martes, julio 15, 2025

HABITACIÓN CERO(NARRATIVA)2

 

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Paredes blancas. Suelo gris. Diseño rectangular, una cama, una mujer en la espera. Me sitúo frente a ella. Frente a la madre que me vio brincar en este encogido, en este mundo donde los humanos se matan entre ellos, se distorsionan en la ovación a las guerras perdidas…infrahumanas.  Me voy deformando a medida que la observo, que la examino y tomo aire, sonrío. Su mirada se pierde en mis ojos. Los buscos. Los encuentros. Paredes blancas. Suelo gris. Una cama, una mujer. En ella, en sus hombros, todos los sufrimientos de sus hijos. Yo sola, aquí y la nada de las dos. Le cuento como me ha ido hoy y creo que me escucha, me entiende…si me entiende. Sus ojos , ahora, fijos al techo. Paredes blancas. Suelo gris. Le acerco mi móvil, pongo una de mis composiciones sencillas, minimalistas, humildes y un brío de jardines poblados con la belleza de las flores, de la vida se enciende en su rostro. Tiene buen color. Ella no lo sabe o sí pero demuestra como si no supiera. Se muere, aquí, en este hospital de paredes blancas y suelo gris. Siente una impotencia que quiere hacerme temblar, respiro, la alejo. Hay que aceptar la muerte cara a cara. Es nuestro legado después de la existencia en esta tierra de nadie. Pero se me hace imposible, una adaptación desplegando mis sentidos que se entretienen con mi dolor particular, con mi dolor singular. Voy al servicio. Por unos momentos la dejo y mis párpados se revientan en su caída. No se si estoy derrotada, no puedo estarlo. He hecho todo lo posible por su bienestar, por su calidad de vida. He entregado mis años a su cuidado y ahora se va. Me despido del apego., alas de mariposas limpian mis lágrimas y me evaporo en un hábitat nuevo, desconocido. Abro los ojos y salgo del baño, vuelvo a la habitación. Paredes blancas. Suelo gris. Una cama, una mujer en la espera. Solo me quedo con su lo bonito de su sonrisa, con los pasos de lo bueno. Y lo demás…si, lo demás , sufrimientos y heridas. Pero madre, te tomas las cosas a pecho, te tomas tus hijos como si nunca fueran a volar y volar algún paraje donde tu mirada no se percibe. Qué más da. Ahora, aquí, en esta habitación de paredes blancas y suelo gris. Estamos las dos solas. He dejado bien a tu perrita. Tiene esa gracia que tanto te gusta, que tanto adoras. Las horas pasan rápidas y yo solo en me estratifico en su pulso a veces calmo y otras convulsivo. Este es nuestro destino madre, me digo en mi cavilar. No hay más. Solo somos eso carne y hueso que se pudriera en algún cementerio de esta isla. Me quedaré mirando el firmamento y será una energía con los colores del descanso. Te dejo, mañana volveré y algo te narraré. Sí, algo. Vivimos tiempos extraños o es que la información actual es tan real que siempre hemos estado así y no nos enterábamos. Estoy en la parada, un calor agobiante se aploma sobre mis piernas, pierden fuerza. Todavía el humear de la erupción es visible, todavía su malvado olor es ingerido por mi nariz hasta llegar mis pulmones, toso.

domingo, julio 13, 2025

HABITACION CERO(NARRATIVA)1

 

1

 

Es de noche, el verano se yergue en la pesadez de la humedad y el calor. Ahora aquí, bajo mi techo, donde las paredes plomizas hacen que me pierda en la inmensidad de mis pensamientos. Ahora aquí, sola. Pero grito, no. Un no que remueve mis tripas, mi crispación , mi distancia de alguien querido. La he dejado dormida, inconsciente en el infinito beso del hasta luego, mañana volveré. La profundidad de sus pómulos, la estimulación de mi ansiedad ha sido olvidada. No me responde. No me mira. Un vacío se concentra en mi pecho y mi latido, es como su aliento , exhausto, cansado. Y a la vez agradezco su tranquilidad de su largo sueño. Ahora aquí, donde la extrañeza del silencio me guía por cada habitación donde una pena contenida me consume cuando estoy frente a un espejo, consumiendo toda mi energía, toda esa positividad que fluye cuando respiro y su olor es latente. Hace una semana que llegué de la cumbre donde los Dioses de esta isla, de este mundo me llevo en el aire del universo, besándolo. Tengo los restos en mi caja secreta, escondida, donde nadie sabe de mis investigaciones. Pero hay una cierta fatiga que me obliga a no hacer nada, ser quieta inquietud a lo que me rodea. Me aparto del espejo, desvencijado. Retorno al salón y miro mi piano y miro su mesa donde ella comía, donde ella garabateaba a cada estímulo de su mutismo. Sola, estallo en mi solidez, avanzo, me siento ante el piano y lo abro. Acaricio sus teclas como parte de nuevo estado. Tengo que nacer de nuevo y nazco, enlazo mi grito a una monótona pieza que viene de un espíritu dolido, es que duele, pero a la vez salvada, cuando me giro y veo su foto, sonriente, ausente de la dejadez de estos últimos meses. Y es de noche, sutilmente , con los ojos caídos donde los vientos rajan la entereza, logro componer algo, algo triste. Una tristeza que me absuelve de cualquier tal vez, de cualquier quizás, de cualquier idea que me lleve un hondo quejido. Así, con la suavidad de mis alas busco su gracia, su tono. Sale algo, del pulso de mis manos, del pulso de mi corazón y la paz nada sobre mis sentidos, se establece hasta que una cierta somnolencia me hace pesada, me hace levantarme y acostarme en el sofá del salón donde su retrato me mira y yo miro. Intento descansar, han sido semanas muy duras. Horas y horas donde su respiración era lo único que sentía. Y yo le hablo, le converso porqué se me escuchaba en ese proceso de la desgana, de la dejadez, del desánimo. Es de noche yo, recostada en el sofá, frente a mi su foto. Un beso se ramifica en mis labios secos. Y ahora que estoy conmigo, medito sobra la vida. Todos nos iremos , más tarde, más tempranos. Seremos flores, árboles poblando bajo tierra con nuestras cenizas y solo seremos eso. Nuestra energía invisible hará un pacto con los astros y seremos ese velo diáfano que transpira quien creyeron en nosotros. Ahora aquí, la calma revisa cada sensación y me libero, libero mi ultimo sueño con ella

jueves, julio 10, 2025

Cierto es....

 








Cierto es que los árboles hablan

Palabras al viento

Donde las almas invertidas a las miradas escuchan

Cierto es que los mares cantan

Con lo homogénea de su verticalidad a las vidas perdidas.

Cierto es que estoy aquí, pensándote, amándote

Donde la pena es temblor enraizado en las grutas difusas de la noche.

Cierto es que lo callado de estas paredes, blancas

Equilibran los sentidos irguiéndose donde las lunas besan la desnudez.

Cierto es que admiro la levedad de un abrazo, de un saludo, de un guiño

Donde los riscos anuncian mi descalzado espíritu.

Una sombra tiñe mis ojos

Cierto aroma perenne absorbe mi garganta rota

Despierto, abro los ojos, revientan las flores

Un piano se pierde en la nada

Y cierto es que el murmullo de la llovizna oscurece mis pisadas.

 

sábado, julio 05, 2025

TODO ES EXTRAÑO

 


Todo es extraño, llegan esos navegantes de la atlántica al hallazgo de la fortuna, del hechizo de leyendas antiguas donde los ojos se expanden en su visión de las islas. Vienen tatuados de dicha al encuentro de ese elixir de la eterna existencia. Y no somos eternos, somos polvo interestelar acogidos en un océano donde la dicha nos no quiere aferrar a lo inevitable, el adiós, la muerte.  Y tan extraños somos, que nuestras riquezas están amparadas por esa agua que bebemos, ese agua que se filra por los poros de nuestras carnes y nos deshace de la sed. De esa sed eviterna en el sentido de los vientos del norte. Y por ello vienen, los atlantes en sus deseos, en sus hechizos juran a los dioses. Cetáceos recurren a su santuario, van a morir y nosotros , la huida despedaza el pecho, nuestras pesadas espaldas, cayendo donde la oscuridad nos da lumbre. Todo es extraños, una fogata a medianoche cuando la luna no está nos alimenta de su calidez, de ese humeante calor que escasea en estos días, en estos meses, en estos años. Vemos el rostros de niños mutados de suciedad, escombros y una envenenada sangre, no gritan. Se consumen en el silencio de nuestros ojos, en el desvío de un sol a otras vidas. Que venga. Que venga el sol con sus rayos para la lucidez de esa verdad que se anquilosa en las horas, minutos, segundos quedando en la nada. Todo extraños. Los atlantes alzan la vista, recolectan manzanas y en sus alientos soplan hasta desafiar las fuerzas del mal para nutrir la paz. Y alguien se queja, una pena torturante que escuece muchas gargantas. La muerte. La muerte. Todo es extraño. Se lleva los ojos abiertos donde los astros designaran su siguiente nacimiento. Y nacerán nuevos árboles, nuevos soles, nuevas lluvias a ras de este desvariado planeta. Los atlantes vigilan, jardín donde la esperanza será madre de nuestro mañana.