jueves, diciembre 24, 2009

Hace tiempo...(poesía)


Humedecerme bajo tu santuario,
Hace tiempo que no te siento
Océano de mis nostalgias,
Rompiente marea que jadeas
El nombre de los fallecidos
En tu masa azulada.
Desde aquí, desde una roca oscura
Miro el horizonte teñido de malvas y naranjas
Y tú, aletargado, no me muestra la isla de la esperanza.
Es difusa, es adsorbida por la llamada de la pena
Que tan diáfano deja agujeros negros
Ante un Pegasus obsoleto.
¡Un valle de ortigas sedientas¡
Me apresa y despacito consumo las jornadas
En un ensueño rajado, seco, hambriento.
Hace tiempo que no te siento
Paisaje de mis entrañas
Te alejas, te alejas.


martes, diciembre 22, 2009

Ave gris...(poema)


Ave gris que en su caída libre
Forma montañas en la plenitud del crepúsculo,
Que raja la esperanza en el deambular de la soledad
Cuando nuestro beso se precipita entre rocas de nubes.
Ave gris que se oye en el vaivén de una marea muerta
Tras suspirar su último roce con los arrecifes del arco iris
Ahora tumbas donde la sonoridad de un viento no desfallece
Cuando la caricia se vuelve turbia a medida que las estaciones pasan.
Ave gris que cuenta como sus garras quebradas
Se derrumban cuando se retuerce la luna herida
De tanto y tanto ser espectro de sus ojos
Ante los espejos del silencio, de la helada.

sábado, diciembre 19, 2009

El árbol...(relato)

Hambre. Semilla que se introduce como un gusano grotesco en mi estómago y me lleva a ras de un viento carnívoro. Hambre. Mis menudas pisadas se depositan sobre una tierra agrietada donde el enrarecido sol busca mi sangre, mi sed. Así son mis días, moscas que son ya mi segunda piel, debilidad que me columpia mientras busco el árbol de la vida, el árbol de la solidaridad. Vivo en tierras donde neblinas sedientas impregnadas de tormentas me acoge en el refugio de la nada. Vivo en tierras donde el lamento se calla ante la muerte certera, cercana. Todo es gris, un gris espeso, un gris frío, un gris caótico. En el árbol que busco cuelgan de sus delicadas ramas pero fornidas el alimento que me lleve por las caminos del arco iris desembarcando en mi tierra la felicidad, ese líquido cristalino que es piedra preciosa en mi tierra. Estoy cansado. Estoy desnudo. El se encuentra ante mi, es como un rayo de esperanza prometedora. ¡Tan tarde¡ Hola árbol de la vida, abrígame a mí y a mi pueblo.

domingo, diciembre 13, 2009

El cementerio...(relato)

Llamas se enciende en el firmamento donde las estrellas dibujan el designio de los corazones. Las olas en su libertad se afligen y empiezan a estallar contra rocas de nubes perfilando rostros extraños. La tarde cae. Cae como telón de orquídeas en el paraíso donde las máscaras son vigía de los ritos funerarios cuando el ser se va. Una lluvia enrarecida se queja de su hambre, hambre de campos verdes y sanos. El pueblo ya a estas horas se halla sordo al derrumbe del sol y la edificación de la luna. Solo hay silencio. Un silencio que no más lo rompe algún flacucho perro y los grillos. Es cuando ella sale. Si, espera el resguardar de todos los vecinos y desde la ladera más alta baja con su báculo nacido de la luna llena y el fuego al pueblo. Entonces, sin ton ni son, las campanas comienzan a tocar. Alguien se acerca. Alguien que no es aceptado por el pueblo. Es noche de difuntos y ella con su melena canosa y su rostro arrugado por el sol desciende al pueblo. Se dirige al cementerio y allí, entre muertos, se arrodilla. De su grave voz surge una especie de oración en la que maldice a todos sus vecinos y ruega porque su soledad sea huída en los años que le queda de vida. Los difuntos allí presentes la escuchan y se elevan de sus fosas rodeándola. “Ven”, le dicen una y otra vez. Ella rabiando por esa respuesta escupe. “Maldito seáis. Nunca descansaréis como los holgazanes de este pueblo. Dejadme en paz. Ya vuelvo a mi nido”, grita ella.
Intenta huir del camposanto. Pero de inmediato se ve inundada por cadáveres en descomposición que la agarran y la tiran al suelo. Rasgan toda su ropa hasta dejarla completamente desnuda, desnutrida ante el frío otoñal. La entierran en vida. Ella lucha y lucha pero es imposible ante la fuerza brutal de esos muertos. En el pueblo se escuchan ecos, huesos que se rompen, chillidos descomunales. Nadie abre ventanas ni puertas. Llega el crepúsculo, es hora de levantar. Las gentes regresan a sus faenas incluyendo sepulturero. Cuando llega al cementerio ve sus puertas abiertas. Entra y asombrado ante sus ojos en las tumbas hay cientos de cuervos muertos.

miércoles, diciembre 09, 2009

Así...(poema)


Así hemos elegido la distancia
Entre un árbol de soles anaranjados
Y una tierra donde el magma
Es tumba de nuestros besos.
Así hemos arrancado la última hoja
De una historia que vagará ahora
En nuestra memoria
Como cruces de caminos erróneos.
Grises son las caricias
Que entre neblinas conversan,
Grises son las manos
Que entre hojarasca se aman
Así hemos pintado de tumbas
Cuando el amor expira su último suspiro.
¡Todo acaba¡
Es ventolera malsana que golpea una y otra vez
Contra ese espejo que nos miramos
Y así…así visitamos el adiós.
Las horas transcurren con parsimonia,
Los días son bolas que soplan
El impenetrable son de la ruptura
De dos cuerpos que vagan ahora
Por la penumbra del por qué.
Así hemos de despedirnos
Amigos de nevadas en la persecución
De nuevos sueños,
De nuevos puentes sibilinos
Que nos nutran de otro amor, de otro querer.

martes, diciembre 08, 2009

El invierno rojo...(relato)


EL INVIERNO ROJO
No cesaba de llover, esas gotas corrosivas que certificaban la infertilidad de los árboles y la oscuridad de los peces. Peces que posaban en las orillas de los ríos con su esqueleto gravitando como vagabundos desheredados al impulso de la vida. Las tierras también se semejaban a ellos, tierras que se hallaban más allá de las corrientes marinas, desoladas por el defraude a la atmósfera que los envolvía.
No se observaba ningún árbol por aquel entorno, sólo , a millas y millas de distancias algunos deshojados, con el alarido intenso de lo yerma que era su savia, con el sufrimiento a galope por no sentir ningún ave posar en sus frágiles ramas. Solamente de vez en cuando una bandada de estorninos, de plumajes desvanecidos, era bodas de esa bóveda: turbia, pesada, agobiante , sin el esplendor de una luna reluciente y satinada de su enigma, sino el agolpar tirano de una oscuridad inmensa en su reflejo, en su espejo para aquellos que deseaban danzar su alma bajo su son, como el océano : enrarecido , distante de cualquier movimiento de seres vivos , inanimado, sólo mostrando lo bravo de su carácter cuando la marea cambia su curso y es furia de radiantes espumas blancas contra las rocas . ¡Las rocas¡ prisioneras de ese mundo hostil, asqueadas de ser servidumbre a la soledad que para el resto de sus vidas estaban condenadas .

Sólo un ser, un humano gravitaba por esas afiladas deformidades. Un único habitante en esa tierra de la nada y lo desahuciado de sus mares en el destino fiel a los presagios que se señalaban en el pasado. ¡Nadie escucho¡ Todos éramos inmutables a ese designio infernal que abrasaría a este planeta azul. Este, que con su variopinto mestizaje de diversidad llegó sin duda al cáncer y a una anacromática secuela en su faz y atmósfera.
Aquel ser que ambulaba por esos retorcidos y melancólicos paisajes era también tatuaje del sufrimiento. Sobre su espalda llevaba años y años de soledad. Contemplando en su memoria el signo de horror de sus amigos, bañándose de latigazos de vergüenza por ser cara a cara a ese mundo demolido. Su cuerpo se hallaba tembloroso al sentirse inválido para deshacerse de esa tortura que sus pies cansados tenían que pisar. Sin ese estado de éxtasis magnífico como si hiciera el amor al tumbarse sobre la hierba. ¿Dónde estaba el verdor ¿ Todo había desaparecido, fenecido bajo ese garfio maloliente y veneno del hombre. Ya no más cementerios de elefantes. Ya no más cementerios de ballenas. Todo era ahora una fosa común.
- Que extraño- sollozaba terriblemente- No siento el cuchicheo agudo pero glorificante de las gaviotas. Todo es penumbra. Todo es una esfera inerte donde la supervivencia ha culminado en moribundas y rancias huellas. Me hallo solo. Solo y esta yerma tierra. Cansado por no avistar ni el vuelo, ni el sonido de algún ser paralelo a esta vida mía.
El anciano continuaba con su errar nauseabundo. Con sus vestimentas aún más desgarradas. Con la desesperación penetrando por sus doloridos huesos cuanto más la realidad chocaba en sus pupilas.
- ¡Universo¡¡Universo¡ Cosmos que envuelve este minúsculo planeta. Si me escuchas, dame fuerzas para continuar. Dame ese aliento cómplice de la vitalidad para tener esperanza en un nuevo mundo, un nuevo florecer. Un nuevo mundo donde esta atmósfera asfixiante no me oprima. Donde esta tierra, donde mi rastro borrado, el viento vuelva a tomar esa belleza del ayer. ¿¡ Por qué¡? Por qué siento el alarido insoportable de las ramas. ¿¡Por qué¡? Por qué siento un átono suspiro de las aves. ¿¡Por qué¡? Por qué siento el desangrar imparable de los montes. ¿¡Por qué¡? Por qué siento la derrota del ser humano. ¡Qué inconscientes hemos sido ¡ Crecer en unos niveles desproporcionado y desmesurados de espaldas a nuestra madre naturaleza . Mira ahora este mundo, envuelto en miseria se halla. Como un vagabundo de memoria eclipsada por las brasas creadas en el pasado.
El anciano gravitaba en una distorsión de su razón. Gritaba, se remordía, se atribuía a él mismo toda la culpa como único superviviente del quejumbroso planeta. No dejaba de oscultarse, quería sentir sus piernas, sus muslos, su pecho, sus manos en ya su desorientado vagar. Le acosaba un insomnio aterrador, cada día que pasaba las pesadillas y el delirio era vigía que lo acongojaba más y más. Con reductos de floresta viva donde no la había, esos espejismos que por inercia se apodera en la sed y la soledad. Experimentaba un polvo marmóreo en sus piernas en cada paso estremecedor. La sentía, sentía su llanto agónico y su súbito cansancio. Pero en el se ramificaba una esperanza, una esperanza que se articulaba en sus pensamientos “Ojala renaciera un nuevo arco iris donde sus tonos pálidos fueran todo ese matiz colorido de la vida y la esperanza “¡La vida ¡ Sí, la vida , deseaba con todo su esfuerzo como logro de su descanso que brotará otra vez, que erupcionara en multicolor como tersa belleza desborrando ese luto .
Su suplica era un deseo ferviente que iba de sol a sol, un sol ceniciento y furioso. No quería esa vida desterrada de una mano semejante con el extermino de los seres que fluían en sus arroyuelos. Quería el aliento de la diversidad ya vagando por los campos de los moribundos, el sabor de las cristalinas aguas ahora insalubres, el vigor danzando sobre la faz de la tierra ahora con un agudo cimbrar por ser camposanto, el sabor de las hojas naciendo de una rama con ese verde esplendoroso, el sabor de las mariposas aboliendo ese inanimado paisaje de la tierra. ¡El quería ¡ Y esa fuerza culminante era objetivo que se aunaba a un rompeolas que estalla en un rayo de luz de esperanza. Aunque su cuerpo y espíritu cadavérico no fuera más que ya manjar de buitres. Sí, buitres, volando en círculos como si fuera un carrusel a ras de sus heridas abiertas.
Entonces, cayó al suelo de rodillas, con su gesto cabizbajo, con sus sentimientos en la vereda del llanto. Sólo, era zozobra de un cuerpo en los mismísimos huesos. Ya sin rogativas, ya sin el impulso ascendiente de sus anhelos. Callado, insonoro, sólo la sórdida bocanada de una brisa atrayéndolo a la muerte. Vencido ya. Con su último hálito. De repente, un especie de agujero comenzó a inundar esa bóveda azufrada, a la vez, a su lado, una pardela se poso. Lo rodeo hasta detenerse delante de él como signo de que le esperaba un largo viaje, como signo que le esperaba un cambio, como signo de que las enfermedades que espantaban a esa tierra iban a ser extinguidas con el coraje y los deseos que él había cimentado en sus pensamientos. De ahí, un relumbrar amarillento cubrió el cielo, acompañado de una especie de explotación y un seísmo proveniente de las entrañas de esa esfera hizo presencia de unos instantes. Pero, de nuevo, la oscuridad se hizo y de ese agujero negruzco que se dibujaba comenzó a emanar pétalos de rosa. Pétalos que iban impregnando todo aquella esfera terráquea enrarecida y sepultada. A medida que se posaban sobre la superficie esta se iba agrietando y de ahí se fecundaron ríos con gran corpulencia donde retozaban peces ; árboles de un majestuoso tamaño ; flores silvestres de un bruñido colorido ; aves que iban tomando la gama de esa cúpula que envolvía al globo terrestre ; toda una proclamación sorprendente de luz y color inaudita.
Esa convulsión extraordinaria como especie de una nueva creación era hechizo que lo ensimismaba ¡Vigilante del nacimiento de una nueva vida. ¡ Se sentía grande , gigantesco ,con un impulso acérrimo de llorar de alegría. Quería acoplarse a la naturaleza. ¡Por qué no ¡ Sentir ese brebaje vital de la tierra corretear por sus arterias, sentir la transparencias de las arboledas que iban atrapando todo ese ahorcado paisaje. Y, así fue, así fue como formo parte del aire, parte de la tierra, parte del océano en una mutación de ser pájaro. ¡Por qué no¡ Como hombre se sentía sólo en ese ajado ayer . Un ayer que ahora caía al vacío, se ahuyentaba con el flujo prolijo de la naturaleza, y él, enlazado a ella. Dejar pasar el viento a través de su multicolorido plumaje y ser caída libre ante las escarpadas montañas para después transformarse en su llegada al océano en estrella que surca por los arrecifes ulteriores de haber perdido ese blanco mortal.

viernes, diciembre 04, 2009

LA ESPERANZA...(RELATO)






Corría como llevada por el viento, como llevado por el hechizo de la luna cuando en su creciente mirada crea la beldad en los corazones. Corría bajo el haz fugaz de unas estrellas que la lleva al mar, al mar. Se abalanzaba en el océano con sus brazos estirados, con sus manos deterioradas por el zumbido trivial de los sueños. Se sentía oprimida por la rutina diaria. De repente de sus dedos, bellos, surgían pinceles y de sus lágrimas acuarelas pintando así peces, barcas, veleros que la llevaban a tierras desconocidas, tierras donde aves de muchos colores en sus plumajes le daban mensajes de paz, de un hambre acabada, de enfermedades extinguidas, de una sed eclipsada por el surcar de hermosos ríos cuyas aguas cristalinas era reflejo del arco iris.

Un tiempo que se detine...(poesía)

Un tiempo que se detiene
En el rezumar de un callejón
Que no tiene salida
Creando un paisaje gris
Donde la esperanza se interioriza
En el cavilar de pueblos libres, de manos libres
Con la insomne llama de buganvillas
Que se pudren, que despiertan el imparable son
De un sol que yerta cuerpos en un desierto
Que se expansiona en el emerger de la paz.

sábado, septiembre 12, 2009

El vaivén de las olas...


Las nubes muerden su vientre que a la deriva la mira y la mira en el engendrar de una noche que en su extensión la sacude con el amor. Su cuerpo desnudo como camino de la perfección ante la observación nítida de ella. El sudor del verano las llama con la alegría y la calma que aporta una sobre otra, otra sobre una en el surcar de sus sueños. No desean despertarse de esa maravilla que sus caricias transcurren de manera sutil en un círculo de intimidad. La paz es velada por el beso, el beso es velado por la paz. Pero hay que levantar, hay que elevar anclas y seguir con la rutina de cada jornada marcada por el paso de las horas hasta que la sabiduría de sus deseos se vuelva a encontrar. Por el angosto sendero del olvido abren sus párpados, mareas que en el espacio presente las hace cómplices de sus secretos. Sus pasos ahora serán aves con distintos destinos pero un pensamiento en común, ese pensamiento que sopla en otra dimensión donde nada tiene cabida. Solo ellas. Cae la lluvia con veracidad, las calles empapadas dicta el recorrido que tomará cada una. Sus pasos ahora serán rocas que no desenmascarará el ciego amor que las ampara. Solo ellas. Solo una despedida hasta que el ocaso sea principio de unos labios que se unen en el terso y sensual vaivén de las olas.

domingo, septiembre 06, 2009

Camina al viento...(poema)


Camina al viento, al viento
Con el trasluz de unos poemas
Que los besos se lo llevan
Por un arroyuelo concienciado
Del sabor de unos labios de hogueras
Cuyos latidos se propagan y expanden
Por la vía láctea como refugio de las estrellas.
El sonido del océano la invita
Aproximarse a las gaviotas que en el crepúsculo
Juguetean en la arena virgen
Y le hablan, le hablan
¿Cómo estas mujer del viento?
Cimbra en ti tierras lejanas donde
La danza y el bello canto es refugio tibio
De tus sentimientos.
Mis sentimientos, se galopan a ras de un firmamento
Que enmudece, que se humedece, que jadea
En el instante eterno de un amor.
Un amor desvaído, desfallecido, languidecido
En el transcurso de una tormenta de ortigas
Que cae y cae en el vaivén que mi cuerpo
Se desnuda del mortífero columpio de las emociones.
Camina al viento, al viento
Con la desconcertante visita de la luna rota
Que con su pulso infecundo erupciona tulipanes negros
Con su mascara de vieja espera en círculos de hielo.
El sonido del océano la invita
Aproximarse a las gaviotas que en el crepúsculo
Juguetean con la arena virgen
Y le hablan, le hablan
¿Cómo estás mujer del viento?
Refulgida cometa de verano
Que se incrusta en acantilados de papel
La pena despacito revienta en flores marchitas
Y los propósitos de tu mañana
Se envuelven en tela de arañas
Que hará curar tus heridas.
La pena vuela y vuela en el roce
Con las rocas agrietadas de donde un magma negruzco
Recorre mis venas, mis venas abiertas
Aborreciendo toda lágrima de ese amor del ayer.
Ahora soy como vosotras: libre, blanca y gris
Como la espuma que renace después
De la duda, ¡la duda¡

martes, agosto 25, 2009



Prisas, el columpiar de un ave
Que ha perdido su ruta,
El resurgir del astro anaranjado
En la maravilla de una ciudad
Donde sus estatuas con pétalos rojizos
Desembocan en la esperanza, en la libertad.

jueves, agosto 20, 2009

http://www.youtube.com/watch?v=miLV0o4AhE4

Montedeu y el violinista

El violinista no dejaba de tocar, ahí, en el casco antiguo de la ciudad. El bochorno apresaba a la ciudad con su peculiar panza de burro. Por allí, mientras tanto, pasaba Montedeu con sus piernas artificiales, con su timidez de costumbre. El había llegado en una patera hacia meses de donde por lo trágico del viaje le amputaron las dos piernas. Mi querido Montedeu ya puedes caminar y pronto conseguirás tus propósitos.
El violinista sigue ensimismado en su violín y Montedeu se para, lo observa, escucha el milagro de unas cuerdas y manos como milagro de su vida.
Violinista:
¿Qué observas muchacho? ¿Te gusta lo que toco?
Montedeu:
La música que mana de tu corazón. Música que me recuerda que la vida es esa naturaleza que hemos de aprovechar después de tanto sufrimiento. ¡Hay tanta pena en tu violín¡
Violinista:
Si. Si quieres te toco algo más alegre. Me gustaría ver la sonrisa en tu rostro.
Montedeu:
No. Sigue con la misma melodía, me encanta. Me hace sentir parte de este mundo. Este mundo que parece florecer en cada amanecer en ciertos lugares en otros, la amargura y la desgracia impera como serenata diurna, nocturna, a todas horas.
Violinista:
Si chico. Seguiré con esta melodía que tanto te encanta. La compartiremos en estos momentos de eterna felicidad que se quedará grabado en nuestros recuerdos, en nuestras memorias. Pero hazme el favor por un momento de olvidar a los más desfavorecidos. Me encanta la gente como tu. ¿Por cierto como te llamas?
Montedeu:
Mi nombre es Montedu. Y vengo de un lugar donde las guerras, el hambre y las enfermedades azotan a mi país. Terribles pesadillas reales transcurren allí. No puedo olvidar. Yo he huido pero otros…

Las lágrimas brotan de sus ojos marchitos. Las lágrimas recorren su tez azabache hasta alcanzar su corazón, su corazón… El violinista observa esa tristeza mientras sigue con la melodía extraordinaria. Algo se degrada en él, no sabe si es pena por Montedeu o por impotencia ante tanta injusticia que transcurre en este globo terráqueo. De repente el violinista deja de tocar.

Violinista:
Vamos amigo. Demos un paseo junto por este hermoso lugar. El astro rey parece que da señas de vida. ¡De vida¡ ¡Ay la vida…¡ Estamos aquí de paso. Hay que saborearla. Es tan corta para unos y para otros una tragedia de tempestades que surca en sus vientres como hoces cada instante, a cada paso que dan. Pero olvida amigo mío por unos instantes tu ayer, tu gente. No lo digo malévolamente. Solo quiero que pruebes la felicidad, la alegría que la paz y el bienestar nos brinda en estos momentos.


El violinista y Montedeu se dan la mano. Caminan juntos sobre esos adoquines de antaño. El violín suena sin que nadie lo toque. Las aves de paso recurren a esa música y acompañan a estas dos almas en sus sueños de esperanza, de esperanza…

lunes, agosto 17, 2009

Sus ojos buscaban...(relato)

Sus ojos buscaban el amanecer, el se tendría que marchar a trabajar y ella sola, en casa, invitaría a su mejor amiga para pasar la mañana con una dulce charla donde las penas se ahogan y un café que despierta sus corazones. Sus ojos buscan su espalda, esperando algún movimiento que le diera la señal de que ya se iba a la ducha y ella sola, en su cama, amparar el sueño de su amiga, ese sueño que llena todo el vacío que ella poseía. Sus ojos buscan como se va, como su despedida es una pradera de tiburones que intentan darle caza pero ella duerme o más bien se hace la dormida. Sus ojos buscan el temblor de sus paredes, el estremecimiento de la lámpara de la mesa de noche cuando él cierra la puerta. Su llanto se agarra a un paradero desconocido en busca de la calma, de la paz. Muchos años, muchos años con las garras sangrientas de él. Sus ojos buscan al sol y esa llamada a la puerta después de haberse ido él. Es su amiga, es su amante. Todo empezó hace meses, cuando el otoño era hojarasca que barría las calles, cuando el viento era alas de mariposa que golpeaba los rostros. Ahora ella estaba allí, su amiga, su cómplice. Sus ojos buscan esos ojos oscuros que le darán otra jornada distinta, que le dará un camino de rosas por el que dulcemente andará y andará hasta que sus labios se encuentren, hasta que sus manos se enreden y lentamente se desnuden, muy lentamente y así cuerpo a cuerpo derrochar de esas caricias tan negadas en la sucesión de los días.

viernes, agosto 14, 2009

Así es el amor




Así es el amor, un invierno gris donde los sueños se yerguen en el deseo, en la caricia, en la ternura…

domingo, agosto 09, 2009

El paso de las horas...(relato)

Pasan las horas, los días, las noches y en el corear de los pájaros que en la madrugada tienden sus alas a una luz cuya fuente de la que emana el sabor de la alegría. El sudor corretea por su espalda haciendo sus pasos más y más pesados. El sudor corretea por sus muslos como si fuera la amante de sus sueños tan escurridiza, tan lejana. Pero aún así se siente feliz. Se incorpora de su posición meditativa y avanza hacia el balcón de su casa no sin antes con una taza de café en su mano. Mira el horizonte y una alfombra broncínea arrugada se halla ante ella. Inspira y espira. Inspira y espira. Las hogueras de magnolias de la pasión se le encienden. No comprende porque su amor tan cercano es acera de zarzas que ha de cruzar para que el beso vuele y vuele rozando su cuello.¡Su cuello¡ Lentamente se lleva la mano a el y se acaricia. Lentamente se aleja de el y oprime su puño en el intangible eco de sus miradas, de su amor. Lentamente se aleja también de ese balcón donde ha dejado todos sus suspiros. Paulatinamente se desnuda, el calor es asfixiante, se introduce en la ducha y deja manar el agua como si se tratase de ella, ¡de ella¡ Una mezcolanza entre el misterio y la duda. El peso de la duda cae sobre sus hombros y una sensación de soledad resignada y desiertos tira de ella. Pero no. Hoy no. Hoy se siente bendecida por la alegría y dejará que en su soñar despierta la invada en el paso de las horas, de los días, de las noches.

domingo, agosto 02, 2009

No te conozco....(poema)

No te conozco
Y sin duda eres la temible bestia
Que con tu lengua amarilla-anaranjada
Arrasas, arrastras la desgracia de los montes.
Implacable y desnudo jugueteas con dolor de las gentes,
De los animales, de la flora en la senda del miedo y la muerte.
Tus bocanadas saben a quejumbre, a una mezcla de agonía y desesperanza
Que retuerce las vidas arrebatándoles su verticalidad
Con tu amante el viento, el viento.
No te conozco
Pero de ti hablan y hablan
Como el monstruo de la oscuridad
Cuando la mano humano tiene un desliz
¿Por qué?
¿Por qué?
El llanto de las ramas desemboca
En despertares desoladores donde las venas de la isla bonita
Son rajadas por ti fuego espíritu del mal.

La nada

Bajo la sombra de cipreses las palabras vuelan en sentido de la brisa y la luna que con su alto potencial hipnotizante desarrolla el auge de unos labios que quieren despertar del olvido.
Dos seres, dos cuerpos, cuatro ojos, cuatro manos, cuatro piernas y de fondo un piano que no deja de quejarse en el espacio de la noche. Una noche cálida, llena de luciérnagas y grillos que zarandean al son de una melodía. No hay nada más, solo cipreses, solo el aire entre ellos dos.

Xx:
Las trompetas del naufragio suenan. Lo siento. ¡Lo siento en este momentos que contemplamos el cielo estrellado bajo la mágica luna¡ Si, el naufragio de las almas que en pena y desesperación se embarcan a la deriva de los sueños. ¡Ay los sueños¡ Cometa helado cuya cola lleva el mañana.

Yy:
No me digas eso. ¡No pronuncies la palabra naufragio¡ Estoy harto de tanto dolor, de tanto ahogado y hambre que se expande más allá de estas fronteras. Porque así es la vida que nos ha tocado, cuando no la mano que se alza para arrebatar de manera aberrante al inocente quedan esos que con sus deseos se pierden en la inmensidades de un océano duro y cruel y si no aquellos que han nacido en las tierras de la nada, esas tierras que nos más da círculos cerrados para que puedan avanzar, para que puedan nutrirse. Y ¿Cómo? Me pregunto yo. Las enfermedades los exterminan como si no fueran nada, nada.

Xx:
Si. Ahora me siento frente a ti en este camposanto de tumbas anónimas, de tumbas donde el vuelo a la oportunidad y a la libertad ha acabado en una masacre de almas nobles, almas veraces. Se respira paz a estas horas. La luna parece que hermanada con ellos nos brinda sosiego, una calma insuperable en la sucesión de nuestros días. ¡Estamos entre muertos¡ Muertos que para muchos no son nada pero existe una historia detrás de ellos, una vida que puede resultar asombrosa.

Yy:
Bésame. Dame tus manos y líate en un abrazo conmigo. Le daremos algo de lo necesitan muchos seres humanos. Amor y paz. ¡ Paz y amor¡ Para que descansen, ¡para que descansen…¡

lunes, julio 27, 2009

A la sombra de una lluvia de estrellas, ediciones Idea

Nuevo libro “ A LA SOMBRA DE UNA LLUVIA DE ESTRELLAS”, ediciones Idea


A la sombra de una lluvia de estrellas, la quietud del alma en la huella de unos poemas que se engendran en el canto cierto y sereno de remotas olas que rumian la tonada del amor, del desamor, de la injusticia. La nostalgia se peina de gaitas, tambores y chácaras al son de un manantial que descalzo erupciona en las mareas recónditas donde florece la luna.


http://www.laislalibros.com/index.php


http://www.librerianogal.com/index.php?id=40

http://www.libreriacanaima.com/index.php

http://www.librerialemus.com/index.php?id=36

http://www.ellibrotecnico.com/

martes, julio 14, 2009

¿Qué esperas?...poesía




38
¿Qué esperas?
Te revuelcas en la duda
Y te embarcas por tundras
Donde lobos blancos
Son llamas desintegrando tu pasión.
Aquí estoy, con el cuerpo desnudo
Entre sábanas de algodón yermas
Buscando el sudor de tus labios
A cada aurora que irrumpe con el quejido
De las amantes lejanas.
Marmóreas mareas piso
Que me dicen de la rosa negra
Que nos embriaga con su perfume de hiel.
¿Qué esperas?
Tu sexo sobre mi sexo,
Tu vientre sobre mi vientre,
Tus pechos sobre mis pechos
Galopando, galopando
En el frenético choque
De dos almas que se adolecen en desiertos subterráneos
Esperando la llamada de la mirada.
No me miras,
No te miro,
En el aire ronda el valle de las enamoradas,
Tan oscuro que el dulce trinar del astro rey
No nos da calidez, no nos da ese manantial
Donde al unísono anidaremos para beber.

Adiòs...(relato)


Adiós, así se despide de la borrasca que la incrusta en sensaciones amargas. Su romance con nubarrones se había acabado. No sabe como, un día donde esa carpa celeste del firmamento la llama dejo de seguir derramando lágrimas. La llama con el irradiar de toda su fuerza alojada en el sol y así continúo su andar por una vereda donde la sombra de los añejos árboles hacía aquel lugar intacto en los años, en los siglos. La humedad que allí se preserva la imanta para lamer la calidez de la soledad, del desalojo de sus debilidades. De repente en medio de esa vereda y con asombro es hallazgo de una flor, de una flor blanca como los astros que coronan el cielo cuando la noche cae. Se acerca a ella, se arrodilla y la huele. Emana la plenitud del boscaje, las palabras del silencio que la naturaleza erupciona. La caricia y dulcemente sin estropear sus pétalos le da un beso. Una brisa fresca la recorre, tersamente le devuelve ese beso. Ese beso que anuncia la abundancia en amor, en deseos nuevos. Los pétalos por un instante forman una alfombra que parece eterna. Ella se levanta, camina sobre ella sigilosamente. El bosque se levanta, las ramas y los troncos que están en el suelo le dan paso. Al final de aquel sendero de pétalos blancos se descubre un lago de aguas transparentes. Ella se desnuda. Ella se sumerge. Ella vive cuando brota otra vez con la tonada de la luz de las estrellas. Ahora como mujer del hoy, como mujer cuyos propósitos se embarcan en una serenata de fuerza para que sean reales, para que sean reales.

Te miro...(poesía)

Te miro,
Me miras en la delgada línea
Que nos separa de la llama de la pasión,
Esa pasión que conmueve los astros
Que giran y giran en la madrugada
Cuando nuestros cuerpos danzan en el sueño.
Te miro,
Me miras por la angosta calle desierta
Donde las palomas blancas solo son sus habitantes
Cuando el crepúsculo lame la ciudad
Y te aproximas con los dolores del ayer
Y yo con la brisa te llevo por los ensueños
Donde yeguas verdes cantan al mañana.
Te miro,
Me miras a través de un arco iris
Para no morir en la angustia de la soledad
Y mi voz de años, de siempre, te atempera
Con pianos y violines que te acoplan a mi cintura
Y nos hacen recostar sobre agujeros negros
Que nos llevaran a otro tiempo, a otro lugar
Te miro,
Me miras por donde el viento se lleva el lamento
Con caracolas galopantes anunciando
Que ya jamás el llanto será beso a tu cuello
Sino mis labios será seda que serpenteante
Embellecerá tus ojos apagados, tus labios cansados.

martes, junio 30, 2009

El y ella

1. En la ventana

Buceando en los recuerdos, esos recuerdos que nos da sombra cuando el alba disfraza la luna de sol. La andadura vestida de nostalgia nos embarca en el llanto, en la llamada de esas estaciones idas cuando un círculo de hielo nos rodea.

Xx:
¿Qué haces?
Yy:
Aquí, sentada en esta ventana mirando el mar. Mirando los recuerdos del ayer. Ven, ven siéntate conmigo.
Xx:
No. No tengo ganas. Me acabo de levantar y…
Yy:
Y ya lo se te vas a dar una ducha para salir a tu paseo diario. ¡Ay los años¡ No podrías cambiar un día.
Xx:
Son muchas estaciones ya con esa costumbre y si no lo hago es como si me faltara algo. Me voy a duchar.
Yy:
No, no te duches. Por qué no te despierta con el ronroneo de las olas, con ese sol que con su frescura está naciendo.
Xx:
¿Qué te pasa hoy mujer? ¿Por qué me hablas de ese modo?
Yy:
No se por qué amado mío. Hoy me encuentro melancólica. La nostalgia me arrastra por arenas movedizas y necesito de ti. Estamos tan distanciados últimamente. No te das cuenta. Pasan los años ¡Los años¡ y siempre hacemos los mismos. Tu te levantas te duchas y te vas a caminar hasta la hora del almuerzo y yo…Yo, aquí, entre estas cuatros paredes leyendo o haciendo otra actividad.
Xx:
Bueno, ya empezamos. Somos viejos y cincuenta años de matrimonio. Hay creo que la suficiente confianza para hacer lo que queramos.
Yy:
No, no es eso. Estás tan equivocado…Vete a ducharte anda.

El se va a duchar y ella se contemplando una de las maravillas de la naturaleza. Ese océano dorado cuando se infiltran los primeros rayos solares. Está en calma y de él se desprende una sabiduría de millones de años

2. Ella sola
Yy:
Que hermoso eres con la plenitud de tus olillas, con esas rocas que bañas. Yo aquí sola como siempre. Sentada, esperando el último minuto mientras tú vagarás eternamente frente a esta ventana. Sabes, me daría un baño en tus aguas pero es que estoy tan vieja.
Mar:
¡Vieja¡ Que dices mujer. Aquí te espero. Mis aguas están en calma para tu cuerpo se sumerja en mí.
Ella se levanta, coge su bastón y va a la habitación. Se pone torpemente el bañador y baja.

3. El solo
Xx:
Que día más esplendoroso hace hoy. Es tan temprano que todavía no discurre nadie por estas aceras. ¡Ay mi mujer¡ La amo. Tanto es mi amor que las palabras se quedan desnudas, solitarias. No se como decírselo, el silencio me ata y no encuentro la frase adecuada que a ella la reanime. Será este cansancio. El mar esta deseoso. Nunca lo había visto así. Me entran ganas de darme un baño. Si, un baño.
Mar:
Aquí te espero. Ven, ven conmigo.

4. El y ella
El y ella bajan a la arena. No se ven. Se aproximan a la orilla y se quitan las ropas. Lentamente la sed de por ese océano se va apagando, ambos, se introducen en el agua. No hay nadie solo ellos dos. Se ven. Se aproximan. Se besan.

Nacientes de esperanza...(poesía)




Un agujero donde todas las emociones emanan
A la luz de un sendero de palmeras
Donde la erupción de una alfombra de recuerdos
Nos lleva por un paisaje bello y encantador.
De la mano arribamos por orillas
Nacientes de un océano donde los cuerpos
Se mecen al vaivén de calderones,
Nacientes de cuevas donde una hoguera
Atempera los sueños que edificamos
Con la dulzura de una brisa que nos recoge
Y nos lleva bajo la luz de la esperanza.
Un agujero que comprende todos nuestros secretos
Como velero en busca de una isla azul
Donde la libertad sea esa fortuna que conquistar
Con la palabra honesta y bondadosa de la caricia
Deseada por el brío del amor.
Nacientes de náufragos que saludan a la vida
Con la música de las estrellas,
Con el llameante astro rey marcando sus caminos
Para erguirse en donde las siemprevivas crecen,
Nacientes de una esclavitud que se extingue, que se extingue
Entre jazmines inmaculados
Que harán de tapiz en una tierra
Donde la hermosura y la inocencia
Brote otra vez como recurso de las llamas
De la alegría, alegría.

martes, junio 23, 2009

El faro...(relato)

Se encendía el faro y se apagaba. La mar estaba rugosa como las sábanas cuando uno se acaba de levantar. En la barca iban dos personas. Ella de pelo castaño y ojos similares a la bóveda celeste en un día de verano; el, de pelo azabache y ojos grises cuando la tormenta cae. Iban en busca del ánimo de la vida para que su relación no se estropease más y más. Por ello ese día decidieron navegar juntos movidos por los dioses del océano. Ambos depositaban en sus almas el cansancio, el agotamiento que viene en una unión de tantos años. Aunque la temeridad de lanzarse al mar sin saber sus destinos era fuerte, con sus cuerpos semidesnudos se alzaron con los remos por ese líquido del color del metal y con los gritos de las olas. Naufragaron, el océano los traicionaba con su opulencia, con su tiranía. Pero pudieron nadar como podían hasta ese lugar donde un faro se encendía y se apagaba. Hastiados, cansados llegaron. Sus piernas temblaban al ser otra vez tierra firme. Tierra de la nada. Porque no había nada. Miraron el faro y había desaparecido. Se había extinguido como la pasión de sus corazones. Anduvieron entonces un rato. Y nada. Aquella era una isla desierta. Solo habitada por una gaviota. Se aproximaron a ella y sorprendentemente ella les habló.
“Que os pasa amantes que buscáis la verdad de vuestro amor. Ya se que vuestra atracción se ha desmigajado. Por nimiedades diría yo. Aquí estáis ahora. En esta isla donde los corazones desterrados renacen de sus cenizas. Vosotros mismos seréis jueces de vuestros defectos. Aceptaos tal como sois. La vida de cada uno hay que respetarla y en la relación en pareja debe existir la libertad, la libertad de ser silencio ante otro sin que ello, si existe confianza, os lleve por las tinieblas que rompe todo lo que habéis creado. “
Los amantes se miran perplejos. Una gaviota aconsejándolos. Una gaviota que encuentra el reducto de lo que les ocurre. Es como si sus almas se hubieran separados de sus cuerpos y se hubiera unificado en ella. La comprendieron. El faro de nuevo se encendía y se apagaba lo que indicaba que era hora de volver a su tierra. Solo tenían un tropiezo, no tenían barca.
“ Es verdad amantes no tenéis barca. Pero que más da. Nadar y nadar que los cachalotes os ayudarán a regresar de donde habéis venido.”

La canción(relato)




El cielo era ese malva mezclado con lo dorado de la caída del día. Las montañas, oscuras ya, era relieve donde se dibujaban figuras extrañas. Los pájaros se habían ido a dormir con la dulce tonada de la luna que venia. Ella estaba ahí, encima de una cima, esperando con la primera estrella de la noche la abrazara con su brillo. Y llego, entonces todo tomo un tono negro y un sendero iluminado por la plateada. Siguió ese sendero como quien persigue su presa. Con una fuerza oculta comenzó a tatarear una canción, una canción que hablaba de un amor lejano, ausente. Las horas pasaban y ella seguía con la misma canción una y otra vez, una y otra vez. El pueblo se veía ahí abajo, casas regulares que dado por los toques de la hora casi no se distinguían. El alba con el broncíneo de su manto se hizo y ella rendida dejo de cantar su deseo, su amor. Volvió al pueblo montaña abajo con la compañía de un arroyuelo que nacía de la cumbre. Volvió con sus ilusiones desvanecidas y el intermitente vaivén de la brisa. Todas las noches haría lo mismo, haría lo mismo hasta que su amor llegase.

sábado, junio 13, 2009

LÁGRIMAS NEGRAS




Lágrimas negras,
Manos que como garras
Arrastran poemas de desamor,
Poemas que suspiran
Al son del viento, el viento

lunes, junio 08, 2009

LA PROMESA...(RELATO)




Erraba a propósito de cumplir una promesa. No se vencía, la muerte de su amor había llegado temprano. Con el nacimiento del invierno feroz, cuando las aves migratorias van a otras tierras por su calidez. ¡Si¡ como ave se había ido pero no a otras tierras de las cuales pudiera volver. Estaba allí mismo, en un nicho donde le habían dado sepultura. Su promesa era llevarle flores todas las semanas. ¡Que cansado¡ decía ella. Ese cementerio que ahora en primavera era encuentro de almas solitarias, de almas solidarias para los muertos allí presente. Donde el silencio corretea con el eco de las pisadas de todos los que allí se mueven. Ella entonces decidió colocarle un pequeño arbusto. Como su tumba estaba pegada al suelo no sería inconveniente ponerlo en lugar de flores ese pequeño arbusto, ella ya lo iría a regar y cuidar de vez todas las semanas. Pasaron las semanas, pasaban los meses y ella no iba. Se había olvidado de ese arbusto, más bien cansado, no le gustaba nada los cementerios pero aún así un día pasó por allí. Quería acariciar esa lápida.
El verano ya empezaba asomarse. Un cielo límpido y un sol de ese que dicen que rajan las piedras. Al llegar a al nicho de su amante el arbusto no estaba posado en el suelo. Pero sin embargo noto que la lápida estaba agrietada y de ella salía el arbusto. Una corriente de pánico pacífico recorrió su cuerpo. ¿Qué había pasado? En esos momentos no había nadie por allí, ni el sepulturero. ¿Qué hacer? De pronto escuchó una pequeña voz, una voz que provenía del nicho. Asombrada y con temor no se movió. Su rostro señalaba palidez y al mismo tiempo un sudor frío la embarcaba por los campos de la extrañeza.
- ¿ La promesa Anne?
- La promesa. Perdóname amor mío. Pero aunque yo no halla venido sigo amándote.
- Si, querida Anne. Yo también sigo amándote. Ya ves este amor. Es tanto que el arbusto que me dejaste es ahora parte de mí, parte de ti. Riégalo y mímalo por favor.
Anne no sabía que hacer, se había quedado un poco paralizada pero manejada por esas palabras obedeció. Fue a coger un poco de agua y regresó.
- ¿Cómo regarlo si está dentro de la tumba?
- Anne, solo tienes que echarle un poco de agua en sus hojas como si de mi se tratase.
Anne comprendió. Remojo su mano en el agua y fue acariciando hoja por hoja como si fueran las manos, los labios de él.
- Gracias por tus besos y acaricias Anne. Ahora vive. Ya ves que yo estoy bien. Se libre. Busca otro amor que a mí con solo una leve caricia a mis hojas cuando tengan sed me basta. Adiós amor mío.
Anne se fue, se fue con el alma tranquila.

domingo, mayo 31, 2009

Un sol rojo



Un sol rojo del que emana las raíces de la vida,
Del que erupciona una bóveda turquesa
En la que árboles disecados dan sombra
Al manantial de tierras arrastradas
A un nuevo nacimiento.

martes, mayo 26, 2009


El océano bajo montañas oscuras
Donde los sueños no son aniquilados
Cuando la lluvia crece y crece
En nuestras venas.
El océano, hijo de las estrellas y la luna
Se mece por los secretos de los chacalotes,
Uniforme, es antorcha donde los cuerpos se aman
Y enmudece cuando el sol agita sus primeros rayos
Para decir besaros, abrazaos, atad el amor
En vuestros corazones, en vuestra esperanza.

sábado, mayo 23, 2009




Desemboca la calma
En un templo donde su camino
Es para el refugio sonoro de la esperanza.
Apartada está, entre islas cuyos pilares
Evocan erupciones de begonias
Y delfines cuando el alma reposa.
¡Venid¡
Venid aquí dice el ave de la vida
Para vestiros de la paz floreciente
Que conforma el abrazo, el amigo…

viernes, mayo 22, 2009

Camilo(relato)




El pueblo está lejos aún. Pero no cree que tanto. El océano lo baña con sus palabras de espuma. Piedras y un cielo que extingue las nubes dice que está cercano. Ella no piensa en nada. Solo en llegar a esa casa cuadrada de pintura desgastada. Allí está Camilo, un pescador que el paso de los años no lo cansa. Antiguamente lanzaba sus redes cuando la madrugada aún daba cabida a sus fuerzas para pescar algo y venderlo posteriormente en el mercado. Ahora sigue pescando, sigue pescando esos cayucos que se remojan en su mar y que sedientos y moribundos necesitan de la mano amiga. Todas las madrugadas al océano con sus redes al encuentro de almas perdidas por la esperanza y los sueños. Hoy, ella, quiere encontrarse con él. Preguntarle el porqué es manta cálida de esta pobre gente. Que siente, si su felicidad está ahí, en la mano tendida aquellos que los eclipsan las estrellas. Sabe que una llamarada de fértiles palabras brotará de él. Que temblará y se enternecerá cuando Camilo cuente su historia, su vida. Una vida humilde alumbrada por los ecos de los espíritus que vagan por el misterioso océano.

Donde el sol nace(relato)




Cuerpos que ambulan en la madrugada cuando los pájaros son color de su canto. Ella despierta lentamente, forma un poema en la mano que enrollado tirará después dentro de una botella al mar. Ese mar misterioso, que se clava con su belleza en su mirada con la sed del amor. Pausadamente su llanto se eleva bajo su techo, maravillada de una música que la hace meditar. Se sienta en el sillón del salón y desde ahí vaga y vaga por el mundo del recuerdo. Las lágrimas rozan sus labios y un vacío se va edificando a medida que las primeras luces de la mañana van a su encuentro, al encuentro de otros que como ella erupcionan cargados del reencuentro del ayer. Ya es hora de tirar esa botella al mar en el que el mensaje escrito está rebosado de ternura y soledad. Su cuerpo desnudo se viste con ropa sencilla. Quiere sentir todo el frescor de la brisa marina. Sale de su casa, baja las escaleras con la pesadez del pasado a cuesta. Y, ahí, frente a ella, ese universo que conforma las mareas y las olas. Se descalza, quiere sentir la humedad penetrante de la arena. Lanza la botella con una leve danza que la devuelve a la vida. Lanza la botella con un suspiro que sonríe a su corazón, a su corazón…Cuerpos que emergen del océano cuando ya el crepúsculo es entrada. Y emergen a medida que la botella se aleja y se aleja. Cuerpos que con sus algas y caracolas se dirigen a ella y la llevan, la llevan donde el sol nace.

domingo, mayo 10, 2009

Cuando...(prosapoética)

Cuando la leve borrasca pasa por tu mirada. Te pierdes en tu habitación con las gotas de tus llantos haciendo un océano de sueños. Pareces mujer gris, mujer que habita en praderas de plúmbicas esperanzas. Te entristeces y yo te miro, te miro… Un suspiro germina y revolotea en el aliento eterno de aquellas playas vacías. Y, tú, entre tus paredes dibujas un mundo que no existe, que no existe…Rememoro ahora aquel día en que la lluvia te hacía girar y girar por aceras escuchando tus pisadas y sonreías, y sonreías. Ahora parece que todo se ha acabado, un bosque de ramas secas se incrusta en tus venas levantando una ventisca irrefrenable que te impulsa en al silencio. Nieblas que barruntan termitas correteando por tus labios, por tus labios…

jueves, abril 09, 2009

La tarde(poesía)




La tarde en que combatimos la nostalgia
De un beso llameante en las lagunas del deseo,
Donde las soledades de las calles
Viajan hasta una vieja farola
Donde la noche sin luna le da vida.
El vuelo de un mirlo apagado
Con su canto desvencijado
Da sombra a mis pasos bajo
Su luz circular donde el desnudo espejismo
De los sueños se cruzan en el cavilar.
Pausadamente aniquilo el llanto,
El silencio gélido de mi corazón
Y respiro, respiro de la alegría
Que se esconde en el rumor de las estrellas.

lunes, marzo 23, 2009

Así...(prosapoética)



Así, con el templo que truena los invisibles lazos del amor subo por una colina donde el picacaminos responde al interrogante del beso difuminado en la bravura del deseo. Así, quemante es el ocaso cuando un precipicio de nostalgia invade cada mirada al horizonte donde la roca gastada por el lamido de las olas es grito de unas manos que engendran desiertos. Así, con la melodía derribada por una muralla hundiendo entre fangos toda esperanza de nubes blancas en llantos azotados por el viento, el viento…¡El viento¡ Fugaz y amordazado para el retoñar de la vida, de la vida…

domingo, marzo 22, 2009

Subí...(poesía)

Subí por estrangulados acantilados
Donde la calidez espantada
Era apuñalada por estatuas de hiedras
A la orilla del beso inalado,
Del beso iluminado por colores grises
A la sombra de una sabina arrugada
Y pianos que danzan al amor disecado,
Al amor que cada jornada no tiene ganas de vivir
Ante el susurro de tu mirada, ante los mensaje del sol.

domingo, marzo 15, 2009

Explorando tus manos...(poesía)


Explorando tus manos
De ella mana raíces y pétalos blancos
Que con el hechizo de la luna
Da vida a la noche oscura
De una ciudad perdida
Sin estrellas.

viernes, marzo 13, 2009

Se ilumina tu jardín...(poesía)




Se ilumina tu jardín
De un bello sueño
Que se estremece
Cuando las sábanas despeñadas
Por las olas inacabadas
En el sin fin del universo
Su mano es caricia eviterna
De tu piel como canto al beso
Que nace de las entrañas del amor.
Te elevas en el crepúsculo
En la unión gigantesca con la luna llena
Adentrándote en marismas
De brumas pálidas
Que te fortalece para ser vuelo
Apasionado de sabinas
Marcadas por el ritmo del viento, del viento.

miércoles, marzo 11, 2009

Flota




Flota, como así impulsada por vientos australes
En el apogeo de un viento que pasa
Que pasa de largo a ras de sus pupilas.
Con la sonrisa inhóspita después de ser desafío
De quebradas a ras de su espalda.
La niebla pulula en el encanto
De una posición que la hace renacer
Entre el impresionante plumaje de flamencos
Que alzan vuelo en el manjar de los sueños de libertad.
Flota, una conglomeración de piedras añiles
Con sabor a paz surca bajo sus piernas frágiles
La mar está cerca, círculos de bellas olas
Embisten su corazón de forma dúctil
Y las rosas del firmamento le hablan
Con el aliento de la brisa marina
Sobre como danzan los cuerpos desnudos
En el cenit de la naturaleza.

martes, marzo 10, 2009

No lo dudes...(prosapoética)




No lo dudes. Sigue bailando bajo el rostro de una luna llena con el apego de las constelaciones desvaneciéndose a medida que suavemente se embarca la vida en la aurora. No lo dudes. Supervivientes somos de la aridez de un amor que se difumina en la estampida corrosiva de los años y es haz de todos los sonidos de la madrugada en el rincón de los pájaros. No lo dudes. De tu rostro mana raíces que se consagran a la tierra que pisamos inundándola de arrecifes coloridos en el sin freno de su blanca mirada desde una ventana donde vemos pasar las llamas del amor. ¡Del amor…¡ No lo dudes. A veces te vuelves irreconocible al encuentro de tu alma, de tu ser y en la levedad de tu respiración pausada y serena cognoscible en las abruptas playas oscuras de tus pasos pero avanzas, eres regocijo de tu reconditez y la rodeas para ser cascadas azules de felicidad, de paz…No lo dudes, avanzamos, maduramos y nos entregamos al mundo preñadas de esperanza, de sueños…

viernes, febrero 27, 2009

A la sombra de tu danza


Tambores, cornetas
A la sombra de tu danza
Que es tan gratificante
Al marcar el ritmo
Cierto y puro de tus manos tersas
Sobre mis senos.
La pasión cognoscible
Adquiere besos agigantados
Donde tus labios de jardines perdidos
En la inmensidad de una luna menguante
Es lluvia torrencial del sudor
Apetecible a medida que hacemos el amor.
Incansables somos ternura y lentitud
Que se difumina con el largo sueño
Evolucionando a la cima de la plenitud
Tambores, cornetas
A la sombra de la sensualidad
Que explosiona con la tonada
De las primeras aves de la madrugada.
Me miras y en el irradiar de tu fuerza
Galopa sobre mí llamas serpenteantes
Que bucea en el sabor del sexo
Que incauta el corazón sibilino
De las corrientes apegadas al olor
De nuestros ojos

jueves, febrero 26, 2009

La huída





-Tocas con prisa. El retumbar de mi puerta es eco de las profundidades de tu huída.
-Si, María. Mi ser se consume en una lluvia negra. Me siento desvalida, decaída, cansada.
-Por qué mujer, que es lo que te arrastra a las tinieblas insomnes de la balada eclipsada.
-Me arrastra la mano atroz que surca por mi cuerpo, por mis sentimientos.
-Anda siéntate y pasa aquí la noche.
-Gracias María.
María se sienta en la cocina y frente a ella Inés. En el centro de la mesa un jarrón con bellas flores, un jarrón que da todo su aliento a esa mujer ennegrecida por la maldita mano y voz grosera.
-Quieres un café o mejor una tila.
-No, no quiero nada María. Solo deseo caminar de nuevo. Caminar por la diversidad de este pequeño mundo con valentía. Pero, no puedo. ¡No puedo¡ Me hecho tan cobarde. Es como un círculo vicioso. Siempre dentro de casa con mis labores. Siempre bajo ese techo que es lecho de una serpiente venenosa que me empuja, que me empuja por un precipicio de soledad y silencio. Solo sus gritos. Solo su puño.
La noche convoca a una niebla que se introduce por cada uno de los poros de ellas. La noche convoca palabras en que las llamas de una vida y el arco iris de otra se entremezclan para dar una misma mujer. María e Inés se abrazan, el calor de una y el manar de una luz glacial de la otra las transforman en una misma ave. Unidas e influenciadas por una ciudad oscura recorrerán aceras hasta que un añejo árbol cascado por la polución las llame. Allí, en una de sus ramas posarán. Verán pasar el tiempo, el tiempo perdido, el tiempo que en su recogimiento será cuenco de estrellas donde beberán del mañana.

sábado, febrero 21, 2009


Esa laurisilva
Que vuela por la rítmica alegría
De un piano desembocando
En la danza del sol,
En la danza de las aves.

jueves, febrero 19, 2009

Explorando el sueño...

Explorando el sueño
Que me arraiga a tu mirada
Asciendo por una colina de estrellas
Donde la calma me reitera el deseo.
Suavemente escucho el trinar de los pájaros,
Suavemente recorro mis pechos
Con leve esculpir de la acaricia
Que como flores invernales
De un universo opaco
Se enraíza en mi corazón, en mi corazón.
Explorando el sueño
Que desciende por cometas rojas
Hasta erupcionar esferas de espejos
Donde la danza del amor
Se vuelve tenue llama de la identidad
De dos cuerpos similares
En el vuelo de un desierto
Preñado de vergeles
Donde se ejerce la espera, la espera.

martes, febrero 17, 2009

Los sueños(prosapoesía)

Los sueños, se envuelven en ese celeste caudal donde raíces se incrustan cuando las constelaciones vigías erupcionan en la oscuridad. Aterrizan en el paseo que el alma afligida es llamarada de una ilusión, de una esperanza. Los sueños, vienen como arenas movedizas que despintan el vago retorno de la felicidad. Náufragos cuya voz se ofusca en las inmensidades de un océano que tiembla de hambre. Los sueños, obstruyen el despertar en el sentido de lágrimas de navajillas que brotan de mis ojos y surcan levemente mi tez. Náufragos que con la antorcha amarilla de la vida se va volviendo distorsionada y triste. Los sueños, me embarcan a la deriva de una realidad que eclosiona cuerdas flojas donde el canto a la prosperidad es cerrado por la infertilidad de las mareas.

lunes, febrero 16, 2009

Tus manos(poesía)


Tus manos,
Rincón de la más bella fortaleza
Con la hiedra trepando
Contempla mi cuerpo.
Tus manos,
Se identifica con el susurro de un arco iris
Que en silencio bucea por mis párpados
Suavemente, suavemente.
Tus manos,
Edifican un suspiro
En el misterio de una noche cerrada
Mecidas por un reloj que no da las horas
En el tiempo de amar.
Tus manos,
Vienen a mí revistiendo mi piel
De una calidez caudalosa
Donde la paz se impone
Al descomunal roce de tormentas
Que reviran esta tierra.
¡Tus manos¡
Me adentro en ellas
Y bebo de ellas
En la travesía de miles de aves
A través de la luna.

domingo, febrero 15, 2009


El comienzo de la jornada
Donde el viento en círculos
Nos habla de la vida, de la naturaleza.
Contemplo la caída de las estrellas
Y con ellas alargo mi respiración.

sábado, febrero 14, 2009

Pasan las horas (poesía)


Pasan las horas
Y ella como cuerpo desnudo
Agiganta sus pisadas
Por una orilla
Limitada por rocas de cristal.
La tarde tiene cabida
En su viaje
En las profundidades del océano.
Triste, opaca, apagada
Lanza al aire su último suspiro,
Un suspiro de esferas
Que la envuelve en magmáticos sueños
Donde su ser vuela en libertad.
Cansada, es valiente tonada de fuego
A la vez que sus raíces
Se consagran a la tierra.
Las sombras aparecen,
Sombras que la tapian
Entre rojas montañas
Donde un mirlo duerme.
Se recuesta junto a él
Y en su mente borda
La esperanza teñida de corales
Cuya fortaleza le ofrece el firmamento.

viernes, febrero 13, 2009

"Tierra de Cuentos"

Bueno, he ilustrado un libro de cuentos cuyos beneficios van destinados a la Fundación Vicente Ferrer. Lo podéis encontrar en LuLu y se llama “ Tierra de Cuentos”
http://www.lulu.com/content/6061198

martes, febrero 10, 2009

Surge así...(relato)




Surge así, como mujer de raíces que se arrodilla ante los sueños quebrados. El viento azota, pero ella inamovible gira su grito a la luna. Llamas blancas la recorren en la aventura de ser mujer de su tiempo. Apagada, melancólica acaricia sus senos, secos de tanto silencio. Apagada, nostálgica acaricia su vientre, árida montaña de donde emana su temblor. Se levanta y con el acogimiento de las constelaciones se yerta frente una playa vacía. Playa donde las olas son rompiente con las azabaches rocas. Se da cuenta que hay una cueva más bien ya lo sabía. Se dirige a ella. Se introduce. La oscuridad son cadenas de su piel rugosa y áspera. Allí se tiende y comprende su fallo, sus errores. De repente en el centro de la cueva una hoguera mana en forma de cuerpo de mujer. Una hoguera que con sus lanzas quemantes anaranjadas se aproxima a ella. Le habla.
- Dime mujer del viento ¿Qué vienes a buscar?
- Mi vacío. Me hallo vacía.
- ¿Vacía?
- Si, como esas cometas blancas en el cielo que no dejan ver su destino.
- ¿El destino? El destino es el que tú marques. Es ese por el cual los sueños nos yerguen.
- Ay, amada hoguera. La soledad me apresa, la soledad me acosa, la soledad es gélida flecha que se incrusta en mi pecho y me hace revolcarme en tempestades tenebrosas. ¿Ese es mi destino?
- ¡La soledad¡ Ven conmigo yo soy tu amante, tu amor. La repuesta cierta y verdadera de quien busca el amor.

Ella se dirige a la hoguera. Penetra en ella. Y en la fundición de sus cuerpos, uno de brasas y otro de hielo, se transforman en uno. Surge así, como mujer nueva, como mujer de pensamientos nuevos para las rutas de la vida.

domingo, febrero 08, 2009

Se aproxima la lluvia...(poesía)


Se aproxima la lluvia
Y con ella el revolotear de la nostalgia
Nos embarca en un plano infinito
Donde el amor no llega, no llega.
El viento es voraz, es ola gigantesca
Que nos lleva al encuentro de un nocturno
Donde la agitación de la soledad nos hostiga.
Nos rendimos y entre la bruma gris
Nuestros pasos se vuelven ausencia, ausencia.
Nos ahogamos y en el naciente de la calma
Erupcionamos sobre rocas de espejos
Donde nuestro cuerpo desnudo danza
El invernal canto de la oscuridad.
Se aproxima la lluvia,
Corretea con todo su poderío
Por nuestro destino incierto e infértil
La humedad es lamento invencible
Que con su tempestad nos arranca
De los puentes por donde nuestras alas
Dan el grito de la alegría,
Tambores y flautas es el cristalino claro
Que luego se percibe
Entre montes de papel y de arco iris.
¡Si¡
Surge el encantamiento ante una gruta
Donde los vencejos anidan y
Allí está, allí está
El sobrevolar a ras de sus llamaradas
Que revelan el origen de esas cascadas
Donde el girar y girar de sus labios
Se posan con los míos.
¡Si¡
Perderme bajo ti
Confiada de que los nubarrones
Serán seda suave en el contacto
De tu piel con la mía.
¡Vientre con vientre¡
La llamada de la luna que nos hace
Sumergirnos por lenguas de rosas
En la lenta acaricia.

lunes, enero 26, 2009

Ay, el amor...(poesía)




Silencio, el aire perfumado de azahar
Se rinde en los campos donde tu belleza
Es llamas de mi cuerpo en el refulgido deseo.
Aire que respiro sobre un riachuelo sedoso
Que lentamente es paisaje que me inspira
Convirtiéndome en mariposa de arco iris libre, libre…
Que se posan sobre tus labios de flores silvestres
En la tonada de un piano que no cesa, que no cesa…
¡Te quiero¡
Alcanzo el firmamento y un Saturno envejecido
Gira y gira rememorando tu mirada,
Rememorando tus labios:
Afrutada gruta de espejos donde yo me reflejo,
Templo donde la tempestad de hogueras de hojas secas
Son chasquido del imparable resonar de mis latidos
Cuando te observo, cuando te desnudo, cuando te rozo
En la magnífica magia del amor.
¡Ay el amor¡
¡Ay el amor¡

Será otra vez...(relato)





“Será otra vez el largo letargo en que nos evadimos. Parte del tiempo que serpentea por nuestras manos nos rodea de arboledas que giran en un canto de deseo. La madrugada se me echa encima y los pajarillos entonan su balada invernal. Tal vez, debiera olvidar. Hacer una pared infranqueable donde el rumos de su aroma no sea selvática espuma que me acaricia”, piensa ella. Mientras su despertar abraza la melodía de una luna desvaída, una luna que con su follaje de estatuas grises evoluciona a la despedida. Se encoge de hombros y es cauce de lágrimas por la huída silenciosa de las constelaciones. Playas vacías, el ronroneo de agrietadas piedras que aspiran ser sus amantes. Se deja desnudar entonces, deja que el amanecer con su haz de navajillas de seda naranjas pacten con su cuerpo. Mide la distancia de su ser, insalvables torbellinos que la guardan en una caja desierta. Mide sus pasos circulares en su llamada a ella, a ella… Todo es huracán que corre por su sangre. Se levanta y por la orilla camina y camina. Hunde sus pies en la arena húmeda y más allá del horizonte pardelas de fuego pronuncian su nombre. Un sueño plácido la embarca en el reflejo de su alma. Se desprende de ella y en ave de los océanos va en su búsqueda. Delfines blancos la acompañan en su vagar a la desconocido.

domingo, enero 25, 2009

La sombra negra...(poesía)


La sombra negra
Bajo la tierra del silencio,
Bajo el embellecimiento diezmado
Que surca el corazón henchido
En las nevadas de las lágrimas
A la vera de una luna de sal.
Las mareas de los valles desangrados,
La melodía de un glaciar en su fin,
Las olas de la oscuridad trituradas
Por cuevas donde pardelas
Danzan en el gemido invernal.
La agresión a unas manos libres
Que impide las escenas de la alegría,
Que rompe la respiración del arco iris,
Que extermina la preciosa senda de la paz, de la paz…

sábado, enero 24, 2009

Allí...




Allí, donde el magnetismo dicen
Que es desembocadura del amor
Huimos escoltadas de alas de mariposas
En la penumbra de unos besos que se destierran
Con la sequedad de las llamas de la libertad.
Allí, donde las rocas ennegrecidas de soledad
Olvidadas de los afluentes de la vida
Somos erectas como pasajeras de las constelaciones
Mientras, la llamada de las mareas rotas
Son reminiscencia de valles rondando el acallar
De los petirrojos que se embarcan en la nostalgia, en la nostalgia…
Allí, donde la majestuosidad de la danza con el viento
Es cometa verde que se evapora
Somos labio a labio con el mañana, con el mañana…
En las orillas donde cuerpos desnudos sobrevuelan
Pianos donde la oscuridad recita las emociones
Del beso terso sobre mi cuello, sobre tu cuello.