martes, enero 31, 2023

LA LLEGADA(NARRATIVA)2

 

2

Los restos del ayer, del hoy y de un mañana empañan mis pisadas hasta el campamento. Restos de gentes supervivientes, abandonadas a la deriva de sus sentidos. De gentes que han fracasado en ese último aliento. El camino se me hace estremecedor, angustiosos, constantemente martilla mis recuerdos, mi ahora. Intento soportarlo. Intento abrazarme a la confianza. Intento, en vertical, sostenerme sobre mis pilares bien agarrados a las profundidades de la tierra. Y confío en mis fuerzas, en mi equilibrio entre el bien y el mal. Intento ser honesta conmigo misma y sigo. Ya está próximo…muy próximo. Escucho un piano, el piano de alguien sonoro a mi memoria. Y lo veo, cuando más cerca estoy. Es el, es el mismo con su figura más flaca, con su peno cano ya, tocando. Animando a esos seres que se revuelcan en la más absoluta miseria. Cierro los ojos y respiro hondo, me detengo. He llegado. Nadie me mira, una más. Niños corretean alrededor de mí. Niños que aun le quedan la sonrisa ante el telón que esconde lo que les guarda detrás, atrocidades. Yo también les sonrío y se alejan. El olor de este lugar inhabitable vuele ha humanidad, a una humanidad podrida en el paso de los años, muchos. Antes de adentrarme más quiero seguir escuchando a ese hombre del piano, a ese hombre destruido poco a poco mientras pasa las estaciones. A ese hombre de harapos y esqueléticas manos, con sus guantes cortados, sucios. No se cansa. No se cansará hasta que todo esto no existe. Utopía del hombre que a cada día que pasa se vuelve más grave. Y , me pregunto cuando me fijo en sus ojos cuando está con sus piezas musicales ¿Es feliz? Debemos tener en cuenta que la costumbre , la monotonía en el paso de los tiempos se hace un vicio con el cual estamos a gusto. Y sus ojos expresan tranquilidad, como si su concierto fuera escuchado fervientemente por alguien cuando no es así. Ay viejo perdedor, no lograste tu meta y sin embargo sigues y sigues en un ciclo cerrado de tu existencia. Comienza a llover, el continua, sus huesos cansados ya han asimilado ese estado. Truenos y relámpagos avisan de la tormenta que caerá en el campamento, en este campamento marginado de toda ilusión. El tal vez sea ese sacrificio hasta que llegue la paz, la libertad, la muerte. Un pájaro pasa a ras de mi cabeza, se aleja, un pájaro de vuelo frágil, pero entero...CONTINUARÁ

domingo, enero 29, 2023

LA LLEGADA(NARRATIVA) 1

 

1

He llegado. He llegado donde el limite es invisible muro donde las almas desesperan, perecen. Me llamo Jane. He dejado atrás a mi hijo. Ahora estoy aquí, he llegado. Traspaso esta frontera sin impedimentos, sin esos obstáculos compulsivos, terroríficos de alcanzarla y abrazarla hasta que la sangre discurra por las manos. He llegado, los militares siguen. No me miran, no olisquean de donde vengo, nos le interesa, me voy al lado de aquellos que son despechados, hambrientos, moribundos. No sé lo que me encontraré, son tantos años. Supongo que todo sigue igual, las historia se repite y se repite hasta saciar las mentes criminales de la respiración. La asfixia lentamente con la opresión de muerte lenta, una tortura que desencadena un sufrimiento inexpresable. He llegado y sé que nada será sencillo. Sé que tendré que aguantar los estragos del ayer. Sé que tendré que soportar los gritos, las heridas, las tumbas del silencio. Aquí los pájaros no cantan. Un terreno baldío se expande en toda su dimensión Y ¿Cuál es esa dimensión? La dimensión exagerada, gigantesca, desorbitada del dolor humano. Hay niebla y callo. Estoy en esa línea donde en un ayer salté. Ahora mi conocimiento es distinto, mis ojos se elevan y miran al frente, un tumulto de lonas blancas se hacina donde la sinrazón tiene cabida. Solo llevo mi mochila, mis manos, una ayuda que pueda valer para aquellos que aun sueñan…que aun sueñan. Estoy en el punto exacto donde en el pasado pase con la mano con ese niño, con mi hijo. Ya he hecho todo lo posible por el y retorno donde el corazón es hipnotizado por el curso de la sangre por mis venas. Me llamo Jane y estoy aquí. La niebla turba mi vista, pero no necesito más, sé lo que hay. La aflicción me acobarda, pero, sigo. Voy con destino a mi origen. No se lo digo a nadie. Solo he dicho vengo de una organización no gubernamental y me han dejado. No les interesa quien soy. Ellos también parecen cansados, cansados de tanto y tanta sequedad de los días. Siempre lo mismo, por un momento me vuelvo , me miran en esa despedida indefinida y sigo mi camino entre barro y piedras. Un camino donde muchas vidas se han quedado…tantas, que es imposible de imaginar...CONTINUARÁ

martes, enero 24, 2023

EL CAMINO INVERTINO (NARRATIVA)21

 

21

Estoy de rodillas frente al espejo, se ha ido. Una ventolera tira de mí. Me levanto y me miro. Observo mi equipaje, pequeño. Solo lo necesario, lo rutinario para el viaje. Lo demás no lo quiero. Es como un exorcismo de objetos que no significan nada. Cierro la puerta y dejo la llave en el buzón para la casera. Con mochila en la espalda me dirijo a la estación. En esta bipolaridad del invierno hoy acaece un sol magnífico pero chillón. Lo agradezco, mis manos heladas, mis píes sin rumbo, mis espaldas agotadas. Llevo el peso de los años en soledad, llevo el amor por mi hijo, llevo la levedad de las aves que emigran lejos ….muy lejos. Me despido del oleaje, de las gentes que me ven todos los días pasar. Espero el tren…un tren vestido de negro, un tren oxidado donde seré pasajera de lo desconocido o lo conocido. Y después de estos años todo seguirá igual. Se nota que el invierno, no hay nadie en la estación, en la sala de espera. Siento que se acerca mi tren y me yerto hasta el andén. Subo con la congoja de la incertidumbre, con desvelados sueños que me llevaran a mi origen. Lentamente se pone en marcha, las vías son un amasijo de raíles hasta salir de la ciudad. Después…después el esplendor de campos insonoros a nuestros ojos, campos ajenos a nuestras pisadas en las calles del barullo. Todo es apresurado, los bosques, las montañas, esa masa que se extingue en el decaimiento del día. Y yo me siento serena, en el decaimiento en el retorno de la memoria. Voy más allá de mis sentidos. Voy más allá de mis deseos. Voy más allá de mis sueños. Y todo confluye en un agujero donde se entierra todo el ayer para continuar con las mismas batallas perdidas de la existencia, sola.

miércoles, enero 18, 2023

EL CAMINO INVERTIDO(NARRATIVA) 20

 

20

Mis espaldas cansadas, mi vientre desalentado, mis piernas estáticas y una lagrima contenido en mis ojos. El quiere hacer su vida, ha termino sus estudios y es hora de emprender el viaje de la independencia. Una cuesta arriba le espera, lo presiento, aun así todo será imperceptible con el influjo de su personalidad, con ese carácter arraigado aun cuando ambula solo en los campos desesperantes, dañinos. Se agarrará a la mano de lo cotidiano y con las prisas emprenderá su ida. Lo dejo, no digo nada solo que mis espaldas están cansadas, mi vientre desalentado, mis piernas estáticas y una lágrima contenida. Todo se reúne lo amargo y lo alegre. Me motiva y en mi recóndita armonía soy luz de su mañana…de su mañana. Se va. Lo dejo marcharse como las hojas verdes cuando sopla el viento fuerte. Le he entregado todo mi saber, todos mis compendios de como luchar en esta vida y me encuentro satisfecha. Bajamos al parque y lo abrazamos, fuerte. Ya no es un niño. Ya no es muchacho. Es un hombre que tendrá que caminar solo, aquí estaré para cuando lo necesite como cuerda que tira y tira para el brío de la vida. Volvemos a casa, su entusiasmo es indescriptible ante el trabajo que tendrá que realizar y me siento caer. No me gusta las emociones gloriosas, grandes. Y sé que es manía, que mi cautela describe las circunstancias que me han recorrido.

Querida:

Todo crece, todo madura y todo vuelve a la tierra. El niño ya es un hombretón y se va, se independiza. Mi mente se fija en su mano, esa mano con la tanto he andado más allá del sufrimiento. Pero el ha terminado sus estudios y se ha integrado, ahora es uno más de esta sociedad, de esta cultura. Me sorprende, me asusta que no me pregunte por su ayer, por su niñez y comprendo que remover esas heridas, esos pozos puede ser destructibles para él, para mí. Mejor así. Ahora se puede decir que estoy sola y que te espero, si me recuerdas. Tu rastro no lo hallo y todo es tan rápido. El espejo se viste de mis canas, de mis ojos agrietados, de barriga abultado por el paso de los años. Y aun así te pienso, te converso cuando nadie me ve. Ahora, me quedo sola, en las inmediaciones de un sin sabor por su marcha, como tu nada. Y no sé porqué te sigo luciendo en mis pensamientos. Serán los años, el temor de quedarme vieja y sola y todo lo que ello implica. Ya sé que es el corazón el que dicta el estado de las sensaciones, de los sentidos. Pero, te juro, tengo un miedo extraño a envejecer entre estas paredes con solo el sonido del viento, de la lluvia, de los días soleados, de los días oscuros, de los días planeando en el silencio de unos ojos. El, mi hijo, sin embargo tiene unos ojos que le darán lumbre, no se por cuanto tiempo pero me siento feliz cuando sus cachetes se enrojecen cuando se la nombro. Y la he conocido, parece buena chica. Y los miro y en mi crece un cierto recelo, una envidia sana de que haya descubierto un amor. Pero la vida se expande y contrae, son tan jóvenes…que no se sabe los vuelcos que puede dar ¡Ay querida mía¡ Sí, porque te quiero...CONTINUARÁ

sábado, enero 14, 2023

EL CAMINO INVERTIDO(NARRATIVA) 19

 

19

Sueño , sueño de una noche de invierno . Un invierno que no es tal sino parece una masa primaveral. He soñado. Sí, he soñado con ese océano solitario, arrugado en el desorden de las horas que toca el descanso. Estaba en la playa y ahí vi la suela de aquel hombre, aquel hombre que en la frontera tocaba un violín. Un violín induciendo armonía, un violín grave nutriendo de una felicidad inexistente. Y él, continuaba como si las tumbas de cadáveres anónimos no existieran, como si la angustia fuera algo más de nuestro proceso de existencia, como si la normalidad estuviera anclada en ese refugio de tenebroso y crudo invierno. Pero ahora, aquel hombre, estaba en la playa sentado en la orilla, tocando y tocando con el mecer de la marea que sube, que baja. Y en el sueño aparecía una noche, una noche clara de estrellas titilantes, una noche de luna llena donde su blancura pura inducia al saludo de una nueva esperanza. He soñado. Sí, he soñado con ese hombre que tocaba el violín en la frontera. Me he despertado en la madrugada y he vistos sus ojos anclados en una pena infinita…en una pena disimulada por cada una de sus canciones. Y , no sé, se me ha pegado esa pena. Y , no sé, una impotencia cabalga junto a mí, me molesta, me exige. Me he sentido incómodo en lugar que resido ahora. Me volví a dormir y ese hombre en la frontera que tocaba un violín seguía ahí, en la orilla mientras la corpulencia de la marea iba trepando por su cuerpo hasta desaparecer y vi su muerte y vi sus ilusiones rotas, hecha añicos en el curso que la marea subía. Un sudor frío me hizo despertar de nuevo, sus ojos clavados en mi mente, su violín sonando y sonando. Aun me acuerdo de esa melodía, de sus guantes raídos, de su esquelética fisionomía ¡ Qué triste son las cuerdas que tienden el mañana¡ Rápida me fui al baño sin que el muchacho despertará. Me miré, el reflejo de mi cara descompuestas, hermética, callada decía …y qué decía…decía que tenia que volver. Sí, volver donde las gentes ambulan entre las sombras y la oscuridad, donde todo está incluido en la suerte de unos pocos y los otros, ataúdes de una tierra extraña, en una tierra donde desquiciada, en una tierra baldía, en una tierra ausente de una expectativa de bondad para los que sufren, para los que mueren...CONTINUARÁ

martes, enero 10, 2023

EL CAMINO INVERTIDO(NARRATIVA) 18

 

18

Querida:

Enero es un mes que da regreso a un frío más acentuado.  Soy la verticalidad de las jornadas junto a este muchacho, ya no lo llamo niño porque ya no lo es. Aunque en las secuencias de los años vaya envejeciendo siempre, será mi pequeño. Está más alto que yo y me siento contenta por el…se ha incluido en esta sociedad. Ahora puedo estar tranquila. Sigue su rumbo cotidiano, sin prisas, con el ajetreo de lo que vaya sucediendo en cada despertar. Todavía te albergo en un rincón de mi corazón y no me cansa olvidarte, conversar en mi soledad con este folio que se supone te enviaré, no sé dónde. Algo me dice que nos encontraremos, pero, no se cuándo. Hoy he visto el mar…el mar, el mar. Su rumor produce una calma, un exorcismo , una conjunción entre el bien y el mal. Me he unido a el y todavía tiemblo. Un temblor que se va desalojando a medida que los minutos crecen. Miro mis manos, su gelidez se planta en ellas. Y es que necesito tanto y tanto calor. Esta ciudad se mueve con su polución, con sus gentes que no visitan los ojos , con los enamorados. Y ahí, soy estática, soy fiel a mis bases. Me produce un aroma dulzón, agradable cuando los veo ante mí, pasear como si no pasará nada en ellos, en ellas. De manos, quien pudiera imaginar. Se sientan en un banco siempre en ese parque que solía ir con mi hijo y durante horas permanecer abrazados en eterno instante de sus emociones. Se lo agradezco con el silencio en mi mirada. Y un deje de tristeza se clava a mi espalda. Te pienso y mucho, más de lo que crees. El amor es ese pasajero que llevamos con nosotros a medida del paso de los años y que hemos de conservarlo bien, hacer de él algo gigante donde el grito de la madre tierra perece. Es lo único que nos queda, medito. Si no seremos enfermos de un mundo caído. No sé cuando te enviaré esta carta, aquí queda en mi baúl donde los recuerdos del andar de las estaciones se muestran quietos, en el más absoluto subsuelo del vacío. Enero y el mar, un mar donde las olas son esa bondad de llevarse todo lo feo, todo lo nefasto. Aun, la ropa mojada, la tengo puesta. Sí, querida, estoy empapada y mis huesos retumban en una queja y mis carnes son agujas que me da un temblor mientras te escribo. No sé si volveré a verte, más quisiera o no, según se torno nuestro sino en el mañana. Quizás ya tengas a alguien y esa es mi pregunta. Quizás hallas vuelto a tu casa. Quizás yo sea olvido. Me hallas olvidado. La vida gira y gira hilvanándose en encuentros, en desencuentros, en esperanzas, en fracasos. Un si y un no. Un no o un sí.  

            El chico llega de la playa. Oigo cerrarse la puerta. No me saluda, cosas de la juventud. Directamente entra en el baño presiento. Escucho caer el agua de la ducha como algo regocijante, refrescante en su cuerpo…en un cuerpo que ahora conserva toda su intimidad. Yo no digo nada. Dejo que los vientos del norte que soplan ahora lo guíen y hagan de el un pensamiento grande. Porque los sueños tienen que ser lo grande, aunque después de acostumbremos a lo que hemos llegado, más o menos. Mi hijo me llama, me dice madre. Siempre que escucho su voz, su voz cambiada se me cae algo. No estará toda la vida conmigo y, así, es mejor. Que vuele, que vuelo como los pájaros a aquella rama todo tomará su despertar cuando son inclusivos de un canto vivo...CONTINUARÁ


 

domingo, enero 08, 2023

EL CAMINO INVERTIDO(NARRATIVA) 17

 

17

Después de los años que vivo aquí, me he acercado a la playa. Nunca había visto el mar, un mar quieto, alentando olillas que dibujan con su espuma blancas los deseos o, así yo lo intuyo. Un mar extenso, interminable. Fijo mis ojos en su horizonte y el cielo es línea que los divide. Veo gentes bañándose. Yo escrutada por un velo me da pereza y vergüenza. Las veo libres como las gaviotas que en picado cazan su presa. Es un mar azul, verde, una mezcla que seduce en belleza. Es un mar arrugado y me aproximo a su orilla. Bajo a la arena y su humedad me produce un acumulo de sensaciones, miedo y atrevimiento. Me quito las playeras y dejo que mis pies se mojen con el vaivén de las olas. Su sonido es grave, un rumiar repetitivo que me embebe, que me relaja cada uno de mis temores. Me siento presa de su grandiosidad y a la vez, en su desértica masa veo el reflejo de mi rostro. Un rostro con rastros de una edad que avanza, que camina en la corriente de su mañana. Y tengo ganas a estas primeras horas de la mañana de quitarme la ropa e penetrar en él. Algo me detiene, el pudor. Sí un pudor de acuerdo a los axiomas que me han criado. Me dejo la ropa, arrimo mis playeras a un lado y en ese instante donde la brisa toca mi tez entro. El agua me llega a las rodillas, la ropa se me pega a la carne y un frío invernal asciende hasta mis sentidos. Presiento que me observan ¿Qué hará alguien vestida dándose un baño en la playa? La playa, el océano, limites indeterminados donde otros han muerto. Me estremezco con solo pensarlo, con solo sentir que aquí han fallecido gentes. Su transparencia me lleva de nuevo al martirio, al terror. Morir ahogado, me impresiono de manera letal y en mi se pronuncia un aliento yermo. Estoy oxidada, estoy corroída, estoy carcomida, estoy devastadas por la interminable lucha por la supervivencia. Y entristezco, un lamento que me absorber y me seda de todo movimiento. Abro los ojos y el horizonte, un sol poderoso incide en mis ojos, tirito y me da igual. En estos instantes que he conocido la mar quiero aprovechar de su hegemonía, de su dominio en toda mi entereza.  La escalada de una fatiga me lleva a salir. No pasa nada. Mi hijo viene con sus amigos y quería comprobar que era segura. Es segura cuando se trata de juegos de muchachos en la proximidad de la orilla y serenidad. Es segura cuando no se prenda la huida en lo oscuro de sus profundidades, en la inmensidad de su cuerpo. Siempre habrá una traición, de quién, no se sabe. Una traición con los arrojará en las fosas anónimas, lo grande de este cementerio donde las ballenas lloran. Temblor...Siento temblor, algo en mi se atraganta y me maldigo porque siempre vuelvo, siempre regreso donde el dolor es inevitable y verdadero. Y este mar me sabe a llanto, me sabe a dejadez, me sabe a ruinas hundidas en su extensión. Piso esta arena húmeda ahogando mis pensamientos. Piso esta arena húmeda como precipicio de lo mortandad. Piso esta arena donde cuerpos han sido escupido cuando la marea se harta, explota y disemina la pena. Piso esta arena en una huida y regreso entre mis cuatro paredes y regreso en la protección de ese techo que me dará sombra para la seguridad y degollará el martirio que existe en mí....CONTINUARÁ


 

jueves, enero 05, 2023

EL CAMINO INVERTIDO(NARRATIVA) 16

 

16

Tengo un regalo para ti hijo mío. No es nada de lo que esperas, es algo más especial, algo que las gentes de aquí olvidan cuando sus estructuras son verticales y consolidadas a los deseos. Tengo un regalo, la vida, la oportunidad de aprender, el merecido bienestar de estar vivo. Y me quedo solapada a esta palabra el merecido, está mal dicha, mejor será borrarla. Todos tenemos derecho a seguir un destino, aunque, incierto, nos alimente como hombres, como mujeres, como cualquier existencia en esta esfera. Debiera de ser una de las premisas de la humanidad, la paz y gozar de la vida en la amplitud de una felicidad, unos días menos, unos días más pero, nutrirnos de ella. Creces demasiado pronto hijo, ya estás a mi altura y yo te miro como aquel pequeño desamparado en un ambiente de tumbas, de traiciones, de injusticias, de castigos. Pareces olvidar como yo o has eliminado de tu memoria todo el mal. No recuerdas, no nombras cada clavo escupido en tu pecho, en tu corazón hasta no ser más que un alma errante en la nada. Y ahora, respiramos, cogemos el aire de la tranquilidad. Hijo mío pido muchas cosas, una de ellas que seas hijo de la fortuna entre las terribles, desastrosas, quebrantos que tiene la vida. Que nadie sople distorsionando tu nueva realidad. Y me asombras…me asombras con tus movimientos, con tu belleza, con la manera que llevas tu camino. Yo estoy amnésica o he querido ser amnésica del ayer. No más atiendo a gratas sorpresas del ayer. Esa mesa preparada, los cubiertos puestos, mi madre trajinando en la cocina. Ese es mi ultimo recuerdo y luego….y luego impronunciables lagunas se postran en mi mente. Huye hija…huye, el cielo esta escupiendo misiles, la casa tiembla. No te dará tiempo de recoger. Déjalo todo y vete, ya nos veremos, yo me quedo aquí con tus abuelos. Huye hija…huye. Y me fui y después no más. Ella seguía en su rito, de la cocina y mis ancianos abuelos esperando ante el estruendo el almuerzo. Una mezcla a destrucción y esperanza vi por ultima vez en aquella mesa. Mis abuelos sonreían. Mi madre disimulando su temblor les servía la comida. Gritos y más gritos y luego silencio, ella seguía en su normalidad y yo me fui donde mis ojos no conocieran el dolor, la derrota de su disimuladas vitalidad, de ese entusiasmo enervado a la oscuridad ¡Uhm¡ ¡Ah, que cruel puede ser la vida¡ Mira hijo, hijo mío, tengo un detalle para ti , ya sé que eres un jovencito pero tus ojos se llenas de chispas risueñas cuando te lo he dicho. Vamos abre, abre el paquete...El ruido de calderos, de platos y bombas. Mucho ruido y  el adiós. Adiós, hija mía, y ellos, mis abuelos con la vista puesta como si nada en el almuerzo. Abre el regalo hijo mío, tu entereza dibuja serenidad…CONTINUARÁ