer hojas sobre las aceras, sobre los parques. Una leve brisa que penetra por una pequeña obertura bajo su techo lo hace despertarse. Paulatinamente se despereza del gran sueño de la noche. Busca el despertador y marca las 7:30. Poco le queda para comenzar la jornada laboral. Pero antes quiere sentir el aire que se arrima a su habitación, ese aire perfumado de humedad y hojarasca que le transmite recuerdos de un ayer. Aspira y espira, un suspiro lento va seguido de un lamento de sus entrañas. Se encuentra vagando en el sentido de su vida. No le molesta ir a su trabajo, es una labor grata. Al menos en esas horas de tareas, siempre las mismas, se olvida. Se olvida de si mismo chamuscando todo su ayer, todo su hoy. Pero esos instantes anteriores a la hora pactada para salir de su casa sus pensamientos discurren, manan como si de una erupción volcánica se tratase y sus lianas de fuegos lo atrapasen y le hicieran pasar por un laberinto a un patíbulo que el mismo se condena. ¿^Por que no habré vivido cara al sol?, se pregunta. Siempre enquistado en el sueño. En el sueño de tener un amor verdadero. Me imagino lo que podría ser pero cuando tropiezo con la realidad doy marcha atrás, se dice. El comprende que su orientación hacia su mismo sexo lo ha llevado a la soledad, a esa espuma relevante grisácea que rota por desiertos. Tal vez, culpa de cómo fue educado. Tal vez, culpa de ese miedo que crece cuando nos acercamos a nuestra verdad. Ahora, con los años de la madurez, con los años correteando con el frío del silencio de los abrazos se siente cobarde. Ante todo intenta disimular todo lo que su personalidad aguarda para su libre danza. Se siente talado, tantos años…No tiene ganas de renacer de nuevo y hallar aquello que busca, tan larga a sido la espera…Se entremezcla entre la música y la lectura y el nadar. Ahí se alza en una paz que me perturba su condición de homosexual. Ante la infértil del crepúsculo sin unos labios que le acaricien a veces se desilusiona, una nube de tristeza lo sumerge en los confines del aislamiento. Basta ya, se dice, de ser máscara ante sus amigos. Se siente extraño en esas situaciones, se harta hasta llega a un aburrimiento que lo lleva por la mano de la desgana de hablar. Para disimular todo ese mundo interior intenta sobresalir en otras materias ante su familia y está exhausto. Antes de partir el lamento lo disecciona cae en fragmentos sensibles que rompen en mil pedazos. ¿Quién me amará?, se pregunta. Mi ser se ha vuelto algo tosco y árido de tanto y tanto disfrazarlo. Piensa que es mejor estar dentro de un armario y dejar que la vida fluya hasta que ese ser aparezca.

viernes, noviembre 19, 2010

Te alzabas....(poesía)


Te alzabas en un vuelo pacífico,
Con barcas avanzando a una orilla
Donde la vasta sombra de las arboledas
Te observaba, te miraba, te examinaba, te desnudaba
Hasta que caíste en el profundo sueño del anochecer.
Riscos nutridos de amores, de caricias aterciopeladas
Se consagraban a ti haciéndote rondar sensualmente
Por un océano de azul bello, de azul puro
Romance de una pasión con la naturaleza.
Te saciabas del invisible llanto de pardelas
Y para amparar el amor retratos del ayer
De lágrimas secas decoran tu cueva.
Revivías la sonrisa fiel y sutil
De aquellos corazones irradiantes de un magma
Impregnado de un sublime fogón de calidez.
Te alzabas en vuelo pacífico,
Llamabas al astro rey con sus anaranjados filigranas
Y de tu vientre, de tu vientre compungido
Eras luz de nubes, nubes donde la realidad
Es acogida por la soledad, la soledad.

Ven hacía mi....

Ven hacía mi cuando los dédalos
Carentes de salida al deseo
Sea vendaval que te lleva, que te lleva
Desorientada a ser ausente en el amor.
Una lumbre de constelaciones
A la vera de arboledas perdidas
Te esperan y en el inmenso regazo de sus ramas
Serás acogida como orquídea de soles apagados.

martes, noviembre 16, 2010

Puede ser...(poema)

Puede ser que intentes escalar
Por las ciegos astros del anochecer
Y te pierdas en la inmensidad de la belleza.
Puede ser que las olas te devuelvan
Ese rincón de la niñez
Entre caracolas y algas danzando
Con las gaviotas liadas a la arena,
Castillos de abrazos
Bajo la calidez de un astro rey
Que sonríe como tú
Puede ser que insomne llanuras
Regresen con el frescor de sus hierbas
Silenciosas, humedeciendo tus sueños
Cautivos en un navío que por el vasto océano
Extiende sus esperanzas de equilibrio, de paz.
Puede ser que el amor de tu vida
No se halle sobre estas tierras
Donde tus pasos se izan
Con la primera tonada del crepúsculo.
Puede ser que no existas
Que sobrevuelas lunas desérticas
Donde las palabras aguardan
Esos surcos en el espacio
De lluvia de estrellas
Que te orienten a la vida.

domingo, noviembre 14, 2010

Carreteras vacías (poema)


Carreteras vacías,
Constelaciones como guía de la ruta
Pasión por una luna que se escabulle
En el lamento de una pardela
Que ha perdido su rumbo.
Vienen las nubes con un sutil gris
Recolectando los astros del nocturno otoñal.
Frío que ampara a los enamorados
Y lágrimas gritando el adiós de las flores,
El adiós de los cuerpos que ambulan
Como sonámbulos balbuceando muros
A su amor.
No hay un te quiero.
No hay un resquicio de ser veleros
Que con la lumbre de un cirio vigoroso
Los lleve por la senda de esas raíces
Que una vez jugaron con sus almas.
Fisuras tambalean esa anónima amargura
Suprimiendo las olas del encuentro,
Del hallazgo trepador por las cimas
De un Sirio solemne.

sábado, noviembre 13, 2010

La orilla(relato)


Llegaste a la orilla. Esa orilla donde colinas verdes estaban sombreadas por unas nubes cenizas. Estabas encogida, agazapada a una hoja la cual había caído del árbol de la alegría. Ahora te encontrabas en un lugar distinto al que tus sueños solía llevarte tendida de su mano. Un país distinto, una tierra igual. Ahí observaste algo a lo que no estabas acostumbrada, algo que pellizcaba tus nervios haciéndote caer y caer. No había árboles, no había seres humanos ni tan siquiera animales. Y te preguntabas, ¿Cómo habías ido a parar ahí? Tal vez que tanto edificar sueños sobre la arena de la cotidianeidad en que te sumergías se derrumbó, quedaron cada uno como rama rota. Ahora te tenías que adaptar a las nuevas circunstancias. Desde esa orilla fuiste por una angosta carretera de tierra batida. El único camino que había pues su flanco era un mar de lavas. Hasta las tres colinas ascendiste y de ellas divisabas o intentabas divisar esos delfines que te llevaron de nuevo hasta tu lugar, hasta tu realidad. Los vistes entre el oleaje. Allí en el océano te estaban esperando. Extendiste tus raíces y a la sombra de ellos volviste a ser ese río de esperanza del presente, del ahora, del ya.

sábado, noviembre 06, 2010

Divagaciones de una tarde

Aquí estoy serena, confiada en ese despertar de la conciencia, en el despertar de un mañana que en el ahora permanece sin rostro. No, no hay rostro que pueda mirar con la melodía del alba esos astros que me insuflen libertad. Permanezco aquí. Sí, aquí sentada frente una pantalla por donde corren, juegan y se busca el sosiego de mis yemas cuando se posan como ala cuyo espíritu quiero volar lejos, muy lejos. Mientras observo, escucho. Llegadas de pateras que con el cruce de espadas de la ley sus integrantes van a parar a un calabozo por esos embrujados por la insensibilidad y si tu estuvieras en su lugar como bajarías la cabeza ante la bestialidad. Mientras observo, escucho. Campamentos con el rebozar de críos que danzan a la estrellas y sin desesperarse y con la esperanza como bandera esperan, esperan que los cerebros retorcidos les de el canto de la libertad, el canto de un pueblo que no calla, que no calla. Mientras observo, escucho. Sed, esta es la palabra. Pueblos en el que el líquido de la vida es lejana y me pregunto como se puede negar algo tan elemental como el agua, es como el petróleo en muchos países. Morir de sed, sentirse acribillado por donde pisas por minas asesinas, niños soldados, niñas arrastradas a la prostitución y una infinitud más de disparates…Aquí estoy serena, confiada en el despertar de la conciencia, en el despertar de un mañana que en el ahora permanece sin rostro. Permanezco aquí. Sí, aquí sentada frente a una pantalla por donde corren, juegan y se busca el sosiego de mis yemas cuando se posan como ala cuyo espíritu quiere volar lejos, muy lejos. Mientras observo, escucho. Un mosquitero se desvanece liado a su circunferencia, un árbol desmaya de tanta polución, un mar se aqueja de la basura que escupimos. Qué solo nos quedamos, vencidos por la tempestad de las manos cruzadas, de la impotencia, del gravitar en la equivocación de cómo de forma desigual se ha ido edificando esta orbe. Un punzón ardiente, te digo, nos desilusiona el corazón mientras con nuestra veracidad intentamos que todo esto termine. Si, que todo tenga un final feliz como esos, recuerdas, el de los cuentos.

jueves, noviembre 04, 2010

A media penumbra

A media penumbra
Cuando sábanas revueltas tendidas a la luna
Somos gentil hoguera que danza
Al son de tambores y chácaras
Que en su andanza a la zaga de la fantasía
Logramos un paisaje de arco iris y pinzones azules.
Buceamos entre las manos que recolectan
Cada esencia que nos embellece, que nos esperanza
A ser humeante tren que vaga por raíles de nubes,
Por raíles de pétalos que nos llevaran al beso alado
Del aliento del norte.