domingo, abril 28, 2019

LA SOMBRA, 10(NARRATIVA)


10
Son pocas mis cosas, las cartas escritas a mi hijo durante los años entre rejas desbordan la maleta. Todo cambia hijo mío ¿no lo sabías? No se puede ser certero en el mañana, es como el tiempo variable, su curso puede cambiar en un instante dado sin darte cuenta, solo , la sorpresa. No te conozco, pero supongo que estarás bien. Estoy aquí en la ciudad de nuevo , he venido de un largo viaje que ha servido para renovarme , para nacer de nuevo. Quisiera abrazarte, lo he soñado, lo idealizado tanto…que no sé, ahora, en este lugar y en este momento si podré, si podrás, si se hará realidad. No grito ese roce donde una madre y un hijo se expanden en complicidad, tengo miedo, un temor a que no me quieras. No, no grito las ganas de verte la complejidad del proceso dirá que sí, que no, que tal vez pueda verte, pueda descubrirte y tu descubrirme a mí. No lo que te habrán dicho, no sé si te dieron aquella carta de letra temblorosa y mala. No, no lo sé, lo único que acierto es que estoy aquí, en la ciudad de nuevo como mujer nueva, envuelta en las palabras que años tras año he edificado para estar aquí, para llegar hasta ti. Siento en este día tan frío exteriormente y tan cálido en mis adentro el viento. El viento golpea la ventana, arranca las hojas como almas vivas y se muestras como caras rasgueando en su cristal. El viento con su  osadía, hace una cierta música aguda, afilada, flauta que se balancea en mis oídos en su monotonía. Las nubes se disiparán, arrastrará la tormenta invernal a otros lugares ciertos o inciertos, pero la llevará. No me gusta el viento hijo, se lleva las cosas. Aunque meditándolo bien, que se lleve, que se lleve todo mal de mi pasado. Estoy sola, mi mente recuerda vagamente algo de ese ayer , pero todo es podrido, corrosivo, incoherente. Yo no quiero que tu lo sepas, en este cambio nadie me conocerá. O , quizás, quieras saber en el caso que me conozca. Fue la ruta de la ceguera hija. Fue la ruta de la sordera. Fue la ruta de la ignorancia. Fue la ruta de la sociedad. Y me dirás porqué hijo mío y yo te diré no lo sé. Simplemente no lo sé. El viento sigue y yo no quiero chillar, se estampida de esta existencia que es el hoy, espíritu que flota con un aroma nuevo. Sí, hijo, he venido con floras nuevas, flores recién podadas para besarte, para abrazarte Y¿el pasado? ¿Qué es el pasado? Es la nada, es el vacío, hogueras donde solo quedan restos de cenizas de lo que fue, ahora disueltas en el trepar con esfuerzo de mi vertical. Y me preguntarás, y solo te diré que antes era una mujer de labios torcidos, de ojos embarrada en negro, de cuerpo desfigurado. Y no diré más, para que más hijo mío. Lo que vale es el hoy, el ayer es el aliento del hoy , un hoy valiente, un hoy erecto, un hoy ascendiente  en una apaciguada respiración. Y el viento se calla, me asomo y un firmamento con luna llena me embelesa. Miro las cartas esparcidas en el suelo y no sé qué será de ella. Es la madrugada y he de dormir, a primera hora he de presentarme en el trabajo. Pero me incomoda pensar en ti hijo mío, cuando salga iré a ese hospital ¿estará o no estará aquella enfermera que le deje la carta? Yo me hago ilusiones y  sonrío. Un soñar despierta, un nerviosismo de curiosidad de amor, de curiosidad de comenzar de nuevo, de curiosidad de este día que ya me cerca…CONTINUARÁ


miércoles, abril 24, 2019

LA SOMBRA, 9(NARRATIVA)


9
Libre , soy libre. Se me han hecho corto los años, todo pasa rápido. Salgo de este enjambre de barrotes a otra vida y no me arrepiento del ayer. La educadora me ha echado un gran cabo. He estudiado, me he liberado la mierda y ahora puedo decir que soy humana, que soy mujer. Libre, soy libre. La emoción está en mi piel erizada, el temor porqué no también ¡Qué será¡ ¡Qué será de mi vida¡ Llevo una maleta más bien llena de libros, llevo una dirección donde me hospedaré hasta que alquile una casa, llevo un trabajo, en un supermercado. No me he maquillado, ello me hace presa del pasado. No, no quiero pintura de labios, de unas, de lo que sea para demostrar mi verticalidad. No tengo que demostrar nada a nadie, solo, tal como soy. Ahora la batuta la llevo yo, tomo dirección al hostal que creo saber donde se encuentra, en frente de un parque de grandes árboles, Sencilla y humilde, así soy. Basta ya de ser espejo de los demás. Cojo un taxi, el frío es afilado. Estamos en inverno, de repente comienza a granizar, siento el romper de las bolitas minúsculas en el coche. Mejor, así no me mojo y le doy la dirección a donde voy. El chofer no pregunta nada y es que nada debe preguntar, a que le importa mi vida, porque lo he cogido en las puertas de la prisión. Llegamos a hostal y me bajo. Me ofrece ayuda para la maleta pero arranco yo sola con ella y le pago, nada más. La granizada a cesado y todo en la pensión, el hostal , como quiera que se llame. Me abre y entro, se ve pulcro, limpio, claro. Le doy mi nombre y el recepcionista me da una llave con número. Cojo el ascensor hasta la tercera planta y entro donde será mi cueva durante un tiempo indeterminado, según me vayan las cosas. Una mesa con flores, una cama, un espejo, una ventana. No es muy grande pero es cómodo, confortable y silencioso. El silencio es lo más que adoro. Mucho ruido desordenado hubo en el ayer. Dejo mis cosas y me asomo a la ventana, da al parque que yo recordaba. Como escampa bajo escaleras abajo y cruzo. Me pierdo en ese inmenso parque donde árboles hermosos, grandiosos me cubren de la desnudez de las secuelas. Libre, soy libre. Sola, estoy sola. Recorro su camino de tierra batida, ahora fangosa pero me es lo mismo. Libre, soy libre. Nadie me llamará la atención. Solo hay en él un vigilante, me saluda y me siento en uno de sus bancos mojados. No pienso en el mañana, me produce nervios, una inquietud de que si lo haré bien o lo haré mal. Da lo mismo me dijo la educadora, en esta ruta de la vida siempre tenemos que aprender sin tener en vigencia la edad. Hace frío, mucho frío…pero es tan reconfortante este lugar, con sus árboles, con sus flores…muchas flores de cuyo nombre no sé. Me levanto y ahora que el segurita no ve me abrazo a un árbol, parece un laurel, este si lo se distinguir. Su olor me llena, inspiro y espiro, espiro e inspiro y me siento como en casa ¿en casa? No, no me equivoco. La casa llamada planeta tierra, he aprendido muchas cosas en prisión. Tantas, que duele. Duele que esta casa esté herida. Me han dicho del deshielo, de extinción de especies, de subidas de mareas, de enfermedades que antes no existían corriendo hacia su víctima, de temporales crueles, de un mar alimentado de plástico. Medito y no recuerdo, todo ello he aprendido. Lo voraz que puede ser el ser humano. La educadora me ha dicho que en mis tiempos libres estudie, me implique en cosas buenas aunque la fuerza brusca de la atmósfera descuidada que nos rodea vaya contra nosotros. Sí, soy libre. Sí, estoy sola. Auxiliare por esas mujeres de ojos vacios, de ojos blancos, de manos rotas, de muslos sangrantes a que salgan. Estamos a tiempo, a tiempo de nacer de nuevo. Se nace todos los días. Sí, todas las mañanas cuando el reloj sol nos advierte que debemos continuar en la vida, en nuestros sueños. Antes yo ciega. El segurita viene otra vez, siento sus pisadas y dejo de abrazar el árbol. Me ha transmitido tanta entereza, tantos secretos inconfesables que me emociono. Soy libre, si. Me gustaría gritarlo, pero no, me consideraría una loca, una desvariada, una borracha, yo que sé, una drogadicta. Además, no hay que alzar la voz muy alto, sino tímidamente, apocadamente para que todo salga bien, para sujetar lo que no está. No quiero tormentas en mi vida, lo evitaré de manera serena, con calma. Me siento de nuevo en el banco, no sé cuantas horas llevo aquí. Me da igual, el tiempo es relativo según se mire. Para mí solo ha pasado un pequeño instante que se reflejará eternamente en mi memoria. Para el segurita serán muchas horas, las horas deseas de terminar su trabajo. Y hace más frío, la noche viene. No, no quiero estar ya en él para que , la noche puede ser terrorífica, vibrante en miedo ¿Soportaré esta noche se soledad y silencio? Me ha dicho la educadora que escriba, que lea, que aleje ese jardín yermo de malos pensamientos de mí y entonces todo será luz, todo será vida. Leeré hasta quedarme dormida con la lentitud del nocturno, de las horas.  Todo son pruebas que hemos de saltar para salvarnos y no caer en el quejido de la oscuridad. Menos mal que es invierno, me no más que este frío metálico me estrecha, así descansaré mejor. Vuelvo a la pensión, cojo el ascensor hasta el tercero, cierro la puerta con llave, cierro las ventanas y con la maleta en el suelo la abro…


lunes, abril 22, 2019

LA SOMBRA, 8(NARRATIVA)


8
Mis piernas pasan mi nueva vida, entre rejas, entre gente que a veces me mortificarán, que a veces me alegrarán. Todo puede ser. No sé si he hecho bien, le he dejado una carta a  la enfermera ¿por qué a ella?, me interrogo y las dudas me asaltan. Porque ella me lo dijo, me dijo que estaba vivo. Una corta carta para que se la a quien sea, a quien lo rescate de la suciedad, de la miseria. Estoy satisfecha, porqué no. Aunque no veré la luz de la ciudad durante años me recuperaré. Seré normal como dictan las reglas de la existencia. Ausente de las drogas y tal vez esta rehabilitación me ayude a levantar mi destino. Un trabajo, una techo erecto donde guarecerme…Me hubiera gustado verlo, no puede ser en estas condiciones por muy inocente que él sea, por muy pequeño. Me lo han prohibido, me lo han quitado como quien arrebata el bien a una persona no digna. Tendré que aguantar mucho, mucho…Asaltar mi conciencia y erigirme donde los vientos suenen bien. No, no estoy asustada. Sé que de este lugar seré transformación, huida de todo mal. Creceré y creceré, sola, acompañada. No sé cómo pero alargare mis virtudes, mis cualidades para una mejor calidad de vida. Entro y las presas me miran, no quiero que sepan de mi pasado, a nadie le interesa. Ahora soy yo, más vital, más crecida. Me quitan las esposas, me revisan, me examinan pero no me preguntan nada. Ya saben todo ¿Le llegará la carta a lo largo de los años? Sí, cuando su madurez sea vertical. Confío en esa enfermera de mirada ahuyentada ante mi desesperación. La lluvia se ha ido y un sol en su plenitud enseña su lengua broncínea, su lengua cálida en mis sentidos. Es curioso, cuando voy a mi celda, veo un huerto, hay mujeres trabajando en la tierra. Pero yo no. Pero yo sí. Haré todo lo posible, incluso estudiaré en la medida de lo posible para cuando vea las luces de la libertad conducir mis pasos por una vereda reconfortante. No será fácil, pero la crueldad, pero lo duro, pero los errores ya han pasado. Seré veraz, seré horizonte de esperanza, seré yo. Ese yo cautivo, desconocido en mi reconditez. Sacare lo mejor de mi sin que alguien me manipule. Me caigo. El vértigo repentino de las alambradas me causa cansancio. Pero podré superarlo, todo es acostumbrarse mientras edificamos un nuevo arco iris, una nueva etapa en las curvas que tiene la vida. Ahora que no soy de nadie, tendré que respirar, tendré que abrazar al rumor de la brisa que impregna mi rostro. Solo yo, sola comienza la curación, las raíces nuevas que crecerán a mi sombra....CONTINUARÁ


viernes, abril 19, 2019

LA SOMBRA, 7 (NARRATIVA)


7
Hoy es el día. Un día donde todo será alboroto y desazón. Pero voy tranquila, sé que está vivo aunque me han prohibido verlo. Quién cuidará de él, no sé, espero que alguna buena persona. Yo no tengo nada…nada. Solo este corazón que late ya sano, solo estás manos esposadas, esperando a que vengan a buscarme para ese juicio perdido. Solo trámites antes de entrar en prisión. Mi salud anda bien, mis emociones confusas, perdidas en el vaivén de los vientos bruscos de la vida. Me da igual quien lo eduque, quien lo cuide, solo espero que sea buena gente y que haga de el libre ave que surca los caminos bonancibles, benevolentes. No, yo no estoy preparada, me parece bien que lo hayan dado en adopción, en una casa de acogida, lo que sea con tal que emerja con el valor suficiente para enfrentarse a esta existencia, para que nadie lo pise, para que nadie hunda su mazo sobre su espalda. Valiente hijo mío, sé valiente, solo pido eso. Qué la mierda que me ha condenado a mi no roce tu tez, tu verticalidad. Oigo pasos, ya viene la policía. Me llevan sin casi tocarme, yo con mi propias piernas y serena los sigo ¡No¡ no soy culpable. El juez no para de preguntar y yo digo ¡No¡ no soy culpable. Me grita y grita, me trata mal…muy mal con su voz mortal. Respiro hondamente y pienso en mi hijo, en ese hijo que ha vivido. El juicio ha sido rápido, me declaran culpable. Culpable por muchas cosas que no logro entender en este mundo de abogados y jueces. Solo sé que soy culpable. Me conformo, mi hijo está vivo. Yo no soy la persona adecuada para educarlo ¡No¡ no lo soy. Solo soy un desecho de esta sociedad. Solo soy una marioneta de los hilos que han gobernado mi vida y ahora, sola, a prisión. Me pondré bien hijo mío, tal vez en un futuro, en un mañana incierto te conozca, te vaya a buscar ¡Ahora no¡ tengo que estar entera, tengo que estar curada, tengo que ser yo, tengo que recorrer un largo camino hasta que quizás pueda ir a buscarte. No para que vengas conmigo, solo un beso, solo una mirada, solo una caricia. Yo ya en tu vida no soy nada, solo un telón que no lograrás pasar. ¡No¡ no quiero que pases si algún día te dicen …sí, te dicen la verdad. Yo no lo deseo, me avergüenzo, como te haría comprender que estaba ciega, que yo tuve la culpa. Una llovizna fina cae de camino a la cárcel. Todos vamos en silencio. Mis ojos hartos de esta situación la mira y la mira. Soy como la lluvia caigo y desaparezco en las alcantarillas, en las cloacas. Esa ha sido mi andar por la vida. ¡María estás perdida¡ escucho los latidos del alma ¡María estás perdida¡ escucho el resoplar de mis  emociones....CONTINUARÁ




miércoles, abril 17, 2019

LA SOMBRA, 6. (NARRATIVA)


6
Hoy en la mañana, una mañana que parece risueña en el canto de los pajarillos le he dicho que su hijo está vivo, qué está bien pero que no lo puede ver. Uhm…doctor ya está totalmente recuperada, pronto será el juicio. De la clínica a juzgado, del juzgado a la cárcel. Me ha mirado con cierta nota de tristeza, he presentido un quejido en su reconditez aunque ella no sepa ¿cómo es la vida doctor? Esa pobre mujer con sus torpezas, con sus vaivenes dislocados…no creo que sea culpa de ella, aunque la ley es la ley. La han llevado hasta el fango otros…vaya a usted a saber. Su familia, esos hombres de mirada afilada, de mirada de mortandad, de mirada marmórea, de mirada neutral, de mirada gélida la habrán manipulado y así ha terminado. Pero aun vive, le espera un largo recorrido. Quizás en la cárcel se desintoxique, quizás allí se alimente de buenas tonadas para respirar de la vida. Los años pasarán y volverá a la calle, ella tendrá tiempo de decidir lo que desea, es joven aún. No dijo nada cuando le dije lo de su hijo, su hijo está vivo. Una sonrisa alboroto su rostro repuesto, un suspiro emano en su silencio, en su callada manera de resignación. Me sorprendió y me dejo tranquila. Yo estaba muy nerviosa, no sabía como ella iba actuar. Sabe doctor, me da mucha pena, demasiada. No estoy preparada para estas cosas. Mire que me encontrado casos y casos, casos reales donde los críos han fallecido. Pero la mentira doctor…compréndame. El sol ha salido, se ve la isla de enfrente, esto quiere decir que va a llover. Por un momento nos deja un cierto respiro como ella en su calma. Después llegará la tormenta, una tormenta que no se avecina. Mientras seguimos en la cotidianeidad, ahora me tengo que ir, sigo con las pacientes. La enferma sale de la puerta del despacho del médico, el se queda solo, meditativo. Uhm, se dice, no sabe si la decisión tomada es acertada o no. Solo, piensa en la pesadez de su profesión, en lo difícil que es ante algunas situaciones. Uhm…ya llueve y con fuerza y con constancia y con severidad. Se queda mirando la ventana y observa como el agua engulle el asfalto, las aceras, todo lo que está a su paso. Uhm..piensa, no le gusta que la policía merodee entorno a él, al hospital. Aquí solo hay enfermos, gente recuperándose para lanzarse a la calle, a la vida. Uhm..se dice a si mismo, iré a  ver la paciente María. Quiere saber cómo va a actuar en su presencia, quiere saber de sus palabras ante la noticia de que su hijo está vivo.






lunes, abril 15, 2019

LA SOMBRA 5. (NARRATIVA)


5
María , la prostituta de la planta cinco insiste en ver a su hijo, qué no está muerte me ha repetido incesantemente. Yo, doctor, no he podido mirarle, plasmar la mentira me traiciona, me columpio en grietas de donde emana la lástima. Siento lástima por esa mujer ¿ No es posible Doctor decirle la verdad? Sé que es duro y tal vez no se lo merezca. Ella no tiene la culpa. El caos, el desequilibrio de su vida la ha llevado hasta las sombras, hasta la oscuridad, hasta una cueva donde no ve la luz. Ella, quiere verlo, quizás Doctor podríamos hacer algo. Que no se enteren la justicia, solo verlo. Usted me mira con su pregunta ¿Cuál será la reacción? No lo sé, veo a esa chica, María, una buena persona donde vaya usted a saber las turbulencias que ha habido en su existencia desde que vino al mundo. No creo que le haga daño al crío. Además está atada. No sé lo que es lo mejor. Usted quiere evitar drama y espectáculos en el hospital. Pero hay que comprender que es su hijo. Qué mala suerte el pequeño. Que mala suerte la madre. El destino de él no se cual será, alguna casa de acogido para después en adopción, esperemos que dé con buena gente. Ella, entre rejas por una larga temporada, después saldrá. Ya lo entiendo, después saldrá y puede que vaya en su búsqueda.  A no ser que su vida exista un giro, creo que esto la ha hecho pensar muy profundamente e irá a su encuentro, no lo dude doctor. A esa mujer, no puedo engañarla más. Me presiona. Le dejo en su cavilar lo quiera hacer, si que lo veo o no. Vaya primavera doctor, todo se altera. Hasta yo que nunca me he visto en esta situación me deprimo. La lluvia parece que no va cesar hoy, una lluvia estrambótica, destructiva. Si digo yo que ya no sabemos cuándo hay inviernos, otoños, primaveras, veranos. Si digo yo que el curso que nos entabla la vida es difícil. Yo doctor, solo soy una simple enfermera, un personal más que trabaja en esta clínica. Pero este caso me clava, no me deja distraerme, solo soy fijo pensamiento en esa mujer, María. Sí, doctor, se llama María. Porque hay que llamarla por su nombre provenga de donde provenga, a mi eso, me es igual. Estoy hablando de una persona que ha cometido muchos y muchos errores, creo que todavía existe el cambio de camino como las que cubren este mundo. Malas amistades, malas vivencias, malos todos. Qué aquí no nos salvamos ni nosotros, no dejamos ver a su hijo ¡Muerte¡ ¡Muerte doctor¡ Me mira y yo le miro, ¿qué hacemos? Una pequeña trampa, un pequeño trato de silencio por parte de ella. No sé, me siento confundida doctor. Sé que es muy arriesgado. Ya sé que no se fía de ella. Pero, hombre, qué puede decir. Nadie la creerá. Y que injusto es eso, de que nadie te crea. Me erizo, tiemblo, ya me dirá usted. Sabe de que esté recuperada ingresará en prisión después de juicio. No lo ha pensado…CONTINUARÁ


sábado, abril 13, 2019

LA SOMBRA, 4(NARRATIVA)


4
Me dicen que el niño ha muerto ¡No¡ Yo lo oí llorar y llorar. Me dicen que la imprudencias de la vida se pagan ¡Si¡ Pero mi vida vertiginosa no tiene nada que ver con él ¡No¡ Yo lo oí llorar y llorar. Me siento hastiada, me siento herida, me siento rabiosa, me siento descender en un abismo donde mi vientre se encoge, se engarrota, se asoma a un precipicio de tumba. Me dicen que el niño ha muerto, me lo reiteran una y otra vez. Y yo le digo ¡No¡ Yo lo oí llorar y llorar ¡Mi vida¡ ¡Mi vida, ay¡ involucrada en las miserables manos de la droga, en las manos tétricas, demoniacas de la prostitución ¡No¡ no me quieren decir la verdad, me dicen que el niño ha muerto. Yo no tengo la culpa ¡No¡ no soy culpable ¡Sí¡ si soy culpable. La duda se encara a mí y un muro de ortigas me balancea al vacío. Vacío vientre, vacía existencia. Yo lo oí llorar y llorar. No, no me escuchan. Solo dicen sin mirarme a los ojos que ha muerto. Mis ojos, vagos, febriles, petrificados, cansados. Y no me mira, yo quiero que me mire ¡Míreme mujer¡ La mentira absorbe la verdad, la mentira hace una tapia de enredaderas punzantes donde no tiene cabida los ojos frente a otros ojos. Yo lo deje en una puerta ¡Sí¡ un hospital. A lo mejor es este, pero mujer ¡míreme¡ No me niegue la verdad. Y estaba vivo, yo lo oí llorar y llorar. No se marche, al menos desáteme las manos. No voy a escapar ¿para qué? No hay salida en mi vida. No tengo nada, ni a nadie. ¡No¡ no se vaya. Solo quiero escucharla ¿qué va a ser de él? No me entiende, yo soy la madre. Sí, la madre aunque ahora no lo pueda ver, aunque no lo pueda acariciar, aunque no me quiera decir nada ¡No comprende¡ ¡No¡ no me diga más que está muerto ¡Vírese¡ ¡Deténgase¡ ¡Dígame, por muy puta que sea tengo derecho a saber¡ ¡No’¡, no me entiende, usted es la única que me puede ayudar antes…Ya sabe, antes que ingrese a prisión. Solo quiero saber si está bien, solo eso. Está muerto, son las únicas palabras que revela. Yo no le voy hacer daño, compréndame. Solo soy una desgraciada de la vida. No tome prejuicios falsos de porqué soy lo que soy. Póngase en mi lugar , un hijo, el abandono, la dejadez, la droga y todo lo que se mueve a su alrededor cuando solo hay hambre, ¡mucha hambre¡ ¡No¡ no soy culpable ¡Sí¡ si soy culpable. No puedo más, deme un vaso de agua, la fatiga me arrebata el aliento. María pálida. María vencida. María rajada pero a la vez inconclusa. La enfermera le trae un vaso de agua pero no la mira. No quiere mirar el dolor, no quiere mirar la miseria humana, no quiere mirar la pena reventando a María…CONTINUARÁ


viernes, abril 12, 2019

LA SOMBRA 3(NARRATIVA)


3
Estoy delirando, no puede ser, todo se vuelve blanco…muy blanco. Paredes blancas, sábanas blancas, silencio blanco. Todo es limpieza y miro a mi derredor y solo logro alcanzar una ventana donde la luz que penetra incide en mis ojos. Intento incorporarme pero mis manos están atadas al hierro de esta cama. Sí, estoy en una cama donde el olor no se distingue. Parece que me recupero, pero si no mal recuerdo me hallaba en una choza de techos de plásticos y más plásticos, pero si no mal recuerdo había parido un niño, una niña no sé, pero si no mal recuerdo la deje en alguna puerta para salvar su vida, pero si no mal recuerdo volví bajo a mi cueva. Ahora estoy aquí, en un lugar donde la nitidez es evidente, alguien abre la puerta y entra con bata blanca. María hospitalizada, la han traído en el chillar incesante de una sirena. Alguien ha seguido sus huellas y la ha encontrado. Ella, en medio del caos no se ha dado cuenta. María observa todo y se siente en paz, una paz inundando su respiración que es rítmica, pausada. María no entiende que la hayan amarrado y deja de hacer el esfuerzo por desquitarse de esas cuerdas. María es mirada por un médico de blanco, por una enfermera de blanco y tras ellos alguien vestido de calle. María cavila más allá de su reconditez, aunque, perezosa de razonar , sabe a lo que han venido. ¿Qué será de ti? Ah, pobre desgraciada. Escucha María un sentido que la hace desdichada. ¡Qué será de mi¡ Y María espera a que ellos hablen, el médico de blanco, la enfermera de blanco, el vestido de calle. Has infringido la ley María, le dice el médico de blanco. Sí , la has infringido dice la enfermera de blanco y tras ellos el vestido de calle. Irás a la cárcel, no hay otra solución. No tienes nada, tu vida te ha llevado a esto, al final entre rejas. Y no te culpo a ti María, ¿María, es tu nombre? Veinte años María…veinte años entre rejas, no hay otra, no tienes nada. Me pongo en su situación María y la comprendo. No, no llore. El comisario quiere hablar con usted, quiere saber lo que sucedió. Sabemos que aún está muy frágil María, ¿puedo llamarla así? Aunque aquí todos imaginamos la situación, su vida por…Pero dígame por qué no pidió ayuda antes, usted tendría que saber que estaba embarazada. Me va decir que existen fuerzas mayores a su estado. Me va decir que lo ignoraba. Me va decir que se lo impedían. Me va decir que creía que todo sería distinto, que todo cambiaría. No, María, el humano cuando es engullido por la maldad lo sigue siendo. Le da igual todo, incluso su muerte María ¿Quiere decirme algo? Sus ojos están repletos de incomprensión,  de un sin saber el por qué de su destino. La cárcel María, ha dejado abandonado un bebe. Veinte años María. Ya el mañana dirá, no quiero hacerle daño más de él que le han hecho. Pero María no huiste cuando debías de huir, de ese chulo lleno de hipocresía. No me pregunte por él. No sabemos nada, estará con otra. Usted es lo único que nos importa ahora. La hemos encontrado en una chabola con un charco de sangre a su alrededor. No diremos quien no los dijo. Pero fíjese usted, recién a dada luz y andando sin orientación en esta ciudad ante la mirada de los que pasaban al lado suyo. No, no se dio cuenta en su razón eclipsada en esos instantes.  María deja de mirarlos , guía sus ojos hacia el techo. Un recorrido maligno, desagradable, incómodo es imagen de toda su vida hasta ahora. Cierra los ojos y se siente cansada. María, sabe de este camino arduo que le espera, un camino que no sabe si será peor o mejor que la otra vida que llevaba. María pierde el control y llora y llora ¿Qué va ser de ti María?....CONTINUARÁ


jueves, abril 11, 2019

LA SOMBRA 2. (NARRATIVA)


2
Las horas crecen, una fina lluvia resbala por su tez y despierta con la fatiga prieta en su pecho. No oye nadie. Intenta levantarse y recuerda que ha dado a luz. Se mira, corta el cordón umbilical y el pequeño comienza a llorar. Su rostro sucio más el mal que recorre su espalda desaparecen en medio de un sonrisa de sus sentidos. Se incorpora y el temblor de su cuerpo en esa cabaña del infierno le evoca una cierta firmeza ante aquel bebe. María..María, así es como ella se llama envuelve al niño en un manda deshecha, derruida. María, María da unos paso con el bebe en brazos y se detiene. En sus muslos de mujer rajada con el tiempo la sangre no deja de correr. Se esfuerza y María sabe que en algún lugar seguro lo tiene que dejar. No, no quiere cuidarlo, ni puede. Sale de esa maldita cabaña y la llovizna juega con una neblina que no le permite concretar sus pasos. María, María aunque no puede, aunque la fatiga le ingesta la fatalidad, camina sin rumbo ¿Qué buscas mujer? El delirio con su bebe en el pecho no la vence, no la condiciona para continuar ¿A dónde vas mujer? Otra vez esa voz impertinente en sus pasos, en su andar desbaratado, desequilibrado. Parece que va a desmayar, un mareo navega en sus venas. No deja de sangrar y sangrar. Voy dónde este niño quede protegido, voy donde la maldad se acto de desgana, voy donde los retorcidas miradas no adviertan de donde viene, voy donde dejarlo y yo poder descansar. Me da igual todo, está ciudad me pesa, pesa demasiado. La basura me consume, tanto, que este es único bien que haré y después…y después no sé. No puedo, no puedo. Mi estado me rompe, me patalea desmesuradamente. Y caigo, caigo en un pozo donde la sombra de mi ayer me corroe ¿Dónde? ¿Dónde dejarlo? Ya no puedo más...¡no puedo más¡ Pero de sé de una clínica cercana ¡Aparece ya¡ ¡Débil¡ Estoy muy débil, en cualquier momento caeré y después…y después no sé. No sé si sobreviviré. Ahí está. María pierde el equilibrio pero deja el pequeño en la puerta del hospital. Ella, sin saberlo, huye y huye, corre con la sangre en sus muslos, corre en un sudor punzante que la aleja de la zona, corre con el convencimiento de que nadie la ve, corre por las aceras cenizas sin dejar rastro de su llanto, de su dolor. María vuelve a la choza. No sabe cómo ha llegado y se tumba en su miseria...CONTINUARÁ


miércoles, abril 10, 2019

LA SOMBRA .1(NARRATIVA)

1

LA SOMBRA
Temprano se asoma el sol en este planeta. La primavera brinda un paisaje a mis ojos gris, melancólico, de dejadez. Ahora embriagada de un parto donde el dolor es imprevisible, es inexacto, es fatigador, son latigazos que solo los siente la que haya pasado por esto. Por esto y sola, aquí, en una choza de lata, donde la miseria abulta más y más mi desesperación, mi sudor frío inacabable. Yo, María, hija de un mal destino estoy dando a luz en una pobreza de cuchillos. Dolor, mucho dolor. El, se ha ido. Ha desaparecido tras la cortina de una vida nutriéndose de la mía. En busca de otra para someterla a sus torturas, al alquiler de su sexo, de su cuerpo por horas ¡Ah¡ El dolor es agónico, sal ya de este vientre mío. Parezco que mi conocimiento se evapora, que mis fuerzas están quebradas ajenas a lo que pueda suceder después. Llevo un hijo, una hija , qué se yo, dentro y ya es la hora. Me ciño a un pañuelo y muerdo hasta sangrar por la boca. Grito y grito y nadie me escucha. Estoy aislada en la asquerosidad de esta existencia. Me desoriento y un puente me lleve  a las sombras de mi vida, una vida hundida en la droga, en el alcohol, en los guarros. Me doy asco, ahora, cuando el parto ha venido ¡Qué será de esta criatura¡ Sola, en no sé dónde. Hay que sobrevivir ¡cómo por Dios¡ El dolor hace agujeros a mi verticalidad. No, no puedo. Tal vez la muerte esté rondándome. Respirar hondo, jadear ¡sal ya de mi¡ ¡Ya¡ ¡Ya¡ Estoy desquiciada, inmersa en una angustia que clava con sus agujas ardientes mi estómago ¡Usada¡ ¡Solo he sido usada¡ ¡Usar y tirar¡ Tengo frío, mucho frío. Nadie viene por mucho que chille, solo, el desahucio, la marginación. Sola. No hay amigos, no hay amigas, no hay nada ¡Ahhhh ya¡ con mi conocimiento mermado siento un llanto, un llanto de un niño. Estoy cansada, muy cansada. Qué la mierda de vida me dé un tirón para verlo, para verla. Quiero y deseo ¡No¡ Gotas caen sobre mí. Está lloviendo en esta choza de mierda, con toda la basura a mí alrededor. No quiero dormir, no quiero dormir pero un peso superior a mi cae en mi cuerpo y siento que me voy. Frío, tengo mucho frío. Su llanto, su llanto interminable. Está vivo, está viva. No me puedo mover ¡Muévete¡ ¡Muévete cuerpo mío¡ ¡Ay¡ No puedo más ¡No¡ no puedo más, mis pensamientos se cubren de oscuridad, mis ojos caen y caen vertiginosamente en una bruma mortal...CONTINUARÁ

lunes, abril 08, 2019

Somos roca...

Somos roca.
Piedra retorcida en nuestros pasos.
Somos agua.
Agua que galopa a través de la frescura
De unos labios,
De unos hombros agotados.
Somos roca.
Somos agua.
Abultamos vastos ramajes en nuestras manos,
Extensas,  suaves…muy suaves.
Evocamos el sonido del amor
En la levedad de nuestros vuelos,
Perdidos, bosquejados por plumas muertas.
Somos roca.
Somos agua.
Piedra de riscos agotando nuestro eco
Agua de barrancos agonizando nuestros deseos.
Todo se expande, todo se contrae
Perfilando reflejos de ojos tatuados de sed.
Somos roca.
Somos agua.
Nos deformamos en la inmensidad de la nada. 

sábado, abril 06, 2019

SENTADA...


Estaba sentada…porque ella estaba sentada. Sin darse cuenta miraba dos realidades, dos océanos paralelos,  dos transeúnte iguales, su mesa donde se tomaría el café también era doble. Espero varios minutos, varios tiempos enfocados a esas dos realidades iguales y distintas a la vez. En una se le antojaba  darse un baño en el inmenso mar que  estaba poseído por las malas mareas, en otra solo mirarlo como se estrangulaban las olas en su impacto contra las rocas.  Y estando sentada pensó que mejor sería hacer las dos cosas, darse un baño mientras veía estrangular las olas. Y lo hizo, se sintió aliviada, mientras se sumergía en esas aguas que la llevaban mar adentro en sus profundidades veía el estrangulamiento de las rocas en su impacto contra las rocas.  Una energía fuerte se apoderó de ella y comprendió…porque era comprender que la había visitado la muerte. Una muerte llana, tranquila, perfecta. Estaba sentada…porque ella estaba sentada. Cuando su cuerpo desapareció del océano, cuando las olas seguían estrangulándose en su impacto con las rocas. Una gota de calma cimbró por sus carnes, pidió su café y se despidió.

miércoles, abril 03, 2019

EL TÚNEL...(TEATRO)


Un ambiente hostil. Un niño de corta edad a ras del viento gélido. Un barracón. Un golpe.
PERSONAJES
NIÑO
CAPATAZ
COMPAÑEROS
MIRLO
ANCIANA

ACTO 1
ESCENA 1
Niño:
Ya es hora de levantar. No sé porqué me encuentro cansado pero me tengo que levantar. Ir a trabajar. Tengo hambre, mucha hambre.  La bocina suena y me produce rigidez en mis movimientos pero me tengo que levantar. Tendré que hacer mucho hoy y lo haré, para comer. Anoche soñé. No sé muy bien Creo que eran mis hermanos. Sí, creo que yo tenía otro hermano. De mis padres no me acuerdo ¿tuve padres? Mi sueño alejado del hoy me unía a un juego. Sí, si…ahora recuerdo y ello me hacía feliz. Ya es hora de levantar y el cansancio no me deja pensar. Recurro a mi sueño y ello me hace feliz. Así, un sueño feliz. El capataz viene, la bocina no deja soñar y yo merodeando en el sueño que me hace feliz. Ya de pie voy donde sus gritos llaman. Hoy hay que trabajar mucho.  Piedra tras piedra cogeré para que los mayores, los más grandes que yo sigan su trabajo.
Capataz:
¡Venga ya es hora de levantar¡ Manada de gandules.  Las horas se van y antes que la noche nos toque con su descanso hay que trabajar. Sí, si…después queréis dinero. Sí, si…después queréis comer ¡ No¡ Primero atender al trabajo, tenemos que terminarlo. Venga,  a levantarse. Hoy no estoy de humor.  Por culpa de ustedes el jefe me ha echado una bronca ¡Culpables¡ Sois culpables. ¡Estos enanos¡ Queréis ser mayores pero no, nunca creceréis. Seréis nada más que miseria. Hay mucho que trabajar  para madurar y que os podáis ganar la vida. ¡A levantar¡ y no lo repito más. Estoy agotado de que tenga yo que venir a buscarlos para que vayáis al campo de trabajo. ¡No¡ no habrá desayuno en el día de hoy , ya es muy tarde.  Y a ti que te pasa. Porqué me miras con esa cara sonriente. Ahhhh….te estás riendo de mi (zas) Así aprenderás.
Niño:
No señor. No estoy riéndome de usted. Es…es que.
Capataz:
¡Qué carajo intentas decirme¡ Es que…Ya sabes lo que es que. (zas) Quiero que ahora mismo te levantes y vayas deprisa a tu puesto de trabajo. No, no agaches la cabeza. Solo eres un vago y no llegarás a nada, a nada…(zas)
Niño:
No señor. No me pegue más. Ya voy. Ya voy.
Capataz:
Rápido, rápido.
( Y se levanta. Y va a su labor con sus piernas doloridas después de los azotes. Tiene que recorrer muchos kilómetros a pie hasta el lugar)
Camina más deprisa ¡Más deprisa¡ Y esto va para todos, hay que ser puntual lo exige el jefe.
( El capataz los mira. Como se van del barracón. Una nota de desprecio invade sus venas. Enfurecido, sigue gritando con fusta en mano)
Joder, que hecho yo para mandar esta manada de gandules, de imbéciles. Será la edad, no saben de lo correcto o no correcto. Ya aprenderán, ¡qué si aprenderán¡
Niño:
Me duelen las piernas y hace frío, mucho frío. Andaré más rápido para ser puntual, para llegar al  campo de trabajo.  Entiendo a mi capataz, somos unos ineptos.  Me siento avergonzado, muy avergonzado de que me encontrará aun durmiendo. Qué no estaba durmiendo, estaba no sé, soñando despierto. Me queda mucho por aprender. Demasiado. Mis compañeros me han adelantado y es que me duelen las piernas. No puedo ir más deprisa pero tengo que hacerlo. Tengo que llegar a la hora del comienzo.
Compañeros:
Te estás quedando atrás. Ya has escuchado al capataz. Hay que ser puntual. No podemos esperarte si no nos pasará como a ti.
( el niño escucha sus amigos y le da una patada a una piedra del camino)
Niño:
¡Ay¡ Qué dolorido estoy. Esperarme, no puedo ir más rápido. Chicos ¡esperarme¡ No me dejéis solo.
(Todos sus compañeros avanza, el se queda atrás. Cada vez más atrás, hasta que sus figuras son difuminadas por la distancia)




ESCENA 2

Solo. El paisaje es al mismo tiempo demoledor y apasionante. Un desierto de piedras  y el frente a la nada. Sus compañeros ¿dónde estarán? No lo han esperado. Es tanto su agotamiento que le da igual. Su ritmo es pausado. Su ritmo es triste. Su ritmo es apagado. Su ritmo es ausente a lo que le rodea.  Su respiración se calma y se sienta sobre una piedra. Solo. La sed y el hambre se hacen hueco en su estómago, en su garganta y parece delirar. Las piernas aun le duelen un poco pero es como si no las sintiera, como si las hubiera tragado el vacío que cabalga junto a él.
Niño:
Se han ido todos. No puedo más. Aquí en el silencio de mi cuerpo, en el hambre y la sed que me azota estoy invadido por ese sueño.  No, no es sueño es real. Veo a lo lejos venir alguien de mi estatura. Seguro que es el. Seguro que se acercará a mí y me abrazará. Yo lo espero. Me duelen las piernas y no puedo caminar hacia él. Hoy me encuentro débil, parece que me desmayo y un hormigueo recorre mis manos ¡No¡ tengo que mantenerme firme, aunque, sentado esperándolo ¡Qué silencio¡ y el está más cerca. Estoy mirándolo, su cuerpo se agranda a medida que se acerca, a medida que el sueño me golpea. No, no quiero dormir.
(El niño no se duerme aún, espera arrinconado en una roca. La figura llega hasta el. Algo balbucea pero no se entiende. Se posa en su frente y en el acto se transforma en un mirlo negro de pico naranja.  La persona que veía era un mirlo.  Un mirlo gigantesco, con alas plateadas en su corpulencia negra)
Mirlo:
Me cofundes, no importa. Aun respiras, ello es importante. Ser vital ante las circunstancia de la existencia. Duerme tranquilo, te traeré algo de agua y tal vez podamos conversar y tal vez puedas animarte y tal vez quieras seguirme.  Me veías de lejos, la lejanía confunde a los ojos, a los ojos desfallecidos, a los ojos lastimados, a los ojos del hambre, a los ojos castigados por las inclemencias humanas. Agua y agua, te rociaré de un viejo árbol no muy lejos de este desierto de piedras allá tras aquellas montañas al fondo donde la vida es distinta, donde la espesa niebla reverdece todo lo muerto, donde todo se mueve en la alegría del vivir ¡Qué digo¡ tú no sabes de eso, pero es real, la vida no es esto. Es una explosión de emociones que corretean por cada paso que darnos, a veces, sin darnos cuenta. Ahora, espera, fugaz con los astros que vendrán en el nocturno estaré aquí. Sí, aquí, contigo.
(el mirlo se va, deja al niño azocado con algunas plumas plateadas para que descanse hasta que el vuelva. Plácidamente, como un soplo de vida el niño duerme. El frío se ha ido, el dolor se disipa paulatinamente a medida que el calor penetra en su cuerpo. En su cuerpo de niño. Se hace por unos momentos que pueden ser horas un callar, el viento norte lo rodea pero no se aproxima, sigue con su sentido, sigue con su ritmo, sigue cortando rostros de mirada indecisa ante el)
Viento:
Uhmm…ha estado aquí el mirlo plateado. El protector de las almas caídas por el desdén de los demás, por el desprecio de este mundo te sanará. Ya verás cómo te recuperaras y después qué…no sé. Yo sigo mi rutina natural, evocando la gélida atmósfera al resto, a ese resto que no tiene excusas para matar una flor en pleno nacimiento. Uhmm…te ha dejado bien arropado con sus plumas de plateadas. Ha llegado a tiempo, antes que yo con mi fuerza, con mi brusquedad rompiera toda tu entereza. Pero no creas que es adrede, solo es un impulso de mi carácter aferrado a mi naturaleza. Soy el viento del norte, un viento que hace temblar por sus cuchillos helados a muchos, menos a ti. A ti, te dejo, tienes la señal, la del viejo mirlo plateado. Por ello, no te toco. Uhmm, sigue durmiendo.
(El viento norte se va, se extingue de la zona del niño y habla para sí mismo mientras sigue su ruta)
Uhmm…las desventajas para estos muchachos jóvenes en este mundo son muchas, demasiadas. Tanto frío, tanta incertidumbre, tanta penuria y más. No , no hay oportunidad cuando eres un niño, una mujer, no sé, todo se vuelve oscuro. Uhmm... No tardará en venir el viejo mirlo plateado, vendrá y no sé lo que hará. Yo continúo en mi soledad, en mi silbido impertinente, monótono observando con celeridad cada desgracia, cada sonrisa.


ESCENA 3
Diminutos ríos conforman un paraje donde la naturaleza viva desde miles de años conquista las raíces entusiasmadas en su verticalidad. En el boscaje donde la bruma y hojas gigantescas hay una infinidad de arboles. Pero hay uno especial, el más anciano de esa explosión de la madre tierra. El viejo mirlo plateado va hacia él mientras sus pensamientos se vuelcan en el niño, en la niña, en muchos que les han cortado el paso antes de brillar en la madurez de los años.
Mirlo:
Aquí estoy, todavía no me ido a otros lugares de este planeta. Vuelvo a este maravilloso lugar donde la naturaleza crece y crece en su curso natural. Hola querido árbol de la vida, estoy otra vez en tu tierra y me siento agraciado y me siento dolido y me siento con lágrimas amargas  ante lo que discurre bajo la atmósfera que nos rodea.
Árbol de la vida:
Sí, aquí estás. Tú que corres este mundo atrapando cada gota cruel. No hace falta que me digas a que has venido. Tal vez , alguna mujer o hombre presa del olvido. Tal vez, algún anciano o anciana presa de la soledad . Tal vez, algún espíritu inocente presa de lo injusto, de abusos. No sé, no atino a averiguar, dime de qué se trata.
Mirlo:
Ahhhh…árbol de la vida. Estoy cansado, cansado de tanta basura sobre aquellas vertientes no nace el sol. El lado oscuro de las almas se empeña en hostigar, en martirizar, en tortura al más indefenso de los indefensos. Sí, es cierto, vengo a pedirte ayuda. Necesito de tu agua, de tu savia para sanar una existencia. Una vida pequeña. Una vida corroída en su corta edad. Ahhh…dime árbol de la vida,  cómo a un pequeño pueden robarle la sonrisa, las ganas de continuar por los largos pasillos de esta existencia. Ahhh…dime árbol de la vida, cómo puede morir este mundo que tenemos ante tanta destrucción. La verdad , que aquí quieto contigo, mis pensamientos me llevan a la tristeza. Una cierta angustia desquicia mi corazón y me siento cobarde. Sí, cobarde. Somos cobardes…muy cobardes.

Árbol de la vida:
Uhm , lo que me cuentas es repetitivo. Los siglos caminan pero el ser humano no cambia. No, no cambia. Tan grosero. Tan grotesco. No todos. Peo hay que ser valiente para alzar la voz en un grito de basta ya. Toma de mi lo que quieras, ya soy viejo. Alimenta a esa criatura y si puedes, enséñala a cantar, a volar, a manejarse ante las tempestades de la rutina, del hoy. Vuela viejo mirlo, vuela hacía el, no hay tiempo que perder. Uhm y si puede ser que haga una visita, ya veremos que hacemos de él. Anda, anda agujerea mi cuerpo y toma de mi líquido, de mi agua.
( y el viejo mirlo de alas plateadas con su pico naranja, hace un agujero en tronco y toma de su savia de la vida y se marcha con sus pensamientos)
Mirlo:
Qué triste son los humanos en su soledad. Qué triste es son las barbaridades de sus mentes abiertas al daño. Qué triste es no darse cuenta de lo desastrados que son. Qué triste qué no sepan cantar. Qué triste que no sepan bailar al ritmo de sus vivencias. Qué triste son sus quejas. Sí, sus quejas. De vez en cuando me aburren, un cierto hastío de enojo ante los que no merecen respeto.  Pero hay quien no dice nada, solo callar y callar. Arrinconados en un túnel donde ellos buscan su propia luz, su propia verticalidad. Me alejo de este paraje hermoso, casi perfecto y ya estoy donde la desolación muerde las venas. Veo al chico, en su letargo, con el placer de mis plumas arropándola del más cruel de los fríos, del más bestial de los golpes.




ACTO 2

El Verdor es exultante. Manantiales que corre en toda la dimensión del paraje. Arboles de enorme estatura azocando. Un sol que penetra en sus entrañas.

ESCENA 1
Niño:
Despierto. No hay piedras alrededor de mi ¿dónde estoy? Tal vez esté muerto por lo que puedo observar. Y ¿mi hermano? Recuerdo que lo estaba esperando cuando me dormir de agotamiento. Mis piernas ya no me duelen. Las muevo y también mis brazos y siento su rápida recuperación ¿ dónde estoy? Quizás estaré soñando todavía pero yo vi a mi hermano y no está. Miro a todos los lados y desconozco donde se encuentra. Apenas hallo restos del ayer. Sí…sí, yo trabajaba o creo que trabajaba. El sol incide en mis ojos y no me deja ver con aplomo todo lo que rodea. Me levanto. Me estiro. No hay dolor, ni siquiera alguna tristeza conversando conmigo. Por qué estoy aquí. No, estoy soñando. No puede ser real. Hay mucho color, sobre todo el verde. También hay mucho fresco que llega a mi cara y me agradable. Me doy cuenta de una cosa, estoy solo en este extraño lugar. Nunca había visto esta clase de paisajes y me conmueve. No se ha donde caminar. Toco las palmas para comprobar que no estoy soñando y me siento, siento mi cuerpo ¿dónde estoy? ¿Cómo he llegado a este lugar? No salgo de mi asombro. Sí, estoy asombrado. Lo que es cierto que hay una cosa que no tengo, el miedo. El miedo se ha ida. No me da miedo este lugar. Beberé un poco de agua, de aquí. Hay arroyuelos por todas partes y no veo a ninguna persona.
La anciana:
Hola buen amigo. Pero qué joven eres ¿Quién eres tu?
Niño:
(se encoge de brazos ante la anciana)
¿Quién soy yo? Un chico. Estaba buscando a mi hermano. Sabe, lo vi antes y no recuerdo bien.
La anciana:
¿Lo viste antes y no recuerdas? Qué hermano es ese.
Niño:
No sé.
La mujer:
¿No sabes? Para empezar no he visto ese que dices que es tu hermano ¿Seguro que tienes un hermano?
Niño:
(dudoso)
Sí o creo que sí. Yo antes de dormirme lo vi acercarse.
La anciana:
Chico, no creo que tengas algún hermano ¿lo habrás soñado? Yo domino con mis ojos este boscaje y al único que he visto es a ti ¿por lo qué he averiguado te ha traído el viejo mirlo plateado?
Niño:
Eh.
La anciana:
Si, ese viejo pájaro que no sé donde se ha metido ahora. Qué el de explicaciones.
Niño:
(sin comprender)
Eh.
La anciana
Tú no sabes por lo que puedo saber. Ese viejo pájaro te ha traído hasta aquí y algún motivo tendrá. Bebe agua y duerme un poco más. El vendrá y te dirá el por qué. Yo lo llamaré. Anda cierra los ojos. Cierra y cierra tus ojos. Sueña por unos instantes, un sueño grato, alegre, que te lleve a sitios bellos y buenos.
(él niño se queda dormido nuevamente)

¿De dónde lo habrá traído el viejo mirlo plateado? Y si lo acogiera como mi hijo. Hijo que no tuve, hijo en la muerte del paso del tiempo. Mi vientre seco dice de mi vida en este rincón aunque de su esplendor siento solo silencio en mis secas y arrugadas carnes. Hijo que no tuve, hijo de la muerte en el paso del tiempo. Ay…tendré que hablar con el viejo mirlo de alas plateadas. Cierta alegría ha vuelto en mí, una alegría que nadie palpa, que nadie saborea solo los corazones sentados en el aislamiento, en las manos desérticas, en el pecho hueco. Soy feliz y me entra ganas de canturrear en un murmullo para no despertarlo ¡Viejo mirlo plateado¡ ¡Viejo mirlo plateado¡ dónde estará.


ESCENA 2

Llega la luz del mediodía, el viejo mirlo plateado posado en una gran rama somnoliento y la anciana que va a por él
Anciana:
Saludos gran viejo mirlo plateado.
Mirlo:
(seco)
No me molestes todavía querida mujer.
Anciana:
Tengo que hablar contigo y creo que ya sabes el tema.
Mirlo:
No me molestes todavía por favor.
Anciana:
Hay un chico en este bosque, este bosque prohibido a la pisada humana ¿Por qué viejo mirlo plateado? Porqué lo has traído aquí. Porque segura estoy de que has sido tú con tu grandes alas, con tu gran cuerpo ¿De dónde viene? Está muy cansado. Sabes que soy lista y he realizado mis investigado el árbol de la vida me ha dicho que has si tu. Si, tu. No quisiera hacerle daño. Pero como sabes aquí no puede estar, esto es un lugar secreto y mágico a la vez. No podemos dejar entrar esa especie humana corrompida aquí. Somos puros…ah…mira este bosque…su colorido, su frescor, su vida. No, no podemos contagiarnos de sus corrosivas lenguas, de sus venenosas manos. Sabes, sé que me estás escuchando. Me he transformado en una anciana de vientre seco. Y pensándolo bien no me importaría al ver a ese chico volver al mundo de los vivos. Ay, viejo mirlo plateado ¿qué has hecho¿  Me aleje de ello ante la ruptura de mis sentidos. Una muerte precoz, una muerte inesperada, una muerte en aquel lugar donde las olas rompen con las rocas. Luego , no recuerdo más, aquí, en la invisibilidad de mis manos, de mis piernas y con el perdón de un llanto infinito. Como espíritu he rogado al árbol de la vida que me dé una segunda oportunidad. Y sabes, he bebido de su sangre y soy ahora carne y soy ahora huesos. El me lo ha dicho que tú has traído de algún paraje desolador, melancólico, aberrante. Yo tendré que retornar con él y tú lo sabes viejo mirlo plateado.
Mirlo:
(neutral, seco)
Una segunda vez, que así sea. No me molestes todavía.
Anciana:
Solo dices que no te moleste todavía ¿por qué? Me dejas dudar, aquí con este cuerpo de mujer retorcida por la existencia pero con un espíritu joven. No me das respuestas ¿Ha qué esperas? Uhmm…me hace pensar que me dejas libre en la toma de decisiones. Yo alma vagando en las entrañas de este bosque en la soledad eterna me veo convertida en mujer. Sí, mujer y me dices que no te moleste todavía. El chico duerme y despertará. Dime…dime viejo mirlo plateado lo que he de hacer. Aunque soy sombra de un ayer que no recuerdo, solo el andar por este sitio en pena por algún castigo que no logro entender, que no logro descubrir, me hallo ahora otra vez humana. Uhmm…es cierto que en la otra vida yo no era así viejo mirlo plateado y tú lo sabes. Pero no te culpo, supongo que el tiempo en su memoria ha pasada. Ahora soy una vieja de vientre seco que quiere acoger a ese niño ¿ Es esto lo que me aguardaba la espera? Mis ojos son vivos, tonada del olvido, tonada del ahora. Cuerpo de mujer. Sí en el ayer tuve que ser una mujer o un hombre , no lo sé. No me ayudas viejo mirlo plateado. Contesta.
Mirlo:
(esbozando un suspiro)
Qué más te da lo que hayas sido en el ayer querido espíritu de este bosque. Qué ahora no tienes nada que hacer aquí. Coge el chico y llévatelo. Esto es una segunda vez, ¿te recompensa ello? Mira tus manos. Mira tú ser. Solo un ser, da igual lo que seas.  Eres anciana, eso crees. Pero no. Solo es la sabiduría que se apoderado de ti como hija de esta tierra donde has estado desterrada. Aún tienes tiempo, vete lejos …muy lejos. Donde los precipicios no os lleven al abismo. Donde los martillos humanos no devasten vuestra felicidad. El chico no puede despertar, esto es un lugar secreto, es solo un sueño y nosotros formamos parte de él. No existimos. Solo un sueño…

FIN