lunes, julio 31, 2017

la calma..

La calma, renunciar a huellas perdidas en el aliento de un agosto. Sudor, cuchillada deslucida de las tardes apagadas, nauseabundas, cabalgando en la nada. La duda me trajea y soy carrera derretido en medio de arboledas que gimen, que penan en el deseo del vacío. Vacío, todo es vacío…sombras  tersas maquillando mis mejillas, polvoreando cada grieta aventurada de las jornadas sostenidas en el girar y girar de grises gaviotas.  Ahora, la calma, regresa desde un horizonte donde su nombre absorbe las ventoleras en mis espaldas cansadas. Espero…tic, tac….inspiro y espiro en el creciente despertar de la siesta. La calma, me suelta en las veredas de la verdad, del deseo acostado en las nubes inanimadas de esta isla…lejana, callada.

sábado, julio 29, 2017

lentitud

Lentitud, sudor rasgando las entrañas de las paredes blancas….muy blancas. Añejos rostros en la espera de la luz. Estación guiada por el salto a la comba de mujeres perdidas. Se van…se alejan con su estómago encogido ante los murallones enrarecidos de la sangre esparcidas en sus espaldas ¡Corre¡ ¡Corre¡…la fugacidad de tus alas muertas retornarán al olvido. Arrugas columpiadas por tus venosas manos ¡No esperes¡ navíos colapsados por el eclipse de tus huellas huirán en nubes de espejos donde tu imagen rejuvenecida será naciente de la vida. No, no esperes…encuentra las singladuras que te llevarán lejos…muy lejos, donde el dolor no tiene cabida. Lentitud, ataúdes asomando bajo tu vertiginosa huída. Sigue, ya se calmarán…se borrarán en el paso de los soles ¿ya estás aquí? ¿has despertado?...Sí, donde la existencia elabora una alegría a propósito de tu entereza. Lentitud, ojos de un azul pleno fabricando el pacífico andar entre las praderas de las ballenas. Te hundes entre las mareas sedientas de tu cuerpo y vuelves con tus pies huella en la arena evaporando la desidia ¿has despertado?...Sí, donde la calma ama tus manos. 

jueves, julio 27, 2017

Trasladarse....

Trasladarse, emanciparse de las manos brotadas al son del vacío.
Vago recuerdo doliente fugaz tono de mirlos en el atardecer.
Memoria fugaz de un presente habitado por el solaz de su sombra.
Vamos amiga, digo.
Cobardía estática coloreada de marmóreos sucesos.
Seguimos, digo.
Tam…tam…tambores marcando los ojos caídos en mis palmas.
Caricia errante desterrando el pesar, la pena ceñida de la vuelta.
Volver, digo.
Casa estancada en el arrojadizo quebranto del llanto.
               Adiós, digo.

Cansada, desplumado navegar entre tus labios.



martes, julio 25, 2017

llevamos....

Llevamos una hora parados, al conductor de la guagua de la desinflado una rueda. Mientras estamos parados en esta boca de calor los abanicos insuflan con toda presura contra el sudor. Llegaremos con retraso, un retraso que no traerá consigo consecuencias negativas. Aquí conversamos, echamos el fechillo y nos inundamos del sabor de las palabras, del paisaje que nuestro rededor anuncia belleza. Los dejo y me bajo, pregunto al chófer que si falta mucho, no contesta. Espéreme, le digo. Me apetece estirar las piernas, sumergirme en el maravilloso encuentro con la naturaleza ahora presente. Todavía soy joven, me digo. Y barranco abajo me mezclo con helechos desmesurados y laureles. Estallido de lo bueno de la vida, de lo hermoso colindando con mis manos agarradas en la bajada a cada rama. La humedad está aun presente aquí, en este paraje donde los serruchos no tienen cabida. Es un día claro, celeste aunque la sombra de las pisadas veraniegas ande detrás. De mis palmas un hilillo de sangre, sonrío…la sonrisa perfecta para una atmósfera perfecta, para un mundo aislado donde las ampollas son nacientes de la nada existente en la urbe. Alguien me llama, retorno presa de lo grandioso de esta pesada sombra a la guagua. Todo está listo, me subo, me miran con rostro de duda, de enojo, de calor, de desesperación. Cierto murmullo ingresa en mis carnes. Me da lo mismo y arrancamos. Vamos a un punto de encuentro, a una reunión en las alturas. Llegaremos a tiempo del almuerzo. Mis zapatos tienen algo de barro…qué más da. Arden las palmas de mi mano pero el alimento de la madre tierra me sostiene, me aleja de las infranqueables miradas que se les antoja saber a donde fui. Callo, el silencio es consciente de mi tranquilidad, de la armonía arropando mis pasos dados, mis pasos perdidos en este pequeño fragmento de la involución. 

domingo, julio 23, 2017

Alas espumosas...

Alas espumosas
En el resonar de las mareas
A través de campos yermos.
Su rostro,
Lánguido Roque
Doblado a ras de la incertidumbre
De los dioses acoplados al desdén.
Te arrodillas
Y no sabes a quien despierta tu ofrenda,
Humilde, devastada de las raíces
En el suceso de las horas.
Sus manos,
Largas cumbres testarudas
En angostos ataúdes
Que la ahogan
Bajo el paso de las sombras blancas.



miércoles, julio 19, 2017

Nos vamos...

Nos vamos. Ya es hora de echar el fechillo y ser negra sombra cabalgando con los jadeos del viento. Está decidido. Tu y yo…yo y tu sobre manos abiertas a la eviterna paz. Nos escurriremos bajo serpenteantes caminos que nos llevarán, que nos traerán nuevas noticias sobre este mundo que orbita en la miseria. Espero pronto que ellas sean benevolentes, redactadas sobre muros inexistentes, invisibles en el tronar de la alegría. Escucha…escucha, nuestro ha comenzado dentro de una frontera de ojos blancos que miran ese faro de la libertad. Luz…¡más luz¡ en los huecos del desaliento. Aprieta bien mi mano…por si acaso el fango de feroces dientes aniquila nuestra lucha. Sí, ¡luchar¡, está bien dicho, bien coordinado con las implacables agujas  de la bestia negra ¡Cómo se agranda¡ Cómo se estira a ras de labios agrietados por el sudor, por la helada, por el hambre, por la sed. Sí, ya sé de mi reiteración. Pero, nos vamos. Columpiarnos en otros mundos donde el sonido de una balanza justa nos de aliento, empuje en el continuar. Ven…ponte al lado mío, saltaremos a la nada del aquí, del ahora hasta escuchar el rumor cierto y puro del fin…del fin de batallas torpes, estúpidas. Tú que sabes si en la singladura de otros lugares  todo es belleza. Nos vamos, así, con las espaldas manchadas de agonía, de penas, de un cierto sentimiento de culpa por alejarnos. No hay otra, todos sordos, todos mudos, todos quietos ante el genocidio ¡Venga ya¡ la nada que respiran no cambiará. Nos vamos, viaje largo. Sin prisas pero con la celeridad de nuestros corazones acariciando la verdad ¿Estás triste querida? Te entiendo….vamos. Qué nos acompañe la música de los espíritus que danzan en la hoguera de la desolación, de llantos aprisionados en rejas de púas sangrantes en el sueño sajado para el bien de sus amados hijos ¡Hijos del sol¡ Hijos del océano cuando un largo pabellón de manos sucias les arrebata la respiración. Sí, nos vamos…quizás algún día volaremos sobre nubes de colores acogidas por el lleno de la unidad, de la igualdad, de la tolerancia…





lunes, julio 17, 2017

Temprano...

Es temprano, todavía el oscuro firmamento lame astros vagando en la ruta cierta. Ella, frente el universo. El callar del verano se apodera de sus pisadas mutadas de todo alboroto. Se mira su camisa, le falta algún botón. Pero no le da importancia. Prisas y más prisas colonizan cada balada de su respiración cuando surja el despertar, el bosquejo de brazos que se desperezan. Solo este pequeño coro de horas la asalta en el refugio de los sentidos. Ella, acompasada luz precoz detenida en su minucioso cavilar ¿Qué hará? ¿Qué no hará? Tal vez se quede ante una pared blanco donde el rugir estrambótico del amanecer no la despiste, no la despida del avance del ensueño por senderos posados en la contemplación. Temprano, retumbar de una música que la transporta por la extensa lejanía de la pesadez….Sí, sus pesados ojos ante una pared blanca se reúne con sus sueños. La toca, caricia toda su textura como cuerpo presente. Fija, mira su camisa, le falta un botón…qué más da, se dice. 





domingo, julio 16, 2017

divagaciones....

Estaba tocando el piano. Mientras los perros y gallos alborotaban el amanecer con cierta exquisitez. El viaje no había sido largo, veinte minutos en guaguas desde los adentros a las afuera de la ciudad. Sola, con mis pequeños poemas y el beso de las teclas en mis dedos. Solos, surcando con los ojos eclipsados en algún pensamiento. Solo, el piano y yo. Diminutos instantes donde sopla el equilibrio, la calma ausente en la devastadora figura de espectros arrasando los huidos. Tocaba y tocaba, pulsaba cada nota en la aventura del corazón atado en la obertura de la vida, de la paz. Perros y gallos continuaban en refrescar el despertar aforado del continuar. De continuar con las alas quietas, en el reposo de espíritus danzantes en la ida. 

viernes, julio 14, 2017

Y es que no tenía ganas...

Y es que no tenía ganas, ganas de cavilar en la polución impertinente de la urbe. Ahora me atraía el aroma de verticales y asombrosas arboledas a unos pasos de esta ansiosa ciudad, de este estar aparentando y sajando sed de poder. Me gusta somatizar la savia que recorre por sus entrañas ¡El bosque¡ No lo dudo, penetré en su apretado abrazo : fresco, virginal, rebozado de una belleza perfecta. Ahí me quedé, y es que no tenía ganas, ganas de seguir el aliento fétido de esas lenguas amarrando mis alas libres, mis alas cansadas. No es que huya, para qué…solo el retorno de un conciso suspiro en el desenganchar de las esferas de la rutina. Estoy sola, las arboledas y yo…yo y las arboledas bailando entre los retos de la brisa, de un atardecer más oscuro a medida que el tiempo pasa. Defendida de la pesadez, de lo leve que son las palabras allí. Sí, allí, donde edificios sucios se emancipan de la cordura. Pasa un pinzón azul ante mí. Le hablo, atajo su vuelo con mi conversación. Se detiene en una rama cercana a la tierra y me mira, me escucha. El y yo callamos ante esta gigantesca maravilla. Malgastamos las horas hasta que la oscuridad se haga presente en contemplar embelesados el sonido de la naturaleza.
Xx:
La noche nos acoge en su regazo cálido. La pasaré aquí, contigo, con el sabor de la aventura de un adiós al vientre columpiado de ojos absortos en la cima del odio.  Tranquilos nos limpiaremos las ojeras con cualquier manantial que por aquí transcurra y beberemos de la fragancia de la soledad.
Pinzón azul:
Esto es el todo. El todo de un mundo que despacito se deshiela, se desintegra en una atmósfera enrarecida para el mañana. Yo también me quedaré, a gusto estoy con tu equilibrada voz. Me suenas a violines, a pianos amantes del vuelo horizontal más allá de las malditas fronteras.
Xx:
Rincón apartado, desconocido, infravalorado donde los colmillos de sierras aún no han hincado sus manos ensangrentadas, hambrientas  de destrucción. Lo protegeremos, por si acaso…dentelladas aborrecibles de lo humano.
Pinzón azul:
Sí, lo protegeremos. Escupiremos sobre  los desalmados colmillos de la ambición.

Y es que no tenía ganas…ganas de seguir en ese coro analfabeto ante el deterioro de la madre tierra. Antes creo haber dicho adiós, aislamiento cómplice de raíces enhebrando pétalos silvestres a la vida. Y es que no tenía ganas de ver morir en la fuga de las mareas, de las secas y frías tierras al ser, sentidos desembocado en la nada.



martes, julio 11, 2017

Divagaciones de una noche de verano...

De las manos del todo…no, no en la distancia eviterna de los espejos que nos miran. Caminamos, errantes en los veleros extinguidos de las ganas. Somos peso de los años que nos capturan al amparo de nuestras arrugas ceñidas al corazón, perdido, eclipsado de todo alboroto en las estancias del querer. Intentamos tocar ese espejo por si la imagen reflejada no es ausencia. Lo es, hondo barranco por donde rodamos en el crecimiento de nuestro alejamiento. No…no estoy triste, ningún rayo de melancolía me azota. Solo, lo sereno emana de mi cuerpo, de mis pisadas con expresión grave enamorada de las danzas nocturnas. Sola…sí, sola en la rebelión de la rutina. Vueltas y vueltas sobre un mismo tema envuelto en un alba inexistente, solo, la noche. La dualidad de mis ojos pesados se cierran…una imagen extraña da punzadas en vientre y ya es tiempo de la huída a los gozos de la tormenta veraniega en la alongar de luna. 

domingo, julio 09, 2017

Tam...tam...

Tam…tam.
Ritmo intangible
De los cuerpos celestes
Amparando la lucidez
De alas rajadas
Con el paso del tiempo.
Tam…tam.
Magmáticos lagos
Cruce de ojos blancos
Asolados por el viaje inacabable
Con destino vida.
Tam…tam.
Tambores pronunciando la ruptura
De la levedad de nuestras huellas
En el susurro de la despedida.
¡Ven¡
¡Ven¡
Tam…tam
Años acogidos en puentes colgantes
Con el vértigo huido del temor.
Ya vamos, deslizamiento fugaz
En el auge de aves violáceas

Arrastrando nuestras manos. 

No, no he venido...

No, no he venido a pedirte nada. Solo, el bello aliento de unas manos azules acompañantes del silencio. Aquí estoy, coreando el mecer del oleaje. Solo manos adueñadas de la libertad en el vuelo soñado de un mañana con frescor a lavandas. Aquí estoy, cansada, plomiza nube carraspeando la nada, con el dulzor verde de plumas en el alzamiento de mis pasos. Me pierdo. No, no he venido a pedirte nada. Solo, la palpable y eviterna sonrisa de tus atados ojos…hundidos, fuga en el vértice de la insonoridad. Cansada…sudor entregado a mi vientre en el suceso de las jornadas. Cansada…desierto habitado por mi mirada, espaldas soplando lánguida ganas de continuar en la larga danza de las tempestades. No, no he venido a pedirte nada…cansada, el letargo son llamaradas que vienen, que me acarician y su beso…su beso me embelesa en el hasta luego. Sí, hasta luego, vendré  con el brío de hojas retoñando en la infinita calma de una sombra alistada por mis sentidos. No, no he venido a pedirte nada. Solo, el esbozo de mi entereza apacigua los dulces caminos del descanso. Cansada, no sé por qué…me tira y me tira en el tremor de baladas mudas al despertar….

martes, julio 04, 2017

Oh mar...

Bajar donde las rocas agrietas se nutren de la entereza del oleaje. La calma viene, encogida en paredes blancas donde los ojos se yerguen en la nada. Los sueños engendrados se vuelven aves azules con el grito del tacto, suave, tierno ¡La belleza de las manos¡…emergen con plumas verdes en el ascenso de un océano venerando la naturaleza, perfecta. El pensamiento se embelesa con el rumiar sincero, honesto de esas ondulaciones que nos atrapan en el andar por su faz ¡Oh mar¡ Ven…ven aquí, donde las pardelas para retornar su vuelo en los sueños del mañana ¡Oh mar¡ Ven…ven aquí, ínsulas de espejos donde nuestra imagen inundan  los pacíficos pasos de la jornada. Valientes, estamos aquí, alimentándonos del eco de la espera. Puentes eternos nos adormece, nos cuenta del silencio mientras la paz silba el brío de la existencia…pronto, ¡pronto¡…con el alba de cerrados ojos, sin darnos cuenta del final del todo de la sangre desalojando la inocencia ¡Oh mar¡ Ven…ven aquí, vestidos de granadas, de balas confundidas en los desiertos del ser. Cansada. Sí, cansada, plomizas espaldas pesan en nuestras huellas arrebatadas por la ventolera voraz de una esfera punzante en sin la razón ¡Oh mar¡ Ven,…ven aquí, cantemos el himno del fin, del final de todo lo aberrante a esta especie llamada hombre, mujer en los albores del renacer ¡Oh mar¡ Ven…ven aquí, solo el tiempo enaltecerá el equilibrio, la armonía de este mundo. Por ahora detengámonos, censuremos cada desgarrado chillido, cada envenenada  lengua, cada maltrato a nuestros sentidos.



sábado, julio 01, 2017

Expandirse...

Expandirse, contraerse ante la lluvia cósmica de astros consumidos en esta tierra que pisamos. Unidas, abrazadas a las vertientes, ecos insonoros de nuestras caricias. Firmes absorbemos de los manantiales que se desplazan en los sentidos del norte. Un norte donde la calidez aprieta más y más. Todo estallido de emociones sibilinas en el transcurso de mariposas de alas doradas. Insuflamos hacia la paz en un canto que se hace palmas lanzadas en los barrancos por donde los pasos se pierden. Piedra tras piedra, conquista de la endereza de unos besos con aliento a equilibrio. Solas, vamos solas…qué más da…colonización de vespertinas olas…¡las escuchas¡…ya vienen, ya vienen para arrastrar nuestros sentidos a una noche de fogatas al ritmo del llanto de las pardelas.