martes, octubre 31, 2017

¿Despiertas?

¿Despiertas? Todavía los restos del sueño embargan tus ojos cerrados. No sé si me escuchas, no sé si sientes el aliento de mis palabras. Quizás sean huecas para ti. No te mueves, inanimadas alas en el reposo de un más allá donde nadie puede llegar. Sin embargo, la belleza perfecta te abarca en todo tu rostro. No, no despiertes. Aquí estoy, mirándote….así, con el paso de los años. Eres el todo, el todo de mis ojos cuando la crecida de la claridad pesa sobre mis hombros ¿Despiertas? No, sigues ahí, intocable, intangible, invisible a las manos que posan sobre tus labios como caricia del corazón. No, no despiertes…alejada, ausente, con el convencimiento de que no estoy. No, no estoy…solo la tempestad abrumadora de las horas que pasan, que rajan cada despertar y tú no estás. 

domingo, octubre 29, 2017

Ya he pasado el puente...

Ya he pasado el puente, faltas tú.
Así, yo con mi espíritu entregado a los vientos nortes,
Tú, con tu aliento rasgado por el desafío de la nada.
El agua corre, agua verde en sentencia de la esperanza.
No sé si esperarte.
Así, yo con mis hombros colgados en el infinito del firmamento,
Tu, con tus huesos cansados detrás de la mirada de sus ladrillos.
No, no te animo,
Para qué amiga mía.
Son tus alas grises las que deben dar el paso,
Yo, me inflo de pisadas cambiante a través del tiempo.
Sin embargo, el está ahí, aguardándote a que te decidas.
Al final seremos huellas que se expanden, que se contraen

En los huecos de nuestra sombra. 

viernes, octubre 27, 2017

Perpetuo...

Perpetuo.
               Distante.
Las pisadas negras.
Las pisadas ininteligibles.
Las pisadas ligeras.
Y el adiós,
Y el nacimiento
Sobre sábanas blancas.
Una voz.
               Ausente.
Alargamiento de las manos,
Ojos agrietados
Perennes al olvido.


miércoles, octubre 25, 2017

El camino

El camino. Está ahí, cerca, en las proximidades de un arroyuelo infértil. Hoy el viento del siroco se interpone en mis ganas, en mi ánimo. Avanzo y ya estoy en el camino eviterno del equilibrio, digo yo. En sus flancos la muerte temprana de los frutales, de las arboledas de antaño, de animales desesperados, sedientos. Todo es árido, yermo. Túnel inacabable donde la luz solar aprieta en mis sienes. Pero he llegado y he de seguir con la continuidad de mi respiración acelerada, agotada. Inspiro y espiro, espiro e inspiro…lejos, muy lejos se yerta una montaña donde la noción del tiempo se pierde, donde los años quedan atrapados en el silencio, en la nada. El camino. Las raíces se queman con alguna que otra lágrima que cae de mi rostro. Tanto calor…pero, soy libre. Sí, emancipada de las incomodidades del ayer, ha sido una ruptura. Una vida nueva me espera en este camino, asolado, engarrotado, estático donde la brisa esconde el agrietar de mis labios. No, no necesito agua. Solo seguir, abrazarme a mi pecho y sonreír al aliento de mis manos. El camino…

sábado, octubre 21, 2017

la playa

La playa y en ella una avenida. Alguna música suena a lo lejos. Dos hombres que se encuentran.


E:
Mira mis manos. Sí , estas manos de unas tierras extrañas para ti. Por si no lo sabías habitamos la misma esfera pero con distinta condición. Te las enseño por en ellas se refleja el sudor, el penar de años, de siglos  reposadas en ellas. No me mires así, como algo marginal a tus ideas. No, no sé escribir. No he ido a la escuela, es más, del lugar que vengo no existen solo la enseñanza de la vida, de los ancianos que habitan mi pueblo. Ellos dicen que algún día cuando el sol sea lamido por la luna todo cambiará, seremos iguales. Sí, iguales ante la muerte. Nuestros huesos sean gemelos , nuestro espíritu habitará en la sonoridad de este mundo. Yendo, viniendo en cada recuerdo de nuestros amigos. No te acercas, no quieres darme la mano. Mira tus manos…por favor míralas y cierra los ojos. Dime lo que sientes, lo que te transmito a lo mejor no mucho más que las tuyas , iguales pero finas, cuidadas.
H:
No, no te tocaré. Mi mente esta concertada con el repudio, con la fuerza brutal de echarte. Sí, vete de aquí de dónde has venido. Este lugar es tranquilo y ahora ustedes. Sí ustedes vienen con los hombros de la miseria, de la incertidumbre a estas tierras ricas en su crecer y crecer. No, no te tocaré. Márchate ya, molestas. Me siento incomodo ante tu presencia. Yo no puedo hacer nada. Solo proteger mi ciudad, mi país.
E:
Mis manos. Ni te atreves ha obsérvalas. Sientes miedo al qué dirán. No eres valiente, la cobardía te ampara a ti y a muchos. Pero no me iré. Quiero aprender de lo que no tuve oportunidad. Soy mayor, muy mayor. Las canas surcan por mi rostro, dolido ante tu negativa, ante el ayer, ante el presente.
H:
Vete ya, vuelve a tu pueblo. Deja está sociedad que sigua su senda alejada de todo mal, de todo harapiento como tú.
E:
Duras tus palabras. Me dices harapiento. Yo no soy vagabundo del aire que respiras, ese aire el mismo que el mío. Me iré….sí, como preso de tus sentidos, erróneos, fatigados. Vuelvo a mi casa, hace frío, es otoño. Le diré a mi pueblo que todo es falso…sí, eso que dicen de una vida mejor. No soporto el odio de tu mirada, tu repugnancia ante mis manos. Déjalo ya, me voy. Aislado en la cárcel de los sueños, en lo que cuentan.         


Y se va como defensa de su tierra. Penetra en el oleaje calmo y desaparece cuando una pardela lo llamo. El otro retorna a la venida con el pecho inflado de que algo anda mal. Su razón lo lleva a la impotencia. Mira por un momento a la orilla, el ya ha desaparecido. Todo tiene que cambiar, se dice. 

Astros..



Astros condicionando la deriva
Por tierras arrojadizas a la infertilidad
De sus manos
De sus corazones
De sus pensamientos cansados.
No, no son extraños,
Son el eco de nuestras huellas
En el paso de la rutina
Colmada de vacío.
Ahí vienen, hijos de nuestras entrañas,
De la única luz de esta atmósfera
Sombra de este mundo.
¡Bienvenidos¡
Abrazo de hermanos enraizados
A los huesos pilares de nuestros andar
Por el auge de la madre tierra.
¡Bienvenidos¡
Todos, en la unión de los sueños
Libres, esperanzados, pacíficos.

viernes, octubre 20, 2017

El descanso...

El descanso.
Sueños efímeros.
Cuerpos avanzan en la sed.
Perdida luna.
Y ¿Tu?
Gélida boca espantada
De los sucesos de la jornada.
Cuelgas tus hombros,
Tus piernas, tus manos
En el retorcido tornado de la esperanza.
Acaso ¿no viene?
Acaso, se ha ido sin decir adiós.
La espera.
Ciegos oídos al estallido de las flores.
Es otoño.
La lluvia.
Ven, ven amiga mía
Con la danza del mañana.


martes, octubre 17, 2017

Muy tarde...

No es que la distancia sea extensa sino que el velo de tu rostro no se conforma con las manos que mece las tuyas. Estás cansada, paraje desértico donde los mirlos son muerte. Abrazas el mañana, deseosa del andar por largos arco iris que cae como melena sobre tus hombres. No, no entiendes que es el ahora, este instante donde reposamos la armonía de nuestros labios, de nuestros vientres orientados al sol. Esperas algo…no sé, tal vez sobrenatural que se inyecte en tus venas y te haga….sí, te haga danzar bella y desnuda cuando la noche llega con la luna atrevida. Estás desgastada,  quemada, ahogada en paraísos utópicos que mencionan tus pensamientos. No, no es que no sea lo correcto pero la ventura de cuerpos en las mareas es el ya, aquí, conmigo…después se verá. Eres extraña….sí, muy extraña. Te quedas mirando a un horizonte inacabable, inabarcable y estiras tus brazos como si quisieras acariciarlos, como si quisieras encomendar todos tus movimientos lentos a él. No, qué te digo que no. Déjalo dónde está y ahora mírame, lindos ojos apoyados en la senda de la realidad. Mañana es tarde, muy tarde…

viernes, octubre 13, 2017

la jaula

Desnuda, desprendida de toda prenda y objeto que la cubriera.  Una jaula de cristal, de cristal transparente como su alma. Ella, encerrada, atrapada en el porvenir de sus deseos. Acariciaba cada barrote como tersa tela que la abrigara. Pero ya esta extasiada, cansada de posar en su vida ahí dentro, lejana del calor humano. Cierto día de atmósfera enrarecida por la arena del más allá de sus fronteras, por el asfixiante eco del sudor descubrió un agujero. Un agujero en su jaula de cristal. Por allí iban saliendo diminutos personajes que el contaban, que le narraban de lo que había perdido, de lo que existía detrás de esos barrotes. Personajes azules, verdes, amarillos, rojos con el gozo sobrenatural de la magia. Ella los miraba, sobrecogida, con el anzuelo ya en su sed. Intento erguirse pero no pudo, aquella jaula de cristal era muy baja. Intentó alarga sus brazos  pero no pudo, era tan estrecha que aquello la alejo en una sonrisa retorcida de lágrimas fatigosas.  Los diminutos seres desaparecieron, invisible espíritu que se alegra, que fuerza la caída. Se miro sus manos, ahí, agachada en su jaula de cristal y la vejez se revolcaba ante su sonrisa amarga.  Ya no había tiempo para la huída, no había salida. Entonces, se durmió y soñó y soñó con batallas susurrantes en el fin, en la conformidad de su corazón a lo largo de los años pasado. Una lágrima caía por su tez.  Sus ojos cerrados, sus manos oprimidas en la magia de barrotes idos en el más allá del horizonte, de las fronteras…inexistentes, todos bajo un mismo firmamento. 

miércoles, octubre 11, 2017

Mis manos...

El alba. El desierto amparado por seres que regresan a su jornada.


Muchacha :
 Mis manos y el cubo. Un cubo grande donde traeré el agua para que mis hermanos beban de él. Hace calor, descalza me mueve por esta suave arena donde un cierto viento cálido rasga mi  rosto. Mis manos y el cubo. Un cubo viejo, cansado de tanto de ir para allá y para acá. Esta es mi vida. El cubo y mis manos, mis manos y el cubo y esa agua de la que beberé al final cuando todos hayan saciado un poquito de su sed. El pozo está cerca o lejos, según como se mire, según haya despertado el día. Mis fuerzas son inagotables, descalza me aproxima a él. Ahí están mis compañeras, mis amigas se podría decir. Mientras espero para llenarlo hablo con ellas y ellas sudorosas de manos agrietadas también conversa y después nada de nuevo a mi hogar.  Unas paredes de barro y piedra que me refresca  mientras sigo y sigo en mi labor.
Madre:
Ya has llegado más tarde de lo costumbre. Te entiendo hace mucho calor. Las hogueras de este desierto alumbran tus pasos para que sean más lento, más retorcido en el tiempo. Sabes hija, me encuentro cansada. Estoy enferma, la dejadez de los años en este ciclo monótono. Tu ahora debes de hacer frente a la familia, mantenerla para que crezca en la verticalidad de los años. Yo me iré…sí, me iré bajo el sudor grotesco que corre por mis venas. No, no llames a tus hermanos, déjalos. Eres tú, la mayor, la que ha de enterrarme cuando mis ojos agotados y abiertos te pidan que los cierres. Por qué me miras así, no puedo moverme ya…lo siento hija.
Muchacha:
¿Te vas madre? Dónde el sol será luz de nuestros pasos, serás una más en el cielo, en la tierra. Mis manos y el cubo. Bebe algo…no puedes, espera que te ayudo. Intentaré hacerlo lo mejor posible, mis hermanos grandes y fuertes, poderosos ante todo mal. Mis manos te enterraran, mis manos hará una guirnaldas de piedrecitas y la posaré en tu frente para que vayas contenta como recuerdo de tus hijos, que te quieren. Voy ahora atender a mis hermanos, están esperando por mis manos y el cubo, el cubo y mis manos.
Madre:
No, no quiero tus lágrimas. Esto es parte de mi camino, de mi andar por este desierto. Yo estaré con vosotros en cada mirada, en cada paso que hagáis en lo venidero. No, no llores. Que no te vean tus hermanos. No les digas nada….solo, que me ido a otra parte de mi vida. Anda hija, llévales el agua, que te esperan.
Muchacha:
Vendré luego madre. Sola. Me quedo sola ante todo. Pero sé que ella estará conmigo, me dará dosis de fortaleza para el continuar de las jornadas. Ellos se estarán preparando para la caza de hoy. Yo sueño con mis manos y cubo. Sí, sueño con la libertad de mis manos, de mi vuelo. No me podré ir. No me podré casar. Me volveré vieja y raída en el silencio. Mis manos y el cubo, el cubo y mis manos. Ando deprisa antes de que ellos vayan hacer sus cosas.  Mis manos y el cubo…



martes, octubre 10, 2017

ojos desviados



Ojos desviados
En atención a la tarde,
Una tarde próspera en hojas caídas
De un viejo almanaque del tiempo.
¡El tiempo¡
¡El tiempo¡
Vacío inesperado del ayer,
Brío del mañana,
Atrapado en el hoy,
En estos instantes eternos
Donde el tildar de un corazón cansado

Vuelve al vacío efímero.

domingo, octubre 08, 2017

Se le antojaba...

Se le antojaba ser como el cosmos, con la negritud y el brío lejano de algún astro. Las olas también cuando la luna se escondía ser chispeantes rupturas en la orilla de lo negro. Hoy no quería mirarse al espejo, le apetecía o más bien le daba la gana de quedarse en la cama. Las noches no eran las de antes donde el silencio era coro de grillos. Ahora, la contaminación andante del ruido la hacía escaparse entre sus sábanas, bajo un edredón anciano como ella. Ya estaba cansada, tan harta del latido confuso de sus pasos que aupada por la memoria que se iba y la independencia eclipsada  que su espalda dijo adiós.  Espaldas mojadas por un frío fúnebre, por una brisa que penetraba por los cristales rotos de su ventana. Aun así, se le antojó mirarse por última vez. Y qué puede ver esta vieja mujer a través del espejo…un pasado floreciente en vida, un pasado condicionado por sus manos verticales a la respiración de los vientos, un pasado envuelto en una sonrisa. Sonrisa ida, sonrisa ahora perforando su rostro, yermo, abatido. Y cerró los ojos, y apretó los puños, y se destapó…así con su camisón de flores negras dejo que la muerte la embriagada como fértil paseo al descanso. Sí, ya había sido suficiente, no podía quejarse.  Ahora, sola, antes de ser uso indebido de sus deseos, de sus sueños se fue.  Adónde, no lo sé….solo el tic-tac, tic-tac de su reloj y ese espejo sucio diría de su alma ausente, de su cuerpo presente.

sábado, octubre 07, 2017

lejos

Lejos, yeguas eufóricas a través de los campos de cristal.  La búsqueda, de sus ojos yertos en negritud de la ausencia. Arrimadas en las sombras perennes de arboledas conquistando la madre tierra. El hechizo llega, con la libertad y la pasiva resonancia del sudor, del esfuerzo ante las adversidades columpiando sus destinos. Se apartan, se dividen, cada una por la senda a cubrir para el amparo de sus sonrisas. Ya está bien, han llegado a la cima de sus corazones rodeados de arco iris que anuncian la paz, el equilibrio entre el firmamento y los astros que hablan del mañana sostenido en el liar y liar de las manos, suaves, bondadosas en el auge del amor. 

jueves, octubre 05, 2017

mareas verdes

Mareas verdes.
Techos desvencijados.
Puerta azul la sonoridad del firmamento.
Lejanas,
Lejanas montañas pronunciando la negritud
De las manos gastadas,
Huídas del torpe silencio de la nada.

 

martes, octubre 03, 2017

Azul.



Azul.
Es azul…
Su sombra distante.
Su eco incontenible
A ras de la memoria
De su desnudez…
Renaces conforme a la brisa matutina en el respirar de los pájaros. Te abrigas escrupulosamente  de un sol invernal. A medida que creces invocas algún sueño olvidado, escurridizo tras el espejo que te miras. Y eres azul , destino incierto bajo el misterio de lo cotidiano. Buenos días…