domingo, octubre 06, 2024

DIVAGACIONES DE UN DOMINGO DE OCTUBRE

 



Estoy , dentro de un instante no estaré, trascenderé donde los sueños son nubes blancas susurrando lo bello por tu amor, inspiro y expiro, en ese deseo dormiré donde las caracolas me mecen en el trasiego de la noche. Estoy, dentro de un tiempo que es el ahora , que es el ya que se fue te besaré, que te he besado sin darte cuenta de este amor en la desolación de mis manos, vacías.  Eviternamente vacías, un otoño gris desdibuja mis ojos secos, un otoño lento me ausenta de lo real y en esta ensoñación que no es ya ensoñación escribe las ganas de verte. Sí, verte donde las cumbres anuncien la alianza de nuestros labios. Sí, verte donde los riscos sean sonoros ecos de nuestros ojos. Sí, verte donde los pájaros , en su hermosura, son briosos jardines de la pasión. Estoy, dentro de nada desaparezco donde una marea acuna mi corazón solitario. Estoy, lo efímero se vuelve extraño, los sentidos se adormecen y la palabra , estática, rumia tu esencia. Estoy, estaba, no estoy, estaré , que más da, todo pasa. Sí, todo pasa, estar o no estar no es importante solo, el aliento del camino a seguir. Una arboleda seca raya mis pisadas, una arboleda donde se confunde la noche con el día confluyendo en un mismo estado. Y Estoy, cantando una vieja canción que dirán esta pasada de moda pero que el impulso me regala un halito de alegría. Me siento libre en este octubre donde las gallinas y gallos se cruzan en mi andar. Estoy, dentro de unos segundos no estaré y seré ese cuerpo conquistado por la invisibilidad del recuerdo cuando estaba. Pausadamente recolectaré cada haz de la memoria . Y esta memoria mía será tu presencia, ahora que ya no es ahora.

miércoles, octubre 02, 2024

EL ENTIERRO


 

Se humeaba una secuencia de una balada que caía a medida que su cuerpo se iba enterrando. Se iba, su materia, donde los bichos se alimentarían para no más ser polvo de esta tierra, raíces que en lo profundo abraza los astros. Una lagrima de emoción , de la sensibilidad que manda se dejaba ver en los rostros. Hasta la mentirosa de su cuidadora, un ser hermético, que asentaba su medicación. Todos los sabíamos y callábamos. Un halo azul nos envolvió entonces, la cuidadora torpemente cayo en la fosa. Su gemido airado, sus gritos desbarataron el entierro. Una risita se oyó detrás de nosotros, sus hijos, sus nietos, sus sobrinos. Y espantada, con el corazón en la boca salió del agujero. Ahora me vienen esos recuerdos, un recorrido que se hace pesado en la vida cuando nos perdemos en su ida. La balada sigue sonando y es difícil esas jornadas donde las prisas de un otoño se lo llevaron. Y ahora me siento y ese halo azul me acoge y esa ira me equilibra para escupir toda esa mala gente. Sí, porque nos movemos en lo cómodo, en lo fácil para rasguñar la riqueza, aunque sea a costa de lo indefenso , de la ignorancia. Y aquí estoy, cuando la noche me enseña el reencuentro del pasado a cámara lenta. Me desvisto, escucho esa balada y tomo un café y este otoño es memoria de aquel que masticaba un chicle, de aquel que en la lejanía veía como la pala cubría su ataúd, de aquel abrazado a la mano de un ser querido como iba siendo la despedida, de como aquella que se cayó estaba hirviendo en un cavilar impreciso, de como sus nietos alumbraba ese tiempo que ya había terminado, de como su tonada erraba en esa atmósfera y de cómo el silencio producía el ultimo temblor a esos cipreses que decoraban el cementerio, de esos rosales que se abrían en cada tumba, de nichos de flores secas en la dejadez. Y dónde estás ahora, seguro trotando en una persona donde entregas todo tu yo y que tropezaré a lo largo de las estaciones. No me recordarás, pero tus maneras abogaran por tu nuevo nacimiento donde la luz de tus deseos querían. Aunque yo no lo sepa, estarás ahí, donde sombras borrosas escribirán nuestros pasos por esta existencia. Siento esa balada de aquel día de la despedida que tanto te gustaba, no te preocupes aun converso con ella.

domingo, septiembre 29, 2024

EL ULTIMO VERANO

 


Iba de mi mano. Juro que iba de mi mano, paseamos entretenidas en las vivencias del mercado de los domingos. La música folclórica tintineaba a nuestro rededor y nos quedamos embelesadas. Así, como imantadas por las secuencias de esos sonidos de la isla en su ánimo, en su motivación de una sonrisa decaída hacia unos días. De repente, al paso de minutos. No sé u horas, fui a decirle algo y ya no estaba solo, su perfume…su perfume de frescas lavandas. Miré a la muchedumbre y entre ella y se había perdido de mis ojos y mis sentidos masticaron que quizás, que tal vez lo hacia queriendo. Quedando su paso por mi vida en la nada. Pero estábamos en la isla. Muy lejos no podría ir, la encontraría. Esos instantes en que la soledad me invadió sentí como se resquebraja los pilares formados en este amor , que no es amor sino una costumbre de años, una dejadez que nos suelta en medio de un prado y no saber ser independiente. Ese fue mi temor, que fuera una corta despedida en silencio. Los músicos terminaron y ese ruedo grupal se abrió. Ella no estaba. Mis pensamientos se mezclaron con el abandono, los puestos seguían su ritmo. Este era el fin. Me senté en un banco, cerca donde tocaban el grupo folclórico. Estuve hasta que la luna beso mis ojos cansados, hasta que un gato famélico se restregó en mis pies, hasta que los borrachos vagaban a voces no se que locura, hasta que me quedé dormida como una más en la intemperie de una noche de otoño. Alguien toco mi hombro, era un policía. Intente explicarme hasta que ese discurso mío termino en el vacío. Volví a casa andando, abrí cuidadosamente la puerta y allí estaba , la carta del adiós. Una lagrima no quiso retorcer mis mejillas, era norma, el cansancio había durado demasiado, mucho más de lo que esperaba. Sin embargo, esa casa olía a ella. El piano comenzó con un leve sonido, aquella melodía triste que tocaba cuando el abatimiento nos ataba, nos unía. Y comprendí, todo ha de fluir, no hay que depender de cada aprobación o negación del que está a tu lado, tenemos que decirnos por nosotros míos, aunque no valga, aunque sea tarde, aunque sea erróneo. Y nuestro error fueron todos estos años absurdos desnutridos de vivencias, de deseos. Me senté en el sillón, escuchaba las teclas de un piano tocado por su aroma y la he pensado, un deje de pena me alcanza y otra vez agotado he caído en el letargo. Y los sueños me hablaron. Y los sueños me abrazaron. Y los sueños me dibujaron de un mañana. Y los sueños se despidieron. Ella iba de mi mano y ahora no….mi memoria es aliento de ese tormento del ayer y despierto, y la paz sacude mis ganas en una taza de café, sola.

jueves, septiembre 26, 2024

los pájaros a ras de mis sentidos

 


Los pájaros a ras de mis sentidos

Un piano balbucea alguna melodía

El fuego de septiembre prende el sudor

Y el agotador recorrido de la tarde

La tersa lagrima de una pena peculiar

Que no es una pena de una misma

Es una pena de lo interminable de las batallas

Inmersas, estáticas en el tiempo

Y el tiempo deshoja las arboledas perdidas

En la condición de ser sombra de los inocentes

Asomamos nuestros pañuelos blancos

Y las palomas expiran su último aliento.

Y de un instante todo es silencio

Y de un instante todo es dolor

Y de un instante todo es herida

Y de un instante todo es desorden

Un piano sigue en su melodía

Los pájaros a ras de mis sentidos callados

Sin embargo, albergamos belleza

Belleza imperfecta a cada canto de las olas

A cada tregua de las batallas perdidas

miércoles, septiembre 25, 2024

LA SECA HIERBA

 


La seca hierba erige los montes

Septiembre exhala su despedida

Los cuerpos en el tono de los ritmos de la brisa.

Los ojos yertos en la pesadumbre de un quejido

Las mareas , quietas, desenvainan un acuerdo

Y las manos al unísono derivan donde la espera abraza.

Una espera de arco iris, una espera de cantos reverberando la paz.

La lluvia vendrá, cascadas recorriendo los insomnes en la guarda

El verdor impregnará los montes, sus miradas perdidas.

 

martes, septiembre 24, 2024

LA ANCIANA

 

Danza, danza con tu escoba en las raíces de palmeras deshilachada. Rondas el faro, te trae nuevas…nuevas noticias abrumadoras más allá de este mar que blinda la isla. Soga que te ata en un canto cerrado, en círculos mientras enciendes una hoguera donde ahuyentas los espectros del ayer, donde llamas a los espíritus del hoy. En tu curso, en tus arrugas y tu pelo blanco has visitados muchas gentes desencajada, desolada, lastimada, triste y has aprendido con el don de tu escoba y esa danza donde una oración emerge de tus profundas entrañas llevarlas al bien, a lo bello de la vida. Sí, porque la vida es bella…no para todos. Según el ángulo, según el sustrato social , político, económica que lo ampara. Piensas, es la noche, una luna en el poniente anuncia repetidamente y temblorosa los nombres de aquellos que se han ido y has amado y también de aquellos, de aquellas que partieron al vacío. Visionas la hogueras, quemas todas esas malas manías obsesivas convulsivas de la isla y te sientes caer. Y naces, danzas con tu escoba al derredor de ella. El faro te avisa del lamento de personas de otra orilla en su huida masiva y catastrófica como hijos de las caracolas y las algas. Y meditas , que carajo le ocurre a este planeta, a este planeta chinijo azul. Tan turbulento , tan dañado, tan envuelto en bocanadas feroces de los clavos ardientes a lo extraño, a lo desconocido. Y danzas, danzas con tu escoba bajo una noche de luna de poniente y un faro silbando tembloroso de lo que rompe en sus rocas, ahogados de la esperanza. Y a ti te llaman bruja del faro, demonio de las madrugadas cuando las barquillas llegan e intentas dar calor a esos humanos aferrados al engaño, aferrados a la ilusión, a ese anhelo clavado en sus pechos, en sus corazones. Danza anciana del faro con tu escoba alrededor de fogatas encendiendo un halo de paz.

sábado, septiembre 21, 2024

LOS OJOS DE LA LUNA


 

Los ojos de la luna

Claro de una nostalgia

Protectora de los delirios

Verticalidad de los sueños.

Viene un viento

Arrasa la memoria oxidada

Un nuevo andar surge en la palabra silenciada.

Los ojos de la luna

Perfilo tus caricias

Tallo tus besos

Edifico raíces en la sensación de amar

Y la paz se observa

Los ojos de la luna

Pájaros quietos

Pájaros callados

Pájaros fertilidad de la esperanza.

 

jueves, septiembre 19, 2024

QUE BELLA TE VES

 


Que bella cae la tarde. La marea, revuelta. Y da igual. Que bella te ves así, con tus ojos verticales en el horizonte. Una llovizna de septiembre se empecina por romper este nuevo renacer de la noche. Y da igual. Que bella con tus piernas visitas cada rincón de la isla en tu memoria. Y da igual, los años seca un almanaque. Un amor ausente te viste y miras las olas como hojarasca de tus recuerdos, de tu hoy. Y da igual. Que bella, te levantas y vienes a mí y conversamos en las horas muertas de esta soledad. Esta soledad que nos tiñe de gris, de negras sombras. Y da igual. Que bella te ves , recibes noticias de un mundo dormido bajo las nieblas del terror. Y da igual, sigues aquí donde la palabra revive una sonrisa. Que bella eres, con tus años enraizándose en el amor. Y da igual, el oleaje sabe ti, dejaste la pena en una maleta vagando por las mareas sin fin. Que bella viene la luna, tan perfecta, con un halo de flores nuevas besando tuslabios. Y da igual…

sábado, septiembre 14, 2024

el viento de los pajaros

 


Viento:

La brisa insiste en tildar las ventanas con su suave soplo. Un ruido casi imperceptible pero sonoro para aquellos que en el nocturna retumban en sus pensamientos, en una memoria que recoge cada minúsculo fallo de sus vivencias, ya sea error de ellos, ya sea voracidad de otros. Observo como esos cuerpos descansan. La luna menguante pisa con un firmamento estrellado, me pregunto que amarguras sopesan en esas gentes algunas, tan contradictorias y otras tan seguras en cada aliento que se endereza en su día a día. Ahora estoy aquí con la brisa que por momentos toca fuerte, quiere despertar a esas almas ausentes de la mirada, de la escucha, del habla.

 

Anne:

Amanece, mi cuerpo junto a la sonoridad del silencio. Los años pasan. Quizás te haya encontrado pero cierta incertidumbre me abruma, me escondo en un rincón donde mis artes de amar no se detecten. Y, sin embargo, amo. La amo desde esta reconditez donde las secuelas de la existencia aun me dejan respirar.

Espíritu :

No me ves. En qué punto de tu vida te encuentras. Examino y pienso que te hallas en ese ápice donde te da todo igual. Un desinterés por las cosas nimias. Has madurado y ya no necesitas de una mano para levantarte. No obstante sigues en tu búsqueda, en la inquietud de aves de paraíso volando a ras de las emociones, de cada sensación cuando alguien de abraza, te besa en tu cuello.

Anne:

Despegarme de la cama no me cuesta. Me incorporo y sentada medito sobre mí, sobre lo que quiero. Lenta voy a la cocina. El silencio de estas horas precoces de la mañana me lleva a una constante revuelta de una canción del despertador. Ahí, viene, con su canción, con mis sentidos cantando a la vez que el café viene. Sí, viene. Viene lento, pero viene y tomo de él. Una extraña sensación se incrusta en mi pecho y mis latidos , pausados, despiertan la necesidad de ser acompañada, amada. Pero esta nada….

viento

Te abro la ventana con un toque más arrebatado. Luces a la calle. Te asomas, los pájaros no tienen ganas hoy de cantar. Quizás, están como tú. En un silencio profundo, en un aislamiento intocable aunque desees, porque lo deseas que te amen.

Anne:

Recurre a mi mis manos, me las miro, las palpos y una cierta dejadez pesa ahora en los años. Pero ya no hay excusas, debo pensar que no es tarde.

Espíritu

Siempre igual, excusas para no emprender tu vuelo. Anímate mujer. Recorre el universo que hay en ti, el universo que hay en otros y regocíjate con el arte de amor que no es tarde. Lo tarde es cuando la muerte venga y seamos otra vez hijo del cosmos. Porqué eso somos cuando seamos encuentro con nuestro nicho, con nuestras cenizas.

Anne:

Quiero ser ciega. Quiero ser sorda. Quiero ser muda. Tanta barbarie en este pizco de planeta. Presiento que algo me rodea, una sombra que me desquita de la pena por un lado y yo me voy al otro, a este mundo donde las guerras infinitas, donde la involución de muchos es metralla segura de vidas idas en la violencia y venganza absoluta. Por mi mente corre un vientre abultado, la tristeza me acoge. El hambre, la sed y me pregunto el porqué. Y como puede el ser humano en seguir creyendo en Dioses obsoletos, herméticos. Una respuesta que no es más para ayudar a la firmeza cuando los estragos sórdidos de los bombardeos, de la dejadez impera en esos pueblos.

Espíritu:

¿Dónde estás Anne? Te pierdes en violaciones a la dignidad de otros lugares. Esa dignidad que debe tener toda persona. Porque somos personas, somos aves que vuelan a ras de yermas tierras donde el agua vomite sequedad, venenosas batallas sin fin. Déjalo ya, Anne, no te mortificas, todo seguirá igual y después cuando la muerte venga , no más que polvo estelar.

Anne:

Siento que las ventanas se cierran. Siento que las ventanas se abren. Siento su golpeo incesante mientras me asomo a sentido de la vida. Aquí, quieta, con mi café.

viento

Como viento que soy , cierro y abro ventanas. Es hora de despertar Anne y no me refiero a ese despertar de tus ojos, de tu cuerpo sino del amor. Tienes que enamorarte, hay una muralla larga…muy larga que bloquea tu corazón y sigues así, en la soltura de tu callar y conversando sola con tu razón. Y esa razón te aleja, desiste de intentarlo. Ah, Anne, no te preocupes, algún día caerás en las redes del amor. Te atrapará y serás hermana de la lluvia. Sí, cantaras bajo la lluvia y le dirás te quiero. Te imaginas Anne, Anne.

Anne:

Yo Anne he jurado no enamorarme. Infortunios del ayer me hacen desistir en esa emoción, en la sensibilidad de ser roce con otra piel. Miro mis manos, mucho han trabajado, siguen vacías. La gelidez de un aliento llega a mis entrañas y sacudida por este extraño mundo me alejo, me ausento donde el dolor no tiene cabida.

Espíritu.

Ah, ese dolor Anne. Tan grave ha sido que te has despedido. Pero atiéndeme, no sabemos lo que ocurrirá en el transcurso de las jornadas. Solo sabemos del ahora que es ya pasado y el mañana puede romper todos tus tabiques, todos esos pilares donde habita tu olvido, el olvido de amar.  Anne , querida Anne, he venido para verte, siempre estoy aquí, pero que tu conciencia me escuche. Dale una oportunidad a la vida, a la vida en esta tierra hija de todos. Oh, Anne, querida Anne, refúgiate en unos brazos que de seguro toda irá bien. Anne, querida Anne, todo irá bien.

Anne:

Y enamorarme de este mundo que me vio nacer. Este mundo enojado, violento y presa del engaño sin la tregua de las armas, de la insolidaria matanza de todas aquellas raíces del mismo árbol. Cada día se extiende más. Escucha, escucha, el gemido de una anciana cuando ante ella solo hay campos de sangre, de gritos en medio del silencio que la hacen penar , balancearse en un temblor estático en el paso de los soles, de las lunas. Y enamorarme con el sustento de una nueva forma de ver, de charla con mi amada¡ Dónde está¡ El agotamiento señala mis alas, no escucho el trino de los pájaros y el despertar se ha callado! Y enamorarme de ti, de mí de la alegría que al unísono apaga las desgracias de este planeta, de azul planeta. Que se calle ese ruido de la monstruosidad, del apego a los demonios que llevamos dentro…muy dentro. Luchar y luchar, con mi yo, con todos para la  paz,  para el equilibrio en la madre tierra. Por tanto me emancipo de las grotescas imágenes de la realidad y esbozo un arco iris vital para la existencia. Miro mis manos, yermas, con la sequedad del dolor, el dolor de esa maleta del que navega a un destino incierto y muchas veces traidor. El viento ha parado y una brisa agradable palpa mi tez, la beso. Si besarla como si fuera ella, como si fuera el lugar de la belleza. Una belleza imperfecta, caminante de la armonía entre los humanos.

martes, septiembre 10, 2024

divagaciones de un 10 de septiembre

 


Vienes lenta, con la brisa dando su ultimo aliento a esta estación veraniega. El calor se arrima, son las primeras horas de un amanecer donde los pájaros permanecen callados y me llamas. Me llamas con la frágil promesa de alas partidas en el transcurso de las horas, de los minutos, de los segundos…de los años. No estás triste. Esa tristeza la has dejado atrás donde tu soledad se columpia con la edificación de tus raíces más allá de la verticalidad. Y vienes lenta. Y me miras. Y yo te miro. Y te digo que un mañana se asomará a nuestra memoria al unísono como eje de una nueva vida. Mientras, estamos aquí ¿Me hablas? Si te entiendo, un novedoso escenario nos presentara como hija de los vientos, como hija de los océanos , como hijas de un mundo donde el lamento no tiene cabida. Se que cuesta creerme. Confía en ti y después en mí. Dame la mano amor mío y conversemos con los soles, con las lunas que nos despierta esas sensaciones maravillosas del arte de vivir, del arte de amar. Porque te quiero. Me callo. No diré tu nombre. No diré donde el querer tiene su bella cuna meciéndose con ese otoño que llega. Descorro las cortinas. Me asomo al balcón. Un niño llora, toda la noche. Y no se que porqué intento localizar el llanto prolongado en la oscura noche. Y no lo encuentro amor…no lo encuentro. Y vienes, procuro abrazarte en mis pensamientos entretanto el amargo grito del nocturno aviva la incertidumbre de esta atmósfera que nos envuelve. Pero cuando duermo amor…cuando duermo y te sueño, la paz y la calma acarician mis sentidos. No obstante, esos gritos estremecen mi visión de este planeta. Un punto , un epicentro de una masiva cantidad de niños, de niños en la soledad que da la violencia, el maltrato, las incompresibles que guerras que desbaratan su mañana. Ay , amor. ¿Qué cansada estoy y tú, cómo estás? ¿Duermes? Sigue querida amiga, hay que descansar, hay que reponerse para las sacudidas intermitentes de la existencia. Yo sigo aquí, donde siempre, escribiendo lo mismo. Tal vez esperándote pero con la decisión de ser frente al infortunio, a la fortuna de ser hija de la vida, hija de la alegría. Ahora, todo es silencio. Y en este instante te converso, te llamo , te siento, te beso.

domingo, septiembre 08, 2024

lo insonoro

 


 Una tarde insonora,

Donde los cuerpos cabalgan en cansancio de la rutina.

Ojos que se miran

Más arriba de un cielo de arco iris

Con la palabra imperfecta de la tristeza.

Y llamamos, venid….venid

Astros de nuestros destinos

Cuyo misterio se lía a las jornadas calladas

En el mañana incierto de nuestros pasos.

Las huellas quedan,

Los sueños se estremecen y estropean

A medida que a través de una ventana

El sol no nos despierta, no nos da aliento

Para la nueva travesía de las olas.

jueves, septiembre 05, 2024

CINCO DE SEPTIEMBRE

 




Atardece

Una jornada donde su último suspiro

El frío se escribe en nombre anónimo

Viajero en mis sentidos.

Atardece

Y enamorada de la nada

Susurro una balada a tu ausencia

Perenne en mis manos.

Atardece

Y tú no lo sabes,

Las calles están aisladas

A mis ojos dañados por lo turbio de una brisa

Que me agota en la sombra del silencio.

Atardece,

Y callas

Y tú no lo sabes

De esa belleza …

De esa maravilla de hablarte

Frente espejos dispersando mis sueños .

Atardece,

Es septiembre, las cinco.

Y tu no lo sabes

Historias que duermen en mis espaldas

Tan cansadas...tan fatigadas.

Atardece

Y tú no lo sabes

Yo aquí

Tu, en un boceto de mis pisadas

Inventadas en la nada.

martes, septiembre 03, 2024

EL VIAJE

 

El secreto. Un secreto donde las lenguas de las tormentas atravesaban su espalda. Ella y las olas. Las olas y ellas. Gran cantidad de dinero había pagado para ese viaje de ida, de ida y posteriormente si las cosas salían bien de vuelta. Una embarcación la dejo a ella y a otros en una barca donde se estremecía, donde se rompía, donde la muerte era soga que los acosaba, los perseguía hasta no más que ser espíritus flotantes en lo profundo y la oscuridad de las mareas. El secreto. Todos guardaban el secreto, el secreto de un viaje de ida , de la muerte si no llegaba a la costa. Había dejado todo y sus espaldas presas del vacío, de sus queridos seres vagaba en sus sentidos para mantener la verticalidad. Una verticalidad descuidada, una verticalidad rota, una verticalidad de una pena de la agonía, una verticalidad de otros en la despedida . Un viaje de ida y una vuelta estática en el naufragio de los sueños. Pero su deseo era verdadero, se sentía abatida, llena de una esperanza que a veces era ráfaga inestable. Soñaba con llegar a la costa, iba dejando atrás sus otras ilusiones. Soñaba con sobrevivir. En su mente una mezcla de sopor y desaliento luchaba con la brutalidad , la agresividad del mar. Un mar de espíritus flotantes en lo profundo y oscuro que la llamaban. La llamaban y le decían regresa, regresa…vete de aquí mujer, no es lugar para ti. La desdicha abogaba en sus cimientos y su mirada firme, neutra solo era amparada por la mala mar. Atrás había dejado todo. Ese todo que era ahora la nada. La nada de su vida. La nada de su rutina. La nada de las guerras. La nada de una tumba que la llamaba. Ella, hermética, era ave que persistía en su secreto. El secreto de su sueño. Un sueño frenético. Veía ya próxima la costa. Un halito de esperanza vagaba en sus fatigadas fuerzas y su entereza se elevó, se levantó donde las caracolas cantan al adiós. Pensamientos inagotables traía su memoria. Toda una vida.  Toda una vida en la ruta de deseos y en un minúsculo espacio de tiempo se pierden y las caracolas cantando el adiós . Y ella se durmió. Un letargo acompañado de cetáceos en su canto de la despedida. Y ella se durmió. Ya era tarde en ese viaje de ida.

viernes, agosto 30, 2024

LA IDA DEL VERANO

 


El verano se va, una lluvia de este estado luce cuando despierto, cuando el sueño abandona mis ojos cerrados. Miro el techo, siento los pájaros cantar, siento el rumiar de la polución pasar alumbrando mis sentidos. Desvío mis ojos y el silencio de tu nada se cobija en mi frío, aunque es verano.  Llego a la ventana. El faro, girando, girando en esa bahía donde barcos gigantes se van y vienen. El tronar de sus voces se mezcla con la balada de las ballenas y yo te pienso, te converso aunque el silencio de tu nada se cobije en mi frío. Me levanto, doy mis primeros pasos. No se escucha nada, un mutismo que me hace temblar a medida que me aproximo a la cocina y hago el café. Uhm, su aroma despierta mis emociones. Un nuevo día, un nuevo amanecer donde tal vez…no , las murallas arañan mi corazón. Hermética permanezco frente a la ventana y sorbo a sorbo gatos famélicos maúllan en la calle y el verano se va.

El terror invade esta estancia, bajo este techo el temor de la soledad en años venideros son martillos que esculpen tu espaldas. Estás sola…muy sola. Siempre. Sí, siempre lo has estado. Y ahora ese callar de estas paredes la temes. Te haces mayor, te haces torpe y no encuentras y a lo mejor ni tan siquiera quieres encontrar a ese amor. Lamentos vanos. Ya se que vivimos momentos confusos, una lluvia ácida raja las estatuas y tu te conviertes en mujer desafortunada. Oh, Anne….Oh , Ann…qué hacer. Las estaciones golpean bruscamente y te sientes cansada, decaída, desganada. Sin embargo tus ojos dicen de la vida, una vida quieta en la armonía. Eres paciente. Esperas y esperas y las cosas han cambiado. El amor es un arte efímero que se instala en el vacío. Y no es por desilusionarte, habrá alguien más como tú…en esa espera. Pero el tiempo no se detiene, solo se pausa cuando somos ataúdes donde todos concurrirán a nuestra ida, donde cada uno ira componiendo cada pedacito de tu existencia hasta tenerla casi completa…casi. Y nada sabrá de tus penas, de tus deseos. Ah, Anne, deseas que te abracen, estás gélida. Te observo mientras tomas el café. Busca en los posos de el para hallar tu destino. Y todo es incierto, tenemos que ganarlo, tenemos que edificarlos con los suspiros al viento, al viento norte. No perder la cordura, no perder cada fragmento de ser tu misma. Tu, mujer única, como todo ser humano.

 

Y siguen cantando los pájaros, aquí los escucho, en un rincón de mi cuando la mañana continua. Venid, venid, posaros en mi ventana. La maravilla de la naturaleza hay que contemplarla y dejarla fluir. Qué bello es sentirlas, me acompañan, pero sin darme cuenta, te pienso, te converso. Hablo sola por estos pasillos donde el polvo de los muebles me estropea más.  Y tu, espíritu de las soledades, de las almas en pena vienes y me hablas, vienes y me escuchas, vienes y veo la realidad. Mi realidad, única, vagando donde los muertos son campos de mareas ante la huida. Un mundo que cambia delirante en batallas perdidas, donde somos ecos del horror.  Y la verdad, no salgo de mi asombro ante tantas situaciones aberrantes. El veneno esculpe las lenguas. El veneno se reproduce en la conciencia. El veneno llena el poder. Pero mi realidad, única, escritas al aire. Y ya no hay nadie.

Oh, preciosa mujer, te has ido. Tan lejos, que has sido olvidada. Te da igual. Eres indiferentes con esos años que llevas sobre tus hombros lo que opinen. Eres como un rompeolas donde no te pueden dañar. Oh, bella mujer, pero aun esperas, espera que llegue. Y llegará, cuando duermas, cuando tus sentidos adormecidos sean despiertos por el brío de su jardín de magnifica confianza. Sí, confianza. Eso necesitas- Ahora te abandono, alas grises son cumbre de tus sentimientos, arráncalas y serás libres y serás mujer donde el amor real visitará tu corazón. Observa, escucha esos pájaros que vienen a tu ventana. Ellos te darán la lumbre necesaria para saber de la vida. Una vida que se queda derruida ante las noticias horribles, tremendas en mal del ser humano…¡ Oh, el humano¡ Tan inteligentes para unas cosas y tan retorcido para otras. Y esos retorcimientos lapidan vidas que están gozando del sol, de la luna, de los días. Y ahora, llegando a ti, todo lo sufres pero te has hecho fuerte y tus lagrimas son no más espejo de tus latidos. Disimulas y con la brisa y la llovizna de esta mañana de los últimos días de verano te ilusionas y cavilas tal vez, quizás, a lo mejor llegará aquella que te acompañe en final de tu viaje. Una sonrisa se enhebra bella mujer en tus ensueños y continuas….y continuas. Uhm, la esperanza. La esperanza de una hoguera en una playa vacía donde trotan yeguas al son que las pardelas lloran de emoción y tu abrazada. Sí, abrazada a tu amor. Uhm, la esperanza y continuas…y continuas.

jueves, agosto 29, 2024

DESPERTARME...

 



Oh ,aves que rondáis mis sentidos, despertarme. Un sueño avaro, atroz lame mi vientre y mi rostro sudoroso clava agujeros en mi presente. Oh, aves de la mañana, de ese latir en lo más profundo del cielo, de las ramas venid…venid para ser alas de mis manos cansadas. Aquí estoy entre el silencio , en habitaciones gélidas donde ronda mi alma caída en las entrañas de la mala marea. Oh, aves del hoy y el amor no llega y mis cabellos canos se retuercen donde el sol se oculta. OH, aves , despertarme de este delirio. La espero, aquí, donde rumian los pasos cotidianos. Oh, aves, despertarme…la insonoridad me apresa y me entrega en las hogueras donde los cantos se hacen gemidos, donde la palabra se hace usurera y muda. La espero, aquí, donde las flores amanezcan. Flores nuevas de cada jornada cuando rondáis mis sentidos, despertarme¡ No merezco ser pozo de soledades, de calladas acaricia en el retorno de la mañana! Oh, aves del alba, despertarme. Un halito de luz penetra por la ventana e intento beber de él y no puedo, mi ánimo cae donde las sombras tatúan mi aliento. Oh, aves del alba, despertarme…aquí estoy acaso ¿ no me encontráis? Que el amor venga. Venga con su labio a labio en el surcar de los días. Y es bello este día, lo presiento, despertarme…

domingo, agosto 25, 2024

LA MUJER DE LAS TRENZAS GRISES

 


Atardece, casas blancas se asoman al ronroneo del oleaje, quieto. Es un día cualquiera donde los jardines de arena aurea anuncian que algún día vendrá. Se perdió en la noción del tiempo entre montañas agrestes donde la pisada se hace insoportable, intransitable. Atardece, una ventana de azul se rinde al sol, vahído en el temblor de la brisa. Y aquí espera…sí, espera , esa mujer de largas trenzas canas, de vestido negro anunciando el duelo. Pasan los años y sus arrugas es como lo degastado de las paredes que escuchan su sórdida pena. Y, mientras, friega y pone la mesa con un mantel a rayas, de rayas rojas. Ese color que la empuja a continuar en su soledad comida para dos. Pero no llega, los años ya han son almanaques mugrientos que quema su alma. Atardece y esa mujer de largas trenzas canas se asoma por un instante y mira esa violácea corpulencia del cielo, la lluvia viene. Pero el….pero el, efímero sueño donde las caracolas anuncian el hondo y ultimo aliento de los ahogados.

viernes, agosto 23, 2024

AHORA

 


Ahora que los pájaros no cantan

Ahora que la ciudad turbia la luna

Ahora que los pasos se pierden de esquina en esquina

Ahora que la lentitud de mis ojos rema al vacío

Ahora que el miedo se difumina en la verticalidad de las tardes.

Ahora que las maletas guardan viejos recuerdos

Ahora que los parques son sombra de soledades

Ahora que estoy aquí y me encuentro.

Ahora que lo imperfecto ama mis manos

Ahora que mis espaldas son ya jaula de cansancios

Ahora, te busco.

Te busco donde las mariposas embriagan flores

Te busco donde la luna no está

Te busco donde el mensaje se perdió en mareas inquietas

Te busco donde la calma relate mis sentidos

Te busco donde los caminos son luceros del ocaso.

Sí, ahora, te busco

Ahora cuando la espesura de la hierba columpia tu adiós

Ahora que corremos en el deseo eviterno del silencio.

Ahora que nuestras soledades son amparadas por acantilados

Donde rompen las olas.

jueves, agosto 22, 2024

LA BRISA

 



La brisa quieta. Un cielo pesado, anclado en el cansancio. La mar , suspira, los ahogados. El final de una jornada. El canto asolado de un pájaro. El silencio de mis manos. El desvestir de mis ojos, ahora, cuando la pasividad realza una lágrima. Una lágrima descubriendo cada secreto de mi alma, rompiente en las alas de un retraimiento eviterno. Y la brisa está quieta. Y la mar, aliento del adiós. Y la jornada llega a su final y yo entregada donde las ballenas abducen mis sentidos.

martes, agosto 20, 2024

AGOSTO....

 


Agosto

La luna

Una tarde nada en particular

Donde la isla se mece

En el magmático reflujo de las olas.

Los callados pájaros.

La hierba muerta

Hasta que las primeras lluvias regresen.

Agosto.

La luna.

Una tarde donde cipreses honran lo insonoro.

Te llamo.

No contestas

Y mis ojos espacio de la nada

Se mezclan con la humedad pegajosa

Del hastío, de la desgana.

Agosto

La luna

Una tarde donde respirar se hace bello.

Y te vuelvo a llamar.

Y te vuelves a callar

Y mis ojos perciben la nada,

La nada de las olas,

Los silencios herméticos de mis sentidos.

Agosto

La luna

jueves, agosto 15, 2024

UN VAGÓN....


 

Un vagón. Las escena transcurre la soledad de una noche de agosto. Son más de la una de la madrugado, y el cosmos se alarga en este viaje con astros maravillosos que me acompañan en este recorrido. No hay nadie, estrellas fugaces se disipan en sus lágrimas carcomiendo cada pensamiento de mi ayer. Un ayer donde las luces de otoños prenden en hogueras donde yeguas famélicas danzan al ritmo del adiós. Si, es mi adiós. Sola. En la intemperie de mis sentidos, sujetos a mis huesos doloridos. La vejez me da cobijo, ya son muchos años y mi vieja alma aborda con asombro este nuevo viaje. Atravesamos un túnel. Todo es oscuridad. Una oscuridad que no temo, que siento prisas de que me deje. Cierro los ojos y olisqueo cada beso derrumbado, cada abrazo evaporado, Ahora, canto a este aislamiento. Un vagón. Un tren cualquiera atravesando las montañas bellas, imperfectas del aliento de nuestros días…los que me quedan. He muerto. Sí, he muerto sin que lo supieran. Duermo donde los bosques transitan en la inmediatez, en la convicción de que su sombra alumbra nuestra mirada perdida en aquellos que tal vez o quizás o a lo mejor o lo cierto amábamos. No me he despedido. Hace tiempo, un tiempo donde los otoños son estruendo del temblor de mis conversaciones con la nada, con el vacío de habitaciones donde solo se escuchaba el retumbar de mis pasos. Un vagón, una luz. Ya nos veremos, tal vez, quizás a lo mejor de cierta manera donde el pulso de nuestros corazones se emancipa de la dejadez del hoy. Si, estamos ausentes en la continuidad de las jornadas. Yo, en este vagón, cansada y a la vez gozando de las emociones de una vida nueva. Porqué será nueva. Un lugar donde el arco iris y la diversidad de los pájaros y las flores al acariciar me llenen este adiós.

domingo, agosto 11, 2024

No mires atrás...

 



No mires atrás, el camino es corto. Ese sendero donde los pájaros de alas diversas y vigorosas no dejan de conversar con la brisa. No, no mires atrás, donde las ortigas , donde las púas, donde alfileres colgantes rasguean tus sentidos ¿Me ves? Aquí estoy, donde un arco de colores acoge ese jardín de ballenas plateadas al son de una hierba donde corren la verticalidad de las almas. No, no mires atrás. Seamos ese puente en los desfiladeros donde las flores crecen a nuestro derredor. Aquí estoy, corriendo al ritmo de una respiración que lleva el aliento de nuestros deseos. Te espero. No, no mires atrás. Ese ayer a dejado de ser. Ahora, los sueños lucen un halo que cabalga en nuestras manos, al unísono, en las corrientes de arroyuelos que hemos de beber, así, con el colorido inmenso, impoluto del  amor, de la alegría de vivir, de ser y estar en las maravillosas y bellas baladas de la palabra de nuestros ojos.


sábado, agosto 10, 2024

la brevedad de mi aliento

 



La brevedad de mi aliento,

El enojado roce del hastío.

Lo lejano de tus pasos.

Rama donde se canta a la alegría,

Himno de pájaros negros a la caída de la tarde.

Y es todo un pequeño instante

Donde la luna bebe de mis ojos,

Donde la oscuridad es fuente emergiendo

En el brío de la madre tierra.

Y es todo tan cuestionable

Donde el arco iris es jardín de una bahía

Donde los cetáceos alimentan la vida.

La brevedad de mi aliento,

Mi pelo cano

Mis ojos cansados

Y en mi jardín la última flor de la jornada.

El crepúsculo de mariposas

Enhebra mis huellas hasta su fin.

Y es breve este aliento

Donde no estás tú

viernes, agosto 09, 2024

LAS LUNAS,,,

 



Los soles

Las lunas

Un tic-tac meciendo los ojos

Quietos, imbuidos en el callar.

Los pasos

Las aceras vacías

Una conversación trivial

Gravita donde las aves danzan

Mientras, un viejo árbol da sombra

A cuerpos en la danza del tic-tac.

Las lunas

Los soles

Un sudor desquiciante

Lo pegajoso de una sonrisa efímera

El adiós del ocaso.

Sin embargo, aquí estamos

Con las lunas

Con los soles

Con el apego a una existencia

Colgando de los sentidos.

Sin embargo, nos enamoramos

Latir en profundo

Deleitándose con los sonidos del silencio,

De una nada que te talla al son de una balada.

lunes, agosto 05, 2024

DIVAGACIONES DE UNA TARDE DE VERANO

 





Un viento callado, inmerso en los pájaros que deshora lucen sus cantos. Un verano echando la lasitud de las miradas ausentes y las olas rumorosas esbozando tatuajes efímeros en los cuerpos , desnudos. La tarde pesa bajo un cielo cenizo, las arboledas se desvanecen en lo estático , el bochorno no se pierde, queda latiendo en frentes cansadas. Un viento callado. Un piano rompe el silencio y la fatiga de andar por calles grises. Detrás de la esquina, una yegua escuálida, relinchando a la sed, al hambre. Me acerco y somos hijas condenadas a los océanos donde la muerte desquicia. Lo verde se eclipsa por un tiempo y todo es gris. Andar por calles grises. Un viento callado. La molicie de los sueños. Despierto y sabanas blancas revueltas me dicen del peso de la tarde, de una paz utópica cabalgando en maletas de harapos bajo los desórdenes de la tierra. Sí, la tierra, minúscula mota de polvo que se pierde en el cosmos , de este cosmos al que pertenecemos y somos hijos de su ráfaga de átomos. Y el viento está callado y me levanto, un piano suena cerca …muy cerca.

jueves, agosto 01, 2024

Y los soles....

 



Y los soles vienen, yertos, cabalgan donde los ojos apagan las ganas. Y los soles vienen y los juegos de la niñez nos entierran en un ayer ya , ausente, perdido, despedido. Y los soles vienen, y tu vas donde las calles del verano lucen pájaros cansados, con un canto frágil donde los cuerpos se amamantan de las olas. Y los soles vienen y aprendemos a ser ojos de la quietud, del callar mientras depositamos nuestros pasos en el hoy.

miércoles, julio 31, 2024

DUERMES?


 


El gallo despierta las sensaciones ¿ Duermes? Tus párpados en el silencio, en lo lento de la noche anuncian lo cansado de tus alas. Oh, amada, estás ahí, aletargada, estática, pausando tu aliento para ser sueño efímero de la belleza ¿Duermes? La mar esta revuelta, vomita sus violentos sentidos cuando el viento vence a la calma. Lo miro y tu , duermes. Sola, suspirando la verdad de mis emociones. Te espero. Espero el despertar de tu mirada se cruce donde mis pisadas son eviternas. Te espero. Espero en la reconditez donde se consuela las almas. Almas en sombras. Almas de tormentas. Almas de penas. Almas conversadas con los acantilados del norte ¿Duermes? Una cortina de lluvia me envuelve. Una dejadez se emprende en mi tiempo, un tiempo que deshereda las acaricias, los besos. Una ráfaga de hastío ensucia esta atmósfera que nos envuelve. Extravío mis ojos y un sol danza con la desgana ¿ Duermes? Me encuentro en un vago andar cerrado con la debilidad de ser asomo del placer. Me adentro en el rumor grave y tempestuoso del oleaje y te pienso y te hablo y  tú, duermes.

miércoles, julio 24, 2024

RECUÉRDAME...



 

Recuérdame que estoy aquí,

Agarrada a los puentes de los deseos,

Atrapada en la oscuridad de tu mirada.

Y no sé, me enamoré

De la distancia de tus besos, de tus abrazos

Las estaciones se van,

Un verano desfallece mis ganas.

Mis ganas de pensarte, de quererte, de esperarte, de conversarte

En las paredes blancas que me atrapan

y me escupen frente a un espejo.

Recuérdame que estoy aquí,

Frente a un muelle donde las olas duermen

Donde olor impreciso de tu llegada se hace mudo,

Donde la brisa conversa con las ballenas

Y gaviotas me cogen de las manos

Para volar en el paraje de los sueños.

jueves, julio 18, 2024

LAS VOCES DE LAS BALLENAS

 



Las voces de las ballenas,

La bahía,

Un largo paseo con vistas al crepúsculo.

El silencio de los cuerpos

Los ojos desnudos en la amplitud de un mañana.

El callar de la mar

Mientras desde la orilla de una playa

Las pardelas gravitan en un juego en espiral.

Mis deseos

Mis sueños

Mi hambre

Mi sed

Pronuncio silenciosa tu nombre,

Pronuncio alas cortadas en una idea

De pensarte, de amarte.

Las voces de las ballenas

Y soy olvido

Y soy insonora

Y soy latido que se confunde con el bramar de las olas

Y aquí estoy

Y esto soy

Inanimado columpio emergiendo al son de las jornadas.

 

domingo, julio 14, 2024

AL FINAL DE LAS OLAS...


 







Al final de las olas.

Incorrupto mensaje de ballenas

Insomne llamada a la luna.

El tránsito de la luz de un verano

Batiéndose con cenizos ojos

Cuando somos sonoridad del ánimo,

Caricia de las viejas mareas de nuestra memoria

Y llega, al final de las olas

Conversando con el todo, con la nada.

martes, julio 09, 2024

JULIO,...

 

Suave, llega el verano. Un sol estridente desciende hasta los ojos. La mirada se pierde en el horizonte. Los cuerpos , lentos, toman el silencio del vacío. Un túnel nos transporta a otra dimensión. Aletean los pájaros, cantan cuando la llegada se hace dueña de rostros perdidos, enlutados de desgana. Se tumban, el oleaje se vuelve tranquilo, relajado, lamiendo los pies desnudos gentes a la deriva. Suave, llega el verano. Un mes de julio, me asomo, un árbol. Besos viajeros aprendiendo a sonreír mientras la caricia se hace levita en la ausencia.

Saludos, ojos verdes latiendo en lo prófugo del día. Cómo estás, hace tanto tiempo….tanto tiempo que las paredes de mi habitación tiemblan. Y ahora el frío se ha ido, camino por calles inanimadas , camino por nubes descoloridas, camino por ramas donde las hojas sangran. Saludos, aquí estoy , otra vez. Sí, otra vez, con ese vestido que me regalaste, con ese beso que se fue , perdido en la inconciencia de amar. Sí, he venido. He venido para amarte. He venido para verte. He venido para hablarte de los pájaros que cantan.

Regresas, es julio. Las estaciones avanzan y con los años todo va más rápido. Una celeridad que desalma nuestros pilares, aun estáticos. La muerte llegará. El beso volverá. El amor se despedirá como yo me despido de ti ahora. Vete. Sí, regresa de donde has venido. Todo quedo terminado. Solo lo terquedad. Solo la memoria desganada. Solo las caricias perdidas. Regresas , es julio. Por tu cara el sudor rastrea tus lágrimas. Sabes que no puede ser. Sabes que es no e insistes. Respiras el aliento descarado de seguir columpiándote sobre mis manos. Pero, no. Ya todo no es igual. Nada se repite. Mira, el océano, olillas que vienen, olillas que van y siempre igual unos días más tranquilo , otros más violento pero siempre con la misma sintonía. No querida. No querida. Regresas, es julio y las  aves han partido a otro lugar. Adiós querida. Regresas, es julio.

Saludos, cómo estás, hace tanto tiempo…tanto tiempo…

Suave, llega el verano y los recuerdos nos hace reiterar las épocas idas. Un jardín enhebrado en la sombra nos ampara en nuestras divagaciones y caemos en el ridículo regreso de un querer. Es julio. Es la tarde. Nos emancipamos de las penas mientras los deseos , los sueños cancelan ese espejo donde la realidad se muestras. Más mayores, más cansadas. Entregamos nuestra alma a los demonios de la oscuridad y somos hijos de los vientos del regreso al pasado. Un pasado estático, quebrado en el olvido y que no podrá recuperarse. Sin embargo, suave, llega el verano y los recuerdos tropiezan en nuestros corazones, en nuestra razón. Y nos entregamos a la duda, a ese quizás, a ese todavía…todavía amanece.

domingo, julio 07, 2024

Seca lágrima...

 



Seca lágrima en las latitudes de la existencia, lejana. Cae bajo el insomne sol cuando despierta. Y despierta en las airadas tierras de la caída. Y se levanta…se levante en el labio a labio, en el vientre a vientre de un amor, de conversaciones extraviadas en el misterio.  Mágicas secuencias de un sueño , en vertical, se establece sobre sus hombros y saluda. Qué tal ¿ como con tus jornadas?  tal vez un auge de la pena, tal vez un desvanecimiento en las esferas de la nada. Y la seca lágrima cae, agotada, con la esperanza en los vientos calmos de un mañana. Cetáceos recogen la dejadez , ese saludo la emociona. Los mira como se mira el reverbera de la memoria alojada en las cárceles de la consolación. Y de nuevo despierta, de nuevo se levanta …se levanta en el labio a labio, en el vientre a vientre de un amor. Uhm, el amor. Pieza tierna, valerosa donde los humanos entablamos la libertad, la paz eviterna. Y los cetáceos cantan y las palomas regresan a su balcón y ella se asoma.

sábado, junio 29, 2024

CADA MAÑANA---

 



Cada mañana se anima el jardín del océano. En el horizonte un sol, perfecto, olisqueando el camino a continuar sin las desganas de los hombros. Cada mañana suspiro pensándote, amándote, conversándote en paredes blancos que se prenden de tu ausencia. Cada mañana , estoy aquí, donde los cetáceos penan cuando en el crepúsculo pronuncio lo impronunciable , tu nombre. El mal viene a mí y me ciño a velos blancos sobre nubes cenizas. Cada mañana me llamas y me desalojo las púas que se clavan en mi pecho sonoro y caigo, caigo donde las mariposas son alas rotas en los pozos de la memoria. Cada mañana….sí, cada mañana…

domingo, junio 23, 2024

SIN EMBARGO-

 








Sin embargo, aquí estoy

Como guerrera de los astros

Cuando la oscuridad se sucumbe

Sobre mis hombros cansados.

Aquí,

En el girar y girar entorno a las hogueras del mal

Donde la benevolencia alienta mis pasos.

Aquí

En la intemperie trazada por columnas de gaviotas

Danzando al ritmo de las ballenas calladas.

Aquí

En la conversación de un café

Sabiendo de mis sentidos en la verticalidad

De las calles ausentes.

 

viernes, junio 21, 2024

quiero

 




Quiero verte venir

Así , como la brisa de un junio

Escurrido en la bahía donde cantan los cetáceos.

Así, como una luna perdida

Suspendida en los pasos tempranos.

Así, como una canción latente

En los suculentos ritmos del oleaje.

Quiero verte venir

Así, como las calles solitarias

Al encuentro del beso a beso

Cuando los cuerpos duermen.

Así, como lo sonoro de los pájaros

Ausentes a las lluvias amargas

Cuando el amor te encuentra.

domingo, junio 16, 2024

LA MAQUINA DE LAS ALMAS DE LOS ESPEJOS

 

Rápido…rápido. Vaya jaleo se ha creado aquí a deshora, la maquina de coser heredada de mi tía y ella de mi abuela no deja de pedalear. Rápido…rápido. A través del espejo escucho su impulso a medida que las prendas se edifican ceñidas a un patrón de tiza azul. Rápido…rápido…oigo desde el pasillo. Allí viene ella, con su perfil recto, con su carácter indomable, seguro confiada de que estamos desbaratando el vestido. Pero vaya jaleo, dice ella. Todavía no está terminado y ustedes de risas y fiestas. Rápido…rápido niñas , que ya tenemos que irnos. No me la habrán estropeado, la maquina de coser de mi madre. Oh, mi querida madre, pequeñita , pincelada por una sonrisa eviterna. Siempre sonriendo, aunque las paredes fueran acuchilladas por el hambre. Ella en la noche salía, iba al taller…al taller de su maestra y allí tejía los más esplendorosos trajes de esta ciudad. Y algo ganaba, no mucho, algo para sustentar a sus hijos. Rápido…rápido, que viene la tía a mirar si esta todo bien. Nos quiere guapa. Nos quiere presumida. Mientras la máquina, una Singer de los años cuarenta seguía en su función. Sí, una máquina de leyendas, en ella se tejió un mapa estelar donde cada estrella era una de nosotras y todas las noches cuando había luna salíamos de la casa de campo y nos entregamos en la intemperie a mirar las estrellas fugaces, tendíamos el mantel del mapa de las estrellas y con nuestros dedos jugábamos a los sueños. Ella nos miraba, detenidamente, mientras le rezaba a san Antonio por nosotras. Fruncia el ceño y una mirada astuta, firme y de felicidad nos decía de nuestras aventuras amorosas. Cómo le encantaba la tía sacarnos novios. Y nosotras tirábamos para acá y ella tiraba para allá. Solo deseaba nuestro bienestar. Solo deseaba lo bueno de cada enamoramiento. Y ella consciente, y ella entera, y ella vertical nos lo adivinaba. Cuando la madrugada nos cogía regresábamos a la casa con unas velas donde la cera casi nos quemaba ante nuestro risueño. Ella se quedaba la última , como protectora de nuestras almas y siempre alegre y vestida de negro. La máquina de coser seguía andando, sola, sin que nadie pisara sus pedales y ella decía , es la abuela que nos esta hablando , que nos esta saludando del más allá, de esas estrellas que conforman el firmamento. Asustadas nos mirábamos unas a otras, después frente al espejo buscábamos al espíritu de abuela . Niñas, a dormir, no se miren al espejo que les roba el alma. Desconcertadas, la mirábamos. Con severidad y picaresca nos convencía. Nos acostábamos todas en la misma habitación en distintas caminas. De pronto cuando la luz ya no nos alumbraba todo era silencio. Un silencio dirigido por las palabras de ellas y nuestros noviazgo que danzaban como sábanas de algodón en nuestros deseos.

martes, junio 11, 2024

LA MEMORIA QUE HABITO (NARRATIVA)15

 

15

El pájaro azul. Yo. El garrote. Me adentro en la cueva, la miro con la decisión de la despedida, de un adiós hasta estaciones venideras…si vuelvo. Cojo el garrote, su tersa madera me dice que ya he de partir. El pájaro azul cuando salgo de mi escondrijo me espera, se posa en mi hombro. Nos dirigimos a Nor por los riscos casi , por no decir imposible, de practicar las pisadas sin alguna ayuda. Me lanzo en caída libre a la vez que el palo me sirve de apoyo. Prefiero así, por si quizás, por si tal vez, tengo que volver. Voy por esos lugares donde no hay senderos, estrangulados de maleza, de piedras y alturas difícil de llegar. Por un momento me paro, observo la humareda que escupe la ciudad. El viaje no es largo solo la abruptes y lo grave del terreno lo hace lejos. El pájaro azul sigue en mi hombro, escucho un tambor, una flauta, las chácaras que me acompañan en mi regreso. Un regreso donde las almas de los idos me amparan , me hacen vertical en este descenso vertiginoso de los riscos. Uhm, el olor a mar me viene y me refresca la memoria de lo que fue Nor. El ahora no lo sé, bajo y bajo hasta encontrar la carretera más cercana a ella. La nada me rodea, no se escucha ningún quejido, la fiebre de la ciudad debe de ser infernal. Todo es callar y la conversación se la han dejado a los muertos. Me retraigo y recelosa observo todo lo que me rodea, silencio. Un vació raja mi estomago y de mi ombligo derrama la vida. Nor cerca ya y yo con la ansiedad de abrazarlo, de pisar nuevamente sus calles ahora, ensangrentadas, con las campanadas del duelo eterno. Y qué haré cuando llegue, esa es mi cuestión. Un interrogante que me estremece, albergando cierto nerviosismo. Me dejo ir y este garrote donde doy un salto hacia abajo me anima…aun me quedan fuerzas. El pájaro azul sigue en mi hombro. No se aparta de mi en cada brinco. Y aquí estoy , he llegado a una carretera donde el polvo y la nada la hace hermética, fría. Pienso que estaremos en invierno. Un petrificante halo gélido se clava en mis espaldas pero el pájaro azul sigue en mi hombro. Mis palmas sangran algo y es el esfuerzo, las ganas de ver mi querida Nor. Oh, Nor, se que no serás la misma pero te abrazaré con el impulso de un amor que no olvida. Sí, no olvido sus antiguas callejuelas acariciar mis pisadas. Si, no olvido sus modernas calles visitar mis ojos. Y el baile comienza, un baile donde cadáveres posan en el asfalto , fuera y dentro de él. El pájaro azul se despide, de vuelta a la cumbre. El garrote me acompaña. Me hallo indefensa, lo inimaginable estalla en mis sentidos. Me detengo, un cierto miedo me impide avanzar. Aprieto el palo y continuo. Estar a salvo. No estar a salvo. Es una pregunta que me es indiferente en estos instantes. Estar o no estar. Jalo de mi respiración , inspiro y espiro…lento…muy lento. Cierro los ojos y dejo que la calma alcance cada vena que llena mi cuerpo. No sé que decir. No sé que dirección tomar. No sé como comportarme. Sin embargo, continuo. Las moscas y gusanos son escuadrones del hambre, escuadrones de la miseria , de la muerte. Ya estoy en Nor, en su capital. Estoy en sus entrañas, en la columna vertebral que lo sostiene. Ahora, es la nada. Es un quemante hierro al rojo vivo que azota mis cimientos. Pero tenia que estar preparada para esto. Sí, tenía que estar preparada. Unos ojos se asoman donde los escombro, porque todo es destrucción, y me mira. Deletreo la infelicidad, el pánico, el sórdido ruido de años soportando sobre sus sienes, los desastres antinaturales de los hombres, la descabellada razón humana. Me aproximo, hay en ella, en esa mirada, algo familiar. Y ese ser también viene a mí. Es una anciana con harapos negros, con un pañuelo blanco en la cabeza. Intento agarrar mi memoria esos ojos y son los mismos. Son idénticos a la anciana de la cumbre. Escucho por un instante corto de tiempo el cantar del pájaro azul, escucho por un instante corto de tiempo el cantar del amor. Me coge de una de las manos y con su dedo sigue las líneas de la palma. Pone una mano en mi frente y de callada manera me invite a que me siente.

sábado, junio 08, 2024

LA MEMORIA QUE HABITO (NARRATIVA)14

 

14

Me llama los vientos alisios de estas islas. Me llama para decirme que he de prometer la continua danza con la vida. La noche, a veces, se atasca en una niebla que me hace temblar ante la insonoridad de mi yo, de alguien posando sus manos sobre mis manos. De repente toda calla. No se escuchan estallidos y el alarido de los muertos flotando con su olor en esta atmósfera. Me llama, un silbo preciso, un silbo sutil se inmiscuye en mis carnes, en mis ropas echa girones de vagar y vagar en lo incierto. Me cuelgo la esperanza y me entra ganas de gritar mientras este solemne silencio de la noche canta al fin. Y yo me prometo ser ese jardín donde las flores en invierno florecen. Un apartado paraíso que conserva la verticalidad de su aliento. Me llama…me llama los vientos para decirme que todo ha terminado, que solo queda una ciudad descolorida, en la penumbra, en la queja que se prolongará en cada crepúsculo del despertar. Y yo prometo…prometo vale la pena continuar existiendo, en esta dimensión donde los terrores parecen expandirse a otros lugares. Primero aquí, después…allá. Sí, las guerras no tienen fin, siempre habrá una excusa inentendible, ininteligibles y tonta para rematar a tu vecino. Me llama, hoy ha aparecido los alisios una fina capa de humedad se va apoderando de mí. Me siento levantar del abismo y construyo mi corazón con mi alma elevada a esta isla que tanto…tanto a sufrido. Mientras escucho unas pisadas, rompiendo este silencio, naciendo de la obscuridad. Mientras miro a ver que quien es y un pájaro azul se cruza por mis ojos…un pájaro azul que canta algo. Hace tanto tiempo que no escucho el trinar de los pájaros. Extiendo mis manos, esas manos solas, gélidas, mojadas y se posa para beber de su concavidad. Y ese pájaro azul en su gesto desinquieto me mira y yo lo miro a él. En su mirada puedo descifrar la anciana de cumbre cuyo espíritu es libertad que viene a visitarme, que viene avisarme. La comprendo. Pasa el tiempo y todo sigue callado, converso con el pájaro azul como consejero de mi mañana. Y el con sus ojos tristes me asiente a medida que le pregunto. No entiendo de esa pena si todo había acabado. De un instante a otro se va y me deja con esta niebla que también va atenuándose en el tiempo. Y yo aquí sola, sin embargo, los años me ha castigado, me ha dado una canción donde solo soy sombras negras de ese caos filtrado en la ciudad de Nor. Nor ya está enfermo. Nor ya esta viejo. Nor ya está casi muerto. Nor ya está distraído de la existencia. Y yo aquí sola, con los esqueletos flotando en este aire que respiro. Y todo ha terminado para continuar en otras tierras.  Con cautela iré a Nor. Abrá quien me aprecie , habrá quien me odio, habrá quien me mirara , habrá quien quitará sus ojos de los míos y no me importa, todo ha finalizado. Prometo ir a Nor, llevar todo el ánimo para su nuevas venturas, sus singladuras a través de los años. Prometo ser mano de su nueva vida y ojalá que la acidez, que el amargor se desvanezca bajo la tierra. De nuevo reverdecerá y su follaje de edificios despertarán después de este delirio tórrido, maligno. Sí, iré a Nor cuando el crepúsculo y el pájaro azul se puse sobre mis hombros. Bajaremos y veré la miseria, el quejido, el disparo a la sonrisa, pero todo se ira bajo las nuevas ilusiones. La niebla se ha ido, corre una brisa fresca y la luna viene con su lluvia de blanca por el sendero que he de tomar. Y la sigo. Es una luna cuyo brío perfecto me estimula, me convierte en un disparo de esperanza en la desnudez de la noche y el silencio.

martes, junio 04, 2024

LA MEMORIA QUE HABITO 13(NARRATIVA)

 

13

La noche cabalga con Pegasus como antesala a lo maravilloso de estos instantes donde el roce de mis manos con otras manos es yermo. Las explosiones aún se sienten, lo malo de nuestra especie se consagra en su más macabra faceta. Una tenue brisa me inspira, me sumerge en este escondrijo donde una latente esperanza reverdece por momentos, algunos. Otros, me alojo en la negra máscara que nos seduce y pienso que esto no tendrá fin. Y ese vagabundear en la razón me lleva a qué será de mí. Si vuelvo a la capital seré sentenciada o no una más en una fosa que se alarga por las carreteras de la oscuridad. Las constelaciones bosquejan una telaraña ramificada en el infinito y ese infinito lo temo. Temo que esta guerra descomunal , impredecible no acabe. En mi prolifera acelerados cavilaciones que me hace dividirme Una dualidad de que me convence de que si…de que si hay un fin. Un fin donde todos saldremos malheridos, trastornados. Un fin donde el labio a labio sea rosas de los vientos de la concordia. Una dualidad de que me convence de que no…de que no habrá termino. Lo grotesco venciendo la debilidad de nuestros sueños en el hoy, en el mañana. Cada jornada más frágil. Ojos blancos columpiándose alrededor de nuestras desgracias, de nuestras penas. Y yo aquí, con el universo como amante, con este Monteverde de escudo a cualquier infiltración traidora. Seccionada me escurro barranco arriba y atisbo con mis ojos tristes . Sí, porque tengo ojos tristes, no hace mirarme en un espejo. Cada lágrima se ahoga cuando siento el estruendo indefinido de una explosión. Es como si me clavasen agujas ardientes que me han ido tejiendo mi desgana. Y tengo desgana. Y tengo fatiga. Y tengo aún vida. No me lo explico pero entiendo que el poder de la mente humana suma un gran desafío a la muerte, esa muerte que amuralla a Nor. Ay, Nor. Nor del alma mía. Cuando regrese besará tus ruinas y juntos reactivaremos, edificaremos en armonía los sonidos de la libertad, la fraternidad, la esperanza. Ahora, me encuentro cansada, el ruido sórdido me distancia de ti, la amenaza odiosa me lleva a ser ausencia. Y para que estar allí, ya no seria parte de esta tierra. Un escuadrón de aviones arruina el firmamento con sus gases mortales. Ay, Nor. Nor del alma mía , pienso en ti. Pienso en mis seres amados, todos en tumbas anónima. Tú, Nor, que me viste nacer. Tú, Nor, cierro los ojos mientras lo perfecto y lo bello me protege y escucho cada llanto prolongado de tu gente, de la gente que te quiero y no desea el mal. Pero el mal baila frenéticamente , desquiciado a tu rededor, en el núcleo de tu existencia donde todos carecen ya de fuerzas para detener el horror de los horrores. La música del cosmos la siento, una balada que me llega en estos instantes como bonancible vientecillo que me sostiene. Ay, la isla. Esta isla del alma mía. Su decadencia es tan profunda que no se puede saber a ciencia cierta cual será su escapatoria, esa salida del mal. Cambiamos tanto, lo que hoy es negro, mañana es blanco. Hoy te quiero y mañana te odio. Así somos, no se puede pronosticar nuestro futuro , todo cae en lo incierto, en la incertidumbre. Las palabras son una bola de plastilina que se modifican según la visión, según nuestras mutaciones. Todo cambia. Sí, todo cambia. Pero hay una ilusión, un halito donde muchos corazones se congregan en su manera de las ideas. Tendemos pañuelos blancos en las azoteas sin el temor de desaparecer y somos tangentes al respirar y respiramos. Me parece ver los ancianos en una de las plazas, charlando entre ellos, conversaciones que se dirigen al ayer. Y ese ayer de ello es nuestro hoy. Desencajado se seguirán sentando hasta que la muerte los lleve…hasta la muerte los lleve con la desilusión en un puño de sus manos haciendo tic-tac, tic-tac. La brisa de hace más fuerte, yo , observando a Pegasus. La brisa tira de mi y me tiendo sobre ella con toda la plenitud que me queda y me agarro a ella. Está humedad, mis ojos observando a Pegasus.