domingo, mayo 31, 2015

Y eres blanca...

Y eres blanca. Que te digo que sí. Con una atmósfera bonancible a ras de tus  pupilas que desaparecen cuando la noche llega.  Bajo un puente te escondes ante las maléficas fuerzas que te tiran, que te arrastran, que te rajan cuando con tu verdad intentas subir a una cumbre escurridiza. Te entregas al aire que te merodea y alzas el vuelo entre los montes donde la sombría balada de la brisa hace crujir el malestar de sus savias. Talas que descalabran lo que respiras, el dolor te llena, el dolor te persigue, el dolor se te asienta sobre tus espaldas. Y eres blanca. Como qué no…Mírate, observa frente a un espejo y veras  a esa persona que te recorre.  Ya sé que te doy lata con mi palabra, no puedo evitarlo. Solo verte me sumerjo en mundos extraños donde la ensoñación aterriza en mí evocando el hechizo de los riachuelos que vagan por tu cuerpo.  Ahí bebo. Me lo permites…Gracias…Y mi vida da un saludo a esta noche que viene con toda su bondad, con toda su tersa mirada de astros que reman y reman hacia el amor.  Y eres blanca, y eres vuelo entre el follaje majestuoso de unas calles solitarias cuyas farolas  no iluminan todavía. Ven aquí, te digo. Besa este cuello que te espera…

sábado, mayo 30, 2015

Una muerte...

Una muerte suena en un violín de habitaciones blancas, refugio de las pardelas.  Se entrega a la fuerza del oleaje que viene, que va con un susurro de nostalgia.  Se entrega a las bellas hogueras que una luna danza en melancolía. Abrazada a una roca lisa se llena de la respiración de las mareas, de la espuma blanca que las caracolas arrancan de las entrañas de las profundidades.  Un enorme quejido la induce a ser espalda de esa sala donde un violín anuncia la muerte.  Navega por parajes donde la espesura exuberante de las alas la hacen columpiarse a ras del océano.  Un océano viejo y cansado. Rota, cansada, hastiada, en el herrumbre de su ser se levanta y con sus ojos abiertos traspasa las fronteras de la desigualdad en todas sus esferas. Más allá le espera el creciente musgo que suavizará el detrimento de una esfera de crepúsculos marchitos, de deshilachadas sensaciones. 

miércoles, mayo 27, 2015

No sé...

No sé donde nací. Te lo puedo jurar por las fuerzas del universo que influyen en nuestros ritmos de vida. Solo recuerdo caravanas y más caravanas que se dirigían sin dirección propia por las dunas del desierto.  Supongo que en algún lugar habré brotado, habré emanado de ese vientre que con sudor y dolor me trajo a este mundo. Trato de averiguar tu empeño. Qué más te da mi procedencia. Vagas sintonías asociadas a vergeles me inducen a testiguar que soy hija de arena, de aguas cristalinas donde en el descanso se ha de beber. No. No me preguntes más. Da igual mi poblado, mi ciudad , mi país, soy hija de esta tierra que a veces parece sangrar y sangrar. Observo cómo se derruyen los boscajes inmensos por no sé que causa. No me interesa, solo el verdor de su follaje que da respiración a este planeta. Observo como la pobreza insuflan cuchillos ardientes sobre este mundo. Entonces…¡Enderézate esfera azul¡ Da condiciones de vida equilibrada a esos.  Si, a esos los cuales la muerte temprana respira de sus alientos. Por qué insistes. Estoy aquí ¿No me ves? Soy lo que soy. Yo y yo. Mujer traída a la tierra con sus defectos y destrezas. No más. No importa la procedencia de mi sangre, esta sangre que corre a través de salvajes prados hasta hallar el éxtasis. Sí, el éxtasis. No, no lo comprendes. Galopar y galopar por las colinas resplandecientes bajo el hechizo de la luna, bajo la tibieza del sol. Me da igual lo que pienses. Aquí sigo…y solo te interesa mi cuna. Qué más da. Mírame. Te lo ruego, mírame. Me amas o no me amas. Deberías de desatarte de los prejuicios que en ti se han  infiltrado y mirarme. Sí, mirar la gruta de mis sensaciones. No. No seas pesado. No sé donde nací. Por mi discurren la leve azotaina de una brisa que me lleva, que me conquista a ser mujer que va de roque en roque al encuentro de su yo. No lo martirices con tus preguntas.  Ya veo el pinzón azul. Aleteando con su fresco haz de belleza. Lo perseguiré, tal vez ahí encuentres la respuesta

lunes, mayo 25, 2015

Un ángel cae...

Un ángel que cae. Secuelas que seducen el renacer de una nueva energía en el sentido de las alas plateadas de la lluvia. Lágrimas que emocionan, que se derraman en un vaso torpe como agua que bebes.  Andamos bajo el influjo de un mundo de arboledas pronuncian palabras tersas. Las seguimos y somos singladuras de un viejo baúl secretos de nuestra reconditez. Secretos que se expansionan y contrae como el universo que nos ampara. Rastros de luna vieja se mueven en ellos  condicionando el quehacer del mañana. La vida que surge con su haz tembloroso a ras de nuestros ojos, la vida que brinda cada huella dejada atrás. 

domingo, mayo 24, 2015

Miradas lamidas...

Miradas lamidas
En la vertiente de una persiana
Que abre, que cierra.
A rastras con sus hombros desnudos
Decayendo en los acantilados
Donde pardelas emocionan con su grito.
Te sujetas a los alambres espinosos
Que desembuchan tus miedos, tus temores
Y el vuelo alto se pronuncia
A través de roques difuminados
Con el lápiz de tus labios.
Intentas huir y huir
Gangrenando cada paso incierto de tu inocencia
Y te vez alta, bella en la cima de una columna
Desembocante en cráteres espumosos
Del que respiras el amor a la vida.


jueves, mayo 21, 2015

Mira, observa...

Mira, observa. Sí, si… Allí en el horizonte. No ves figuras de nubes naranjas que se entrencan al ocaso. Como que no las ves. Que no distingues formas corpóreas que se van extinguiendo a medida que la jornada se apaga. Mira, observa. Estos ojos que ven las esperanza de una orbe mejor. Que se consumen con el tiempo. Si, si…el tiempo, se va y no quiere prolongarse sobre nuestras manos. Estamos mayores y el día a día es va con tanta celeridad que a veces confundimos las horas, las estaciones. Mira, observa…el resplandor ininteligible que nos espera después de nos hallamos ido.
Te escucho. Miro y observo donde tú quieres. Pero nada más que siento un amargo placer…será el cansancio. Esta fatigo que por muchos años nos han visitado. Miro y observo  y solo veo nubes descoloridas, no me dicen nada. Sí, nada ¿Cómo alcanzar lo que tú ves, lo que tú sientes? Es todo tan remoto que ya nos queda exclusivamente las profundidades del vacío. Me hallo vacía. Dime tú como surgir y ser brío para que esas nubes que tanto admiras me comuniquen algo, alguna cosa, por muy poco sea. No cierres los ojos mujer. Intento mirarte y la oscuridad de tu iris me dice que hemos de marcharnos.
Mira, observa…oh ya se han ido y solo queda la noche. Una noche donde el follaje de las estrellas nos entregara lo hermoso que esta atmósfera que anda alrededor de nosotros.  Bésame querida mía. Sí, ahora, por qué no. Nadie nos ve. Estamos sola ante la mirada de las constelaciones.  Un día verás que todo mejorará, no más incertidumbre donde pisar, donde no mirar para que las espadas en carne viva no tropiece con nosotras.  Ahora, bésame…Mira, observar…los montes ahí debajo, con sus siluetas negras meciéndose, rasgueando al son del viento. Sí, precipitémonos bajo la oda del amor.

Te escucho mujer. Sí, el amor. Ese sabor de tu piel, ese relampagueante embrujo de tu sombra sobre la mía. Vivamos.

martes, mayo 19, 2015

Debajo...

Debajo de los arroyuelos que suben y bajan. Izando los trinos muertos de los pájaros inconclusos  en su perdida.  Arboledas que erectas danzan a la melancolía y un adiós de los valles aislados por la frondosidad de su gris vegetación.  Y yo aquí, en la ensoñación de que tal vez algún día logre verte. Mientras, los ojos olivinos apagados se pasean por la derrota de una lágrima que vuela y vuela frente a los muros de la vedad.  Mientras correr a través cumbres insomnes donde las brasas embriagadas de la exuberancia de la espera escucha el pacer de un jilguero. Debajo de las derrotas, acostada con el canto de senderos que te llevan al silencio.  Así me siento, digo. Nubes marmóreas me visitan. Un llanto que se vuelve caída por pedregosas  curvas donde el dormir se hace perpetuo. Y yo aquí arropada por una música que va, que viene pronunciando palabras de amor. Sí, sola, entre acantilados afilados y el aliento gastado.

domingo, mayo 17, 2015

Y vendrás...

Y vendrás…
Con el fuego insomne
Que vela tus singladuras
A ras de una jornada borrascosa
Donde las aves gritan al viento.
Y vendrás…
Con tus manos aferradas
A un vasto bolsillo
Donde guardas tus emociones.
Sí, en secreto
Para cuando la desolación concluida
Sea mareas de los deseos.
Y vendrás…
Llorando bajo un almendro sin flor
Arrimando la añoranza
De la vida, de la vida…
Brisa que se consume.
Aire que no logras alcanzar,
Una respiración profunda.
Inspirar y espirar.
Espirar e inspirar.
Y vendrás…
Cuando los días cansados

Acaricien tus ojos en blancos.

sábado, mayo 16, 2015

FLORES...

Inquieta. Se podría decir que estaba intranquila cuando asomaba sus ojos grises al balcón para olisquear sus plantas. Se le encendía un no se que de emoción cuando comprobaba que eran bien bellas, bien perfectas. Sus ojeras tras noches de insomnio se marchaban, abrían la puerta y en silencio se evadían hasta que la luna regresara a regar sus sueños.  Pero hoy….Hoy sus flores amanecían maravillosas ¿Por qué?, se preguntaba ella. En días anteriores estaban decaídas, como sin aliento para vivir.  El astro rey se regocijaba, la miraba en su felicidad.  Si, hoy me tomaré un respiro, les dijo a sus plantas, daré un paseo por cualquier parque y me olvidaré de vosotras por unos instantes.  Qué jornada tan elocuente, tan enhebrada a la sustancia de la vida, tan dichosa. Fue al parque más próximo. Su paso lento llenaba su cabeza de pajarillos pensantes que la redujo a sentarse en un banco.  Desde ahí observaba todo ser que ambulaba ante ella. La anciana con sus perros en busca de esos gatos callejeros para alimentarlos, los enamorados que de mano danzaban el gozo del amor, el atleta que con su sudor dejaba atrás sus penas, sus derrumbes.  Se acordó de sus plantas ¡Qué bonitas estaban¡ Todavía en su cavilar la atiza una fuerza superior a ella, el por qué. No entendía. Antes marchitas y ahora verticales como veleros que avanzan contra las mareas. Se levantó. Retorno a su casa y casi corriendo se fue hasta el balcón. Allí estaban, bien puestas, bien lindas.  Por su mejilla corrió una lágrima. Lágrima que a su corazón llegaba ¡ Ay mis pequeñas me dais vida¡ Llenáis mi soledad con la exuberancia y riqueza de vuestro don.  Permanecer así. Así, tan bellas hasta que la muerte sea fosa profunda que me evoque. Mientras os cuidaré.  Se dio cuenta que las flores la miraban y que una a una los pétalos se iban cayendo sobre sus rostro. Una fuerte emoción se apoderó de ella. Aquellos pétalos mezclados con sus lágrimas se transformaban en nubes de corazones de colores que ascendían hasta el firmamento. Supo que era su hora, la despedida. Ella y sus plantas. Sus plantas y ella

viernes, mayo 15, 2015

Colinas hechizadas

Colinas hechizadas
Hiladas mareas
Conquistando las brumas del ocaso.
Solo el tiempo que pasa
Tic-tac
Tic-tac
Y otra vez la serena
Lluvia de siemprevivas
Avivando nuestros sentidos.
Brasas que confunden
Desnudos cuerpos
A ras de un vertical horizonte
Abogando por sus deseos.
Sudor.
Exhalación de cumbres.
Hogueras nocturnas
Que confunden el beso.

jueves, mayo 14, 2015

Un tul...

Un tul purpureo envuelve los sentidos, yertos con el auge de la jornada. Caminamos por serpenteantes laberintos en búsqueda de la verdad. Hallamos piedras negras, piedras blancas que nos guían por la senda de la realidad. Un llanto parece que sintoniza con nuestro encuentro. Hogueras de nostalgia nos invade con el ir y venir de imágenes que se expansionan en nuestro recorrido.  Te cansas. Te agotas. Desfalleces, arrancas el traje que llevas puesto. Un traje a rayas con la verticalidad del sol y con tu desnudez amaneces en una llanura donde margaritas danzan a son de los silbos de las aves. Te preguntas que haces aquí. No lo entiendes. Tus lágrimas irradian luz, destellos que pétalos caídos asumen como suyos. Te echas a correr y correr, travesía entre la verde hierba y  algún que otro árbol. De repente la bruma, una bruma que cae sobre tus ojos abiertos. Buscas la salida, alas de mariposas te acompañan, siguen tu paso. No sabes a dónde vas. Te da lo mismo. Cuevas que se tornan mensajeras de las telas de arañas que amputan tus pisadas. Te sientas. Y dices sentirte bien. Sí, en esa distorsión de la vida que avanza. Pájaros de colores se posan sobre tu hombro.  Pájaros que van y vienen y por dentro te sientas vivir. Te entregas a la brisa y vuelas y vuelas donde la imaginación alcanza lo inexistente. 

lunes, mayo 11, 2015

Cuerpo latente...

Cuerpo latente.
Eclipsada mirada
Emancipándose de las arrugas
De una montaña
Que ha de ascender.
Sorber de la luna.
Nutrirse de astros
Que en bandada seducen
El ritmo de lo bello, de lo bueno.
Manos en vertical.
Senos al viento
Pronunciando el libre canto a la vida.
El mecer de una rama
Que lejana se desvanece en la sombra negra
De la atmosfera nocturna.
Aquí, ahora
Recordándote, mimando con esbozos al firmamento
Tu nombre…
Si pudiera…
Si pudiera…
Olisquear tus ojos
Con los manantiales profundos de un suspiro
Que sería de mí.
Que sería de ti.
Una nube gris que pasa y pasa,

El vacío de nuestros pasos. 

Ven, ven...

Ven. Ven aquí me decía la mar en lo alto cuando las caracolas eran melodía del rubor de las olas. Ven, acaricia tu cuerpo con el salado manto cristalino que mi cuerpo tiende para ti. Y yo iba, insomne, con la desnudez de mis manos, de mis pies, de mis senos a la deriva de los náufragos. Conformábamos una sola, las olas y yo, yo y las olas. Nutrirme de tus entrañas donde peces de colores llaman a las hogueras de la vida fructífera. El firmamento dispara nubes, nubes cenizas que en su animación se van, se alejan hasta que esa bola de fuego y calidez se planta sobre nosotros.  Ahora que no hay nadie en la orilla de los sentidos me muevo con el vaivén de una pequeña brisa. Necesito danzar y que las algas y estrellas marinas aboguen por mi ritmo sin prisas. Ven. Ven aquí me decía el océano, mécete en las aguas transparentes de la calma como estatua de mármol eterna.  Saluda a este nuevo día. No con desdicha, decía. Sino con los sueños que imperan en nuestra sustancia. Ven. Ven aquí amante de los sueños que no se evaporan con el suceder de los años. Aquí estoy, para ti. Si, digo yo. Ya voy. Voy con alas verdes de una fragancia salina que induce calma. Voy con mis deseos de ser vertical en las vertientes del crepúsculo distanciándome de ese mal humor característico de las miradas sin luz. Ven, ven, me dices….



sábado, mayo 09, 2015

Serena...

Serena. Al unísono el alba se eleva para observar las calles que comienzan a ser sombra de nuestras pisadas. Un amanecer donde los pajarillos de la primavera lucen sus trajes más coloridos, donde las flores son ese eco remoto de un blancor que espanta a las nubes por una bóveda pintada de celeste. En equilibrio y con la monotonía de los rostros andamos hacia el infinito de las mareas. Ese océano frente a nosotros que viene y que va con su espuma, con sus algas, con el álgido tono de las caracolas…Pensativos nos arrugamos hasta besar nuestro vientre y vagamos por mundos invisibles a nuestro tacto. Tal vez sea un sueño, quizás una esperanza pero que emocionante es mirar el barrer del oleaje cuando el sol asciende. Algunos dirán que ves, digo yo. Pero si. Ese mecer de las olas con su canto verde azul halla la magia para pacer en paz. Me arrimo. Me desnudo y mis pies es fresca cosquilla de su cuerpo mientras paseo por la orilla. Y el día se levanta emancipándose de la brisa fresquita, de las brumas que anuncian pesadez. Continuemos. Sí, por esta orilla. A lo lejos cachalotes se confunden con una piedra estira y vasta. Los observo, su libertad nos lleva por lugares desconocidos, misteriosos, asombrosos llenos todos ellos de belleza. Lugares que quizás mano humano haya palpado. Mejor, pienso.  Nuestras manos hirsutas pueden estropear la hermosura de la naturaleza, de esa atmósfera profunda. Pero vamos amigo, amiga contemplemos lo lindo de esta mar que nos brinda con sus especies.  Desde aquí. Sí, desde aquí se ve bien. No hace falta invadir su territorio para que se espanten. Y las olillas acarician mi piel. Jaja..Feliz me siento. Pero vamos amigo, amiga a seguir por esta orilla desde que de la belleza perfecta nos podemos alimentar. Serena y el día avanza, paso a paso, con el golpeteo de las olas sobre las rocas. La marea sube y sube ¿ Qué hacemos? Nos quedamos. ..Mejor será irnos. Sí marcharnos hasta que mañana  el din don de las campanas del crepúsculo nos avise.

miércoles, mayo 06, 2015

Un piano...

Un piano.
Cuerpos que se desvanecen
Con la tonada evadida
Por las  cumbres de la respiración.
Inspirar y espirar.
Notas que en armonía
Trepan por un añejo rosal
Cuyos pétalos crepúsculo de la aurora
Anuncian antiguos sueños.
Brechas que se abren
En conquista del equilibrio
Y la música como arco de colores
Que nos condiciona en el hacer, en el estar bien

Bajo su influjo bello. 

martes, mayo 05, 2015

Dices,,,,

Dices de expandirte entre diques y dejar que el océano te abrace. Que venga a ti con la luna pálida entonando alguna vieja canción de ramas secas. Dices que te vas por los senderos serpenteantes donde la luz del astro rey empuja tu ánimo a avanzar más y más hasta ser cómplice de los campos llanos donde las arboledas torcidas marcan tu destino. Dices de un beso al viento que se azoca bajo las aguas plateadas de una laguna de que la emerge peces azules, aves verdes en evocación al amor. Dices adiós, sin más, que la duras de la estaciones de antaño no te permiten alimentarte de las nuevas que trae la brisa. Brisa que viene, brisa que va con los sentidos de tu alma arrugada por el peso de ojos cercanos a tu memoria. Mírame te digo en el vertical vuelo de tu esencia, rocas que añicos son sombra bajo tus pies, ven aquí donde yo poso con tus huellas sonoras. Dame la mano amiga dancemos a los recuerdos marchitos con el aliento de nuestro corazón, con las llamas de nuestro presente. Dices que no. Que te vas así, sin más. Lejos, muy lejos. Donde el arco iris no mencione el quejido traicionero de las noches, de los días. Adiós te digo. Que te vaya bien. Por aquí estaré por si acaso decides volver. He plantado nuevas flores en el jardín para cuando pases , si pasas, veas el engendrar de colores de una vida que brota y continua. 

sábado, mayo 02, 2015

Indecisa...

Indecisa en si subir o bajar ese barranco donde las siemprevivas avivaban el rubor en su tez. La tarde ya escaseaba volviéndose más oscura, una densa capa de astros se aproximaba y con ellos la luna. Por ello no temía la oscuridad, ese animal esférico calmo la guiaría tanto si ascendía o descendía ese barranco. Se preguntaba que se encontraría allá arriba, se preguntaba que se encontraba  allá bajo.  Pregunto a la brisa sutil que acariciaba su tez si subir o bajar. La respuesta fue inminente. “Sube hija de la noche para que compruebes las antorchas basculante de tu hábitat. Para que contemples la belleza de las estrellas cuando la tarde guarda su espada malva anaranjada. Solo habrá oscuridad pero en ti existirá el brillo natural de tu mirada. “ Y subió el barranco. Le costaba. A gatas agarrándose a cada piedra segura logró llega a la cima. Cuando se miró las manos todo era sangre, tal había sido su esfuerzo que se sentó. La noche ya era presente. Ahí estaba la luna con los astros como vigías. Miro abajo. El pueblo estaba lejano. Las farolas como luciérnagas estaban encendidas, estáticas y un cierto frescor resbalaba por todo su cuerpo. Le pareció maravilloso ese insomne mundo.  Ahora no sabía qué hacer. Sí quedarse allí hasta el amanecer o descender.  Desde esa ventana abierta a la tierra elevo sus brazos. Sus brazos castigados, fatigados. Plumas nacieron. Plumas de un rojo purpúreo. Levanto anclas y comenzó su vuelo barranco abajo. Avisto un arroyuelo y de él bebió.  Al final su pueblo que ahora no lo veía. Hacía el volando se dirigió y cuando llego desde la altura que estaba se fue quitando pluma por pluma. Plumas que entraba en cada una de las casas. Las campanas tocaron y supo que era la hora. La hora de dejar todo e irse. Se marchó caminando por el cauce del barranco a otro lugar, a otra vida.