¡La oscuridad¡
Es aurora como confidente
De un Orión ya languidecido
Inanimado en el espacio interestelar.
El viento concurre con su ritmo incierto
Al sentimiento acogido por brumas,
Traspasa mis entrañas
Y en veleros moribundos
Sucede como palabras inacabadas
De un nuevo amanecer
Que anda con una esperanza
Retahíla de sucesos.
¡Rostros limitados¡
¡Rostros indeterminados¡
Pupila cuya luz se dilata
Y abraza otras aguas.
¡Qué insonoridad me aturde¡
Entretenida solo con lagunas de cipreses
Que me atiborran de claros y oscuros
En un ánimo que se apaga, que se extingue
Por cuerdas que se desgarran.
¡El viento¡
¡El viento¡
Serpiente infinita, arrolladora, opaca
Que condena los pasos inciertos y desvaídos
Por calles grisientas.
Rozo los sueños
¡Si¡ soy volcán humeante
De pasadizos pétreos
Conjugando palomas muertas
Como conjuro de ella.
Viene a mí,
Bravas nubes ensoñadas
Acogiéndose en su belleza
¡Cima del universo¡
¡Su enigma refulgente de naturaleza viva¡
¡Te levantas¡
Y vuelves al canto fúnebre
¡Qué oscuridad¡
Interrogantes se asoman a mi desnudez.
¡El viento¡
¡El viento¡
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