Evocar el rito sumergido en las aguas de la esperanza.
Evocar la danza con el rigor de lágrimas mientras el astro rey es guiño
inconfundible de que todo pasará, de que todo será olvido sobre las rocas
amorfas que degüellan la pena. Evocar el silencio….Sí, silencio azocado por la
lumbre de antorchas que no ya no gimen ante las escenas del destino. Sí,
silencio, un aguacero de redes nos hace escalar hasta una cumbre borrosa. Ya
estamos aquí, en la cima que llama a la vida, a la vida….en la cima que recala
en los sentidos de nuestra verticalidad. Ay, el peso se hace brumas a nuestras
espaldas ¡Márchate maldito¡ Evocar el aliento de los pájaros cuando la noche se
emancipa del día. Grutas con un canto gutural anunciando la despedida, evocando
la paz entre las manos sin garras
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