domingo, febrero 28, 2010


La desnudez, la soledad más allá del valle de los pájaros, del valle donde las raíces se elevan en el misterio del horizonte.

El viento...(poema)

¡La oscuridad¡
Es aurora como confidente
De un Orión ya languidecido
Inanimado en el espacio interestelar.
El viento concurre con su ritmo incierto
Al sentimiento acogido por brumas,
Traspasa mis entrañas
Y en veleros moribundos
Sucede como palabras inacabadas
De un nuevo amanecer
Que anda con una esperanza
Retahíla de sucesos.
¡Rostros limitados¡
¡Rostros indeterminados¡
Pupila cuya luz se dilata
Y abraza otras aguas.
¡Qué insonoridad me aturde¡
Entretenida solo con lagunas de cipreses
Que me atiborran de claros y oscuros
En un ánimo que se apaga, que se extingue
Por cuerdas que se desgarran.
¡El viento¡
¡El viento¡
Serpiente infinita, arrolladora, opaca
Que condena los pasos inciertos y desvaídos
Por calles grisientas.
Rozo los sueños
¡Si¡ soy volcán humeante
De pasadizos pétreos
Conjugando palomas muertas
Como conjuro de ella.
Viene a mí,
Bravas nubes ensoñadas
Acogiéndose en su belleza
¡Cima del universo¡
¡Su enigma refulgente de naturaleza viva¡
¡Te levantas¡
Y vuelves al canto fúnebre
¡Qué oscuridad¡
Interrogantes se asoman a mi desnudez.
¡El viento¡
¡El viento¡

viernes, febrero 26, 2010

La tarde...(poema)

La tarde rumia el deforme canto de las olas,
La tarde es lentitud que conforma una bóveda celeste
Donde el girar y girar del último vuelo de una gaviota
Se embellece con la última danza de los enamorados
Que de roque en roque
Lanzan sus gritos resonantes en labios que se acarician.
La tarde,
Poblada de sueños que se ofuscan por las praderas
Donde mi llamada se hace ausente
Como cometas blancas rotas al son de la melancolía.
Dos árboles hacen sombra, son puentes del vacío,
De la nada que arrastra mis manos envejecidas.
Dos árboles… que con sus miradas lánguidas
Barruntan la desnutrición de un sol
Que con su gemido desnudo
No es capaz de abarcar
Todos esos cuerpos azotados, despedazados por un hambre.
Insonorizados por la fuerza feroz de un viento abocado al desprendimiento
De rocas para sus fosas anónimas.
La tarde rumia el deforme canto de las olas,
Galopa en el divagar de un corazón que adolece
Al unísono de la madre naturaleza es campo marmóreo
En que el agrietar de las alas libres
Son lágrimas frente a un espejo
Cuya tierra baila en soledad, soledad.

jueves, febrero 25, 2010

Todavía, prosa-poesía



Todavía, se derrumba las fronteras agonizantes en luz cuando las sombras son llamas tranquilas de luna en la senda que se percibe con su toque invernal a través de nuestros ojos. Todavía, los gladiolos levantan sus ánimos cuando se divaga por el alba con el rumor de los pájaros, con el ronroneo de las olas que en su metamorfosis envuelven el bello canto a la vida. Todavía, somos ese fragmento de estrella que se consume en las vueltas y vueltas que sibilinamente en mundo abisales ingerimos para ser mañana rociado de alas de mariposa. Todavía, sigo esperando desde un viejo árbol que desnuda mi pecho para siempre ser mujer del viento que alza su gemido con la pirotecnia del universo para sentir la respiración de su amor.

martes, febrero 09, 2010

DIVAGACIONES DE UNA TARDE DE FEBRERO

Guarda silencio, un silencio símil a la transformación de sus singladuras en océanos del deshielo. Guarda silencio, se empequeñecía en la profundidad de barrancos donde su eco era sobrado para no hablar jamás. Sus ojos como dos soles sostenidos por el caer de las lágrimas aguardaba la llegada, la llegada esperanza en los pueblos donde el feroz látigo estornudaba hambre, desesperación, desnudez, sed. En su callar invocaba esas grutas donde un magma tibio diera de comer a su corazón. Despacito se introducía con su cuerpo delgado, con el promontorio de sus huesos de sus caderas en cuevas donde antiguos poblados habían dejado sus huellas, se mecía con ello en un sueño de ayer, en un sueño danzas al son de las estrellas.


-Me había fabricado sueños sobre ti, tierra madre. Si sueños que cuando eres niña todo es posible y te hace intangible en pensamientos de la soledad de esta tierra, de otros pueblos donde el agua de la vida provoca el temor agitado de flores que se marchitan. Esas flores que son humanas igual que nosotras solo son sombras de la oscuridad.

Ella con sus palabras del silencio en esa cueva busca la verdad, busca una solución aparatosa de hallar. Sabe que no está en sus manos, sus manos de ébano reflejadas en una charca. ¿Quizás mañana?, se pregunta. Pero mañana no puede ser, el cambio climático y más y más hambre…Mira su rostro en la charca y una llama negra asciende de su pequeña profundidad, peces que eran antes jubilo son ahora muerte por el ph, por la composición química de sus aguas. Parece que llueve cuchillos sobre este azul planeta.
-Amor. Si hace falta amor para que las brumas que existen para nuestro mañana, nuestro hoy puedan desaparecer. Matar así a esos ciegos que han evocado este eclipse total sobre las praderas de la ilusión, de los sueños.

lunes, febrero 08, 2010


Lluvia de alfileres de nubes cuyo rumor invernal tizna a los cuerpos de opacidad. Solo, el andar con la cabeza de pétalos aterciopelados en el pasado. Solo, un viento que no cesa, que no cesa en la admiración de un verde mañana.

domingo, febrero 07, 2010

ROSTROS ANÓNIMOS

La ventana revuelta,
La insonoridad de una tarde estaño,
El espectro de la soledad
Envuelta en tinieblas
Que no es temor
Para aquellos que caminan
Bajo puentes azules.
Pájaros que como el agua
Resbalan por sus manos heridas,
Se quiebran con el rumor de ciegas almas
Por las cavernas donde la suciedad
Es ilimitada y deforme.
Vagabundos cuyo grito eclosiona
En los cuchillos de la ciudad,
En los huecos de alcantarillas
Que llama sus rostros anónimos.

jueves, febrero 04, 2010

¡Que decir¡


¡Que decir¡
Desde este espacio donde sopla ventoleras
En lugares indefinidos e indeterminados por la distancia.
Las criaturas se deterioran
En una lucha eviterna,
En una lucha sangrante de almas inocentes.
Por el largo y vasto precipicio
Sus espíritus adolecen
Desgarrando todo aquello que es paz,
Que es fraternidad,
Que es llamas de arco iris
Con la mirada abandonada.
Pueblos carcomidos,
Cadáveres desabrigados,
Solo, una corona de negras amapolas
En la tenue caricia de la libertad,
En el aberrante grito de fantasmas
Danzando sobre sus cuerpos inertes.
Libres son ahora
Bajo fosas hirvientes,
Fosas de tierra y musgo
Que en común comparten el último aliento,
El último retumbar de su nada.
¡Grito de hambre¡
¡Grito de sed¡
¡Grito de frío¡
¡Grito al eclipse de balas y minas gravitantes’

¡Qué decir¡
Hoy mi corazón es leve reencuentro
Con el sueño del ayer,
¡Sí¡, soñada eres.
Tabique de hiedra que desangra
Mi cobijo invernal.
¡Tan aterido¡
¡Tan metálico¡
Las tonadas plúmbicas de la desdicha perpetua
Planea sobre mis turbias pupilas
Y mi cuerpo siente
El retozar de aceros hirientes
Sobre mi piel.
¡Amor desvaído¡
¡Amor contracorriente¡
Pero, vuelo y vuelo
Sobre montuosas alamedas de soledad y silencio
Cuyo verdor cuida mi presente.
¡Mira¡
¡Observa¡
Como mi entereza se derrite
Como los supervivientes a la pureza del amor.
Soy sabina: agrietada, grisienta ,
Cascada de taconeos difusos
De huracanes besando el fango
Donde danzo libre de cadenas.
¡Mira¡
¡Observa¡
Muertos balanceándose
En barcas desastradas a la deriva.
Y nosotros somos espectadores,
Voz erosionada ante sus almas menguadas
Por ese océano banal.

¡Qué decir¡
El invierno es duna gris
Que se encasquilla en mis ojos
En las imperecederas notas de la memoria.
Me transformo
En yacimientos de sueños
Que entierran escenas aberrantes
¡Batallas acabadas¡
¡Hambre aplacado¡
¡Mujeres libres¡
¡Niños intangibles a la metralla¡

miércoles, febrero 03, 2010

Mi desnudez


Desde un rincón de mi desnudez
Acaparo la cama revuelta por la dejadez
Con sus sábanas de un mundano musgo.
Recuerdo de cuando tú
Eras gozo más allá del horizonte
Donde el amor alberga el arco iris
Como elixir titánico
De una lluvia de otoño.
¡Mis labios¡
¡Mis pechos¡
Mira ahora
Como la congoja con matices cenizos
Es tiempo que me sacude en vendavales,
Me desahucia severamente por barrancos de alfileres
Transformándome con la oscura luna
En petrificada semilla de grises sueños.
Hago memoria
Y recuento los copos que se deslizaban
Tras la ventana cuando tú…
Cuando tú rodeabas mi cintura.
¡Tú vientre¡
Tu vientre y mi vientre,
Unificados en un mismo son nocturno
Bajo una atmósfera radiante en amor.
Y esa caricia tierna.
¿Dónde está?
Y esas suaves palabras,
¿Dónde son yacimiento ahora?
Tal vez,
Por las arboledas que conforman tu mundo
Vague mi espíritu como nido de jazmines.
¿Cómo te recorría?
Lejana pero con intensidad,
Con la fluidez exultante
De piedras preciosas colonizando mi esencia
Imbuida en el romper de las olas.
¿Cómo te admiraba?
Penetrante haz de estelas
Compañeras de mi mirada.
¡Tú mirada¡
¡Tú mirada¡
Un suspiro me desviste
En el inmortal alcance de tus pupilas,
Resucitando en la lumbre de mi lámpara tu imagen
Y yo, me siento desfallecer.
Y yo, me siento caer por borrascas amargas.
Te añoro
¡Te añoro¡
Te deseo
¡Te deseo¡
Ay de ese magnetismo que nos anudaba,
Que nos embriagaba como amarras de un sudor.
Tú cuerpo
¡Tú cuerpo y mi cuerpo¡
Influidos por el redoblar de la madrugada:
Resbaladiza, saciándose de nuestros muslos.
Tú sexo
¡Tú sexo y mi sexo¡
Riendas sueltas del colapso
En la entrada de nuestras lenguas
Envileciendo la fogata de las amantes.
¡Amantes¡
¡Soñadoras¡
¡Misteriosas¡
Escondidas bajo una misma melodía.
Sumisas, aun silencio glorioso.
Caminantes de escarpados vientos
En los mismos chasquidos
De la soledad.