sábado, julio 30, 2016

ENGAÑADA(ALAS DE MARIPOSA)

Engañada. Si, esa es la palabra correcta. La palabra que juega con mis sentidos hasta llegar a un cruce de sables. ¡Si sables ¡  Sables que duelen, que se incrusta en tu piel en cada grito, en cada bofetada , en cada obligación de la cual no puedes oponerte. La jornada de hoy es clara  para mi: un calvario. Las nubes dibujan formas animadas de países de ensueños  ¡Este es mi sueño ¡ ¡Este era mi sueño ¡  Me prometieron una vida mejor, una vida honesta donde el ganar dinero no sería problema. Promesas, promesas…. Promesas que se oxidan cuando saboreas la amarga verdad.  Pero, soy muy joven aún. Joven y traumatizada. Traumatizada y joven. Me engañaron, se suponía que esto era un vergel de oportunidades  ¿Dónde están?  ¿Cómo pude confiar? ¡La ingenuidad y la desesperación ¡  Ahora observo y en mi país no es que tan mal se viviera  aun siendo pobre.  Pero, yo allí estaba acabada, no había salida.  ¿Qué salida existe aquí? Ser prostituta, ser manipulada a cada hora, a cada segundo por unas bestias que solo entienden de dinero, de beneficios para ellos mismos. Así he tenido que pagar mi libertad. Encarcelada en el sexo de extraños, de caprichosos  ¡ Qué  asco ¡  La policía ha venido esta mañana y los han cazado. Se lo merecen. Y, yo, ¿me lo merezco?  Yo, indefensa , torturada , sin papeles .  Me da la sensación de que la nada me rodea, me da la sensación que solo soy mierda.  Mierda que me acosa, mierda que se acuesta conmigo, mierda que me han echado, mierda que escupo. Las lágrimas no quieren salir. Ya se han secado de tanto llorar y llorar ¿Y por qué llorar? Ahora no hay remedio. Después de estas penalidades me enviaran a mi país  ¿Cómo me miraran allí?  Espero que no se hallen enterado. Yo me fui engañada sin avisar.  Ahora estoy sola, camino por la calle libre sin que ninguna mano envenenada intrusa me toque. Me gustaría que lloviese para limpiarme más y más. Aunque esto aquí es raro. Veo un gran cúmulo de mariposas, mariposas doradas que se acercan a un estanque, se posan y vuelven a revolotear a compás de la brisa que me seduce.  Quiero ser como ellas, libres, libres. Volar al vaivén del viento y emigrar a un punto donde mis manos atadas, mi boca tapada, mis senos maltratados puedan ser otra vez mujer.


Oleaje...

Oleaje alargándose bajo mi rostro,
Seres que bucean en la intemperie
Del eco tronador de las pisadas.
Me siento leve, gravedad que se consume
En los rincones de las mareas.
No me detengo, no me detengas
En la inmersión de mi cuerpo desnudo
Entre algas y caracolas
Que me llevan, que me traen
A la deriva de mi empeño.
Ahora, en la orilla.
Tiemblo, me mezo
Con la constante debilidad
Después de ser erupción
De la llamada de la fuerza,
De cierta compostura
Cuando navegaba tragada
Por mis ojos.
Me recuesto bajo la sombra
De la calma, de una serenidad
Que me hace inspirar, espirar
Hasta que la fatiga se eclipse
Entre mis entrañas.
Frente a mí, el océano.
Gris paisaje
Que nos muestra el vaivén
De personajes aislados
A mis sensaciones, a mis emociones.
Me alzo, retorno
Lejos de la barra
Donde mis manos
Posaron sus pensamientos.
Sargos, fulas y un etc…
Abandonarán a medida que mis pasos
Se extingue entre las calles oscuras.






jueves, julio 28, 2016

Tiemblas

Tiemblas, réquiem de olas arrojándote a la nada. El sudor se esparce entre diminutas alas que desean el grito entre rocas. Estás dolorida, decaída, lánguida. Cuerpo que se mece a través de las escenas de una muerte de ojos. Henchida te tiras bajo el sonámbulo corazón desesperante de la búsqueda de su verticalidad. No puedes, arremetes contra espejos rotos donde tu rostro deja caer besos carcomidos por la nada. Es duro, ya lo sé. Sobrevivir ante las inclemencias de las manos que te arrastran, que te atrapan en la senda destrozada de tanto amar. Ya no quieres nada, obsoleta te quedas en un rincón, aislada, frotada por ortigas que te recuerdan, que te hacen memoria de tus huellas. Todo es trivial, absurdo. Las ganas no enganchan a ti. Sí, a ti…fallecida cometa de atmósferas enrarecidas ¡Levanta mujer¡ Alza la algidez de un vuelo que te lleve, que te entregue el don de la sonrisa ¡Sonríe¡ Marmóreo tapiz envolviéndote en minúsculos pasos a la deriva. Ya sé que todo ha acabado, que se ha ido. Ahora, libre, insufla al aroma de lirios danzando a ras de ti. No te dejes ir. Todo tiempo es corto, se va con el último suspiro. Ven…ven con el canto de los pajarillos que al alba posan sobre tus hombros. Tú no eres el fallo solo, el puñetazo virulento de él. Qué tu alma se eleve, que salte, que baile y entonen la melodía de la vida. Adiós querida. Aquí estoy esperando…esperando el espacio corto de nuestros andares en la suculenta emoción de la alegría.


martes, julio 26, 2016

Muertes.

Muertes.
Evocación de la mediocridad.
Alas resquebrajas
Al son de marmóreas olas.
Balas y más balas
Bajo la espectral conciencia
Aunando aberraciones,
Matizando nuestros ojos huecos
De gritos en la oscuridad.
Decadencia.
Desamparo.
Oleaje de manos crudas
En sus emociones
Arrugando la marcha
Del aliento sudoroso

Del humano. 


sábado, julio 23, 2016

Adiós


Querida Anne:
Ya es tarde, muy tarde. Presiento que esta carta que se extiende a ras de mis manos no te llegará. Solo quería decirte que vida me sonríe. No sé por qué. Pero a veces me siento sorprendida por una laguna de aguas verdes cristalinas que me invita a evaporarme como mujer de una brisa sutil. Por acá todo va bien. Madre cada día sale menos de casa se enfrasca en ese temblor del olvido sumergiendo en un mundo inhóspito, tal vez alguna señal que azoca la atmósfera que respiro en tranquilidad. Ya no habla, ya no se mueve. Estática convierte sus ojos en la expresión del deseo, de lo que ama. Estoy encariñada con ella, la bondad de su fijeza me hace andar por pasillos desnudos de engaños. Me gusta mimarla, cuidarla en cada necesidad del tránsito por este mundo. Cuando te llegue esta hoja quizás no estés. Estarás en la lejanía de los cipreses bajo techos de cemento. No sé por qué se te antoja irte ahora. De aquí has huido. Ay si estuvieras…todo sería grande, bello. Ay querida hermana te echo de menos. No lloraré por ti. Tú has decidido el rumbo de tus sentidos.
                                     Adiós, Luam

No habrá llantos deja escurrir Luam en el papel. No. Aunque sonría un gran peso se vierte sobre su espalda. Es temprano. Una fina llovizna tapiza el verano con plúmbicas nubes. Sabe que no verá más Anna ¡Ah, Anna¡ Su querida hermana Anne. Se hace silencio. Deja de escribir y observa a su madre. Se miran con cierta tristeza. Ella sabe. Las dos saben de este final. Mira a través de la ventana, un arco iris viene. Viene con su entereza y esplendor. Penetra, le da la mano y la invita seguir su colorido. Camina sobre ese arco de colores que la lleva a un jardín secreto. Ahí está Anne. La pobre Anne. Ojos blancos, piel marmórea, muerta. Adiós le dice, un beso en la frente fría la encoge, le susurra un desprecio a su vida feliz, su vida monótona. Su madre la espera, quieta, con el saber que nunca la abandonará. 

viernes, julio 22, 2016

Beso rocas

Beso rocas rajadas que se estiran en medio de la nada. Un mar rugoso asciende hasta mi rostro de ojos cenizos esperando las hogueras de algún faro que en vertical avance hacia cumbres virginales. Miro debajo de mí, a ras de una colina perdida en el refugio de almas flotantes y un viejo árbol eclosiona lágrimas que se quiebran cuando andan en la destrucción, en el desequilibrio humano. Me pierdo. Me eclipso. Me embarro de gargantas cortadas al son que una melancólica sonata transmite el aliento acabado de esta madre tierra. Un niño llora. Una niña llora. Una mujer llora. Un hombre llora. Vestidos de negro se nutren de grises esperanzas. Ven volar a un mirlo hacía un destino incierto bajo una bóveda azul. Tal vez, quizás están a tiempo para que nuevas generaciones puedan navegar al unísono de la belleza de esta esfera. Todos iguales. Todos humanos. Todos bajo el viento de la paz. 
                                                           

lunes, julio 18, 2016

Rotas olas

Querida XXX:
Rotas olas. Exactas en el serpenteante ocaso moviendo los cuerpos desnudos a ras del viento.  Las observo desde aquí, desde este balcón donde las amapolas lucen su traje de difuntos recuerdos que nos abriga en la intemperie de nuestros pasos. También te veo a ti. Sí, a ti…tan fresca al son de una marea que evoca el precipicio a la nada. Me tomo mi café, enciendo un cigarro…uno tras otro y me pierdo por espumas y caracolas que agonizan en un grito. Ya sé que te disgusta que escriba estas cosas. Pero a quien…dímelo tu, a quien escribir. Me balanceo sobre naves obscura siempre durmientes bajo ese foco del llanto, de los atardeceres lamidos por la sangre de otros pueblos que se van. Sí, se van hacia el gemido de niños y mujeres banderas de la paz. Ya sé que soy pesada, tonel que rueda y rueda en la liada hierba de una pena. Vale, me gusta escribirte. Por qué no…Estoy preparando mis maletas, me voy hacer un corto viaje que me llevará por las sendas de la armonía. Sí, sola. Qué más da. Allá me espera la casa de campo, un viejo piano será lumbre de mis manos a medida que los pajarillos se revuelven en sus tonadas.  No desesperes, volveré. Tal vez más animada. Tal vez más torpe en esta aventura enramada de la vida. Me llevo a mi gata. Mi gata feliz como siempre, ronroneando el paso de los días, vigía de todos mis movimientos. Ahora miro ese horizonte el menear de la marea. No soy gris, solo, necesito tiempo.
                                         Abrazos,yyyy

Rotas olas. Coge su maleta añeja y estropeada. Mete unas cuantas cosas mientras mira a su alrededor. Mira ese callar de su techo. Sale de su casa. Ahí está su coche. Se va, se va no muy lejos donde la tranquilidad puedan ofrecerle un halito de esperanza. Antes echa esa carta al buzón.


sábado, julio 16, 2016

Venga...

Venga, desnúdate.
Yegua salvaje
Desmantelando las cadenas
Que se lían a tu garganta.
Rocío de cumbres
Que has de pisar,
Que has de acariciar
En el titilar del jadeo.
Coro de espumas negras
Ronda tus ojos verdes.
Sí, verdes, que son verdes
En la densa llanura de los deseos.
Juego de nubes rotas
Amoldándose en tus manos de mármol.
No llores. No…
Que el solaz de tu verticalidad

Se entrega a la esperanza. 

miércoles, julio 13, 2016

Un silencio..

Un silencio es vigía.
Faros carcomidos por el oleaje.
La intensidad de la despedida, del adiós.
Flores amargas bajo cristales rajados.
Frente, un espejo reflejo del cuerpo,
De las manos deformes de la espera.
Elípticas danzas sobre un tiempo
Que no ampara la vejez, la marchitez.
Nuestras nubes inanimadas
Somnolienta sonrisa del agotamiento.
La imperfección de mis besos

Acogidos por una ruta vacía, vacía…

martes, julio 12, 2016

Se encoje...

No. No me llames. Solo envíame esas hojas otoñales impregnadas de tu aliento . Un aliento del cual me nutriré y veré tu imagen a través del sueño. Estas lejos….muy lejos. Aquí, no hay nada que contar, todo sigue igual. Sí, ahí desde esta ventana, de nuestra ventana del ayer observo la misma luna: triste, embelesada, conspirando con los espíritus que alzan su andadura más allá de ella. Aquí ando sentada, en tu silla, escribiendo…escribiendo al silencio, a las llagas que con su tic-tac tilintan en mi memoria ¡Ay la noche¡ se enhebra en ramas cuyo mecer al son de la brisa hacen que se retuerza bajo las esferas de una ruptura…nuestra ruptura. No sé que más decir libar de estas azules paredes el frescor de cuando nos conocimos. Un perro ladra, a lo lejos un faro guiando la incertidumbre de los ahogados. Ahora te dejo, ya seguiré…

                Ella se levanta de aquella silla donde el influjo de su amado adolece su alma. Huele esa hoja. Esa hoja amarilla que llegará lejos, muy lejos. Se eleva ante la ventana. La luna…la luna. Redonda figura donde se dibujan blancos pensamientos que la lleva, que la ata a los sonidos de su ayer. Se va a su dormitorio. Se envuelve en arrugadas sábanas grises donde el resonar turbulento de su ser busca y busca algún pedacito de él. Cierra sus ojos, una nave de ilusiones y esperanzas le entrega parte de un mañana, de un deseo que la yerta en puentes colgantes que ha de pisar, que ha de seguir…. Metralla de sueños insondables, un sudor por sus sienes. Despierta. Ahí está. Sí, es el que ha venido para acogerla en su regazo moribundo. Ojos que en su viaje a ella derivan a pozos de lodo. Ojos que con su llanto son tapias que  ya ella no ha de pasar. Se encoje en su cama. Ojos rebotando a la nada, a la nada…la luna sigue ahí, tan estática, tan solemne en su vasto jadeo cuando las manos quiebran, cuando el corazón se evade en los racimos de gotas de lluvia hechizadas por el viento. 


miércoles, julio 06, 2016

Desde aquí...

Desde aquí, desde estas ventanas mojadas observo el estrangulamiento del oleaje.  Un techo gris se desploma ante nosotros. No lo entiendo. Ya se ha ido la estación de las flores y ahora cuando el astro con cuello de león debería ser nuestro norte se extingue. Mis ojos siguen esa ola muerta, ida ya en el espacio de la espuma que deja cuando es estampida contra los temores que se nos asoman. Y no para…no para de llover, evaporados senderos que hemos de seguir, un cuerpo semidesnudo en una playa vacía, calles arrojadas al atracón de los transeúntes. Desde aquí, desde esta cierta altitud los miro y mi mano tiembla, se le antoja serpentear por hojas blancas que me llevan, que llevan ha desfigurados rostros, a seres que se trazan con el acoso de la serenidad.  Alguien tras de mí con ojos perdidos me pisa ¡Qué haces¡, me dice y yo continuo. Sí, continuar con los eternos ecos insonoros de pétalos nacidos bajo la lumbre de una vela. Otra vez dirijo mis ojos a la ventana, sigue lloviendo. No…no me gustan estos días sombreados de amargos labios, de amargas palabras. Una lágrima, dos lágrimas, tres lágrimas…un etc de lágrimas. Por qué de esta calma con su gemido evocando el canto de aves carroñeras en las pisadas que voy dejando. No es mortificación, es la herida. Sí, un cierto dolor que nos  reprocha las jornadas mudas, las jornadas  ausentes de tu brío. Desde aquí, desde estas ventanas…


domingo, julio 03, 2016

He vuelto...

He vuelto,
Sí, he vuelto para ver tus alas danzar
En la comisura de los riscos
Que te llevan, que me llevan
Por las grutas inaccesibles a las palabras.
Solo la mirada,
Una mirada que traga rastros de luna negra
Cuando el llanto se perpetúa
Bajo la escenas colindantes de agujas
Danzando sobre nuestros vientres.
Sacrificaremos bajo los soñolientos astros
Nuestras caricias llevadas al vacío.
Sí, he vuelto para ver tus manos gangrenadas,
Con tus ojos de oscuros sentidos
Sobre una memoria durmiente

A lo largo de los viejos años.