martes, abril 13, 2010

aire3




Corrientes de serenidad
Se incrusta
En las llanuras de mis yemas

Sombras de la tarde (poema)

Sombras en la tarde
Cuando esferas de coral tejen el ánimo,
El hilillo que los sueños forjan
Para ser estrategia de la alegría.
Las gélidas caricias se difuminan,
Se quiebran en las bocanadas de un cielo
Cuyas nubes animadas por la esperanza
Describen el resonar de los corazones.
¡A danzar¡
¡A danzar¡
Que la sombras de la tarde
Embellece el ritmo trepidante
De los océanos,
De los montes
Arraigados a la maravilla
De ser manantial de la sabiduría.

lunes, abril 12, 2010

divagaciones de una tarde



Mi jardín de azucenas
Tras la riada de un clamoroso árbol de la felicidad
Naciente de cumbres arrendadas a unos céfiros
Cuyas raíces son esferas de lo que forjan nuestros sueños

Divagaciones de una tarde


Pueblos, remanso de esa paz cuando el mediodía nos deleita con el ronroneo de la brisa como directora de orquesta de los pájaros y palmeras.

Ventiscas se invierten




Ventiscas se invierte
Con el apogeo de un nuevo amanecer
Donde los cuerpos ambulan
Al son de la intemperie
Por las sendas del amor,
Por las palabras del arco iris
Bajo un viejo árbol.
La debilidad no se muestra
Solo la sombra de eso que fuimos
En un ayer que ahora solo sirve
Para fortalecer nuestras almas.
A hurtadillas nos enredamos
En otros labios con la sequedad
De las noches en que ese decorado inmenso de estrellas
Nos embriaga del grandioso sueño
Del cariño esperado,
Del barranco por cual ascenderemos
Hasta ser noches de sol.

sábado, abril 10, 2010

El albatros y el naufrago

Sus alas apagadas y cansadas era vuelo amargo. Exhausto logró llegar a una isla. Una ínsula pequeña cubierta por el manto amarillento de su arena y rodeada por un océano azul que apaciblemente entonaba el canto de los náufragos. Casi cuando poso en esa tierra lejana, misteriosa y desconocida no podía andar. Las aletas de sus patas daba pasos confusos, todos llenos del tormento por el que había pasado. Una marea negra en aguas donde solía pescar estaba liquidando todo ser viviente, toda su hermosura. Creía que iba a perder el conocimiento, eso creía. Que ahí en esa isla no estaba habita. Pero sí albatros, en la isla vive alguien. Alguien ajeno al ronroneo de toda polución. Alguien que como tu también ha llorado por todo lo que habéis perdido.
El andaba descalzo por la orilla, con sus pies desnudos jugando con la espuma. Era superviviente de esos naufragios cuando la mar rabiosa y cruel los expulsa o se los traga eternamente. Hablaba con las olitas, con la refrescante brisa que correteaba por su piel. Escuchaba incesantemente la sinfonía de la naturaleza, una naturaleza que le hacía respirar de toda la belleza de aquel lugar. A lo lejos divisa algo por la misma línea serpenteante que anda él. Sí, náufrago. Tu soledad será en lo sucesivo de tus días en lo que eres coloquio con el reino natural recompensada. Se aproxima. Observa una gran ave cuyo plumaje anda envuelto en negras brumas, brumas de la muerte.
- Hola amigo. Ya veo lo que te ha pasado. Pareces muy fatigado- dice el naufrago.
- Si, me creo morir. Mis alas, mi plumaje, mis patas…-contesta el albatros sin casi poder hablar, sus palabras se iban, solo un silbido que el naufrago intenta descifrar
- No te preocupes. Yo te cuidaré y verás que podrás tomar vuelo de nuevo por los mares de tus sueños- le comenta el naufrago mirando a esas esferas azabache donde las lágrimas y la tristeza cuece su imperio.- No vas a caer en esa fosa oscura como tus compañeros. Toma, bebe un poco de agua. Te limpiaré y ya verás. Ya verás.
- Gracias amigo mío. Bello amigo.
- ¡Bello amigo¡- suspira el naufrago- Palabras que da sentido a mi existencia. El peso de la amistad nos acompañará y tú serás de nuevo alas y alas que vuela en los círculos de la libertad.

viernes, abril 09, 2010

Paraísos donde el silencio es vaivén del azul de las mareas.

Que lástima.....(poema)

Qué lastima,
La debilidad de los seres humanos
Desluce el precioso vals de las mareas
Con el naufragio de sus corazones
Que entonan el fallo de las orillas que se alejan.
Qué lastima,
La debilidad nos eclipsa en el último aliento,
En el último suspiro
Presa de del callar de nuestras caricias
Cuando el alba arrumba por tierras lejanas
Donde tú y yo somos ecos sin voz.
Qué lastima,
Naturaleza muerta en el mortífero
Manto negro sobre corales
Donde el blanco retozará ahora en su piel,
Donde aves marinas jugarán con la muerte,
Donde algas y peces torturados
Contemplarán dolidos el famélico asesino
Como traidor de los océanos
Qué lastima,
Trágica luna gris
Entre lodazales de polución
Con el gemir y gemir de un herrerillo
Arrastrado por una atmosfera turbulenta.