domingo, diciembre 29, 2024

DIVAGACIONES DE UNA LUNA MENGUANTE

 


Mareas donde mi mano fluye en la soledad. Una soledad en destiempo cuando el ayer vencía mi cuerpo. Ahora, callada, mirando la luna menguante respiro sus entrañas navegando al son del oleaje. Un faro queda, aún. acentuándose en cada giro sobre si mismo saluda a los llegados, despide a los idos en barcos de papel.  Fallecen las fuerzas, el mañana se enhebra en desaliento, en una desgana que los hace hijos de las profundidades de los océanos. Sus rostros dibujan sufrimiento, el exhalar de la sed, del hambre. Vuelvo a la orilla, el faro mudo, con luz irradiando una noche de luna menguante. Suspiro, tomo aire, contemplo mi soledad, esa sombra conversando con las pardelas de un nocturno ciego, sordo a la esperanza y cierro los ojos. Puede que el desanimo o no, me venga a buscar. Puede que las fronteras se extingan o no. El viento viene barriendo todos mis deseos, me abrazo y me lio con el canto de las caracolas. Espero que el naciente sea sol que me dé la respuesta y abro los ojos, y retengo ese suspiro donde su imagen se hace hueco en el vacío.  Y aquí estoy donde las mareas fluyen en sus soledades, en su danza con almas tragadas por la insonoridad de la huida. Aquí, quieta , soy callar de viejas heridas solidificándose como pilares de mi despertar, de ese mañana donde sobre cetáceos surcare el deseo. Oh, deseos prohibidos, inquietos venís a mí. Y aquí estoy, en la orilla, en un naciente del crepúsculo donde mi canto se eclipsa en la dejadez, en una ilusión evaporada, difuminada a ras de mi calma. Oh, deseos vanos, me miráis. Catáis cada encuentro de mis manos con las mares. Y siguen llegando, los hijos de las mareas , del despecho, náufragos de sueños exterminados por las guerras inagotable y el tiempo se declina, el tiempo se cansa y este pensamiento mío es corriente gravitando en ti. Sí, en ti. Oh, deseos perdidos dónde estáis. Uhm, amanece.

sábado, diciembre 21, 2024

LA PARADA

 


A diario aunque el otoño figure en su lucidez se sentaba en la parada esperando esa guagua que la llevara a su destino. A diario, aunque el otoño sea tormenta de fuertes lluvias se sentaba en la esperada…esperando y esperaba y el autobús pasaba y el chofer se le quedaba mirando, con la una simbólica pena en sus ojos. La miraba , ella no se movía, no se levantaba y el la saludaba con una afable sonrisa y continuaba. A diario, aunque el otoño estremezca las mareas y el despertar anuncié el movimiento de la ciudad se sentaba en la parada. Uhm, sus años habían entrado en la dejadez aun así lucia sus labios de un carmín como bienvenida a una nueva jornada en el que ella estaba esperando. A quién…a quién…Sus hijos desaparecidos en la bruma del olvido jugaban aún en si pecho, en su memoria. Tal vez, los estaba esperando y ella sonreía y charlaba con todo el que se sentara a su lado. A diario, aunque el otoño detonara una plomiza tristeza en su atmósfera se sentaba en la parada, las palomas , con tiempo claro se arrimaban a sus pies y ella le daba migas de pan entretanto esperando la llegada de la guagua. Cuando se detenía, ella, con un atisbo en la puerta trasera ojeaba quien iba dentro luego, se sentaba otra vez, seguía escuchando el sonido del otoño, el sonido de las palomas, el sonido de la voz humana quien saludaba, quien despedía. Y a diario cuando la noche se acercaba con presura recorría con su memoria cada paso dado e la mañana y retornaba a su casa. Un halito de desgana brotaba en sus pisadas. Un grito de soledad hacía recorrer por su envejecido rostro una lágrima. Un aliento de desesperanza la embriagaba y despacito y callada cerraba su puerta.

jueves, diciembre 19, 2024

CREPÚSCULO

 





Un crepúsculo

El oleaje, sereno

El viento en la huida

Aves que callan

El otoño se disemina

En paredes de nubes ausentes.

El aliento de las calles.

Una luna que me besa.

La sinceridad de la tierra

La calma de las jornadas

Un pensamiento

Una belleza

La maravilla de llamarte

Un silencio

Anónimas cartas

Atmósferas de sed

Sin embargo, la calma

Aunque las aves callen

Aunque la memoria te retenga

Aunque el deseo prisionero

Sea lamento del equilibrio.

 

miércoles, diciembre 18, 2024

DIVAGACIONES DE UNA LUNA NORTE

 


Luna del norte, está presente. Mientras mis huellas se dejan a ras de una tierra que avanza donde las flores de invierno saludan al son de un viento que no cesa…Tic-tac…Tic-iac, las horas, los minutos, los segundos se entregan al pasado que no es el ahora, dejo mi memoria en un rincón donde el malestar y la discordia no moleste, no sea ese estorbo donde rompe la pena en un llanto alargado en este presente que ya se ha ido frente un espejo donde mi cuerpo semidesnudo baila. Y baila , solo, con los ojos puestos en mis ojos, con mi vientre puesto en mi viento. Con calma , al filo de lo gélido. Un gallo canta, son las seis de la mañana. Despierto donde los sueños elaboran mi verticalidad, pausadamente , frente al espejo sigo bailando condicionada por una melancólica música que me lleva lejos…muy lejos…tic-tac…tic-tac. Atraída por el cosmos, me agarro a una estrella en toda su dimensión, en toda su gravedad, en toda su luminosidad. Pido un deseo. La luna del norte sigue presente. Ah, me encuentro con mis amados, con mis amadas almas en un pensamiento que deja paso a una alegría. Y porqué no, la belleza imperfecta acoge mi mano y soy puente entre riscos donde los dragos dan cierta sombra. Y me pregunto que será, será de mi mañana, cuando nazca de nuevo, cuando los gallos saluden el nuevo día, cuando los pájaros cantan a la hermosura de esa mirada rescatando la mía. Esta tierra será diferente, distinta, la naturaleza se erige en tormentos y seguiremos los pasos de nuestras creencias, de nuestras ideologías. Del espejo, mientras mi cuerpo danza al son de un tic-tac…tic-tac sale una mano, una mano suave. Le entrego la mía y la pesadumbre nos relata nuestro hoy, que es el ayer, que ya se fue. Su sabiduría me entrega las riendas de lo hermoso, de eso que es bonito de esta gente que transita por la isla. Y soy olvido, me olvido de cada estrago, de esos estorbos del pasado. Levanto los ojos y veo un halo verde, azul, naranja al son de mi danza. Emerjo donde mis pisadas no sean eclipsadas por cristales rotos. Emerjo donde las ballenas llevan su canto. Y , aquí, en esta tierra, en la isla soy prospero deseo del mañana, que se habrá ido con flores nueva.

domingo, diciembre 15, 2024

LLUEVE

 


Y comenzó a llover en el mes de diciembre, la isla luce un haz de un otoño que se asemeja a una primavera. Los pasos se saludan cuando a ras de la hierba húmeda continuamos con nuestras vivencias. Y comencé a despertar, a exhalar un sereno anhelo de querer verte, de querer descubrirte, de querer ser hechizada con el aliento de las rocas donde las olas rompen. Bach retumba bajo este techo en su concierto a violín como nómada de mis huellas. Me retraigo, me anquiloso sobre este diciembre, espero que la luz de esos rayos inclinados dé pincelados a mis ojeras. Respiro. Me sustento donde el horizonte es canto de cetáceos, donde mi ventana da donde los gallos sonoros anuncian la nueva jornada. Y aun así, te llamo, descuelgo mis sentidos y mi razón acosa a mi corazón en continuar donde el espacio imperfecto es atmósfera que atrapa a los amantes. Dejo un ápice de tristeza contagie mi espíritu arrastrándome en esos campos, en esos pueblos donde la devastación, la destrucción, las esferas del odio y la ira incontrolada se es asidua visita a cada segundo, a cada minuto, a cada hora. Y comienzo a lagrimear…lágrima clavada como hoja afilada de un cuchillo en mi pecho pero no decaigo, me levanto y en el sostenido alzamiento de mis deseos vuelvo a pensarte. Vuelvo donde los sueños bellos, buenos me nutren de un arco iris universal en el paso del tiempo.  Y el tiempo pasa, el clima donde nos situamos será distinto en las estaciones, las constelaciones será soles de nuevas ilusiones. Y es diciembre. Y comenzó a llover….cojo mi maleta y guardo los recuerdos y a ti. Sí, a ti amor mío, te conserva donde los pájaros cantan, donde la irradiante maravilla del amor es único lugar de la verdad.

sábado, diciembre 14, 2024

EL VIENTO


Una ventolera palpitante al ritmo que la hierba corre a ras de los pies. Un mundo diminuto que se mueve en el sentido de un cosmos, oscuro, silencioso, anacrónico. Cúmulo donde alberga quien sabe , otras vivencias. El pensamiento utópico de la paz, de la libertad de pueblos condenados al gemido, a la desazón. Si supiéramos que somos polvo de astros en medio de un océano eterno e infinito donde nuestro yo rebasa fronteras invisibles. Si supiéramos que nuestra llegada al exitus pronuncia el adiós de este modo de existencia, expandiéndonos en una conciencia cuyo tremor peregrino en nuestros actos. Si supiéramos que estamos y no estamos, que todo es un proceso cíclico de se repiten las peores y descabelladas ideas de la razón humano en delito a nuestros semejantes. Pero, me asomo, el viento…el viento. Un viento polar que nos dice de las estaciones desviadas, que nos dice que estamos aquí, ahora, en un tiempo que ya se ha ido y queda en nuestra memoria. Si supiéramos que las fuerzas del universo confluyen en un caos hasta el equilibrio. Estoy inmersa en una conversación con el sol, nuestra querida estrella, sol. Ella me alienta a ser reiterado fragmento minúsculo de este mundo libre. Suena un piano, dice algo sobre los sentimientos, sobre la poética luz de los sentidos, de la razón. Atenta, escucho las voces calladas de los pájaros, de las gentes que en hileras de miseria se balancea enraizada a esta tierra. Esta tierra de todos y de nadie. Esta tierra donde hemos nacido a la sombra de arboledas y mareas y subimos a sus cumbres como exorcismos del mal…ese mal innato en las lenguas serpenteantes en nuestro entorno. La ventolera continua, me entrego al placer de ser rostro gélido en la uniformidad de sus palabras, silenciosas. Entre tanto dejo correr los manantiales de esta vida. Una vida que se sienta en una respiración profunda y pacífica. El piano suena , versos envueltos en alguna tristeza escondida, misteriosa, inconclusa en el paso de las estaciones. Mis ojos caen , se cierran y un suspirar amamanta de mi verticalidad, mis pasos del día de hoy. Abro el grifo del baño, me miro al espejo y mi rostro es sustancia de los años. Y no es que halla envejecido. Y no es que tenga desazón. Y no es que me falten fuerza. Neutra, indomable persigo mis sueños ¡Ah¡ esos sueños. Ay, sueños del alma mía. Ahí estáis…el viento, el viento hace surcos en  este ambiente y saludo como hubiera vuelto a existir. Estática escucho…al viento, al viento. En estamos en diciembre, la nulidad del ayer es angosto pasillo donde el hoy se hace vuelos de deseos. Por ello, el olvido cruza la frontera y el viento….el viento, trae el hechizo de lo ido, de lo que viene en la eviterna recóndita esperanza.

 


jueves, diciembre 12, 2024

HORIZONTE NACIENTE

 


Frente el horizonte naciente de los hijos del sol, de las mareas. Nuestras manos, verticales, albatros al encuentro de playas vacías. Nos aquietamos y estáticas somos vertiente donde los deseos reverdecen. Hemos nacido con esta nueva jornada donde las luces del alba dicen de nuestras historias pasadas. Nos miramos, tragamos saliva y nuestros vientres se unen en canto del querer, de esos cuerpos ya ancianos que despiertan al son de las estaciones. Es otoño, la lluvia parece venir, el frío culmina en nuestros ojos en la autentico de este amor…que es amor. Sonreímos frente el horizonte naciente, aún una estrella perdida queda en el cielo, le arrancamos un deseo, nuestros deseos. Aquí estamos. Nos levantamos y un aurea azul descansa en nuestras espaldas.

sábado, diciembre 07, 2024

LAS ARBOLEDAS DE LA MEMORIA

 Siempre caminábamos juntos, anquilosados en las noches de otoño donde las luces devotas a la tradición condicionan esta sociedad. Y ahora te distancias, te evades donde mis ojos confunden el desánimo con las lágrimas. Son muchas estaciones de andén en andén al encuentro de una espera que se perpetua en una memoria perdida. Intento recordarte y tu intentas recordarme. Nuestras manos viejas dicen de un ayer donde las mareas pronunciaban nuestros nombres. Nuestras manos viejas dicen de un hoy donde el labio a labio son flores marchitas. Alzo mi brazo y vuelvo a confundirme, tú no estás, son las sombras peregrinas hacia el silencio, hacia un vacío donde los cuervos se ramifican como hijos de la soledad. Pero, siempre, caminamos juntos. Sí, en el quehacer de las sombras retumbantes de aquellos días donde éramos ráfagas de la pasión, de emotivos mensajes en la distancia. Ahora, todo ha terminado, el último tren nos espera en un viaje al infinito de los montes, a lo eterno de las olas. Y, sin embargo, te hablo, me hablas, aquí estamos en las calladas jornadas donde nuestros cuerpos son ecos de la memoria vencida, de la memoria desvanecida del ayer. Un Orión impertinente nos visita, como siempre, por estas fechas. Nos envolvemos en nebulosas pronunciadas de astros y somos hijos de ese cielo profundo. Y te recuerdo. Y me recuerdas. Nos recordamos cuando difuminadas arboledas visitan nuestros callados paseos


lunes, diciembre 02, 2024

CUANDO LOS PÁJAROS CANTAN

 


Es temprano, digo yo. Si temprano cuando los astros cercanos son puntos de luz del naciente de la madrugada. Me levanto, así, como todas las noches cuando el reloj imparable indica el descanso. Enciendo un cigarro, noto en mis paredes yermas, en mi cuarto desierto solo el olor del tabaco que en espiral se sumerge como camada de estrellas su presencia. Me viro , lenta, somnolienta, sin miedo y ahí está su figura, viste camisa blanca y falda celeste. Es ella, no sé perspectiva, que hipnosis, que sensación me motiva a decir que sí, que es ella. Me vuelvo acostar, tranquila, con la quietud de olas mansas cuando la luna levanta. Tic-tac…tic-tac, las horas se convierte en un refugio de sueños fundidos en la nada. De nuevo me levanto. De nuevo me siento. De nuevo enciendo un cigarro. De nuevo estás paredes que denotan la ausencia. Me viro lenta, segura, adormilada y su presencia se hace más vital, más comunicativa, es ella. Sí ella. Ella que años…muchos años atrás había partido donde la materia no más que energía expandiéndose en el universo. Ahora se concentraba aquí, en esta habitación que solo huele a decepción, a una soledad continua en el tiempo. Sonrío y vuelvo donde las sábanas de una noche de otoño deshilan hojarasca al son de la ventisca, de un clima exasperante, desquiciado. En el letargo, soy aliento de un nuevo mundo, de una nueva emoción, de una nueva visión desde mi verticalidad. Y me vuelvo a levantar, amanece, un sol brioso con su declinación otoñal me baña, visita mis ojos y los cierros. Su quietud ante la noche ida me calma, me inyecta en una atmósfera donde los pájaros cantan, a destiempo. Voy al balcón, me asomo, una bocanada de brisa refrescante acoge todo mi rostro y la recuerdo. Está aquí, donde vivió. Su silencio ha quedado, la sonoridad de su tacto caricia mis manos y mis manos acarician la belleza de su mirada. Y es temprano, digo yo. Debo continuar donde las aceras sucias ahuyentan lo malo. Debo continuar donde los pájaros cantan. Debo continuar en lo vital de la vida…..¡Ah¡ su sonrisa, me mece en el sentido de esos diminutos instantes que nos que somos ecos del ayer. Un ayer que nos condiciona los pasos del hoy.

sábado, noviembre 30, 2024

DIVAGACIONES DE UN NOVIEMBRE

 


Una tormenta solar viene arrastrando la atmósfera tierra, su plasma se enciende y una aurora boreal cae sobre la isla. Sí, la isla, en medio de un océano donde los cetáceos llaman a los atlantes. Un pensamiento visionario se rompe en nuestro corazón e intentamos recomponer nuestra casa , tierra. Mientras la tarde se hace espesa, la calima se transforma en un alma de arena que nos caricia al momento que las pisadas se hacen pausadas, sudorosas. Un pensamiento de que quizás te encuentre, de que tal vez te busco en los sentidos contrarios de la isla. Levanto mi mirada, al horizonte, la gama de colores se enquista en mi memoria y arrastro todo el mal que poseía hacia una calma certera. Converso con los días y el desánimo se enfrente a columnas de hielo que se derriten. Pero, me levanto querida. Sí, me levanto y mis ojos en el hechizo de una aurora ve el reflejo de tu silueta como espíritu conectado con mis manos. Nuestras manos, unión de un mañana. Sí, de un mañana donde los astros cantan y la vida se agita en las banderas blancas de la paz. Y te espero. No, no hay prisa, aquí te escribo como anónima estela de estos días, de estas islas donde los cuerpos se mueven al son de un sol, un sol verde, amarillo, azul exaltando la alegría. Ahora, me despido, me envuelvo entre paredes blancas en sintonía con un letargo prolongado sin el temor de no hallarte, de no hallarte y conversar con tus labios.

miércoles, noviembre 27, 2024

SENTÉMONOS

 


Nos sentamos, miramos esta tarde apagada, plomiza. Meditamos sobre las flores marchitas que pronto reverdecerán. Sentimos , que aquí estamos, con la singularidad de pájaros susurrantes. Nos apiadamos de esos hombres donde el viento impredecible e implacable nos trae malos recuerdos. Y, sin embargo, aquí, en el ahora nos sentamos en la particularidad de una nueva jornada que nos silba en el todo del universo, en la nada de una materia oscura donde la vida se hace la nada. Callemos, todo está quieto y nosotros sobre esta pequeña roca esperamos la luna, cuando los nubarrones se distraigan con otros lugares ajenos a nuestros sentidos.

 

viernes, noviembre 22, 2024

VENID

 


Venid, venid quiero escuchar el canto de las olas rotas, de la hierba estrangulada por un noviembre donde el sol truena. Venid, venid sé parte de mi corazón cual confunde el amor cuando de sus lágrimas pena en la penumbra.  Venid, venid amadas de mis sueños, conversar con los cielos yermos es muy cruel, es muy duro y el mal alborota esta casa donde mis pasos se pierden en la nada. Venid, venid santuario de cetáceos, sed vientre de un nuevo camino que me lleve hasta la calma tras está tormenta de la dejadez, del desánimo, de los aires malhumorados de las jornadas.  Una luz penetra en mi pecho y el baile da pie a un piano sollozante cuando su amada se refleja en un espejo donde mi cuerpo se mece con el sonido de cuerdas de una vida que no me pertenece. Venid, venid arboledas de la sombra, de la lluvia grácil de nuestros deseos. Aquí estoy, frente al mar, su infinitud es trinar de mi verticalidad bajo un horizonte callado, remoto. Me descalzo, corro por el pasillo y el sudor expulsa el olvido ¿Me recuerdas? Aquí estoy amor en las esferas enrarecidas de quererte, de amarte en la oscuridad de las lunas. Venid, venid deseos vanos, caracolas murmuran su nombre y aquí estoy, donde las manos no alcanza tus labios, bajo el abismo de acantilados donde las olas rompen.

sábado, noviembre 16, 2024

divagaciones

 


Aquí estamos donde las islas ovacionan a las mareas inmortales en el transcurso del despertar. Nos comprometemos con alistarnos en los caminos de la paz con la sostenida armonía conversando con los astros. Un amanecer se vierto lento, broncíneo con el halago de una brisa suave que calma las gargantas secas. Mis manos , tus manos, nuestras manos son el sonido de la palabra muda, de la calma retratada más allá de las olas. Y sonreímos, mientras una pardela gime a lo lejos entre los acantilados del silencio. Aquí estamos donde los brazos se extiende en el angosto pasillo de una nueva jornada, libres.  

domingo, noviembre 10, 2024

ELLA BAILA SOLA

 



Ella baila sola, como todas las bailarinas. Se fue donde la bahía llamaba a las ballenas y en la orilla donde en la arena dorada del crepúsculo hundió sus mullidos pies, su dolor, su sufrimiento. En un gesto lento alzó sus brazos donde el sol llamaba al despertar. Y en esta danza se movía al son que las voces de las olas eclosionaban sus sentidos, verticales, expansivos en su baila. Ella baila sola, detrás del escenario cuando una grave lágrima estrecha su rostro como mujer fuerte, como bello espíritu en al danza con las gaviotas. Ella baila sola, ajena a todo aplauso, a todas luces se fijaba en sus pies, desvariados, destruido en el sonido imperfecto del mar. Después se detuvo, una parada que la hizo inspirar y espirar con lo vaguedad de sus pulmones, de su garganta rota. Caviló sobre esa soledad, sobre ese encuentro con la memoria de las mareas que era su memoria, que era su vida en el ritual de las jornadas. Por un instante se levantó el telón y el escenario era vigor de las gentes que ocupaban sus asientos. Era gratificante por segundos después el silencio, un manojo de rosas de algún admirador, el hervor de su cansancio. Ella baila sola, como todas las bailarinas. Se miró al espejo y el maquillaje difuminado por el sudor , el esfuerzo marcaba su destino, en el mañana. Ella baila sola, se sentó en la playa, un poco de quietud no viene mal y como dicen los sus antepasados, frente a frente, nunca le des la espalda, a la soledad de las mareas que bien traidoras son. Estática y con su respiración lenta se quedo mirando el mar, el faro, esa bahía donde el errante desierto de su corpulencia le hacia mirarse sus pies, huesudos, heridos y el más allá de su existencia. Y comprendió todo lo que le habían robado, su plenitud en vuelco del oleaje, cada vez más agresivo a medida que su terreno era invadido por cemento. Y ella baila sola, mujer de cristal donde los espejos reflejan el amargor de su pena, de su agotamiento, de su resistencia a la caída, al abismo. Su cuerpo también había sido invadido, por la dicha de la gloria, por los esos aplausos cuando los cisnes cantan a la oscuridad.

sábado, noviembre 09, 2024

LA MEMORIA DE LO COTIDIANO

 


Pensaba que era su cura. Horas y horas alimentándose de su visión en el rumor de las olas, en ese mar que todo lo limpia, que todo lo sana. La miraba como se mira al vacío cuando el tremor de la pena ahonda en el pecho. La miraba como se mira la herida cuando la herrumbre no deja curar en el curso de los días…los días. Y los días pasaban en un otoño donde el calor anómalo se pega a nuestras espaldas. Su enfermedad degenerativa la llevaba al alejamiento, a veces con momentos de lucidez, a veces con momentos de la nada.

Cómo te encuentras hoy, me dice ella en esa conversación cotidiano cuando nuestros cuerpos se nutren del despertar en sábanas revueltas. Yo contestaba que bien , qué más decir, para que contarla de mi tristeza, de ese llanto que me sondaba a cada instante, en ese preciso momento cuando la realidad a plena luz del día se aproxima.

Mi madre, oh querida madre se iba.  Se iba por esos carriles de la desgana, de la monotonía, de la demencia hostigadora con el paso de los meses. Y aquí estoy con ella. Sí, con ella, despechada por la claridad de las ideas, escuchando como el rumor de las olas se ceba su adiós de las raíces de esta atmósfera. Sus manos frágiles, transpirables las poso entre las mías y cometo una batalla en un viaje imposible, donde la memoria de las mareas se pierde, con ella.

Me abrazas, pones tu mano sobre mi hombre y me animas. Aquí, las tres donde el océano deja la isla. Aquí, donde las gaviotas en sus alientos en espiral corren hacía su presa. Aquí, donde una mañana de otoño desprende su olor de algas.

Y esto no es la cura sino disfrutar de sus últimos momentos en que sus ojos aún pueden hablar, aunque su silencio es eviterno. Las olas vienen y van. La marea está baja, la calima tiñe de un amarillo pálido el cielo.  Oh, madre, querida madre, así es la vida. Hablaremos cuando los astros iluminen nuestras almas más allá de esta tierra. Ella no desvía su mirada del vaivén del oleaje. Un perro anda suelto y ello despierta su atención. Siempre ha amado los animales. Se entretiene con ello y puedo ver como se perfila una sonrisa en sus labios. Y yo también sonrío y ella también sonríe. Nos agarramos fuertemente la mano y esta evasión de lo cotidiano de la vida lame cada preocupación, cada mortificación habida en mi razón.

Caminamos un poco, ella en su silla de ruedas. Y en la orilla nos fijamos en esa felicidad comprometida con el reino animal, con la madre tierra. Pienso en mi final, que no será el mismo, pues el ultimo aliento está en el testamento vital. Ronroneo mi mañana, que es mi futuro y escenifico mi ida. Mientras lucho con los demonios de mi reconditez, quiero que se quede aquí conmigo mientras pueda, que su despedida sea lo más gratificante, bonancible posible. Regresamos junto a ella, cada una coge cada mano y con esa sonrisa fiel seguimos ese perro y el aliento en espiral de las gaviotas.

 

 

 

viernes, noviembre 08, 2024

LA NOCHE

 


La noche. La calima. Quietas mareas donde la memoria se difumina. Mi silencio. Mi soledad. Mis palabras insomnes en medio de la nada. Lo estático de las estaciones. El final del aliento donde las olas rompen. Ando donde las cerraduras cabalgan en su hegemonía. Ando donde los ojos se oscurecen al termina el día. La noche. La calima. Entregada a las alas de la esperanza me compongo y cada pedazo de esta isla que piso es soga que me enmudece. Callo y el callar es una tristeza o tal vez una desgana o quizás un cansancio. Pero la noche viene. La calima se hace densa. Los astros hablan del mañana y ese mañana será un despertar donde los sonidos de cuerpos mecidos en sus callados camino andan en lo ausente, en la memoria que muerde su ayer. La noche. La clima….

viernes, noviembre 01, 2024

DIVAGACIONES DE UNA MAÑANA DE NOVIEMBRE

 



Lo simple, lo humilde, lo pacífico de lo cotidiano. Un sol recae en mis hombros y levanto en la verticalidad del horizonte. Un abrazo mece el vacío y levanto en la verticalidad de mis ojos. Aquí, ahora y lo efímero de este tiempo que nos observa con la sutilidad fértil del vivir. Inspiro y espiro, lento, con las cerraduras a todo mal. Escucho los pájaros y el callado ritmo de las arboledas. Aquí, ahora y la quietud de mi ánimo en el hábito de la rutina.

domingo, octubre 27, 2024

LA DESPEDIDA

 


Estoy cantando. Sí, cantando , ahora que el final de mi vida en esta isla reclama a la alegría. La enfermedad se embrutece, enturbia, entumece cada uno de mis movimientos y ese dolor que rompe rocas en el abismo insonoro se escuece en mis ojos. Estoy cantando. Los años son largos, mi cabello cano se enraíza en cada una de mis vivencias. Veo aquel día donde corría en la intrepidez de la inocencia. Veo aquella hora donde ella , en una plaza, esboza una sonrisa de rosas roja. Veo aquel enjambre de estudiantes universitarios sin saciar su futuro. Veo las batallas donde los pájaros callan entre tanta y tanta miseria. Veo la huida del más fuerte a las orillas impenetrable de las mareas. Me veo yo, caminando con la canción de las soledades, de los amigos. Ahora que canto, en este silencio mío, pasan por mi mente fotogramas de cada vivencia, sea buena , sea mala. Y reconozco que he vivido o no en las gargantas de los desfiladeros que nos lleva hasta este día de hoy. Sola, aislada, con la vejez de mis pisadas. La muerte viene, lenta pero viene. El sufrimiento se hace imposible, rajando mis sueños de hoy, del ayer. Frente a mi una playa, esa amada avenida donde mis paseos cotidianos alumbraban el saludo. Y ahora que es de madrugada y la luna se esconde, estoy cantando, cojo mi bañador y me dirijo a la arena. Mis fuerzas mermadas me lo permiten , creo que es el ultimo pensamiento hasta la muerte. Una lágrima se restregaren mi mejilla. No. No me despediré, me es igual mi fortuna, ahora no vale. Sí, lo digo, ahora no vale la pena.. Y digo no vale la pena. Me iré donde este cosmos ampare mis huesos quebrados, mis carnes flácidas, mi dolor. Y por ello canto, no quiero comprometer a nadie, he permanecido postrada en un sillón, en una cama por mucho tiempo y digo que ya es hora, ya es hora de cruzar esta dimensión para descansar mi cuerpo, para que mi alma vuele más allá de la vida, para que mi voz recorra el oleaje de otros mundos. Estoy con el bañador, el agua está fría, no tanto para la fecha que estamos. Orión me mira y yo lo miro como parte de mi existencia. Veo las gentes idas. Veo la última cena donde me reunía con mis amigos. Veo mi ultimo trabajo. Veo mi piano, callado. Veo el adiós.

miércoles, octubre 23, 2024

ESTA SOY YO

 



Escúchame, está soy yo

Mujer errante de un firmamento oscuro y profundo

Mujer de un oleaje invisible ante los espejos de la conciencia

Mujer de vientos noroestes embriagada de una añoranza.

Mírame, está soy yo

Mujer blanca

                Mujer negra

Mujer de las danzas de la noche con los astros

Mujer de baladas tristes en el eco insonoro de los pájaros

Sin más, soy yo.

La, la, la , la

Escúchame, está soy yo

Mujer nacida de los bríos de las flores nuevas

Mujer vocacional del vientre con vientre

Mujer de sexo anónimo a ras de las tentaciones

Mírame, esta soy yo

Mujer del querer maldito

Mujer hechizada por las lunas de un universo confuso, caótico

Mujer a mujer en el paso del tiempo.

La, la, la, la

Esta soy yo

domingo, octubre 20, 2024

LAS ÁNIMAS DE LOS PASILLOS

 Los pasillos son almas escondidas en la intemperie de su ayer. Ambulo a ras de sus narraciones vividas cuando en el despertar mis ojos concluyen en mis pasos. Las huellas son eco sonoros que se percibe y cuentan de lo amargo, de las alegrías, de sus idas de esta atmósfera azul. Ese mismo halo que ahora los envuelve y viajan en ese espacio diminuto de sus quejidos. Yo, como si nada, ando al cuarto de baño. Una ducha fría esboza mis sentidos y la verticalidad de mis hombros sigue el ritmo de mis piernas. Los escucho, un cuchicheo que se alarga hasta que el sol de lumbre toda esta casa. La luna aun permanece intacta, intocable, hermética ahí arriba, hacía el norte. La veo desde mi ventana de la cocina mientras una cafetera impulsa el despertar de la jornada. La casa es vieja, sus paredes gruesas. Y es cierto que siento el vagar de estas ánimas cuando espabilo. Luego, como si el tiempo y espacio se expandieran se funden en un adiós. Un adiós no muy largo, hasta el crepúsculo de la mañana siguiente. Un gallo suena a lo lejos o no tan lejos, en las calles donde aun la isla duerme. Y ellos, me transmiten de que somos hijos de otros hijos. Hijos de un cielo de otro mundo que una vez posaron en la huida aquí.  Yo, me siento indecisa, pero al tiempo contenta. Somos un planeta donde el retroceso de nuestra visión nos lleva a mundos dispares en esta gran madre , nuestra galaxia. No me sorprende que esos mundos hallan llevado los mismos errores a otros, esferas ancladas en guerras inacabables,  en muertes violentas zanjando así lo cotidiano, lo normal de nuestras vidas. Venimos, crecemos y nos vamos. Nuestras ondas energéticas se expanden y concluyen para reiniciar después una nueva existencia. Quizás mejor, quizás peor.  Todo es cíclico , una repetición de actos que me llevan por este pasillo donde las almas escondidas lucen sus baladas transciende en el curso de las estaciones.  Y hoy los escucho y no pienso, me visto , salgo y respiro de las arboledas otoñales en lo estático de las horas. Aprovecho este momento que estoy aquí y no allí, donde los pasillos esconden


martes, octubre 15, 2024

BAILANDO EN SILENCIO



 

La sonoridad de los desaparecidos,

La invisible pena de la pobreza

La caída libre de los corazones

Los marchitos ojos de los deseos

El derrumbe de las almas

Lo continuo de la soledad

Las palabras cesadas en la agonía

Los pasillos indecisos lumbre de sombras

La despedida de tu caricia

Un adiós que lame el llanto, la desgana

El febril resonar de la llamada

Y te llamo, y te nombro

En el anonimato de mis deseos.

En el callar de mis despertares

En lo frío de los nocturnos

Cuando la luna asoma

Y te lloro, y te busco

En las ráfagas de la razón

En las calles sin farolas

En las estaciones fatigadas.

Cierro mi boca

Expulso la memoria

Y me vengo al ahora

Bailando con el silencio.

domingo, octubre 13, 2024

EL CREPÚSLO DE LA MAÑANA


 

En el crepúsculo de la mañana

En el brío de los ojos

En el corazón abierto a la lluvia

En los pasos conversando con la soledad

En el yo retraído tras una ventana que da a la mar

En el canto benevolente de los cetáceos

En la tonalidad exultante de los pájaros

Un espejo

Un recuerdo

Un deseo

Una belleza

Me encuentro

Te miro

Te ausentas

Soy espera

Soy crepúsculo en la mañana

Los sueños emergen

El beso viene

Lento, pero viene

Te saludo

El ocaso de dioses hambrientos

La nada

El todo

Y al final, respiramos, nuestros alientos

 

sábado, octubre 12, 2024

EL SALUDO

 


Estoy aquí, en la atmósfera exterior. Miro el planeta tierra, lo saludo. Buenos días, cómo estás. Una incertidumbre lo arrasa. Un ambiente que lo hace dudar en su mañana. Las guerras son inconclusas. La contaminación es frenética. El hambre castiga a los inocentes. La sed evidencia nuestro egoísmo, nuestra ira sobre llanuras donde la aridez raja gargantas. La solidaridad se ha vuelto como una condena, cadena perpetua con navajas a ras de las espaldas cansadas de los sueños de que puede ser, de que puede haber un aire de esperanza ante tanta y tanta muerte y demolición.  Estoy aquí, desde un satélite donde habita la nada. El mundo azul se vuelve extraño, desconfiado, presa de malas enfermedades arrastrando a nichos comunes a sus gentes, a sus especies. Desde aquí, donde las noches son largas y la soledad me alumbre cuestiono que es el ser humano. Detrás de la una historia singular, autentica para cada uno de uno de ellos. Somos de corpulencia parecidos, pero de vida distinta. Ahora los echo de menos, quiero bajar al planeta tierra o mejor dicho al mundo donde cada hábitat es insostenible y despreciado por otro que no es otro sino nosotros mismo. Alguien habrá a la par de mi andar, de mi conversación y callaremos cuando los sentidos nos de el aliento necesario para afrontar su realidad. Y su realidad , la misma que la mía, nos convencerá de ese querer por belleza de un abrazo, de un crecimiento benefactor de la paz. Mientras, estoy aquí, en un satélite donde los vientos son desenfrenados. Sola, con la idea de un mañana donde dormiremos en nubes azules de tranquilidad. Me transformo y vuelo, mi viaje es largo, me vuelvo si esta gravedad me lo permite al mundo azul. Lo echo de menos con sus batallas y sus derrotas. Necesito la mano amiga que cambie las sensaciones denigrantes, nefastas que apuran ese clima, ese planeta habitable donde sus noches estrelladas nos dice de la llegada de un mañana agazapado en el sonoro resonar de la armonía, del equilibrio , cortando su desenfreno, su delirio. Mientras preparo mi nave al vacío del universo, donde su sonido crepita en lo sublime y solemne, me apuro antes de la que su despedida sea demasiado tarde. Oh , tierra, estamos aquí donde los sórdidos llantos del miedo alumbran la mayor parte de tu faz. Oh, tierra querida mía, ya hemos llegado y todo sigue igual durante siglos y siglos indeterminados. Las civilizaciones se autodestruyen en ese instinto de venganza arraigada al pasado, un pasado muy lejano. Un pasado aislado del ahora, que estamos en otros tiempos, en otros espacios condicionados por los necios del horror. Y aquí estoy, de nuevo en casa, bajo mi techo, mi despertar es lúcido, transpirable, claro y deseo que las manos , sean de donde sean, se aúnen y alcen caravanas de pañuelos blancos en la deriva de los días. Me despido querido mundo azul, ahora necesito descansar, el viaje ha sido muy largo.

domingo, octubre 06, 2024

DIVAGACIONES DE UN DOMINGO DE OCTUBRE

 



Estoy , dentro de un instante no estaré, trascenderé donde los sueños son nubes blancas susurrando lo bello por tu amor, inspiro y expiro, en ese deseo dormiré donde las caracolas me mecen en el trasiego de la noche. Estoy, dentro de un tiempo que es el ahora , que es el ya que se fue te besaré, que te he besado sin darte cuenta de este amor en la desolación de mis manos, vacías.  Eviternamente vacías, un otoño gris desdibuja mis ojos secos, un otoño lento me ausenta de lo real y en esta ensoñación que no es ya ensoñación escribe las ganas de verte. Sí, verte donde las cumbres anuncien la alianza de nuestros labios. Sí, verte donde los riscos sean sonoros ecos de nuestros ojos. Sí, verte donde los pájaros , en su hermosura, son briosos jardines de la pasión. Estoy, dentro de nada desaparezco donde una marea acuna mi corazón solitario. Estoy, lo efímero se vuelve extraño, los sentidos se adormecen y la palabra , estática, rumia tu esencia. Estoy, estaba, no estoy, estaré , que más da, todo pasa. Sí, todo pasa, estar o no estar no es importante solo, el aliento del camino a seguir. Una arboleda seca raya mis pisadas, una arboleda donde se confunde la noche con el día confluyendo en un mismo estado. Y Estoy, cantando una vieja canción que dirán esta pasada de moda pero que el impulso me regala un halito de alegría. Me siento libre en este octubre donde las gallinas y gallos se cruzan en mi andar. Estoy, dentro de unos segundos no estaré y seré ese cuerpo conquistado por la invisibilidad del recuerdo cuando estaba. Pausadamente recolectaré cada haz de la memoria . Y esta memoria mía será tu presencia, ahora que ya no es ahora.

miércoles, octubre 02, 2024

EL ENTIERRO


 

Se humeaba una secuencia de una balada que caía a medida que su cuerpo se iba enterrando. Se iba, su materia, donde los bichos se alimentarían para no más ser polvo de esta tierra, raíces que en lo profundo abraza los astros. Una lagrima de emoción , de la sensibilidad que manda se dejaba ver en los rostros. Hasta la mentirosa de su cuidadora, un ser hermético, que asentaba su medicación. Todos los sabíamos y callábamos. Un halo azul nos envolvió entonces, la cuidadora torpemente cayo en la fosa. Su gemido airado, sus gritos desbarataron el entierro. Una risita se oyó detrás de nosotros, sus hijos, sus nietos, sus sobrinos. Y espantada, con el corazón en la boca salió del agujero. Ahora me vienen esos recuerdos, un recorrido que se hace pesado en la vida cuando nos perdemos en su ida. La balada sigue sonando y es difícil esas jornadas donde las prisas de un otoño se lo llevaron. Y ahora me siento y ese halo azul me acoge y esa ira me equilibra para escupir toda esa mala gente. Sí, porque nos movemos en lo cómodo, en lo fácil para rasguñar la riqueza, aunque sea a costa de lo indefenso , de la ignorancia. Y aquí estoy, cuando la noche me enseña el reencuentro del pasado a cámara lenta. Me desvisto, escucho esa balada y tomo un café y este otoño es memoria de aquel que masticaba un chicle, de aquel que en la lejanía veía como la pala cubría su ataúd, de aquel abrazado a la mano de un ser querido como iba siendo la despedida, de como aquella que se cayó estaba hirviendo en un cavilar impreciso, de como sus nietos alumbraba ese tiempo que ya había terminado, de como su tonada erraba en esa atmósfera y de cómo el silencio producía el ultimo temblor a esos cipreses que decoraban el cementerio, de esos rosales que se abrían en cada tumba, de nichos de flores secas en la dejadez. Y dónde estás ahora, seguro trotando en una persona donde entregas todo tu yo y que tropezaré a lo largo de las estaciones. No me recordarás, pero tus maneras abogaran por tu nuevo nacimiento donde la luz de tus deseos querían. Aunque yo no lo sepa, estarás ahí, donde sombras borrosas escribirán nuestros pasos por esta existencia. Siento esa balada de aquel día de la despedida que tanto te gustaba, no te preocupes aun converso con ella.

domingo, septiembre 29, 2024

EL ULTIMO VERANO

 


Iba de mi mano. Juro que iba de mi mano, paseamos entretenidas en las vivencias del mercado de los domingos. La música folclórica tintineaba a nuestro rededor y nos quedamos embelesadas. Así, como imantadas por las secuencias de esos sonidos de la isla en su ánimo, en su motivación de una sonrisa decaída hacia unos días. De repente, al paso de minutos. No sé u horas, fui a decirle algo y ya no estaba solo, su perfume…su perfume de frescas lavandas. Miré a la muchedumbre y entre ella y se había perdido de mis ojos y mis sentidos masticaron que quizás, que tal vez lo hacia queriendo. Quedando su paso por mi vida en la nada. Pero estábamos en la isla. Muy lejos no podría ir, la encontraría. Esos instantes en que la soledad me invadió sentí como se resquebraja los pilares formados en este amor , que no es amor sino una costumbre de años, una dejadez que nos suelta en medio de un prado y no saber ser independiente. Ese fue mi temor, que fuera una corta despedida en silencio. Los músicos terminaron y ese ruedo grupal se abrió. Ella no estaba. Mis pensamientos se mezclaron con el abandono, los puestos seguían su ritmo. Este era el fin. Me senté en un banco, cerca donde tocaban el grupo folclórico. Estuve hasta que la luna beso mis ojos cansados, hasta que un gato famélico se restregó en mis pies, hasta que los borrachos vagaban a voces no se que locura, hasta que me quedé dormida como una más en la intemperie de una noche de otoño. Alguien toco mi hombro, era un policía. Intente explicarme hasta que ese discurso mío termino en el vacío. Volví a casa andando, abrí cuidadosamente la puerta y allí estaba , la carta del adiós. Una lagrima no quiso retorcer mis mejillas, era norma, el cansancio había durado demasiado, mucho más de lo que esperaba. Sin embargo, esa casa olía a ella. El piano comenzó con un leve sonido, aquella melodía triste que tocaba cuando el abatimiento nos ataba, nos unía. Y comprendí, todo ha de fluir, no hay que depender de cada aprobación o negación del que está a tu lado, tenemos que decirnos por nosotros míos, aunque no valga, aunque sea tarde, aunque sea erróneo. Y nuestro error fueron todos estos años absurdos desnutridos de vivencias, de deseos. Me senté en el sillón, escuchaba las teclas de un piano tocado por su aroma y la he pensado, un deje de pena me alcanza y otra vez agotado he caído en el letargo. Y los sueños me hablaron. Y los sueños me abrazaron. Y los sueños me dibujaron de un mañana. Y los sueños se despidieron. Ella iba de mi mano y ahora no….mi memoria es aliento de ese tormento del ayer y despierto, y la paz sacude mis ganas en una taza de café, sola.

jueves, septiembre 26, 2024

los pájaros a ras de mis sentidos

 


Los pájaros a ras de mis sentidos

Un piano balbucea alguna melodía

El fuego de septiembre prende el sudor

Y el agotador recorrido de la tarde

La tersa lagrima de una pena peculiar

Que no es una pena de una misma

Es una pena de lo interminable de las batallas

Inmersas, estáticas en el tiempo

Y el tiempo deshoja las arboledas perdidas

En la condición de ser sombra de los inocentes

Asomamos nuestros pañuelos blancos

Y las palomas expiran su último aliento.

Y de un instante todo es silencio

Y de un instante todo es dolor

Y de un instante todo es herida

Y de un instante todo es desorden

Un piano sigue en su melodía

Los pájaros a ras de mis sentidos callados

Sin embargo, albergamos belleza

Belleza imperfecta a cada canto de las olas

A cada tregua de las batallas perdidas

miércoles, septiembre 25, 2024

LA SECA HIERBA

 


La seca hierba erige los montes

Septiembre exhala su despedida

Los cuerpos en el tono de los ritmos de la brisa.

Los ojos yertos en la pesadumbre de un quejido

Las mareas , quietas, desenvainan un acuerdo

Y las manos al unísono derivan donde la espera abraza.

Una espera de arco iris, una espera de cantos reverberando la paz.

La lluvia vendrá, cascadas recorriendo los insomnes en la guarda

El verdor impregnará los montes, sus miradas perdidas.

 

martes, septiembre 24, 2024

LA ANCIANA

 

Danza, danza con tu escoba en las raíces de palmeras deshilachada. Rondas el faro, te trae nuevas…nuevas noticias abrumadoras más allá de este mar que blinda la isla. Soga que te ata en un canto cerrado, en círculos mientras enciendes una hoguera donde ahuyentas los espectros del ayer, donde llamas a los espíritus del hoy. En tu curso, en tus arrugas y tu pelo blanco has visitados muchas gentes desencajada, desolada, lastimada, triste y has aprendido con el don de tu escoba y esa danza donde una oración emerge de tus profundas entrañas llevarlas al bien, a lo bello de la vida. Sí, porque la vida es bella…no para todos. Según el ángulo, según el sustrato social , político, económica que lo ampara. Piensas, es la noche, una luna en el poniente anuncia repetidamente y temblorosa los nombres de aquellos que se han ido y has amado y también de aquellos, de aquellas que partieron al vacío. Visionas la hogueras, quemas todas esas malas manías obsesivas convulsivas de la isla y te sientes caer. Y naces, danzas con tu escoba al derredor de ella. El faro te avisa del lamento de personas de otra orilla en su huida masiva y catastrófica como hijos de las caracolas y las algas. Y meditas , que carajo le ocurre a este planeta, a este planeta chinijo azul. Tan turbulento , tan dañado, tan envuelto en bocanadas feroces de los clavos ardientes a lo extraño, a lo desconocido. Y danzas, danzas con tu escoba bajo una noche de luna de poniente y un faro silbando tembloroso de lo que rompe en sus rocas, ahogados de la esperanza. Y a ti te llaman bruja del faro, demonio de las madrugadas cuando las barquillas llegan e intentas dar calor a esos humanos aferrados al engaño, aferrados a la ilusión, a ese anhelo clavado en sus pechos, en sus corazones. Danza anciana del faro con tu escoba alrededor de fogatas encendiendo un halo de paz.

sábado, septiembre 21, 2024

LOS OJOS DE LA LUNA


 

Los ojos de la luna

Claro de una nostalgia

Protectora de los delirios

Verticalidad de los sueños.

Viene un viento

Arrasa la memoria oxidada

Un nuevo andar surge en la palabra silenciada.

Los ojos de la luna

Perfilo tus caricias

Tallo tus besos

Edifico raíces en la sensación de amar

Y la paz se observa

Los ojos de la luna

Pájaros quietos

Pájaros callados

Pájaros fertilidad de la esperanza.

 

jueves, septiembre 19, 2024

QUE BELLA TE VES

 


Que bella cae la tarde. La marea, revuelta. Y da igual. Que bella te ves así, con tus ojos verticales en el horizonte. Una llovizna de septiembre se empecina por romper este nuevo renacer de la noche. Y da igual. Que bella con tus piernas visitas cada rincón de la isla en tu memoria. Y da igual, los años seca un almanaque. Un amor ausente te viste y miras las olas como hojarasca de tus recuerdos, de tu hoy. Y da igual. Que bella, te levantas y vienes a mí y conversamos en las horas muertas de esta soledad. Esta soledad que nos tiñe de gris, de negras sombras. Y da igual. Que bella te ves , recibes noticias de un mundo dormido bajo las nieblas del terror. Y da igual, sigues aquí donde la palabra revive una sonrisa. Que bella eres, con tus años enraizándose en el amor. Y da igual, el oleaje sabe ti, dejaste la pena en una maleta vagando por las mareas sin fin. Que bella viene la luna, tan perfecta, con un halo de flores nuevas besando tuslabios. Y da igual…

sábado, septiembre 14, 2024

el viento de los pajaros

 


Viento:

La brisa insiste en tildar las ventanas con su suave soplo. Un ruido casi imperceptible pero sonoro para aquellos que en el nocturna retumban en sus pensamientos, en una memoria que recoge cada minúsculo fallo de sus vivencias, ya sea error de ellos, ya sea voracidad de otros. Observo como esos cuerpos descansan. La luna menguante pisa con un firmamento estrellado, me pregunto que amarguras sopesan en esas gentes algunas, tan contradictorias y otras tan seguras en cada aliento que se endereza en su día a día. Ahora estoy aquí con la brisa que por momentos toca fuerte, quiere despertar a esas almas ausentes de la mirada, de la escucha, del habla.

 

Anne:

Amanece, mi cuerpo junto a la sonoridad del silencio. Los años pasan. Quizás te haya encontrado pero cierta incertidumbre me abruma, me escondo en un rincón donde mis artes de amar no se detecten. Y, sin embargo, amo. La amo desde esta reconditez donde las secuelas de la existencia aun me dejan respirar.

Espíritu :

No me ves. En qué punto de tu vida te encuentras. Examino y pienso que te hallas en ese ápice donde te da todo igual. Un desinterés por las cosas nimias. Has madurado y ya no necesitas de una mano para levantarte. No obstante sigues en tu búsqueda, en la inquietud de aves de paraíso volando a ras de las emociones, de cada sensación cuando alguien de abraza, te besa en tu cuello.

Anne:

Despegarme de la cama no me cuesta. Me incorporo y sentada medito sobre mí, sobre lo que quiero. Lenta voy a la cocina. El silencio de estas horas precoces de la mañana me lleva a una constante revuelta de una canción del despertador. Ahí, viene, con su canción, con mis sentidos cantando a la vez que el café viene. Sí, viene. Viene lento, pero viene y tomo de él. Una extraña sensación se incrusta en mi pecho y mis latidos , pausados, despiertan la necesidad de ser acompañada, amada. Pero esta nada….

viento

Te abro la ventana con un toque más arrebatado. Luces a la calle. Te asomas, los pájaros no tienen ganas hoy de cantar. Quizás, están como tú. En un silencio profundo, en un aislamiento intocable aunque desees, porque lo deseas que te amen.

Anne:

Recurre a mi mis manos, me las miro, las palpos y una cierta dejadez pesa ahora en los años. Pero ya no hay excusas, debo pensar que no es tarde.

Espíritu

Siempre igual, excusas para no emprender tu vuelo. Anímate mujer. Recorre el universo que hay en ti, el universo que hay en otros y regocíjate con el arte de amor que no es tarde. Lo tarde es cuando la muerte venga y seamos otra vez hijo del cosmos. Porqué eso somos cuando seamos encuentro con nuestro nicho, con nuestras cenizas.

Anne:

Quiero ser ciega. Quiero ser sorda. Quiero ser muda. Tanta barbarie en este pizco de planeta. Presiento que algo me rodea, una sombra que me desquita de la pena por un lado y yo me voy al otro, a este mundo donde las guerras infinitas, donde la involución de muchos es metralla segura de vidas idas en la violencia y venganza absoluta. Por mi mente corre un vientre abultado, la tristeza me acoge. El hambre, la sed y me pregunto el porqué. Y como puede el ser humano en seguir creyendo en Dioses obsoletos, herméticos. Una respuesta que no es más para ayudar a la firmeza cuando los estragos sórdidos de los bombardeos, de la dejadez impera en esos pueblos.

Espíritu:

¿Dónde estás Anne? Te pierdes en violaciones a la dignidad de otros lugares. Esa dignidad que debe tener toda persona. Porque somos personas, somos aves que vuelan a ras de yermas tierras donde el agua vomite sequedad, venenosas batallas sin fin. Déjalo ya, Anne, no te mortificas, todo seguirá igual y después cuando la muerte venga , no más que polvo estelar.

Anne:

Siento que las ventanas se cierran. Siento que las ventanas se abren. Siento su golpeo incesante mientras me asomo a sentido de la vida. Aquí, quieta, con mi café.

viento

Como viento que soy , cierro y abro ventanas. Es hora de despertar Anne y no me refiero a ese despertar de tus ojos, de tu cuerpo sino del amor. Tienes que enamorarte, hay una muralla larga…muy larga que bloquea tu corazón y sigues así, en la soltura de tu callar y conversando sola con tu razón. Y esa razón te aleja, desiste de intentarlo. Ah, Anne, no te preocupes, algún día caerás en las redes del amor. Te atrapará y serás hermana de la lluvia. Sí, cantaras bajo la lluvia y le dirás te quiero. Te imaginas Anne, Anne.

Anne:

Yo Anne he jurado no enamorarme. Infortunios del ayer me hacen desistir en esa emoción, en la sensibilidad de ser roce con otra piel. Miro mis manos, mucho han trabajado, siguen vacías. La gelidez de un aliento llega a mis entrañas y sacudida por este extraño mundo me alejo, me ausento donde el dolor no tiene cabida.

Espíritu.

Ah, ese dolor Anne. Tan grave ha sido que te has despedido. Pero atiéndeme, no sabemos lo que ocurrirá en el transcurso de las jornadas. Solo sabemos del ahora que es ya pasado y el mañana puede romper todos tus tabiques, todos esos pilares donde habita tu olvido, el olvido de amar.  Anne , querida Anne, he venido para verte, siempre estoy aquí, pero que tu conciencia me escuche. Dale una oportunidad a la vida, a la vida en esta tierra hija de todos. Oh, Anne, querida Anne, refúgiate en unos brazos que de seguro toda irá bien. Anne, querida Anne, todo irá bien.

Anne:

Y enamorarme de este mundo que me vio nacer. Este mundo enojado, violento y presa del engaño sin la tregua de las armas, de la insolidaria matanza de todas aquellas raíces del mismo árbol. Cada día se extiende más. Escucha, escucha, el gemido de una anciana cuando ante ella solo hay campos de sangre, de gritos en medio del silencio que la hacen penar , balancearse en un temblor estático en el paso de los soles, de las lunas. Y enamorarme con el sustento de una nueva forma de ver, de charla con mi amada¡ Dónde está¡ El agotamiento señala mis alas, no escucho el trino de los pájaros y el despertar se ha callado! Y enamorarme de ti, de mí de la alegría que al unísono apaga las desgracias de este planeta, de azul planeta. Que se calle ese ruido de la monstruosidad, del apego a los demonios que llevamos dentro…muy dentro. Luchar y luchar, con mi yo, con todos para la  paz,  para el equilibrio en la madre tierra. Por tanto me emancipo de las grotescas imágenes de la realidad y esbozo un arco iris vital para la existencia. Miro mis manos, yermas, con la sequedad del dolor, el dolor de esa maleta del que navega a un destino incierto y muchas veces traidor. El viento ha parado y una brisa agradable palpa mi tez, la beso. Si besarla como si fuera ella, como si fuera el lugar de la belleza. Una belleza imperfecta, caminante de la armonía entre los humanos.

martes, septiembre 10, 2024

divagaciones de un 10 de septiembre

 


Vienes lenta, con la brisa dando su ultimo aliento a esta estación veraniega. El calor se arrima, son las primeras horas de un amanecer donde los pájaros permanecen callados y me llamas. Me llamas con la frágil promesa de alas partidas en el transcurso de las horas, de los minutos, de los segundos…de los años. No estás triste. Esa tristeza la has dejado atrás donde tu soledad se columpia con la edificación de tus raíces más allá de la verticalidad. Y vienes lenta. Y me miras. Y yo te miro. Y te digo que un mañana se asomará a nuestra memoria al unísono como eje de una nueva vida. Mientras, estamos aquí ¿Me hablas? Si te entiendo, un novedoso escenario nos presentara como hija de los vientos, como hija de los océanos , como hijas de un mundo donde el lamento no tiene cabida. Se que cuesta creerme. Confía en ti y después en mí. Dame la mano amor mío y conversemos con los soles, con las lunas que nos despierta esas sensaciones maravillosas del arte de vivir, del arte de amar. Porque te quiero. Me callo. No diré tu nombre. No diré donde el querer tiene su bella cuna meciéndose con ese otoño que llega. Descorro las cortinas. Me asomo al balcón. Un niño llora, toda la noche. Y no se que porqué intento localizar el llanto prolongado en la oscura noche. Y no lo encuentro amor…no lo encuentro. Y vienes, procuro abrazarte en mis pensamientos entretanto el amargo grito del nocturno aviva la incertidumbre de esta atmósfera que nos envuelve. Pero cuando duermo amor…cuando duermo y te sueño, la paz y la calma acarician mis sentidos. No obstante, esos gritos estremecen mi visión de este planeta. Un punto , un epicentro de una masiva cantidad de niños, de niños en la soledad que da la violencia, el maltrato, las incompresibles que guerras que desbaratan su mañana. Ay , amor. ¿Qué cansada estoy y tú, cómo estás? ¿Duermes? Sigue querida amiga, hay que descansar, hay que reponerse para las sacudidas intermitentes de la existencia. Yo sigo aquí, donde siempre, escribiendo lo mismo. Tal vez esperándote pero con la decisión de ser frente al infortunio, a la fortuna de ser hija de la vida, hija de la alegría. Ahora, todo es silencio. Y en este instante te converso, te llamo , te siento, te beso.

domingo, septiembre 08, 2024

lo insonoro

 


 Una tarde insonora,

Donde los cuerpos cabalgan en cansancio de la rutina.

Ojos que se miran

Más arriba de un cielo de arco iris

Con la palabra imperfecta de la tristeza.

Y llamamos, venid….venid

Astros de nuestros destinos

Cuyo misterio se lía a las jornadas calladas

En el mañana incierto de nuestros pasos.

Las huellas quedan,

Los sueños se estremecen y estropean

A medida que a través de una ventana

El sol no nos despierta, no nos da aliento

Para la nueva travesía de las olas.

jueves, septiembre 05, 2024

CINCO DE SEPTIEMBRE

 




Atardece

Una jornada donde su último suspiro

El frío se escribe en nombre anónimo

Viajero en mis sentidos.

Atardece

Y enamorada de la nada

Susurro una balada a tu ausencia

Perenne en mis manos.

Atardece

Y tú no lo sabes,

Las calles están aisladas

A mis ojos dañados por lo turbio de una brisa

Que me agota en la sombra del silencio.

Atardece,

Y callas

Y tú no lo sabes

De esa belleza …

De esa maravilla de hablarte

Frente espejos dispersando mis sueños .

Atardece,

Es septiembre, las cinco.

Y tu no lo sabes

Historias que duermen en mis espaldas

Tan cansadas...tan fatigadas.

Atardece

Y tú no lo sabes

Yo aquí

Tu, en un boceto de mis pisadas

Inventadas en la nada.

martes, septiembre 03, 2024

EL VIAJE

 

El secreto. Un secreto donde las lenguas de las tormentas atravesaban su espalda. Ella y las olas. Las olas y ellas. Gran cantidad de dinero había pagado para ese viaje de ida, de ida y posteriormente si las cosas salían bien de vuelta. Una embarcación la dejo a ella y a otros en una barca donde se estremecía, donde se rompía, donde la muerte era soga que los acosaba, los perseguía hasta no más que ser espíritus flotantes en lo profundo y la oscuridad de las mareas. El secreto. Todos guardaban el secreto, el secreto de un viaje de ida , de la muerte si no llegaba a la costa. Había dejado todo y sus espaldas presas del vacío, de sus queridos seres vagaba en sus sentidos para mantener la verticalidad. Una verticalidad descuidada, una verticalidad rota, una verticalidad de una pena de la agonía, una verticalidad de otros en la despedida . Un viaje de ida y una vuelta estática en el naufragio de los sueños. Pero su deseo era verdadero, se sentía abatida, llena de una esperanza que a veces era ráfaga inestable. Soñaba con llegar a la costa, iba dejando atrás sus otras ilusiones. Soñaba con sobrevivir. En su mente una mezcla de sopor y desaliento luchaba con la brutalidad , la agresividad del mar. Un mar de espíritus flotantes en lo profundo y oscuro que la llamaban. La llamaban y le decían regresa, regresa…vete de aquí mujer, no es lugar para ti. La desdicha abogaba en sus cimientos y su mirada firme, neutra solo era amparada por la mala mar. Atrás había dejado todo. Ese todo que era ahora la nada. La nada de su vida. La nada de su rutina. La nada de las guerras. La nada de una tumba que la llamaba. Ella, hermética, era ave que persistía en su secreto. El secreto de su sueño. Un sueño frenético. Veía ya próxima la costa. Un halito de esperanza vagaba en sus fatigadas fuerzas y su entereza se elevó, se levantó donde las caracolas cantan al adiós. Pensamientos inagotables traía su memoria. Toda una vida.  Toda una vida en la ruta de deseos y en un minúsculo espacio de tiempo se pierden y las caracolas cantando el adiós . Y ella se durmió. Un letargo acompañado de cetáceos en su canto de la despedida. Y ella se durmió. Ya era tarde en ese viaje de ida.

viernes, agosto 30, 2024

LA IDA DEL VERANO

 


El verano se va, una lluvia de este estado luce cuando despierto, cuando el sueño abandona mis ojos cerrados. Miro el techo, siento los pájaros cantar, siento el rumiar de la polución pasar alumbrando mis sentidos. Desvío mis ojos y el silencio de tu nada se cobija en mi frío, aunque es verano.  Llego a la ventana. El faro, girando, girando en esa bahía donde barcos gigantes se van y vienen. El tronar de sus voces se mezcla con la balada de las ballenas y yo te pienso, te converso aunque el silencio de tu nada se cobije en mi frío. Me levanto, doy mis primeros pasos. No se escucha nada, un mutismo que me hace temblar a medida que me aproximo a la cocina y hago el café. Uhm, su aroma despierta mis emociones. Un nuevo día, un nuevo amanecer donde tal vez…no , las murallas arañan mi corazón. Hermética permanezco frente a la ventana y sorbo a sorbo gatos famélicos maúllan en la calle y el verano se va.

El terror invade esta estancia, bajo este techo el temor de la soledad en años venideros son martillos que esculpen tu espaldas. Estás sola…muy sola. Siempre. Sí, siempre lo has estado. Y ahora ese callar de estas paredes la temes. Te haces mayor, te haces torpe y no encuentras y a lo mejor ni tan siquiera quieres encontrar a ese amor. Lamentos vanos. Ya se que vivimos momentos confusos, una lluvia ácida raja las estatuas y tu te conviertes en mujer desafortunada. Oh, Anne….Oh , Ann…qué hacer. Las estaciones golpean bruscamente y te sientes cansada, decaída, desganada. Sin embargo tus ojos dicen de la vida, una vida quieta en la armonía. Eres paciente. Esperas y esperas y las cosas han cambiado. El amor es un arte efímero que se instala en el vacío. Y no es por desilusionarte, habrá alguien más como tú…en esa espera. Pero el tiempo no se detiene, solo se pausa cuando somos ataúdes donde todos concurrirán a nuestra ida, donde cada uno ira componiendo cada pedacito de tu existencia hasta tenerla casi completa…casi. Y nada sabrá de tus penas, de tus deseos. Ah, Anne, deseas que te abracen, estás gélida. Te observo mientras tomas el café. Busca en los posos de el para hallar tu destino. Y todo es incierto, tenemos que ganarlo, tenemos que edificarlos con los suspiros al viento, al viento norte. No perder la cordura, no perder cada fragmento de ser tu misma. Tu, mujer única, como todo ser humano.

 

Y siguen cantando los pájaros, aquí los escucho, en un rincón de mi cuando la mañana continua. Venid, venid, posaros en mi ventana. La maravilla de la naturaleza hay que contemplarla y dejarla fluir. Qué bello es sentirlas, me acompañan, pero sin darme cuenta, te pienso, te converso. Hablo sola por estos pasillos donde el polvo de los muebles me estropea más.  Y tu, espíritu de las soledades, de las almas en pena vienes y me hablas, vienes y me escuchas, vienes y veo la realidad. Mi realidad, única, vagando donde los muertos son campos de mareas ante la huida. Un mundo que cambia delirante en batallas perdidas, donde somos ecos del horror.  Y la verdad, no salgo de mi asombro ante tantas situaciones aberrantes. El veneno esculpe las lenguas. El veneno se reproduce en la conciencia. El veneno llena el poder. Pero mi realidad, única, escritas al aire. Y ya no hay nadie.

Oh, preciosa mujer, te has ido. Tan lejos, que has sido olvidada. Te da igual. Eres indiferentes con esos años que llevas sobre tus hombros lo que opinen. Eres como un rompeolas donde no te pueden dañar. Oh, bella mujer, pero aun esperas, espera que llegue. Y llegará, cuando duermas, cuando tus sentidos adormecidos sean despiertos por el brío de su jardín de magnifica confianza. Sí, confianza. Eso necesitas- Ahora te abandono, alas grises son cumbre de tus sentimientos, arráncalas y serás libres y serás mujer donde el amor real visitará tu corazón. Observa, escucha esos pájaros que vienen a tu ventana. Ellos te darán la lumbre necesaria para saber de la vida. Una vida que se queda derruida ante las noticias horribles, tremendas en mal del ser humano…¡ Oh, el humano¡ Tan inteligentes para unas cosas y tan retorcido para otras. Y esos retorcimientos lapidan vidas que están gozando del sol, de la luna, de los días. Y ahora, llegando a ti, todo lo sufres pero te has hecho fuerte y tus lagrimas son no más espejo de tus latidos. Disimulas y con la brisa y la llovizna de esta mañana de los últimos días de verano te ilusionas y cavilas tal vez, quizás, a lo mejor llegará aquella que te acompañe en final de tu viaje. Una sonrisa se enhebra bella mujer en tus ensueños y continuas….y continuas. Uhm, la esperanza. La esperanza de una hoguera en una playa vacía donde trotan yeguas al son que las pardelas lloran de emoción y tu abrazada. Sí, abrazada a tu amor. Uhm, la esperanza y continuas…y continuas.

jueves, agosto 29, 2024

DESPERTARME...

 



Oh ,aves que rondáis mis sentidos, despertarme. Un sueño avaro, atroz lame mi vientre y mi rostro sudoroso clava agujeros en mi presente. Oh, aves de la mañana, de ese latir en lo más profundo del cielo, de las ramas venid…venid para ser alas de mis manos cansadas. Aquí estoy entre el silencio , en habitaciones gélidas donde ronda mi alma caída en las entrañas de la mala marea. Oh, aves del hoy y el amor no llega y mis cabellos canos se retuercen donde el sol se oculta. OH, aves , despertarme de este delirio. La espero, aquí, donde rumian los pasos cotidianos. Oh, aves, despertarme…la insonoridad me apresa y me entrega en las hogueras donde los cantos se hacen gemidos, donde la palabra se hace usurera y muda. La espero, aquí, donde las flores amanezcan. Flores nuevas de cada jornada cuando rondáis mis sentidos, despertarme¡ No merezco ser pozo de soledades, de calladas acaricia en el retorno de la mañana! Oh, aves del alba, despertarme. Un halito de luz penetra por la ventana e intento beber de él y no puedo, mi ánimo cae donde las sombras tatúan mi aliento. Oh, aves del alba, despertarme…aquí estoy acaso ¿ no me encontráis? Que el amor venga. Venga con su labio a labio en el surcar de los días. Y es bello este día, lo presiento, despertarme…

domingo, agosto 25, 2024

LA MUJER DE LAS TRENZAS GRISES

 


Atardece, casas blancas se asoman al ronroneo del oleaje, quieto. Es un día cualquiera donde los jardines de arena aurea anuncian que algún día vendrá. Se perdió en la noción del tiempo entre montañas agrestes donde la pisada se hace insoportable, intransitable. Atardece, una ventana de azul se rinde al sol, vahído en el temblor de la brisa. Y aquí espera…sí, espera , esa mujer de largas trenzas canas, de vestido negro anunciando el duelo. Pasan los años y sus arrugas es como lo degastado de las paredes que escuchan su sórdida pena. Y, mientras, friega y pone la mesa con un mantel a rayas, de rayas rojas. Ese color que la empuja a continuar en su soledad comida para dos. Pero no llega, los años ya han son almanaques mugrientos que quema su alma. Atardece y esa mujer de largas trenzas canas se asoma por un instante y mira esa violácea corpulencia del cielo, la lluvia viene. Pero el….pero el, efímero sueño donde las caracolas anuncian el hondo y ultimo aliento de los ahogados.

viernes, agosto 23, 2024

AHORA

 


Ahora que los pájaros no cantan

Ahora que la ciudad turbia la luna

Ahora que los pasos se pierden de esquina en esquina

Ahora que la lentitud de mis ojos rema al vacío

Ahora que el miedo se difumina en la verticalidad de las tardes.

Ahora que las maletas guardan viejos recuerdos

Ahora que los parques son sombra de soledades

Ahora que estoy aquí y me encuentro.

Ahora que lo imperfecto ama mis manos

Ahora que mis espaldas son ya jaula de cansancios

Ahora, te busco.

Te busco donde las mariposas embriagan flores

Te busco donde la luna no está

Te busco donde el mensaje se perdió en mareas inquietas

Te busco donde la calma relate mis sentidos

Te busco donde los caminos son luceros del ocaso.

Sí, ahora, te busco

Ahora cuando la espesura de la hierba columpia tu adiós

Ahora que corremos en el deseo eviterno del silencio.

Ahora que nuestras soledades son amparadas por acantilados

Donde rompen las olas.