martes, enero 31, 2012

Estoy....(poema)


Estoy viniendo sobre la sombra de tu cuerpo,
Sobre tu vientre adosado a las palabras del viento,
Sobre un árbol que mana hojas verdes al cielo
Cuando el tiempo es vergel de un invierno en el atardecer.
Estoy besando tus labios, con la emotividad
De un océano que nos rodea y es manar de esperanza
Bajo un techo donde los astros giran y giran
Entorno de mi corazón, de mi corazón…

sábado, enero 28, 2012

DIVAGACIONES DE MAÑANA DE ENERO II...(PROSA-POÉTICA)


Por las vertientes de la alborada asomas tus ojillos mustios, lastimados por una sed de mañanas donde las alegres avecillas se revuelquen en tus cabellos. Entre rocas consumes tus pensamientos y eres memoria cierta y hermosa de ese océano que acariciaba tu cuerpo. Hace ya tiempo que no eres el sabor salado y algas de ese magnífico líquido azul, verde, gris. Todo depende, depende de la rutina de las horas. Te has ahuyentado del acostumbrado paseo por la orilla. Será por qué allí se enmudecieron tus sueños, tus deseos, tus ilusiones. Ahora imaginas algún aliento que te ofrezca vida, esperanza de llegar a esa colina de arboledas censuradas y soplar para el renacer de sus raíces, de sus ramas, de sus hojas. Anímate mujer, anímate hombre ya sabes que con el tiempo y la verticalidad de tu empuje podrás elaborar arco iris en tus labios donde antes había grietas. El sabor de la sonrisa te guiará por esas nubes animadas con cierto color de ganas y fe que son el ápice de ser ráfagas continuas de la esperanza, de la edificación absoluta del mañana.

miércoles, enero 25, 2012

Divagaciones de una mañana de enero....

Ráfagas de bocas estranguladas con el serpentear de las pisadas a ras de tu faz. Así nos alejamos de las horas del mañana en que nuestro nido de besos fue ese constelado abrazo bajo la luz de los astros. Pero me pides, pero te pido el retorno de camas revueltas a medida que una ventana que se cierra y se abre por la fuerza del viento como llama del ayer. Yo te espero, tú me esperas manejadas por el susurro de las olas que en su declive cuando son romper en las rocas humedecemos nuestros cuellos, nuestros senos en la memoria de la nostalgia. ¡Ay amor¡ que será de nuestras huellas sobre la piel en la distancia. Nos amamos en ese antojo de ser recuerdo de acaricias, de palabras que transcurre cuando el silencio de la soledad es sombra que nos lía. Sí, te quiero. Sí, me quieres. Pero aún tenemos que atravesar ese manto de ortigas que ausenta nuestros labios.

lunes, enero 23, 2012


Engatusada por el rumiar del alba. Aves migratorias que con el vapulear de la brisa son orientadas a nuevas tierras. Pensamientos ecos de unos sueños que en el bálsamo del nocturno constelado edifica tus singladuras con la emoción de ser tu misma, tu misma…

sábado, enero 21, 2012

Jardín de flores---(`poema)

Jardín de flores.
Lluvia arrebatada,
Lluvia desterrada
Del solemne canto de los campos.
Aquí estoy
Aquí estamos
En el jaleo de ser disecada orilla
Donde las grullas descansan.
Amor entre brumas,
Amor entre muros,
Amor entre palabras cerradas
A la voz unísona de nuestros vientres.

martes, enero 17, 2012


Pájaros de fuego.
Ballenas que arden
En el abominable fondo
De la mano humana.
¡Oh, cuando se calmarán ¡
De hacer estragos contra la madre tierra.
Está que nos fecunda, que nos alimenta
En el transcurso de los veleros uniformes
Que rumian la esperanza.
Un grito de dolor se cierne sobre sus inocentes alas,
Sobre sus bellas aletas.
Y nos damos cuenta que forman parte de nosotros
Como un todo, como una dimensión más de nuestra alma.

lunes, enero 16, 2012

te vistes así...(poema)

Te vistes así
Cuando la luna te avisa
De que pases del deseo, de los sueños
A ese terreno donde todo lo que pisas es una sonrisa
Que se vuelve el tejer de tus pilares.
Te observas, te observo
Y la mano que acaricia tus senos
Se vuelve oscuridad aterciopelada
Para el siguiente beso cuando el nocturno albergue
Los astros que han de guiar tu corazón.
Te vistes así
Hogueras de gaviotas van a tu encuentro,
El solaz de tu alma se apega a la desparramada ola
Que entre rocas admira la aurora.
¡Ay amor¡ dices
¡Ay amor¡ digo
Nuestro tropiezo es temblor
Que anuncia el cuerpo a cuerpo
Bajo la nítida vigilancia de la brisa de un invierno.
Te vistes así
Suavemente tu imagen abandona mis ojos
Que te admiran, que te excitan
En el orbital de mi piel sobre tu piel.
Piensas de la maravilla
Pienso de lo bello
Es el retorno de la pasión,
Ese nido de nuestro latir en el paso de las horas.
Te quiero, me dices.
Te quiero, te digo.
Y el adiós es puerta de cerrojos
Que se tiñen de azul, de gris
En el circular de nuestros sentidos
Bajo el peso de nuestros cuerpos.

jueves, enero 05, 2012

El rosal(relato)

Estaba aislada. Desterrada por el impulso de un enamoramiento que crecía a medida que el tiempo transcurría. La esperaba. Sí, esperaba que su mano retornara y la acogiera con la jugosidad del alba para respirar del fresco que emana las sendas de arboledas de algún parque. Solo se comunicaba con su corazón, el le dictaba que su amor no tardaría en llegar. No se daba cuenta que eran falsas ilusiones que surge del encantamiento de una mirada del ayer y que ese pasado ya extinguido no volvería. La esperaba. Ahí, frente a un rosal que poseía en el jardín de su casa. Cada vez se aferraba más a ese amor imposible, cada vez más imaginaba sus labios reposados en la sedosidad de los suyos. Nadie la visitaba ya, nadie la llamaba ya. Le traía sin cuidado a no ser que le trajeran noticias sobre su amor. Alguna luz de esperanza del mañana. Y así su pena iba ejecutando la sonata del olvido. Se olvido de todo y todos. Solo era fijo espejo en que se miraba y este le devolvía un saludo de cansancio. Una noche cuando la luna ya no le hablaba y las constelaciones son esas gotas de diamante que dibuja los sueños se asomo a la ventana que daba al jardín. Un jardín que con el paso del tiempo se había apagado. De sus ojos cerrados emanaba lágrimas que recorrían su tez suavemente. Por un instante vio su imagen reflejada. Así, como la recordaba. Sin meditarlo abrió la puerta y se dirigió a ese rosal. Todavía su imagen estaba allí. Se quedó paralizada, erguida sobre sus pilares. La imagen de ella no se iba. No sabía que hacer, encontró algo extraño en esa figura al lado del rosal. Estaba como el, había perdido toda la belleza que ella estaba aguardando y la mediocridad de ese ser la hizo retroceder. Entró de nuevo en su casa y cuando iba a cerrar la ventana observó que el rosal había florecido de nuevo mientras la imagen de su amor se degradaba. Sí, en esa espera se había eclipsado el entusiasmo, las ansías de amarla.