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Lo escrito son ideas primigenias que después se han corregir y alterar.
Nos queda la voz. Sí, la voz. Cantemos. Sí, cantemos a la tregua
de las batallas perdidas en la oscuridad contagiada de muertos. Una tregua que
nos de aliento donde se recapacita en la esperanza de la voz callada de las
armas. Suena un piano peinando nuestras huellas demacradas unas , corrosivas
otras. Nos queda la voz. Sí, la voz. Cantemos. Sí, cantemos donde las manos son
ojos bailando al enlace de la esperanza. Somos culpables. Sí, culpables de
tanta barbarie, de tanto eclipse del que anda a nuestro lado. Nos queda la voz.
Sí, la voz. Cantemos. Sí, cantemos donde la sed raja la garganta , donde los
puñales acribillan los vientres. Nos queda la voz. Sí, la voz. Cantemos. Sí,
cantemos donde los cuerpos se alzan en la verticalidad de la vida, de una
respiración pausada, lenta acorde con las notas de la alegría. Basta ya de locuras.
Basta ya de enfebrecidas ideas que no más invocan tumbas en los soles
retorcidos de cada jornada. Una cometa blanca es lucida elevación donde los
cuerdos sueñan. Y soñamos y nos queda la voz y cantamos donde la armonía es
revolución de las flores de invierno. Y un piano suena en el lenguaje del
silencio.
Volver. Sí , volver a pronunciar
las palabras donde se atisba un deseo , un sueño. Nuestra casa, la tierra,
quebrada, compulsiva, violenta, sedienta, hambrienta, violada. Pero llegan
estas fechas que se esbozan en lo cotidiano y eviterno de un almanaque. Volver.
Sí, volver donde los arco iris son pañuelos de la paz, de la concordia de los
pueblos, de las manos liadas a una alegría efímera, donde una mesa rasguea un
mantel y las velas del cariño se prenden hasta sanar todo mal. Continuemos y
volveremos donde las lunas placen en la verticalidad de nuestros espíritus. Y
que es la navidad, una fecha más, donde olvidamos, donde somos precipitar del
brindis por la vida, por el buen querer de un abrazo. Volver. Sí, volver a
felicitar y porque no. Aquí estoy. Aquí estamos empujando todo rastro de
malestar, de malas intenciones hasta un pozo donde será enterrado y eclipsado
en paso del tiempo. Un tiempo que pasa, que corre a expensas de la entereza de
nuestras raíces bajo el son de las estrellas. Miramos el firmamento, un
misterio, un placer donde otros mundos arcaicos o no son mudez a nuestros
sentidos, tal vez no. Volver. Sí, volver donde los corazones son brío de ese jardín
navideño de pinares abanderando la paz, la armonía. Felicidades.
En el crepúsculo, cuando los pájaros
toman notas del otoño, se extiende los sentidos al ritmo de los últimos astros.
Mi jardín guarda siemprevivas por ese instante recóndito y eviterno de la
espera. El tiempo, en el crepúsculo, se hace efímero, de desdibuja bajo los
ensueños agolpados en unos ojos abiertos avistando el canto de los cetáceos. En
el crepúsculo, cuando el callar irrumpe en mi puerta, abro y ante mi el esbozo
edificante de calles vacía. Mis espaldas, cansadas, sobreviven en medio de una
atmósfera especial, hechizante y hundo mis piernas en esta tierra donde los
sonoros reflujos del mañana me emancipan de la despedida. Y no sé porqué estas
ganas de esperar. Y no sé por qué esta calma acompañada de las palabras a la
brisa. En el crepúsculo, en la isla, durmiendo con mi soledad, con mis deseos,
con mis sueños. Más allá , funerales por muertos anónimos. Gentes de banderas
blancas gritando en la oscuridad. Más allá, el injusto propósito humano, la
existencia se vuelve gris, las maletas ya no pesan y los cuerpos son tragados
por el horror de un fusil. En el crepúsculo, cuando los pájaros toman notas del
otoño, regreso deprisa a mi casay me
mezo con los últimos suspiros de la luna menguante.
Calima. El alba…el alba. Un guiño de farolas se difumina a
mi alrededor. Suspiro. Una respiración lenta y progresiva acoge el despertar,
el silencio de las horas cuando desde una ventana baja este techo blanco,
porque es blanco, me abandono en un ritual. El café. Un cigarro y la plenitud
del tiempo en mis ojos alumbrados por la belleza de otra de jornada. Los campos
se divisan a lo lejos, montañas uniformes donde el aroma del boscaje llega a mi
aliento. Y me animo. Y me levanto.Camino donde los soles limpian mi vientre de tanto y tanto llagas. Y soy
yo. Aquí. Ahora. El alba ….el alba. Todo se enciende en las calles y el
bullicio no es tan bullicio, es una mezcla de gentes que andan en desfiladeros
donde las rosas marchitas o no vienen a ser caricia. Calima. El alba …el alba.
Paralela a las almas idas converso con las ultimas estrellas, con los últimos
planetas antes de que el brío de la claridad me embriague, me termine de despertar
para continuar en el ritmo de las aceras, de la vida.
Cierra puertas. Cierra ventanas. La luna en plena lucidez.
Mujeres de blanco bordando la paz, la libertad. Un callar. La conversación de
almas heridas.
MIrame
Mírame
Mírame
Solas. La sed raja los vientres. El hambre rompe los
cimientos. La libertad de los sentidos canta a la agonía. Estamos aquí. Somos
mujeres de blanco. Una paloma se posa en al ventana. Una paloma plomiza y cae en
picado a esos pozos donde la existencia hace un hueco a la nada
Solas . El espanto de plumas de sangres. El dolor de ojos cansados.
La noche fría y continuamos a nuestro paso, con banderas blancas.
Solas. Es amarga la
derrota del yo. Somos hijas del callar. Somos hijas de un grito donde que
resuena más allá de cuerpos desnudos desfilando ante la muerte. La tortura se
hace insoportable. Las penalidades de la humanidad. Soy mujer de blanco. Soy
mujer cantando al adiós.
No te despidas compañera. No. Somos mujeres cantando a la paz.
Algún día….Si. algún día todos nos concienciaremos y seremos hijos del
equilibrio, de la paz. A todo es terror. Ahora todo es lamento. Ahora todo son
llagas alimentándose del rencor. Y de qué sirve. Bebamos de nuestras manos, de
nuestra fuerza orientada al norte de los sueños.
Y qué es la despedida sino un nuevo crepúsculo tras esta
pesadilla. Estamos solas. Solas. Escucho el llanto de un anciano y en su mirada
se descubre una silueta mutilada. Cuerpos sembrados donde el mutismo se
anquilosa al duelo.
Un duelo eterno. Despidámonos. volvamos a ese rincón donde
los pájaros cantan. Donde aves migratorias llevan el sabor de la vida. Una vida
en vertical, sin lo pesado de balas cruzando el cuello.
Un gallo, amanece con la libertad
de los sueños. Una calle, unos edificios y el camino del silencio a ras de los
ojos, de las manos. Unas piernas cansadas buscan el saludo del oleaje del
asfalto y se dibuja un ánimo cansado. Una caída, se renace en olisqueo de almas
que en su desierto lamen un vergel. La fortuna florece y somos hijas de los
vientres de nuestra madre. Una maleta, pantalones vaqueros y nos derivamos en
las tierras donde el sol es brío despechando todo mal. Un gallo, inquieto, canta.
Despertamosy a ras de los ojos abiertos
una nueva jornada, la rutina se vuelve estática y besamos el aliento de la isla…la
isla.
Tal vez, las almas se encuentren. Tal vez, regrese antes de
lo que esperabas. Quizás, a lo mejor, me despediré de este noviembre cuando el
desinterés me cubra de soles ahí donde las batallas son infinitas. Tal vez,
esté caminando donde la memoria es esa frontera donde los corazones mueren. A
lo mejor, te visite y quizás no estés. Me gusta el frágil movimiento de la
brisa. Me gusta danzar, sola, con los olores de tus ojos. Tal vez, algún día de
maletas vacías, estaremos en el sendero donde los pájaros cantan y el teléfono
calla. Regreso donde los ecos del silencio son aullidos de un adiós. El adiós
de esos muertos entre murallas de escarcha. La vida se hace ardua, dura, para
aquellos donde sus camas están aisladas en un paredón de corazones anónimos.
Tal vez, la tierra cambie. Siempre lo mismo o quizás no. Tal vez, este rajar de
nuestros cimientos sirva para recomponernos, más humanos, más bonancibles. Caemos.
Nos levantamos. Y , tal vez, las se encuentro en el brío de una hoguera de la paz.
La noche luce estrellada, las luces de la polución no dejan distinguir cada
constelación, cada misterio que nos aboca a continuar, esperando. Sí, tal vez,
regrese antes de lo que esperabas. El tiempo escucha los cuerpos sonoros en
soledad, en decadencia. Sin embargo, surgimos. No. Que no se vuelva repetir los
gritos de la oscuridad, de la miseria.
Estaba aquí, sin saber el porqué.
No era mi sitio más mi conciencia me llevaba al desaliento. No me sentía incómoda
pero sin embargo era extraña a este lugar. Miraba la luna. Miraba los pájaros y
la noche se hizo y la lluvia vino. Un silencio hermoso comentaba del sabor de
una mirada, ausente en estas jornadas. Un oleaje calmo comentaba de la desnudez
de nuestros deseos. El universo , pensaba, se involucraba a este sino de mis pisadas.
Un camino errático donde la desgana alarga sus cadenas. Hechizada por la luna,
observaba los astros como señal de un despertar entre cenizas. Derrotada
levanto la vista, cultivo el arte del distanciamiento como cansancio monótono
que se apega a mis espaldas. Tocan a la puerta, rápidamente fregó la losa del
fregadero y es que la dejadez amplia el aislamiento. Tocan a la puerta,
estática soy temblor que se ramifica más allá de mi vientre. Lo pesado hace
cerrar mis ojos y me doy cuenta que está ahí. Y me doy cuenta de que ya no
yo.Y me doy cuenta de que la bestia se
engancha a mi garganta hasta saciarse. Veo mi cuerpo tendido en el piso,
muerta. Veo su odio enhebrando la maldad, un gesto de desprecio se vincula a la
bestia. Y, ahora qué. Ahora soy ausencia en este plano de la tierra. Veo mi
boca de la cual un hilillo de coágulos sanguinolentos corren. Veo mis ojos ,
abiertos, inertes. Ahora, miro las estrellas, cuento cada fugacidad de los días
en que sido condenada, martirizada y la pena incrusta lágrimas secas.Te lo he dicho, no , no te quiero. Quizás no
lo sepas, solo el miedo me hace ser árbol cuyas raíces van cortando a lo largo
de los años. Ahora estoy muerta. Veo mi cuerpo tendido en la mala vida que me
has dado.
XX; Aquí, tendida, sobrellevando
el peso sobre mis hombros. Con mis ojos henchidos, con la mezcla de la nada.
Aquí, donde las olas suenan cuando golpean las rocas, mi cuerpo arrojado en la
soledad. Tu, ahí, como si nada hubiera pasado, como si yo fuera un derecho tuyo
y tu poder tirándome en la marea mala, en la marea fea donde no seré hallada.
Pero bucearé donde la verdad se esconde y saldrás culpable. Sí, culpable de mi
decadencia. Sí, culpable de mi dolor. Sí, culpable de mi mudez. Sí, culpable de
mi destierre donde los cetáceos cantan. Aquí, te veo mientras tira ese cuerpo
que no más es germen de este mundo. Y te observo, sudoroso, delirante en tu
poder, en tu error.
YY;
¿Dónde estas? Ya no existes,
pero, un tormento se venga de mí. Escucho tu voz, siento tu sombra y sabes, te
detesto. Este mar no dirá nada, ni de ti , ni de mí. Solo has desaparecido en una
ciudad donde todo parece ruidoso. ¿No me dejas vivir Dónde andas? Con mis
propias manos me he deshecho de ti. Con mis propias manos te he quitado la
vida. No veré más tus ojos. Esos ojos me ponían nervioso. Tu secuencia aparece
ahora ante mi , como fallo de mi amor. Te lo mereces mujer. ¿Déjame descansar
Dónde estas? Es como si tu aliento viniera a mi y tu no más que eras algo que
no se merece amar. Veo la oscuridad de
la noche, de una noche otoñal donde todo se revuelve y tu te revuelve desde esa
tumba desconocida, que nadie hallará. Te he hecho el bien y no lo entiendes. Me
molestas, sacas maldiciones a tu existir. Nunca debiste cruzarte conmigo, me
amargaste y aquí esta la solución. Nadie te verá jamás. Nadie te extrañará.
Solo eres una persona en su trinchera escupiendo el mal. Quieres ser más que yo
y no es así. Yo soy el que domino toda esta atmósfera.
XX;
Vuelo donde las pardelas me escuchan.
Vuelo donde la justicia me abre su frontera. Y entraré. Verás como entraré y tu
serás culpable. Culpable de mi desorden. Culpable de mi muerte.
YY:
Calla¡ Calla¡ Y aun sigues, es
como si tu olor me acosará. Mi cabeza parece estallar. Vete mujer. Vete donde
las mareas hagan trizas de ti.
XX:
Las ánimas vienen. Las ánimas te convocan.
No vivirás tranquilo. Irás por las calles como rareza de esta ciudad y caerás.
Sí, caerás como enjaulado culpable por el resto de tu tiempo. Eres culpable.
Sí, eres culpable de las mareas terribles de la existencias ¡culpable¡
Desfigurado hombre de intenciones falsas con los que te rodean. Culpable. Sí,
eres culpable que yo sea ahora no más que un pedazo de velo en las fosas del
vacío.