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Lo escrito son ideas primigenias que después se han corregir y alterar.
El fallecimiento de la tarde. La calima. Una casa alojada en la ciudad. Las farolas se encienden. La luna se escapa. Los solos desparecen. Tres mujeres, de espaldas, de negro, sentadas en tres sillas. La oscuridad. Las palabras después de un largo silencio, se escucha algún piano de fondo. Las despierta pero siguen de espaldas, de negro, sentadas.
MUJER 1:
En esta atmosfera respiro miseria.
Mujer2:
En esta atmosfera respiro sed.
Mujer3:
En esta atmósfera respiro enfermedad.
Mujer 1:
Hola queridas amigas, etoy aquí, a vuestra espalda de negro con una lágrima regocijándose en mi mejilla. Estoy indefensa. Me duelen los huesos. Me duele la respiración. Me duele la muerte. Me llamo…no importa solo, que estoy aquí, de espaldas compartiendo con vosotras los devenires de la existencia.
Mujer2:
Hola queridas amigas, soy…no importa, de espalda os huelo, escucho la lenta respiración de cada una de vosotras, escucho cada llanto, cada dolor en el silencio de vuestras gargantas.
Mujer3:
Hola queridas amigas, que más mi nombre, de espaldas y fuerte contengo esa muerte que viene, esas desgracias que alborotan a la humanidad. Os siento, como parte de mi, como parte de todas.
Mujer1:
Camino por calles donde la nada ronda como aves sin alas.
Mujer 2:
¡Sin alas¡ ¿Dónde están? Me invierto y soy vertical en la fronteras vacías de rostros calmos.
Mujer 3:
Fronteras ideas por cerebros delirantes y ahora, somos hijas de las mareas, de los vientos, de las lluvias, de las hogueras que se presta a nuestra espaldas. Cojo una rosa blanca y me la encajo en mi cabello. Sí, blanco como símbolo del adiós, de un adiós para volver a nacer.
Mujer 1
Me pongo una rosa blanca como medio de la paz, de cadenas rotas ¡Adiós al racismo¡¡Adiós a la muerte¡ ¡Adiós al hambre¡ Agua, necesito beber agua…esperare cuando el sol venga a por nosotras y desaparezcamos tras el faro, ese faro que mira y no mira.
Mujer 2:
Cojo la rosa y presiono con mis labios, una sangre roja emana de ella. La sangre de todas las tierras , de las bellas tierras amadas por este planeta. No, no somos únicos.
Mujer3:
Somos un sobrante del universo. Levantémonos y con nuestras manos unidas y nuestros ojos seamos una , seamos mirada al infinito de este cielo, estrellado, bello, perfecto.
Mujer1:
En esta atmósfera se respira esperanza.
Mujer 2
En esta atmósfera se respira equilibrio.
Mujer 3
En esta atmosfera se respira similitud.
Mujer 1:
Mirémonos al espejo.
Mujer2, mujer 3:
Al espejo nos miramos.
Mujer 1, mujer 2, mujer 3:
Esto somos, rosas blancas en profesión a los muertos. Esto somos, rosas blancas en sueños a los vivos. Estos somos, rosas blancas en la espera. Esperamos el emerger de la entereza, el emerger de la alegría, el emerger del sosiego. No importa el tiempo….no importa. Aquí estamos enhebrando el mañana.
El fenecer de la noche da paso a la luz. Mujeres de negros se van, con sus voces que no cantan, con sus cuerpos sin alas. Ahí, tras el faro , donde nadie puede ser pisada.
Ella los veía. Si, los veía revolver en las mareas y nacer
sin alas, con el pico abierto deseando la vida. Ella era extraña. No, no lo era
su conducta producía un cierto rechazo a algunas. Y puedo asegurar que ella los
veía, nacían sin alas, con la piel negra y rugosa. Aves que no cantaban sino
lanzaban un aullido de desesperación, de agobio ante los océanos contaminados,
ante los ahogados. Todas las noches, cuando la luna menguante en el hemisferio norte
la llamaba acudía allí, a la orilla, con la simplicidad de mirarlos. Llegados a
la orilla se erguían y caminaban en un tambaleo incierto. Ella los veía y se
sentía lejana, desvanecida. Veía sus esqueletos después de desnudarse, después
del frío, después del hambre, después de las sogas plásticas colgando de sus
cuellos. El viento norte rajaba su cara.
El viento norte engarrotaba su vientre. El viento norte hinchaba sus dedos. Y
ella los veía. Sí, los veía caer en fosas de arena anónima. No había llanto,
solo, la nada. Un universola
contemplaba y ella también contemplaba el universo.Ella los veía, veía la muerte lenta de la
existencia. Ella era extraña, inmersa en su gesto calmo, fijo.
Cuando entras, cuando sales. Puertasque se abren, puertas que se cierran. Te
asomas bucólica en un rincón de la ventana, visitas el silencio de la noche.
Toque de queda.Nos agarramos a los
astros, nos agarramos a las mareas que vienen, a las mareas que van
escurridizas en tus ojos.Serpenteante
entras, sales y te tiendes en tu ventana con la visión de tus sueños, de tus deseoscuando la gente calla. Conversas con la nada,
esa nada flotante en almas idas. Puertas que se abren, puertas que se cierran.
Cuando entras, cuando sales. Y te arrinconas, como siempre, en tu ventana. Las farolas enmudecen,estáticas, dejan pasar las noches con solo el
sonido de algún gato callejero. Estamos en tiempos de mascaras. Solo las
miradas dicen de nuestra reconditez, del ajetreo atravesado en nuestras
pinceladas de barrotes. Y, ahí estás, en tu ventana, observando en la plenitud
de la noche sin luna el regreso de las horas.Esbozas una nota al aire y las nubes dibujan su forma. No entiendes y continúas,
la marea sube, una mar de fondo escupiendo lo que no le pertenece. Cuando entras,
cuando sales. Puertas que se abren, puertas que se cierran.Estás aquí, apoyada en el marco de la ventana
, mirando el esplendor de la mudez de las calles, peces muertos visitan la
arena mojada. Tal vez seamos eso, peces , en el eclipsar de nuestros
sueños.Cuando entras, cuando sales. Y ,
sin quererlo, te apoyas de nuevo en la ventana. Extiendes tus manos, quieres
atrapar la brisa nocturna, acostarte en
su musicalidad y descansar. Y las almas
idas revolotean en tus ojos, nacen de las mareas.De ese mar de fondo que trae lo que no le
pertenece. Por un momento como intacta en un pensamiento los cierras tus ojos.
Tus ojos mensajeros, tus ojos hambrientos, tus ojos calmos, tus ojos tristes,
tus ojos vivaces. Eres el todo, eres la nada. No obstante, estas aquí, apoya en
el marco de tu ventana. Toque de queda. Con tus ojos escuchando el murmullo de
las mareas.
Nubes. Hay nubes deglutiendo un sol que viene.Nos incorporamos elevando nuestra lenta
respiración al universo. Estamos aquí, en la ausencia de las conversaciones. Un
mirlo se cruza en nuestra mirada…varios mirlos,se cruzan en nuestra mirada e intentamoscaptarlo en el instante perfecto de sus vuelos. Hay nubes proclamando la
melancolía, asustandola sonrisa en
medio del vacío. Seguimos aquí, en la ausencia de las conversaciones.Nos desdoblamos y somos hijos , hijas de esta
tierra que tiembla, que se enferma. Atentamente elevamos el grito y el oleaje
se hace grave, intenso en su violencia pasiva. Nubes. Parecen que se esconden y
el sol que viene nos invita a estarnos quietos, absorbiendo de su placidez, de
su calma. Somos islas donde el encuentro es devoto de nuestras individualidades.
Somos ajenos al paso del tiempo, de las horas y otra vez nubes.Hay nubes ….
Calles. Aceras espejos donde su
rostro desvirtuado se refleja tras la intensa lluvia. Es invierno. Es gélida la
atmósfera que lo saborea en sus pasos cotidianos.Con presura se abre en un parque donde los
pajarillos cantan, cantan al vacío. Sus pies se envuelve en barro, la humedad
se incrusta de abajo arriba , de arriba abajo.Mira el cielo de una mañana temprana, de una mañana agitada por la danza
mansa. El arco iris por unos instantes roza sus ojos…sus ojos envueltos en
sueños,en deseos. Interioriza cada
secuela de su estancia en esta tierra y en se examen de la memoria se pierde en
la nada. Sale del parque y una cierta vagancia vuela en su estómago. Aturdido por
el frío pisa las aceras con el callar de la isla. Calles donde caracoles
emergen ante lamudez, donde un mirlo se
posa en su hombro estático. Quieto, sonríe. Engendra alas negras de sus manos…de
sus manos libres.Se queda en laimagen de ese arco iris. Eleva sus
brazosy sus alas negras…muy negras
aletean las escenas de su existencia. Pisa un charco pero ya no siente frío solo,un momentáneo sudor que lo llevan lejos…muy
lejos, donde nadie puede llegar.Solo,
bate sus alas negras…muy negras y de inmediato su cuerpo sobrevuela calles,
calles inspiradas en la terca polución de las palabras.Vuelve bajo su techo, nido donde sus alas
negras…muynegras vencen brusco, lo
violento de la isla. El sol aprieta alejando los nubarrones y sus manos de alas
negras…muy negras aletean en un
bailecalmo de la esperanza, de la
liberta de sus sentidos.
Nochesextrañas. Noches
convocando aliento de la luna. Lengua de mariposas palpitando en calles
oscuras. Cada esquina una mirada ausente, una mirada en la frontera de lo real
y lo ficticio. A veces, noches extrañas. Me tumbo en el sucio suelo y pronuncio
sus ojos…ojos lejanos, ojos profundos en la complicidad, en el rigor de alas
envueltas de hogueras soplando al norte…al norte.Y viene la noche. Noches extrañas.La nada zumba con su quejido solo, el eco de
los desheredados de las pisadas. Tomo aire, me es igual la gelidez de la
atmósferay abogo con mis manos en los
bolsillos recuerdos, presentes. Me pongo ante las noches extrañas y en mi
pecera beso sus ojos…ojos lejanos. Las esculturas
alumbran mi corazón perdido en las noches extrañas, noches donde se retiran las
imágenes ilusas en la desembocadura de los sueños.Noches extrañas yo, con mi pantalón a
cuadros, con mis manos en los bolsillos de la memoria perdida.