miércoles, octubre 26, 2011

Divagaciones de una tarde octubre II

Rumiando los ecos del silencio cuando la tarde plomiza nos vuelca sobre veleros sin rumbo. Nos perdemos, gravitamos en la esencia de la madre tierra y de ella besamos sus raíces, sus aguas subterráneas, el manar eterno de hojas plateadas que nos descubren el sendero de la armonía. Desde aquí, desde nuestras miradas evolucionamos al canto de los pajarillos que se nutren de estelas azules, evolucionamos en el meditar profundo que nos lleva a un subconsciente reposado de paz. Sí, es engendrar del otoño, los días se hacen más cortos y en su pequeñez nuestro corazón va a la caza de la mano amiga. ¿Dónde está? El callar merodea con sus colmillos negros tras las arboledas desnudas y caemos. Sí, caemos bajo las inclemencias de un marinero sin rostro que nos lleva, que nos lleva por turbulentas tormentas. Pero siempre levantamos, nos izamos más allá de los desiertos de piedras de navajas que cubren nuestras singladuras. Volamos, somos aves constructivas de pilares enérgicos bajo la pena. Adiós pena, adiós lamento que estrangula el sentido de la brisa, de la lluvia. ¡Arriba¡ Emergemos y respiramos el aire puro de la mirada, del abrazo.

domingo, octubre 23, 2011

Estática....(poema)


Estática, fuente que mana entre diques
Donde las olas rompen a la vez que pronuncio insonoridad.
Una luna cómplice resuella después de su largo sueño
Con pétalos blancos anunciando mi mirada
Perdida bajo las serenas melodías de la madrugada
Y camino descalza sobre mármoles grises
En la palidez de mis fuerzas.
Dejo que el tiempo me cautive con su hojarasca
Y lejos de la furia de la espuma rompientes
Me uno a retorcidos escalones que tendré que ascender.

domingo, octubre 16, 2011

Divagaciones de una tarde de octubre

Tarde en calma. Pájaros serenos que consumen los últimos rayos de luz en ramas donde erupciona la sombra. El grito del alma se apega a esa sustancia espesa que escupe una isla. Miles de indignados pidiendo un nuevo ciclo. Caemos y levantamos y así sucesivamente a lo largo de milenios. Y ante esto un parque donde ficus anuncian un cambio. Ahí hay un banco y en el dos seres. No importa su sexo, su edad solo que uno esta de espaldas a otro sentado esperando que la brisa de la noche solo los alumbre la luna, la luna…

XX: ¿Qué piensas? La bola blanca ya nos acoge. No la vez.
YY: No, no la veo. Estoy de espalda. Tú de cara. No pienso nada o tal vez que estas hojas que nos rodean consumen mis ideas. No las pises.
XX: Nada no es la palabra adecuada. Si no quieres hablar no hables. Nuestras entrañas son espejos donde se refleja lo roto de nuestros pasos.
YY: Tu crees. A mi ni eso. A veces me desnudo ante un espejo y no me reflejo, no me veo. Solo el eco sórdido de un gemido que erupciona penas.
XX: ¡Penas¡ ¡Penas¡ Que penas son esas, no estás bien contigo misma.
YY: Sí pero a veces mi razón o quizás mi corazón o los dos a la vez vaga en los sin techo, en el hambre, en la injusticia, en la violencia. Sed tengo sed, ¿tienes agua?
XX: Sí, toma
YY: Gracias. Que fácil y otros….
XX: Ascenderé al pico más alto para ser águila de la libertad, de la paz
YY: Ascenderé al pico más alto para ser águila de la libertad, de la paz.
XX: La libertad de nuestro corazón, la paz de nuestro espíritu cuando bocanadas de olas negras se retiran y dejan la blanca espuma acariciar nuestro rostro.
YY: La libertad de nuestras manos, la paz de nuestra mirada cuando un racimo de alas azules navega por nuestra imaginación.

jueves, octubre 13, 2011

Divagaciones de una noche de octubre(prosapoética)

Mueres, vacíos no cesan a tu derredor. Borrascas de cierto viento desconocido te empuja y asciendes a ese precipicio de manos ensangrentadas para pensar. Deseas volar, acabar ya. Pero no, hay una voz interior que provine de la memoria que hace dar marcha atrás y empezar de nuevo. ¡Empezar de nuevo¡, te dices, te repites. Por qué no. Entonces, buscas aventuras en tus sueños, en esas nubes que pasan y pasan y cortan tu cuerpo. Mitad esperanza, mitad desasosiego. Quieres perderte, ser niña que otra vez rumia sus años en el subir y subir hasta cimas nuevas. Otros rostros, otros ojos influyendo en esas murallas de tu mirada. Dices, ayúdame amor, rompe esos cerrojos que me aprisionan para salvar la lluvia que tan juguetona humedece mis párpados. Yeguas blancas te siguen, te invocan a ser parte de ellas como ruptura del recuerdo. Como evaporada por viento gimes y gimes. Te desalojas de todo mal de ese jardín que bajo tu ventana solo luce estatuas degolladas. Subes, galopas y vas expulsando en cada bocanada magmática de tus heridas cada encuentro desafortunado que te insufla desdicha, pereza de ser tú. Tú. Sí, eres única. Eres valle que se disuelve en un estruendo tímido de persona. Enderézate y surge como colibrí que en su plenitud expande colores de vida. ¡Vida¡, esta es la palabra. Charco donde debes de beber para ser cauce de ese inexorable arco iris.

viernes, octubre 07, 2011

Sí, soy yo...(poema)

Sí, soy yo
Lluvia que exprime el jugo de tus labios
En cada beso dado a la luna.
¡Me quieres¡
Ya veo, ciegamente merodeo tus pupilas
Y mis párpados se eclipsan
En ese instante donde el fuego rojo del amor
Hace volar las sábanas de nuestro techo.
Pero escucha, escucha el secreto de la s nubes
Cuando el viento las arrastra a un sin fin de formas inanimadas.
Hablan de nuestra memoria viva, de esa memoria
Donde los felices instantes se embarcan en los sueños.
¡Nuestros sueños¡
Libres sin ese martillo incesante destripador
De nuestras huellas, de nuestras singladuras
A través de los astros.
Sí, soy yo
Océano sin forma donde ahogados y navegantes
Luchamos por el labio a labios, por la mano a mano
Por la esperanza que danza sin la hoguera de gorriones muertos.