lunes, abril 29, 2013

La nada de las mareas...(relato)


Algunas veces los pajarillos son vigías de las andaduras del amanecer. Joviales cantan al alba con la emotiva tonada del despertar.  Si, ese despertar que a veces se hace amargo. Tiene que partir por los caminos tortuosos del destierro. Eso siente ella. Se va como alma que cae en las profundas esferas de la desesperación y por un amor es marginada de esta ínsula. La calima dice que se irá a otra donde el castigo de su vida será andar por los desiertos de sus manos. Cae el año 1970, la dictadura todavía es ennegrecida sombra que hostiga al sexo femenino. Que culpa tiene de ella de enamorarse de un ser casado. Un ser que se desprende con ella en cada mirada, en cada caricia. El barco está ahí. Sí, ahí en ese gran muelle donde las gaviotas son eco de los que se van. Arena y soledad le espera en ese nuevo mundo que ha sido designada. Por un amor, un amor corriente del corazón que cuando se alza no mira la realidad en que está amparada la vida. Se fue con un muelle apagado de la despedida. Sola, con su espíritu embarrado de la pesadez de la incertidumbre. Fosas oscuras le esperan. Prolongados silencios hasta que se cumpla su condena ¿Por qué?, se dice. Por qué el amor es presa del castigo. Ella solo quería amarlo. El solo quería amarla. Pero él se queda. Ella se va. Ella es esa espina negra de la sociedad que hay que quitar. Incompresible es  a su cavilar. Un cavilar que se vuelve doloroso. Se va con su pena embriaga de desesperanza, con sus ojitos marchitos por lo injusto que es el destino. Caerá en otra tierra. Una tierra desconocida y donde el sol será hostigar de sus llagas y la luna la hará presa de la desdicha. Una melodía fúnebre suena en sus entrañas y la cara de la muerte la observa, la mira, la toca como si fuera su amiga. El barco se difumina en un horizonte escabroso. A lo lejos la nada. La nada de las mareas. A veces siente unas ganas irremediables de ser parte del océano. Sí, como esos ahogados, como esas ballenas que pueblan su vista. Pero no. No puede. Es aire enrarecido  de su destino. De una esperanza que se pudre a medida que se acerca aquella otra isla.  Adiós, dice. 

viernes, abril 26, 2013

Subes....



Subes por los acantilados del silencio con la libertad de ser ave de la noche negra. Que cuando ella venga volaras hasta el infinito de las estrellas. Manantiales se revientan y el agua que cae sin destino es el rumbo de ese velero que indicará el universo. Asciendes por sus afiladas rocas hasta que en la cima eleva tus brazos a la atmósfera que te envuelve, que os envuelve. Gritas. Sí, gritas con las ansías de hallar la libertad de tus singladuras en un ambiente que se rinde a tu. Jadeas y eres ave y eres riachuelo que se expande por las sendas de los sentidos. Sientes tu levedad. Eres ligera, pluma que desciende con una nueva visión. El océano te espera, si tu revolverte libre en el aire te llevará hasta el romper de las olas. 



jueves, abril 25, 2013

Vamos...


Vamos, cógeme de la mano para así ser centinelas de las flores que pueblan las praderas cuando la noche bebe de la luna. Salvajes son sus almas que han crecido en el cuenco de la frescura de una primavera. Ven. Sí, agárrate a mí con la fuerza de la brisa cuya balada es cómplice de lo que avista nuestra mirada. Que te amo. Que me amas. Nos envolvemos en las pisadas de la humedad cuando el tardío canto de un ave nocturna nos avisa del temblor de nuestros cuerpos cuando somos raíces de este planeta. A veces nos tenemos ganas de volar por el firmamento oscuro acompañadas de los astros pero habitamos en esta tierra donde la belleza aún existe. Vamos, cógeme de la mano y a ras de nuestros sueños emerjamos en los senderos de la libertad. Vienes a mí con tus palabras que son caricia fértil donde mana el arroyuelo del cual bebo. Vienes a mí con tu sonrisa emotiva de unos ojos cómplices de los míos y cierta flauta nos induce a ser danza de las hogueras que son lumbre de los corazones. Sí, agárrate a mí como vertical horizonte donde verde blancas y verdes alas nos harán explosionar por los caminos del amor. 

domingo, abril 21, 2013

Y sin duda...(poema)


Agua que corre
Cuerpo de raíces
Y sin duda el volar
Por los rincones
Donde un magma calla.
Somos afinidad a los ecos de un volcán
Que viene con su danza solidificado
En el mecer de las alas.
Y sin duda
Somos ese espíritu
Que hace sonar los tambores de los astros
Cuando la verde esperanza
Es planear sobre nuestras entrañas.
Y sin duda
Somos una violencia acabada
Donde los pétalos de la libertad
Nos deja soñar.
Si, soñar
Con esa mirada penetrante
De la madre tierra. 

sábado, abril 20, 2013

Vuelve...


Vuelve una cierta atmósfera donde el emerger de la brisa caliente nos induce a ser lento andar por la orilla de una playa. Cuerpos desnudos se expanden a medida que el ronroneo de las olas es grito de sus rostros disfrazados. En la intimidad, cuando el océano vomita su blanca suavidad cabalgamos en el. Pensamos lo maravilloso que es su tacto cuando la humedad recorre nuestra piel como amante aventajado de las jornadas. Nos introducimos más y más, más allá de esa barra de magma solidificado donde a la deriva van a las barcas. Intentamos ser parte de él. Pero somos retorno a esa orilla donde el cansancio nos brinca el placer de ser aliento de su nada. Otra vez la vida. Nacemos con la sensación de un eco que se prolonga en la sonrisa. El silencio y la soledad nos acompañan. Eso soñaba. Se despertó con la sensación vaga del calor. Se levanto y abrió sus ventanas de par en par. Vio el ambiente una especie de neblina amarilla a causa de la calima. El ardor de la brisa le quemaba los labios. Pero no le importaba que ser parte de ese estado de la naturaleza. Descalza dejó la sonata del vientecillo que penetrará por su ventana y se dirigió al baño. Allí una ducha de agua fría la estimuló suficiente para pasear por esas calles vacías empolvadas. Miraba aquí, miraba allá y el silencio hizo su pacto con el tiempo y la soledad hizo su pacto con los seres. Sus pasos lentos, su voluntad con celeridad decidió aproximarse a esas veredas donde el rigor  de las arboledas las hacia permanecer estáticas, quietas con el único soplido del aroma de su verdor. En ese instante su sensación se sumergió en espejos que nos miran. Si, los arboledas la observaban, examinando cada fragmento de ella que se iba evaporando a medida que el sol declinaba. Quiso tocarlo y lo tocó. Su roce provocó un cierto alivio, una cierto respirar pausado en su mirada cuando descubrió que eran iguales. Sí, las mismas raíces ancladas en la tierra, la misma  savia corriendo por nuestras venas, el mismo estado de ánimo cuando la madre naturaleza nos impulsa a hechos desagradables, hechos afables. De sus ojos comenzó lágrimas de gozo. No estaba sola, no había absoluto silencio. Las palabras de aquel árbol la caricia de sus ramas  la invocaban a la eternidad de las emociones positivas. 

jueves, abril 18, 2013

Ibas...


Ibas caminando por allí. Sí, por esos lugares donde a nadie se le ocurre ir cuando la noche navega con la sonata de constelaciones. Te aproximaste al árbol más viejo, más débil, ese cual el gris de su tronco anuncia la muerte que viene. Te sentaste y con el resonar de la brisa dibujaste un corazón. Un corazón pequeño en su piel. El te habló. Sí, lo recuerdo. Te dijo que con los años tu amor sería ese mecer entre tus manos. Lo escuchaste y un suspiro de tu ser despertó tus sentidos. Ya no te acordabas. No recordabas que aún lo estabas esperando….

domingo, abril 14, 2013

¡Como te levantas...¡


¡Como te levantas¡ Sí, cometas al viento mientras un lago azulado es espejo de tus vuelos, de las rutas que has de seguir. Continuas con tu espera, una espera que se prolonga a medida que las aguas apacibles es el reflejo de tus singladuras. Aun no te he preguntado si deseas ser amante de las estrellas, de esa luna vigilante que nos ampara en su regazo, de ese sol brioso que nos da cierta calidez cuando el viento frío se evade. Sí, no me he inmiscuido en el frondoso resonar de los cascos de una añeja yegua que sigue tus pasos cuando eres corazón de pájaros al encuentro de la libertad, de tus sueños. Y así te levantas con cierta melancolía que envuelve tu limpia mirada, tu noble fortaleza cuando eres ese jugo irresistible de la vida. Yo desde aquí admiro la caricia encantada con que tratas a cada cosa, a cada objeto por muy tatuado de muerte que se halle. Sí, me emocionas. Intento hacértelo saber pero la oscuridad que oscila entorno a mis venas me hace ausentarme, erguir mi mirada hacia otros ojos de pálida palabras, de sentimientos rajados en el devenir de las jornadas. ¡Te admiro¡ Sí, ese alzar de tus alas con el continuo balanceo de esta tierra. Vertical, con cierto verdor en tus manos. 

miércoles, abril 10, 2013

Amante....


Amante de los roques que se retuercen en su corpulencia. De una primavera que lleva, que trae la respiración profunda del verdor. Nos arrimamos al llameante sol que a veces oscurece los pétalos bajo la sombra de nuestro cuerpo. Somos esa hoja que cae cuya ramificaciones nos adelanta el paso a dar.  Llanuras que esconden el camino, ese  camino que será la nave a la eternidad. Sí, una eternidad donde el arco iris asome la esperanza a la madre naturaleza, a esta tierra donde los desequilibrios rompen rostros, estruja corazones. 

martes, abril 09, 2013

Mujer Palmera....(relato)


Caminaba hacia la montaña la mujer palmera. Quería beber de sus cenizas dejadas después de la erupción así transformarse en alas que cubren el frío viento norte. Iba desnuda la mujer palmera. En ese lugar no habitaba ni un alma ¿Por qué ¿, se decía ella cuando sus pies descalzos rozaban la dorada arena que la llevaría a ese monte. Caminaba y caminaba. No tenía prisas, solo el eco del sol que ascendía en la mañana era guía de su andar, solo las nubes que iban dibujando cada deseo que impregnaba en su corazón.  Y llegó, llegó al pie de ese montículo grandioso donde el respirar de sus rojizos y azabaches tonos le hacia inspirar no se que nostalgia. Comió de ellas y sintió el renacer de sus pasiones. El encantamiento exuberante de magia de ser parte de ellas. Mujer de lava y Palmeras. Entonces, entonces…Comenzó a sentir algo calido bajo sus pies. Una especie de manantial de aguas agradables y transparente mirada. Bebió de ella. Se miró en ella y la imagen que observó era la de una joven. Sí, la juventud andaba dentro de ella, sus ganas de otra oportunidad volvían al cauce de sus venas transformándolas en alas que volarán lejos, muy lejos….

domingo, abril 07, 2013

La tarde...(poema)


La tarde.
El sosiego.
Yeguas que trepan al vacío.
Jarrones de agua que devuelven la voluntad,
La voluntad de ser ave libre.
La cara oscura.
El temblor de los mirlos.
La mirada inquieta
Que asiste a los espejos del alma.
Tu ser.
Mi ser.
Seres que a la deriva invocan la caricia,
La sutil melodía de lo desconocido. 

sábado, abril 06, 2013

Y apareces...(poema)


Y apareces.
Si, con el deseo recóndito de los sueños
Que no se pierden en el desierto.
Vienes a mí.
Sí, con la canción del encuentro,
Con ese dilema que traspasa las fronteras de los corazones
Cuando somos flores sobre el pecho.
Cuanto te he echado de menos…
Ah, tú también…
Retozas con las blancas espumas
De un océano no lejano
Y nuestros cuerpos son auge del amor.
Te quiero, sí.
Siempre  te lo digo.
Me quieres, sí.
Siempre me lo dices.
Que los astros nos llenen de fortuna
Al compás que nos abrazamos, que nos acariciamos.
Para que este querer
No decaiga en el paso del tiempo,
En las migajas retorcidas del cansancio.