domingo, junio 30, 2013

¿Cómo estás?...

¿Cómo estás? Hace tiempo que el esbozo de tu sonrisa no la siento. No se donde andas ahora cuando el crepúsculo insufla una sonata de serenidad. Te has ido con el beso de las aves a otro lugar. Lejos, muy lejos. Y mis pies cansados son precipicio de la añoranza. Quizás andes persiguiendo un sueño. Un sueño de islas flotantes en el paraíso de las constelaciones. El desierto se incrusta en tus carnes. El desierto es caricia de tus párpados cuando cansada te tiendes sobre sus doradas arenas. Y sigues, sigues. Por esa ruta donde barcas desvaídas anuncian el logro de tu esencia. Y yo te llamo. Si te llamo en el ronroneo de mi conciencia como pasillos de pétalos de rosas que caen y caen sin cesar. Espero que tu viaje sea bienaventurado. Que disfrutes de las alas que te dan la libertad en el inmenso azul del océano. Que halles eso que dices buscar en los enigmas de este mundo. Yo, mientas tanto, me quedo mirando las nubes pasar. Ellas ya me dirán algo de ti. Aquí estática con el deshojar de un almanaque que dice de la espera. No, no hay prisa. Todo se mece en la lentitud de la calma. Inamovible me mezclo con la rutina. Una rutina que a veces pesa y otras es liviana. Lo cierto es que no se nada de ti. Te has ido. Sí, te has ido en el impulso de una nueva vida que quizás eterna te hará reedificarte con la melodía del cosmos. Mi llama sigue encendida en una botella de la cual el humo que expulsa me dice que nos encontraremos. Aquí o allí. Que más da. Lo que importa es este tiempo, un tiempo de paciencia que saborea la paz. 

viernes, junio 28, 2013

Ana y Antón....

Antón:
 Arremetes contra mi con tu postura llena muertos flotantes que ambulan en tu dormir. Despierta ya. Se hace tarde. Pero no. No me escuchas solo eres atmósfera encerrada de los sueños. Si ya se. Quieres soñar. Te disgusta todo eso que se mece a tu alrededor. Eres una desagradecida. No ves mi sufrir. Mis lágrimas azules se mezclan con ese ronroneo de las olas que no paran, que no paran…y parezco que desfallezco. Contesta. Dime algo.

Ana:
Déjame en paz. Me hallo sumisa en la serenidad  que esta cama de sábanas blancas me da. No, no me quiero levantar. Sí, soñar y soñar. Girar por esos submundos donde la intemperie de miradas frías no me contamine ¡Que placer¡

Antón:
No. No puede ser. Eres estúpida. Te encierras en tu esfera impenetrable y te aíslas de que hay fuera transcurre. No ves la realidad. Eleva tu mirada. Y si no quieres ver a través de la ventana mírame a mí. Levanta.

Ana:
No. No quiero mirar ese ambiente donde la mayoría de la población vive en precarias condiciones. Fíjate una niña soldada. Una niña del uso y del abuso ¡ Qué horror¡ Y fíjate un vientre abultado con su piel pegada a los huesos. Cuando morirá, cuanto durará. Y fíjate la sed, el hambre y esas batallas absurdas de tu propia especie. No. No quiero mirar. Y cara a cara a ti no más que serás escenas de todo lo aberrante de este mundo.

Ecos de la noche. Ella en la cama envuelta. El en una silla de espalda a una ventana con las cortinas corridas. La luna está presente. Las estrellas están presentes. El aroma de jazmín del jardín penetra a medida que los grillos rozan sus patas. Ella renuncia a las palabras de él. El sigue y sigue en ese parlar que no cesa, que no cesa…

Antón:
Mírala. Mira la luna esa mágica bola que bien dice que en un mañana tendremos un mundo mejor ¡Mírala¡ Como el amor y el respeto regresara a nuestras almas vacías y seremos ese auge de sueños logrados. Y soñarás. Y soñarás despiertas con tus pasos por esta tierra que en este momento se desangra. Venga mujer. Levántate y mírala. Mírame a mí. Se que un dolor oprime tu vientre pero has de ser fuerte y verás que todos juntos lo lograremos ¡Viva la vida¡ ¡Viva la alegría de ser participes de este fin tan triste¡

Ana:
¿Tú crees? Me viro y fijamente veo tus ojos sobre mis ojos. Me transmites cierta tranquilidad, cierto optimismo del cual yo carezco ¡Por qué¡ Ven, abrázame. Necesito tu calor, el calor de toda la humanidad para ser valiente, para ser vertical, para seguir mirando cara a cara a esta putrefacta tierra. Pero presiento que el amor se ha ido, que el hombre ya no siente la maravilla de las emociones fortificantes. Veo una luz detrás de ti. Si la veo. Date la vuelta ¡Qué será¡ ¡Qué será¡

Antón:

Es la luna que quiere acariciarte. 

jueves, junio 27, 2013

Y sonríes...

Y sonríes. Y esa sonrisa es como…no se….es como si el mundo bajo tus pies se expandiera hasta un arco infinito de astros. Te miras. Y esa mirada que se pierde en galopar incesante de tu corazón toma brío cuando despiertas ante la belleza natural del planeta tierra. Observas cada rincón. Cada rincón donde alguna veces las maravillas endógenas te hace crecer por escarpados riscos donde los ecos de los cernícalos te hace seguirlos hasta su rincón. Y abrazas. Abrazos un árbol cuyo manantial de sabiduría emana la calidez de esos montes donde el frisar de la hierba juega con tu melena. Y los soles se han ocultado. Se han ido a través de la memoria de las arboledas que nos enseña como de vertical erigimos nuestra vida cuando caminamos sobre nuestros sueños. Y sonríes. Y esa sonrisa a espaldas de todo lo que te estremece te ayuda a ser más fuerte, más bahía donde los ríos de la vida desembocan. Y besas. Sí, sientes ganas de besar a cada saludo del viento que sopla con cierta melodía de esperanzas, de ilusiones que candentes que trepan y trepan tras el sudor, tras el esfuerzo. 

miércoles, junio 26, 2013

Un viaje

Un viaje donde los ecos de esos rayos solares pisan la certidumbre de las singladuras a través de un cristal donde el murmullo de la ciudad hace estático los rostros. Caminamos, avanzamos por unas aceras donde el ronroneo de la masa humana es corear del chasquear de sus pasos. Un café, un cigarro y continuamos ante edificios símbolos de un ayer. Un viaje donde las nubes son corderillos impacientes de su termino para llegar a otra tierra, a otro lugar donde el bramar sutil de las olas es recuerdo añejo que se emancipa de los telúricos pasillos de un pasado. Un viaje donde la alegría del vivir es enlace a las fuentes variopintas de nuestras emociones. Y seguimos. Otra vez aquí. En esta ínsula donde el viento norte nos enseña sus dientes invisibles, sus manos austeras. Y nos miramos al espejo. Nada ha cambiado. Solo nos hemos rejuvenecido, hemos rebrotado tras las alas de las atmósferas que nos han envuelto en un dibujo cuya sonrisa derrama el auge de los sueños.  Adiós a los llantos. Adiós a la extinción de las ilusiones. Ahora, otra vez aquí. Con este firmamento cenizo que nos enseña su rumbo a través de las secuelas de antaño. 

lunes, junio 17, 2013

No se me iba acercando a esa criatura que emergía entre las rocas. La observaba hace rato como contemplación de la severidad, del equilibrio. Sus ojos estaban cerrados y parecía como si durmiera. Pero imposible. La posición de su cuerpo apoyado en una sola pierna delataba que estaba ensimismada en sus pensamientos. Yo me aproximaba más y más. La tarde con una luna llena ya presente decía algo de su ser. Algún rumor muy bajo que no lograba escuchar. Y me acercaba y acercaba. Cuando llegue junto a ella su posar era el mismo. Sentí ganas de acariciarla, de que mis manos fueran un sutil roce que no la molestara. Estuve rato así, mirándola. La tentación se hacía cada vez más fuerte y el peso de mi corazón me indicaba que lo hiciera. Y lo hice. Acaricia una de sus manos pero ella seguía estática. Estaba fría y su olor. Ay su olor…Es como esas cenizas que dejan los muertos después de quemarlos en las hogueras del olvido. Aun así no dejé de rozar sus menudos dedos. No me transmitían nada. Solo el apagamiento de su esencia, de mi esencia. Parecía un hola y un adiós. No un hasta luego. Una despedida que se prolongaba hasta mi castigada vida. Comencé a llorar. No se por qué. El bramar de la mar era terso, suave, una mezcla entre ternura y compasión

domingo, junio 16, 2013

DUNIA SÁNCHEZ PADRÓN ©2007-2013: Cierto aroma...(relato)

DUNIA SÁNCHEZ PADRÓN ©2007-2013: Cierto aroma...(relato): Cierto aroma. Cierto esbozo de un amanecer con un gris que nos lleva por los caminos de la calma. Cierta marea que se embravece a medida ...

Cierto aroma...(relato)

Cierto aroma. Cierto esbozo de un amanecer con un gris que nos lleva por los caminos de la calma. Cierta marea que se embravece a medida que el gozo de un nuevo despertar nos invita a una sonrisa nada más. Cierto astros lejanos, idos y nos sumergimos en un nuevo andar donde nuestros pasos serán ese relieve de nuestros pensamientos. La ausencia ambula en unas manos. La ausencia tiene la cara blanca eco de esos monumentos marmóreos. Avanzamos lentos pero seguros ¡Viva la vida¡ Viva la libertad con la que manejamos nuestra reconditez. Eso cavilaba ella. Ahora que cierta brisa veraniega venía hasta su rostro, hasta su cuerpo, hasta su entereza. La acogía sin más con la calma de una herida de amor que se iba apagando. Una navaja del querer desfilaba por su mente pero aun así esa tristeza que la embargaba en la desorientación la elevaba a una paz melancólica que ella recogía con un abrazo. Era feliz así. Con ese amor difuminado en el tiempo y que aun, todavía, seguía cosquilleando su corazón. Se embarco por nuevos rumbos. Rutas que en su larga vida nunca había olisqueado. La expresión de estos era siempre la misma. Una humanidad envuelta en egoísmo y envuelta en un afán de éxito que no  más consiste en desterrar a los demás. Esto le pareció muy deshonesto en el calibre que se movía su verticalidad. Por ello se encogió. Un encogimiento que la llevó a ser puertas cerradas a todo lo injusto y descabellado de la sociedad. Su silencio solo lograba tomar alimento cuando abría las ventanas de su habitación y respiraba de la brisa traída por el mar, por los montes. Ahí se detenía. Y su inspirar e espirar lento, pausado la llevaba por esas emociones que habitaban sobre una hoja, sobre un pétalo con alas de mariposa. Tuvo ganas de dormir junto a ellas, dormir casi eternamente donde la lucidez de los sueños la llevara donde el roce de las ramas y las palabras del romper de las olas fuera erupcionar de su destino.

sábado, junio 15, 2013

Su rostro

Su rostro impecable haz de raíces que van enterrándose en mi vientre a medida que los ecos esféricos del silencio barruntan cierta atmósfera de deseos. Avanza contra el viento con sus ojos huecos cuando la tarde monótono nos impregna de cierta nostalgia. Sí, una nostalgia que va más allá de estas ínsulas y se precipita por los mares de la pena. Llamas. Sí, la llamas de espalda a todo lo que te rodea. No te importa. La dejadez por hallar su esencia te ha hecho huraña, despistada, sorda. Y sigues así con tu danza que cruje a la vez que enfebrecida se aposenta en el equilibrio. Gritas. Y tu grito es escuchado por aves que no oyen. Quisieras volar como ellas. Te alzas y bajo una bóveda celesta comentas de tu peso. El peso de tu cuerpo. El peso de tu alma que se desvanece en un ir venir de las últimas lluvias de la primavera. Ya ves rotas y rotas siempre en lo mismo. Caes y caes. Hasta volar sobre féretros de mármol. Tu ser sin ánimo. Tú ser decaído. Tú ser poblado por las enrarecidas mareas del amor. 

viernes, junio 14, 2013

Seres de cristal

Lluvia que delata el surcar
De los corazones
Bajo riscos empedrados
Con sabor a mar.
Cuerpos flotantes
En busca del ave
Que los lleve por los vergeles
De la esperanza.
Llantos que se emancipan de la pena
Cuando la alegría es bahía

Donde arribamos como seres de cristal. 

miércoles, junio 12, 2013

La noche

            La noche cerca de la claridad y la erupción trepidante del deseo nos envuelve en un mundo subterráneo donde las aguas freáticas recorren nuestras venas. El impacto visual de la oscuridad va creciendo a medida que miramos cada estrella, cada silencio unido al romper de las olas como alas de mariposa que van fluyendo al ritmo de nuestro respirar. Respirar. Si cuando las sábanas nos envuelven a medida que los sueños se alzan como árbol en vertical que descubre la ida de las aves. Nos recogemos en medio de un pozo desconocido que nos barrunta misterios difíciles de hallar su significado. Y la noche viene con su pisada neutra y pura con la danza de un universo que nos es más cercano. Nos entregamos  y nos dejamos ir bajo el sutil latigazo de su aroma ¡Qué bella es¡ En paz somos senda del regazo de la oscuridad y con el censurar de nuestra mirada el subconsciente es reino que representa nuestra aventura del vivir. Viene la noche, la noche viene y entre rocas lisas dejamos que el manantial fluya con la leve caricia nuestro mañana. 

viernes, junio 07, 2013

EL ATAÚD...(RELATO)

Y los astros ambulan cuando la oscuridad es pasto de una luna evadida. El frío ha decaído trasladando a la atmosfera un acogedor aroma que entre ganas de pasear bajo las constelaciones. Son los últimos días de una primavera en la cual el ritmo de la naturaleza florecida invoca el despertar de los colores. El se encuentra en el andén a la espera que el tren llegue. Un corto viaje a través de las montañas que enorgullecen esta tierra. Junto a él un ataúd. Si, un féretro donde el vagar de los sueños perdidos se han estancado. Dentro va su amor. Los pocos que transitan por allí lo miran perplejos. Hasta el vigilante se ha aproximado. El enseña sus papeles. Todo es legal, todo está en regla. El tren llega puntual como siempre y con ayuda del vigilante sube al tren. Todos se alejan ante tan extraña escena, un tanto molesta y desagradable. Mejor, piensa el. En ese vagón que ahora toma el camino que ha de recorrer. Mientras el paisaje difuma el gran pueblo para dar paso a montes donde el negror de sus relieves dice de un instante que vuela en contacto con la naturaleza no deja de mirar el ataúd. Con cierta pena medita sobre el ayer, ese ayer envuelto en deseos y amor. Un amor ahora evadido como muerte temprana, unos deseos abrasados en la ruta de la vida. Por momentos  siente ganas de abrirlo y otra vez ser ese beso en los labios del que allí se encuentra encerrado. No siente temor, era tanta y tanta la pasión…Y lo abre, para su sorpresa el cuerpo no se halla sino una luna cuyo resplandor hace cerrar sus ojos. Que es esto, se dice él. No comprende, no entiende. Ya es la madrugada y dentro de poco llegará a la siguiente estación. Cierra a ciegas el ataúd pero la luz impertinente seguía iluminando aquel vagón. Qué hacer, se dijo. La amada emitía cierta viveza como si quisiera nacer de nuevo. Un renovado brotar para este mundo que no considera su belleza. Eres mía, le dijo. Yo te quiero, te adoro en la perpetuidad de los años que me queda y si los demás no te valoran serás vida en esta caja de cadáveres hasta mí fenecer. El tren se detiene, ya han llegado. Y ahora no puede disimular. La leve luz se expande cada vez más. Qué hacer, se pregunta. Se van a dar cuenta que mi amada es parte de esta atmósfera natural que envuelve al humano. La quiso tocar por última vez antes de bajar, antes de que fuera descubierto. Abrió de nuevo el ataúd y la luz se extinguió, estaba vacío. De sus ojos lágrimas surgieron. Se había ido. Pero muy lejos no estaría. Cerró el ataúd de nuevo venían ayudarle a bajarlo del tren. Allí en el andén solo y su ataúd. Allí en el firmamento la luna que era más hermosa y perfecta que nunca. La miró. Y ahí en esa estación se quedo estático por el resto de sus años viviendo de las noches de luna.  

miércoles, junio 05, 2013

Vienes a mi...(poema)

Vienes a mí con tus deseos
De ser amante eterno de olas rompientes
En mi vientre, en mis senos.
Y yo te sueño y te sueño
En el transcurrir de una noche de luna
Cuando las sábanas revueltas
Ansían ser caricia de tu manto oscuro.
Te veo venir en las interminables orillas
Donde mi beso asoma a la brisa, a las espumas
Que dibujan el vago letargo de una gaviota azul
En las luces de un alba que se aproxima.
Te quiero, océano de la existencia
Aunque los espíritus flotantes de los náufragos
Sean ese cementerio descomunal
Donde su descanso es vigilado por rorcuales.
Aquí estoy con el corazón llamándote, llamándote
Desde esos diques donde la bravura de tu alma  me seduce.
Soy eco del vacío y a ti me arrimo
En este lento amanecer.
Te miro, te observo
Y envuelta en sal y algas soy tuya.
¡Ámame¡ ¡Méceme en el sendero que termina tu balada
Como emocionante entrega de mi desnudez, de tu desnudez ¡
Y yo te sueño y te sueño
En el transcurrir de noche de luna,
Una noche donde la intemperie de los sentidos
Ovacionan el bello danzar de mis labios remojados por tu frescura.
¡Ámame¡, te digo ¡Ámame en ese instante eterno¡
 


martes, junio 04, 2013

Divagaciones de una mañana de primavera....

Despertamos, un día gris nos saludo. A veces nos conmovemos cuando algún rayo solar incide sobre nuestros ojos. Los cuerpos tatuados de dejadez se emancipan de esta ciudad para alargar su mano en otras tierras lejanas, muy lejanas. El susurro de las olas rompe contra su desnudez al desembarcar por esa ruta de los vientos. La soledad les guía, una soledad que se vuelve grotesca a medida que dan el último adiós. Se levantan velas, se levanta alas y nos erguimos  sobre puentes de cristal. Puentes en el que observamos el transcurrir de los días monótonos en la precariedad.  Pero hay algo, algo en el aroma que nos envuelve que nos hace escalar por rajadas rocas. Emana la sangre. Emana el dolor. Emana el llanto. Pero esa fragancia de que aun somos seres de este planeta, seres verticales que se acuestan con sus sueños y despiertan con el alimento del alba. Caminan, caen, levantan. Y en el devenir de los días sus rostros ensombrecidos son paleta de un arco iris que les da vida, que les da alegría. Ya hemos llegado, se dijo al fin uno de ellos. Ya hemos llegado a esa estación que nos llevará por raíles nuevos a nuestra casa, a nuestra tierra. Todo parece ser esplendoroso. Un encanto especial anima a los pajarillos a su  rumor diario. Todo ha sido cuestión de tiempo. Un tiempo que a veces se hace eterno como eterno son las mareas. Pero hemos llegado, lo hemos conseguido el resurgir de la nada. Ahora miro bajo este puente y puedo comprobar que las arboledas se extienden en progresión a nuestro propósito. Ah ¡ Una mariposa¡ Que bella es cuando en su juego de flor en flor anuncia que las penalidad han dado a su fin. Solo había que esperar. Respirar hondo y como el grito de león expulsar todo lo nocivo que ha nosotros convergía. Volemos ¡Sí¡ Como esa mariposa cuando la primavera llega a su final, cuando el astro rey sale ha acogernos con sus brazos calidos. 

domingo, junio 02, 2013

Y no pasa nada...(relatos)

Y un haz ceniciento impregna el cielo. Pajarillos que en su leve despertar no anuncian con su canto que es hora de continuar. Una aurora mestizaje del silencio y la pena que se mueve por el ambiente de esta isla. La humedad se hace dueña de los huesos y el resonar de una primavera que no se siente es lejana colina por la que subimos. Ella(Y) extiende sus brazos. Ahí, en lo más alto. Y del otro extremo otro ser que anuncia que la espera. Por que X. también extiende sus brazos. Un precipicio las separa. Un precipicio de un mar gris y con mar de fondo hace del llanto de las ballenas un puente que une los dos corazones. Ambas son quejido ante esa muralla que las separa. La distancia es nido de buitres que amputan sus manos tersas. Pero Ella (y) la extiende hasta llegar a X. X. no entiende el por qué, el por qué sus manos ensangrentadas desean ser caricia de lo imposible, de lo efímero. Pero en ese instante siente un cierto deseo que la envuelve en la valentía, en el impulso renovado que la hace alargar su mano. X e Y se tocan, en ese momento una bóveda azul las lleva, las trae por los tambores de sus deseos. Miran abajo y no más existe un mar de nubes que las atrapa en un vuelo al unísono lejos del precipicio. Embriagadas con el elixir del beso observan, miran y callan.

X: El tiempo pasa y no ocurre nada. Nos hemos enlazados por encima de precipicios y el vacío se ha extinguido. Tanto miedo para nada. Seguimos ahora la misma ruta, el mismo devenir de los días.
Y:  Es cierto y me parece extraño. Será la naturalidad de nuestra esencia la que ha logrado que nos no miren, que no nos examinen como especies raras.
X: Consagradas en la belleza del amor hasta que las ruinas de nuestra pisadas juntas se interponga en nuestro camino y tengamos que tomar distinto horizonte.
Y: ¡Que jamás seamos estallido de tormentas¡ Tomemos este momento, tomemos el mañana y giremos y giremos en esta pasión que bien de seguro será duradera.
X: El tiempo pasa y no ocurre nada.
Y: El tiempo pasa y no ocurre nada.



Y siguen en ese observar, mirar y callar.  Como bailarinas en una cuerda floja continúan con ese rumbo donde los veleros del viento las llevan bajo un manto verde oculto.