domingo, febrero 28, 2016

Astros...

Astros.
Miradas perdidas
En la infinidad de esferas grises.
Acompasadas huellas
Rastros de un mañana
Envolvente en el vasto callar
De las alas invisibles.
Viene la noche
Con su traje de nebulosas
Habitando la pesadez
De los sentidos
Al son de lo lejano
De tus labios
Mecidos por un viento
Que no cesa, que no cesa…



viernes, febrero 26, 2016

océanos...

Océanos. Cuerpos que emergen bajo la luz de acantilados. Aves alzan su vuelo a nuevas tierras. Tierras donde la sonoridad del astro sol les de beber.
XX:
 Ya estoy aquí. Aprisa, aprisa. Mi embarcar es precoz pero creo que adecuado. Ya sé de esa tormenta que avanza hasta lamer las lágrimas. Ya sé que este es mi hogar pero todo se hace torpe, todo se hace obsoleto cuando intento dar un paso. El hastío llega hasta mí. Me siento y me recojo y frente a ese mar revuelto llevo mis pensamientos. Tengo que huir, marcharme donde el destino elaborado piense en mí, me haga un hueco para la felicidad.
YY:
 No mujer. No te vayas aún. Espera un poco más.  Ya verás…ya verás que todo saldrá bien. ¡El renacer¡ en tu propia tierra. Sí, esa tierra que te vio nacer. Ahora quieres partir, alejarte del barullo de la miseria, de la pena. Tan aburrida estás…
XX:
Sí, estoy  aburrida. Cansada de siempre escuchar la misma aberrante tonada que toman mis pasos.  No más que eso. Aquí no hay solución. Busco y busco y solo encuentro zarzas entre mis manos. Rostros anónimos me despiden, despeinan cada vez que intento balbucear un sueño, una verticalidad.
YY:
Entiendo. Entiendo que este ambiente te ramifique por vertientes extrañas a tu origen. Sin embargo, te noto feliz. No sé por qué.
XX:
Por qué me voy. Sí, me marcho con mis maletas, con tono de ensoñación a nuevas lugares. Aquí no hay nada que hacer.  Tu bien lo sabes. Hasta luego te digo. No sé…espero que sea una despedida emprendedora de nuevos alicientes para cuando retorné.  Hasta luego amigo. Mi barca está ahí, esperándome.  Volaré los océanos y como guía los astros marcarán mi designio.
Si…sí, un techo donde abrazarme. Yacer con la placidez de un despertar sereno, tranquilo. Aprisa, aprisa me voy.
Océano:
Vienes a mí. Arriesgas tu vida cuando yo violento me vuelvo tempestad que has de cruzar. La valentía es brío en tu mirada. Ven, ven aquí.
XX:
Voy a ti. Me entrego a este viaje sin rumbo sin saber del retorno.  Aquí hace mucho frío. Prefiero irme bajo tu manto gris antes de estar aquí. Todo ha acabado en estas tierras.  Acógeme y llévame lejos, muy lejos donde el sol me guiñe con una sonrisa. Mira mis ojeras, mi palidez, tiemblo solo saber que mí mañana me inunda de oscuridad.
Océano:
Vamos. Cruzaremos mi cuerpo y te llevaré donde el sol brille otra vez. No temas. No te preocupes los cauces de la vida son muchos. Tú eliges tu vía. Venga, antes que anochezca. Verás otros mundos, otras atmósfera que tal vez calmen tus penas.


Océanos. A través de ellos enmarcamos nuestra esencia. Elaboramos una andanza para un nuevo mañana.

jueves, febrero 25, 2016

Pasillos...

Pasillos y pasillos.
Paredes grises
Donde el grito
Se hace mudo.
Caminar frente a espejos
Reflejos de la miseria
Rebosante de nuestros vientres.
Pájaros que vuelan
Tras estrellas fugaces
En la pobreza de sus labios.
Viejos recuerdos rajados,
Hogueras que se difuminan
A través de nuestro andar
Sobre océanos de la buenaventura.
Pasillos y pasillos.
Brazos nacientes
De raíces que embellecen
Nuestra verticalidad
Sobre estridentes atmósferas.



como tu quieras...

Aquí escondida. Cuanto tiempo eres secuela del dolor que engendra sueños del ayer.  Deberías, digo erguirte sobre montes nevados donde la calidez de los rayos solares alumbre tus nuevas singladuras. Permaneces aislada, rodeada de un que sin hacer mientras las horas dormitan en tu espalda ¿Por qué?, me digo. Ya no hay palabras para tenderte ese ánimo que te haga vertical. Lloras y lloras por las ilusiones perdidas. Lloras y lloras por el retorcimiento de tus huellas. Lejos, muy lejos donde habita el olvido.
Sí, esconderme. Sí, tu mirada, tus palabras. Halito valiente de hallarme en este rincón donde los robles se entregan a la pena. Me apetece, qué más da. Me siento cansada, aliada a una fuerza brutal que me filtra por permeables paisajes de la nada. Sí, esconderme, tras las tapias inaccesibles para mis deseos ¡Mírame¡…me siento cansada, martillos danzantes brotan de ese sol que con su quejido me hace ser esencia de la nada.
Mira…mira pájaros azules vienen a tu encuentro. Pájaros azules con la tonada de la vida, con la lluvia de un nuevo nacimiento distante de las amarguras. Mira…mira, aquí están, sobre esta cima donde el frío se nutre de tus pensamientos. Pisada fuerte, vuelos fértiles a través del arco iris que anuncia nuevas vivencias.
No…no quiero verlos. Ciega soy a su trinar, sorda a su vivo colorido. Aquí escondida, en las grutas de la desgana. No sé qué hacer. ¡Ay la huída¡ un arco de iris me persigue…qué hacer. Tu insistencia me seduce. Tal vez…tal vez algún día regrese pero  me niego ahora. Sola, bajo el sudor de estas montañas me siento bien.  Barranco arriba, corro. No me vetes mi girar y girar sobre mí misma. Aquí estoy bien con mí cavilar, con mi agotamiento.  Adiós pájaros azules. Adiós arco iris. Sola, sí sola. Mucho daño hay en mis entrañas. Tanto que enterrarlos sería brotar otra vez en otro mundo, en otro océano. Déjame en paz.

Adiós, me dices. Adiós, te digo. Cuando quieras…ya sabes…cuando quieras llámame. Me acurrucaré bajo las sonatas de la pesadumbre cuando piense en ti. Cuando piense en tu olvido. Ahora no tengo ganas de llorar por ti. Quizás mañana, digo. Quizás cuando tu respirar se convierta en granizo lloraré por ti. Como tú quieras…

miércoles, febrero 24, 2016

Nubarrones...

Nubarrones, mármol encriptado bajo las huellas del silencio. Viejos baúles que engendran el amanecer de nuevas palabras para el surcar en la belleza. Ay, la belleza…ronda perfecta tras los rostros bonancibles, honestos, sinceros tras las espaldas de lo grotesco.  Tambores y chácaras que indudables son ajetreo en el amanecer de esta nueva jornada. Nos  bañamos en el silencio del espíritu, nos vestimos uniformemente con el auge de un preñado paso que nos lleva por cumbres nevadas de amor.  Ay, el amor…lejano atavío incrustándose en las piernas, en los brazos con sus enormes alas negras. Avanzar…andar tras la esperanza, tras las balas de plumas blancas sobre nuestro pecho.  Avanzar…andar tras la paz, tras la eviterna sonrisa de un tiempo que pasa, que pasa…


martes, febrero 23, 2016

El bosque...

Y me introduje en la profundidad de un bosque. Un bosque que me distanciaba de la realidad. Sobre una piedra lamida por el musgo me senté.  Mis pensamientos se iban enriqueciendo con el amanecer no claro todavía ante la densa masa de las arboledas. Mis ojeras se disipaban a medida que consumía su aroma. No sé por qué…su frescor…su humedad. Me levanté, así, con mis brazos tatuados de arco iris para alcanzar algo de agua de un arroyuelo que cruzaba por mis ojos. Y bebí…Sí, bebí de esa agua aliento fugaz de los sueños, de la vida. El día iba creciendo en sentido de hilos solares que penetraba aquella corpulencia verde, muy verde.  Estaba aislada. Yo y el bosque. El bosque y yo. La nada circulaba con su calidez más álgida y grande eran las fuerzas que tomaba. Avanzaba en su cuerpo, en su forma al encuentro de no sé qué. No esperaba nada solo el edificante himno de la paz que se puede saborear entre sus carnes. Y me fui. Retorne a esa ciudad donde columpios de cementos y asfaltos me exasperan. El sol en su punto más alto. El sol en la sombra de mis ojos galopantes, galopantes en la huída. Me eclipse bajo mi techo y abrí ventanas hacia el monte. Un viento frío me inundaba, un viento estremecedor sobre los pilares de mi esencia.  De pronto la mirada del bosque vino a mí. Me pedía el regreso. Yo triste y desganada era lumbre de la negatividad.  Pero el vino…Sí vino con su humedad y frescor. Invadió toda la habitación de paredes blancas, muy blancas y un resoplido de verdor se impregnaron en ellas. Raíces emanaban a medida que se iban agrietando. No sé como una rama me invitó a elevar mi ser en sus entrañas. Retorné de nuevo en lo hondo del bosque. Por qué…por qué…no lo sé. Me estaba llamando. Sí, me llamaba…Me abracé a sus árboles. Como describir la sensación…extraña, inexplicable. Mi alma se lleno de gozo y dicha. Ser acogida por su silencio, por su paz…

lunes, febrero 22, 2016

Despedida (libro y artículo)



crepúsculo..

Crepúsculo
Emancipación de los cuerpos
Erupcionando el sudor de sus vientres.
Avanzando,
Violín roto en su tonada melancólica.
Roca a roca,
Besos eclipsados en la eterna lucha
Por el correr de la ida.
Adiós nos decimos
Adiós sombras negras
Sobre nuestros labios.


sábado, febrero 20, 2016

lágrimas....

Lágrimas.
Lágrimas.
Dolor.
Intemperie de los sentidos
En busca de los sueños.
Cansancio.
Heridas.
Hambre.
Alambradas de sangre
Sacrificando nuestra huída.
Refugio de cristales rotos
Donde el ser toma de la mano
Las grotescas lenguas de ortigas
De sus semejantes.
Lágrimas, lágrimas…
Tambores rebotan el hastío
Hasta la condena de nuestros pasos.
Somos imagen,
Somos reflejos
De nuestro, de vuestro mañana.
La nada,
Borrosas aristas rajantes
De nuestros vuelos.
El vacío,
Todo es vacío
Lejos, muy lejos
Donde las armas preñadas de desolación
Arrastra nuestra condición de ser
A la miseria, a la condición de brumas.
Lágrimas.
Dolor.
Muerte…


viernes, febrero 19, 2016

Aquí estoy...

Aquí estoy, frente a una alambrada de sangre y horror. El frío aprieta, el hambre es apestosa. No soy libre. Quisiera volar donde los colores de un amanecer bonancible me dé el don de vivir. Sí, vivir. Aire que me consume, aire que me asfixia. Esta atmósfera enrarecida, habitada de desastres, contemplando la risa rota de una criatura que parece desfallecer. Hambre y frío son mecenas de mis pasos. Pasos sin huella ante el negro de las miradas. Mi huída, nuestra huída  de un habitáculo colmado de destrucción. Ahora, aquí. Sí, aquí aunándonos en hogueras de frío y hambre. Ante mi una alambrada de dolor y rechazo.  Somos humanos. Sí, hombres y mujeres que desean el descanso. Me siento agotado. Miro atrás y la tragedia me persigue, me acosa. Qué hacer. No hay lunas ni soles en nuestro surcar cotidiano  de las penurias. Todo pesa. Sí, pesa. Mis fuerzas parecen apagarse, la desgana me da lumbre con un cierto reflejo de maldad.  Alas que se pierden, alas que se desintegra en el infinito de la herida, del llanto. Mis manos…ay mis manos, sonámbulas lágrimas tras la esperanza quebrada, rota… 

jueves, febrero 18, 2016

Roques helados...

Roques helados,
Frescor que impera en los cuerpos
Junto a una luna
Meciendo las mareas.
Aves cansadas,
Aves pintando el silencio

Con el gris de sus tonadas.

martes, febrero 16, 2016

El despertar de las mareas...

Pareces incrédula contemplando el despertar de las mareas en su réquiem eterno.  Violentas olas impulsadas por una atmósfera desequilibrada.  A qué vas…dime…peligras la sensatez. Ya sé que te apetece hacer frente al derribo de tus emociones. Pero no. Ven aquí, alarga tu mano hasta ser pulso de la mía. Nubarrones columpiándose en tu rostro, un viento rajante a cada huella de tu aroma que dejas atrás. Te persigo. Te avistó. Y desde aquí digo no. No luchar contra la aberrante brusquedad  de agua gris que se agita y agita en sí misma. Subo en una roca y te veo nadar y nadar al infinito de tus sensaciones.  Te veo ascender a ese firmamento que ya oscurece, un halo azul te acoge. Te has ido.  Has desaparecido en la serenidad del firmamento, tras esas nubes que anuncian tormento. Un resplandor se hace en un punto del cielo y me da la gana de pensar que se trata de ti. Sí, de ti, ave en el espacio en busca de otros mundos. Te has hartado.  Te has cansado y ahora vuelas y vuelas en la paz de otra vida, de otras órbitas paralelas y distantes a este globo. Mi globo…como se desinfla, como cae en los sótanos de la desesperanza, de la desesperación. Gritemos…sí, gritemos a los soles venideros que al alba son canto de la paz, de la justicia enarbolada en los corazones. Adiós amiga mía. No. No habrá llantos, miraré el universo y extenderé mis recuerdos en ti. Dichosos momentos de aquellos años…sí, aquellos años cuando los rostros radiaban calma.




Miradas...

Miradas desfilando en el auge de la fuerza  que deriva edificantes del aliento de los volcanes. Miradas que tras el frío no se esconde tras muros quebrados por el sollozo de alguna alma que converge bajo los efectos de las ojeras. Miradas, latidos de sonrisas  que ennoblecen los barrancos que ascendemos  sembrados de flores hasta no frontera ilimitada a las voces de la humanidad. Miradas tardías cuando la vespertina fragancia sacude con sus astros prematuros. Miradas…miradas…miradas que insuflan el alimento de nuestros corazones, de nuestros pasos a través del tiempo.

domingo, febrero 14, 2016

Tal vez estés soñando...

Tal vez estés soñando. No sé, te miro y la distancia es cómplice del negror de tus ojos. Sí, lejana. Constelaciones que se pierden en el más allá de este universo. Tanto,  que te busco y te encuentro en las planicies abisales de lo incierto. Todo es oscuro. Todo oscila torno a hogueras sutiles que se disuelven cuanto te hallo ¿ Estás soñando?…sí, un sueño largo y feliz que te hace atravesar cordilleras indefinidas donde mis labios no alcanzan.  Sigue así a través de ese sueño quizás te salve de cada retumbar de la insensatez de esta esfera. Aquí te espero, para cuando despiertes. Tal vez estés soñando. ..por qué no los soles se desperezan en cada amanecer y vienen con el canto de los océanos que pueblan este rincón del cosmos. Sueña, sueña…eco de arco iris donde cabalgas a trote fuerte hasta llegar a ese cenit te encuentras contigo misma. No sé si te lo he dicho, si me has escuchado pero aquí te espero. Sigo con mi rumbo embarcada sobre suculentos roques con vistas a tus ojos, tus negros ojos.  Tal vez estés soñando…

sábado, febrero 13, 2016

Andando, andando

Andando, andando iban de la mano. Unas manos ciegas al tacto, rajadas por el sonido de la vida que se iba deteriorando. Andando, andando llegaron a un rincón donde una cascada lucia una vestimenta blanca agresiva, muy blanca. Ahí se detuvieron, se miraron y de sus labios emanaron palabras a la brisa vespertina que los acogía.
XX: Estoy cansada. Sí, muy cansada. La pesadez de la monotonía de los días se afinca en mi espalda y parece que no avanzo. Ahora estás junto a mí, frente esta cascada, con el rigor de tu mano poseyendo la mía. No siento nada. Tu calor se evade por grutas ocultas donde el amanecer no tiene cabida, donde el amor se disuelve a expensas de un agua que corre y corre a la nada. Qué hacemos. Esta es nuestra última parada. Ya no más. Debemos distanciarnos, recorre caminos distintos a nuestros sentidos.
YY: Sí, agotada. Pero quizás…No te entiendo. A lo mejor con el tiempo las aguas se vuelvan mansas. Lluvia de cristales retozan sobre nuestros vientres. Lluvia de una ilusión que se desangra con el meneo de los días. Qué hacer…Qué hacer para que volvamos a ser golondrinas de nuestros soles cuando el amanecer nos acecha ¿Alejarnos? Por qué no. Ahí hay una cascada que corre y corre con una fuerza brutal. Por qué no penetramos  en ella. Tal vez esté la repuesta de si continuar o abrirnos por rutas diferentes.
Cascada: Venid, venid…Abrazarme bajo el influjo de mis aguas. Yo eximiré de vuestra rota sensaciones.  Ya la bruma os bloquea. Hay que volar. Sí volar a mundos distintos por algún tiempo. El descanso. Sí, el descanso os dará aliento para jornadas venideras. Ahora, vacío.
Andando, andando atraviesan la cascada. Esa cascada fuente de lucidez. Tras de ella un espacio distinto, un ambiente donde se enhebra los caídos en el amor. Mojadas se sienta una frente a la otra con el calor húmedo de una gruta oscura, muy oscuro. Se escucha un quejido, un quejido que viene de sus entrañas. Son los enamorados, los amantes que en el dolor de la dejadez se encuentran ahí, en la gruta. Intentan mirarse, la luminosidad de los ojos huye y huye. Todo perdido. Algo se aproxima. Ellas ni se inmutan. Son los espíritus de amores perdidos, de amores llevados a la decadencia. Cada uno absorbe cada una de ellas. Se disuelven, se separan, se fragmentan hasta caer en las esferas de otros caminos, distintos.


viernes, febrero 12, 2016

Rostros ocultos...

Rostros ocultos
Universo que se dilata
A medida que congregamos la danza
De galaxias que se expanden y contrae.
Comencemos una nueva alba
Donde los pájaros anuncian, cantan
Al breve surcar de los sueños.
Todo se pierde
En la maravilla del nocturno,
Ya lejos, ya en la jerga de soles
Brindando el sabor de una lluvia
Ya ida, ya obsoleta en el tic-tac, tic-tac…
El frío es tardío,
Complacido por una bóveda
Exprimidoras de rayos celestes,
De cataratas insomnes
En el transcurrir de las jornadas.



jueves, febrero 11, 2016

Evocar...

Evocar el rito sumergido en las aguas de la esperanza. Evocar la danza con el rigor de lágrimas mientras el astro rey es guiño inconfundible de que todo pasará, de que todo será olvido sobre las rocas amorfas que degüellan la pena. Evocar el silencio….Sí, silencio azocado por la lumbre de antorchas que no ya no gimen ante las escenas del destino. Sí, silencio, un aguacero de redes nos hace escalar hasta una cumbre borrosa. Ya estamos aquí, en la cima que llama a la vida, a la vida….en la cima que recala en los sentidos de nuestra verticalidad. Ay, el peso se hace brumas a nuestras espaldas ¡Márchate maldito¡ Evocar el aliento de los pájaros cuando la noche se emancipa del día. Grutas con un canto gutural anunciando la despedida, evocando la paz entre las manos sin garras 

miércoles, febrero 10, 2016

Atardeceres...

Atardeceres entre nubes con sabor a cercanía. Playas vacías, eco sonoro del descanso a medida que cuerpos invisibles se vierten bajo una barca sin destino. Arrugado océano, madre de nuestro exaltamiento mientras las tranquilas gaviotas se evaden de la jornada. 

CREPÚSCULO.....

Crepúsculo.
Barcas vacías a la deriva.
Mis ojos,
Ausente latido del amanecer.
Aquí vienes,
Vienes con un beso
Que exhala el llanto.
Vete.
¡Vete de aquí¡ te digo.
No más penas,
No más lágrimas
Rondando la dejadez.
Me invade una cierta atmósfera
De neblinas y caos.
Ando entre bosques de agujas
Cuando tú aliento
Anuncia torrentes de sangre.
Vete.
¡Vete de aquí¡ te digo.
Que venga el sueño
Luciendo su traje de colores
Con sabor a vida…a vida,
Con la fragancia de la esperanza.
Aquí estoy, esperando,
Aguardando la ruptura
De rostros con lágrimas.
Viento que viene,
Viento que va.
Y siempre lo mismo, lo mismo…


martes, febrero 09, 2016

Febrero....

Estamos en febrero, el andar de los días son cenizos. La lluvia se cansa y no quiere derramar su vida sobre nuestros hombros. Paseamos hasta que la luz de la tarde nos distancie de cierta melancolía del aroma que vuela detrás de nuestros ojos. Tras una esquina las ojeras del tiempo, la decadencia de unas violentas mareas que traga almas. Ay, ese océano…danzante con la vida que se va bajo las tinieblas del hambre y la sed. Muertes y más muertes. Pronto regresamos al regazo de una huida y nos olvidamos aquello que nos lastima, que nos retuerce bajo la fetidez del dolor. Adiós, decimos a esos seres que ahuyentan la pena. Hijos del océano venid, venid con vuestro espíritu valiente a estas tierras donde el sonoro retocar de la vida es arco iris donde cabalgamos. Venid, venid…tras el agotamiento de esas murallas de sal y espumas para el descanso. 

domingo, febrero 07, 2016

Una acera gris...

Una acera gris. Un sol que sutil comienza a desperezarse. Ventanas que miran el despertar de una bóveda aun callada. En vertical se asoma. Recoge la brisa inagotable de las primeras horas. Su aliento se mezcla bajo el rito de sus párpados cerrados. Qué será…qué será de esta jornada que enciende las flores, se pregunta. Yo aquí, pausada, lenta, rememorando cada instante de mí recorrido por los pedregales sedosos del amor. El amor que se va, que viene, que arrastra por los innumerables quebrantos y placeres. Tengo que hacer caminar este cuerpo mío, retozar bajo las cascadas que la vida te ofrece. Este paisaje que contemplo se vuelve hoy sonoro, con el mestizaje de colores que auxilian el elevarse por los horizontes donde el eco de gaviotas menciona la bienvenida. Sí, bienvenida sea el corretear de una mañana que enjugará sus dedos de solares en el andar y andar por una acera gris. Ay, el amor. Por el soy pétalo retorcido que se atraganta en mis entrañas. Iré a por él. Irá a por el por esas aceras grises que le dan la mano. Tal vez, esté ahí. Esperando, esperando….el surcar de sus vientres bajo las aguas de la plenitud. 

sábado, febrero 06, 2016

Y nos trasladamos...

Y nos trasladamos al solemne silencio de las vastas callejuelas del ayer. Sueños perdidos, abandonados silencios donde el resonar de una tenue brisa nos brinda sosiego.  Sí, silencios donde el enaltecimiento de lo añejo nos persigue a través de los sueños. La jornada gira y gira ante perros invisibles que ladran al vacío, a esa nada que oscila en nuestro yo. Cuerpos que se disipan bajo las piedras de la conciencia que en caravanas se yerguen al reposo, a la calma de tierras abandonas al callar. 

jueves, febrero 04, 2016

Debes nacer...

Debes nacer. Albergar ese ritmo de la atmóssfera que te trapa, que te traga, que te auxiliar en la sucesión de los días. Te embarcas bajo la brisa nocturna con el insomne grito del llanto. No te dejas mirar bajo los reflejos de los espejos de ojos que observan el discurrir de tu pena. Ven aquí, te digo. Ven donde la fragancia matutina despierta para ser engendrar del andar por las aceras de una sonrisa, de un añejo recuerdo que te inspire el sabor de las siemprevivas. No a los pozos hondos donde se encienden cadenas de mortandad. No a las mareas agresivas donde se asfixian los sueños del mañana, del mañana…Debes nacer. Emanciparte de las colonias de punzadas que sobre tus hombros pesa. Sí, pesan y pesan…ya lo sé. Agárrate fuerte amiga, amigo y sobrevuela las cumbres con la belleza esperanza.  

Variaciones....exposición mañana inauguración en el Museo Domingo Rivero a las 19:00 horas

Y casas. Sí, casas y más casas viejas donde el surcar de los años no las hacen caer en la precariedad. Espacios vacíos donde el ser humano se inunda de silencio y soledad. Verdes campos, yermas tierras donde todo surge al compás cierto de la vida. Acuarelas el por qué de esta ramificación de mi ser. Será una necesidad de estudio, de completar aquello que me gusta  y amo. Calles abandonadas al son de una brisa tenue que despacito son mareas donde un Roque roto se emancipa de la realidad.  
Silencio,
Callejones envueltos
En un firmamento azul
Bajo la sombra de un pincel

Que camina y camina