miércoles, diciembre 30, 2015

Pasos...

Sigues sus pasos. No sé por qué ese aliento fétido te hace alumbrar alguna ilusión. Quédate aquí. Tras los espejos donde el arco iris se refleja. Te empeñas en ir con él. No sé que tiene. Solo es semejanza de hoces ante tu presencia, solo es herida cuando cruzas a su acera y te ve. Sí te ve y te observa como animal enjaulado en sus garras.  Déjalo ya…Es tiempo de ser vertiente de otros aires, de otros aromas más afables, más benevolentes. Su caverna es mecida por la mordaza de tus movimientos, es agarrada por la palabra que deseas decir. Libre, libre…no hay perdón. Deberías entenderlo después de tantas estaciones.  Y si te vas, te propongo, olvidar cada disculpa retorcida de voz hipócrita. Si, su voz…te convence en su persuasión. No, amiga. Volverá, te atará y cada respirar de tus sentidos será rajado por su mano. Vuela….vuela a los paraísos donde la inquietud de pájaros de colores no te rozará para el exterminio de tu conciencia. No puedes seguir así. Sí, en esa cueva donde la oscuridad vela tu mirada  a la deriva, donde el frío columpia tu cuerpo ajado, donde tus manos…Ay tus manos. ¿Dónde están? Carcomidas por la llamada de las cenizas que el deja tras de ti. Mira el más allá, ese horizonte donde las ruedas de la vida giran y giran en torno a las hogueras de soles venideros. Da la bienvenida a un crepúsculo de libertad, de hábitos enderezados a tu ser, a tus pasos. Un nuevo nacimiento donde tú serás tú.

viernes, diciembre 25, 2015

Quizás...

Cuando dices que a lo mejor mis sensaciones se molestan. Nada precisa son sus palabras, siempre volando a través de espejos imaginarios. Por qué no un si, por qué un no. Solo el tiempo dirá la verdadera palabra. Aún así te observo real. No sé por qué dudar. Solo que vienes y vas con un tal vez, quizás mañana. Un mañana donde la incertidumbre derrumba el apego bajo este techo. No…no vale. Solo lo cierto, no ese apogeo en columpios a la deriva de la certeza. Por qué no me miras. Solo vacilas en tus comentarios. Temes hacerme daño. Pero no es así. No es lo que por tu mente discurre. Palabras concretas para el rumiar de los días.
A lo mejor, le dicho. Ella me mira y mira como si fuera una ofensa. En sus ojos inyectados de discreción aparecen agudas penas que la comprimen como si yo hubiera cometido un error. Tal vez sí. Tal vez no.  No sé qué contestar, como salvarla de sus dudas. Ahí está, no deja de recorrer con sus ojos oscuros mi presencia.  Presencia maldita, a veces me digo. Estoy harto de sus preguntas. Siempre tengo que expresar mi opinión. Y de que vale, cada uno ha de ser ruta de sonámbulas confianzas en sí mismo. Me mira…me mira y yo me escondo tras esta ventana. La calima regresa con un viendo mordiente. Tanto…que mis labios se agrietan y no le apetecen hablar.  Intento que se edifique por ella misma. Pero no…no, siempre viene a mí.
Huye con sus ojos inconclusos. No hay respuesta. Necesito hablarle y él se evade por los campos del silencio. Fijo en esa ventana cerrada. Parece como si le molestase. Tantas lunas bajo el callar.  Será por mi bien, digo. Algo tengo que decir. No soporto el mutismo entre estas paredes.  Me derrumbo, caigo en las ciénagas asquerosas de la inquietud. Contéstame, intento reforzar mis pensamientos. Pero nada. Una nada que me disuelve en mis propios pasos. Sola. Sí, estoy sola. No se da cuenta. Será mejor dejarlo.

Enojada. Se ha liado con un enjambre de falsedades. Piensa que no la quiero, que estoy aburrido de ella, del por ello mi callar. No es así, hay que valerse por sí mismo. Qué pasaría si yo no estuviese…qué pasaría…qué pasaría.  Sí, tu sola, me digo. Espero que los mensajes del silencio te lleguen. Decide. Sé determinante en tus actos. Espero que hoy salga por esa puerta sin decir algo y que vuelva cómoda, feliz con su ser. No necesito que converse conmigo sobre todos sus movimientos, sus actos. Confío en ti. Eres libre. 

luna del alba...

Luna del alba.
Viento calmo
En las entrañas de una lágrima.
Estatuas de hiel.
El lamento de tierras
Abandonadas, deshabitadas, desterradas
Al son devastador de una sangre derramada.
Aunamos el espíritu de la paz,
De verticales cantos a la esperanza,
De fuentes labradoras de la cordialidad
Conforme elevamos nuestros sentidos
Cúspide del equilibrio.


jueves, diciembre 24, 2015

Tú y yo...

Tú y yo. Tú con el horizonte como fronteras de las bellas sonatas de la aurora. Yo con alba bien distinto, consumiendo las jornadas con la influencia de los astros idos. Nos trasladamos bajo las sombras de un árbol retorcido por el viento voraz. Una lluvia que no viene. Somos hijas del sol, de esa oleada de tierras que invade nuestras huellas. Nos alejamos y volvemos a encontrarnos con los pinchos tersos del destino. Un violín a lo lejos suena, un violín de notas rotas por la intemperie de sus labios. Tú y yo. Yo y tú , acantilados mezclados con la sentencia de un adiós, de un encuentro. Desde el filo observo el romper de esa masa de agua. Olas que vienen, que van…así como tú. No vuelvas. De alguna manera habrá que encarcelar cada imagen tuya que viene a mi memoria. Ya no vale los besos del aire. Solo la esencia presente de tu ser.  Te dejo….tú y yo. Yo y tú. Si, abandonarte por unas horas, por un tiempo. Tal vez, lo más probable,  es que regreses como ave de impulsiva de mis movimientos a través de calles vacías.  Pero no te preocupes luego albergaré un abrazo al abandono de tu fijación en mi entereza. Tú yo …yo y tú…

sábado, diciembre 19, 2015

Ambular...

Ambular bajo la incesable melodía de pardelas azules. La tarde. Espacio abierto donde el resonar de una bóveda celeste invoca al deleite de un andar en calma.  Sueños despiertos edificando un mundo maravilloso, sin el ruido rajante de su avance. Dame la mano…sí, con el cariño que un árbol avejentado hace sombra a nuestros ojos. Sigamos con rumbo a un horizonte donde las almas ascienden roques cuyo sonido son las palabras de la brisa.  Te he dicho que me enamoro con la belleza de la naturaleza. Ay ….ese susurrar del oleaje meciendo las sensaciones constructoras de la paz. Ay…ese boscaje de nubes que aparecen, que desaparecen con una lluvia que no decide estampar su mirada a estas tierras. Ay…esas cumbres donde nos liamos hasta su cima para gritar cada emoción que nos atañe. Dame la mano…sí, con el empuje de un día más bajo techos sedosos de un arco iris.  


viernes, diciembre 18, 2015

Tempestades..

Tempestades.
Cuerpos ausentes.
Vago despertar de la danza
De unas manos que giran y giran

Bajo arboledas insomnes.

miércoles, diciembre 16, 2015

Parece...

Parece que nos encontramos otra vez. Sí, ahora cuando el viento insufla los cuerpos hacia delante, hacia atrás. No sé el por qué de este encuentro. Quizás sea un fallo del destino. Los quebrantos del ayer todavía permanecen estancados en nuestros caminos. Sí, será mejor alejarnos. Fronteras inaccesibles donde el no prevalece, el nunca más. Todo fue tormento. Todo fue desidia. Todo fue desfallecimiento. El cansancio impera en nuestros sentidos y no sé el por qué de este encuentro…algún engañosa rueda de la vida nos ha hecho hallarnos otra vez. Yo no te he llamado. Tú no me has llamado. Será ese continuo ronroneo que aprieta el pensamiento.  Y ahora que hacemos. No sé, tú verás.  Todo está acabado, de espaldas envueltas en el placer de otro rumbo, otra ruta donde las tumbas del pasado son distancia que no hemos de regresar. Qué fuerza tiene este viento hoy. Penetra en mi peso y me hace reacia al encuentro. Márchate ya, creo que es lo mejor. Olvidemos esta jornada bajo pozos oscuros de la memoria. Sí, la memoria. Esa que con tu tempestad y  caricias falsas te devuelve. 

lunes, diciembre 14, 2015

Despertares.

Despertares.
El ritmo de los astros.
Caras ocultas tras los muros.
Tu beso.
El fuego del apogeo
En las ramas de tus ojos.
Resbaladizo tiempo
Ignorante del fulgor
De las almas animadas por el amor.
Sí, aquí  estás
Envuelta en velos cristalinos,
Con el crujir de acantilados
Sobrevolando el mar.
Despertares.
Incesante tic-tac.
La rotura del callar.
Tu caricia.
Tersa balada
Fundando la rutina
En los manantiales del querer.
Sí, aquí estás
Tras la luz de la sonrisa
Hechizando el retorno de mis manos

Sobre la lasitud de tu cuello. 

sábado, diciembre 12, 2015

Entra, sales...

Entras, sales.
Respiras, bailas.
Simplemente la vida.
Absorbes acantilados azules
Y aves doradas van a tu encuentro.
Danza, danza…
Con el recogimiento del nocturno,
Con los soles de la alegría.


viernes, diciembre 11, 2015

A lo mejor...

X: Que haces querida.
Y: Navegando bajo las inclemencias de la tempestad.
X: Por qué. Hoy parece una jornada plácida.
Y: Crees tú. Me arrimo a los destrozos de la humanidad. Me arrimo a la lucha por la vida. Me arrimo a ese sol que menciona la mediocridad de los seres. Me arrimo al hambre, a las guerras desconocidas, a las injusticias enhebradas por cada huella que dejamos atrás. Me arrimo a esos prejuicios que amputan a los ojos, a la razón.
X: Te comprendo. Sí, esta tierra parece una cacería de almas desesperadas por el poder. Pero no te amargues. No cambiaremos. Todo es utópico para la buena ventura de este globo. Nosotros minúsculas motas de polvo en medio del gran Dios, el universo.
Y: Gracias amigo mío. A veces pienso en la muerte. Sí, esa muerte metamorfosis de la belleza. Una muerte digna donde el resoplar de la paz se arco de colores venidero. Sufro. Un sufrimiento que me aspira, me desinfla en el continuar de mi camino. No, no más sangre. No, no más inocentes criaturas esparcidas por los océanos. No, no más trincheras perforando el vientre del que desea la armonía. Muerte ven. Ven con tu hocico de navajas, con tu solemne ritual para el renacer en un mundo mejor.
X: No  querida. Ven conmigo. Seamos túnel que atraviesa este tormento. Dame la mano. Revivamos nuestros instantes felices. Por un momento olvidemos la crueldad que está elaborando en esta esfera. No a la muerte. Si al renacimiento de boscajes donde se guarece la calma. Olvida. Censura cada cárcel que nos ahoga. Andemos juntos. Creo que no hay nada que hacer. Hoy el astro rey luce su mejor traje. Una bóveda celeste en su amplitud nos ampara. Corre una brisa  estimulante, llena de serenidad. Embarquémonos en los túneles nutrientes de luz.

Y: Si amigo mío. En vertical sobre fosas alejadas de nuestra vida. Continuemos. A lo mejor…

lunes, diciembre 07, 2015

Reflejos...

El reflejo de una mirada a través de espejos rotos.
El ronroneo insatisfecho de un oleaje que no termina.
El arder de boscajes intocables a través del tiempo.
Todo se va envuelto en un grito austero de lágrimas
Sobrevolando las malditas manos aberrantes
Detractoras de la vida maravillosa de una naturaleza
Explosionando  en la cima de esqueletos.
Dolor.
Llantos.
Angustia.
Somos reflejo de esta tierra que se pierde.
Somos ronroneo de la metralla que induce la despedida.
Somos arder de cada pétalo de la alegría.
No sabemos qué hacer en la pausa del tormento
Nacen y nacen flores enraizadas a la melancolía,
Corales balancean su blancura de muerte.
Y miramos y miramos como todo se desvanece
En el sorbo de la dejadez , de la fatiga.


sábado, diciembre 05, 2015

Y volaste...

Y volaste, arribaste bajo la influencia de cuerpos desnudos en la tempestad. Estatuas movibles te desean y amparan el placer de tus plateadas alas. Los nubarrones se han ido. Vertical sueñas con tus esperanzas de ser valiente mano que danza con los sonidos del viento. Así me gusta. Te sientes bien. Cierras tus ojos. Párpados que derraman la sabiduría de la sonrisa más allá de los eclipses de las flores en el nocturno. Y volaste…sí con el ardor que fragua bajo las cataratas de tus sentidos. Un arco iris se tiende a tus huellas dejadas. Un arco iris que anuncia la invasión sobre las cumbres de tu yo. Danza…danza. Rie…rie…ecos de luna te darán de beber para la ascensión de tu ser en los deseos.

martes, diciembre 01, 2015

Manos...

El otoño ha llegado. Pasos se escuchan a través de las calles. La soledad impera en sus seres. Criaturas  deformes en sus espíritus danzan consigo mismas. Un cielo de sábanas grises impera en cada esquina. Ahí se encuentran.


Ya estamos llegando. Todos tus sufrimientos acabarán. Ya sé que está pendiente es espesa pero con el grito de la alegría alcanzaremos la cima. Venga. Animo. Un poco más y ya estaremos en la cumbre donde las aves alzan sus vuelos.
No. No puedo más. Hay algo en mí que me encierra entre rejas de púas. Parece que agonizo. No sé. Se me hace pesado. Tan pesado que el cansancio cuelga de mis espaldas.  Para que volar. Yo no quiero. Solo aquí. Sentada en una roca mirar lo que mis ojos alumbre.
No te puedes detener ahora. Sería el fin. El fin de tus jornadas rondadas por ese astro rey que indica que hay esperanza. Levántate mujer. Mujer de añicos. Mujer de borrascas que se confunden con la ofuscación de las fuerzas. Levántate mujer. Aquí te espero. Mira, mira….ya la cima está ahí. Pediremos nuestros deseos cuando la noche encienda sus estrellas fugaces.
Qué dices. Qué hablas. La armonía comienza ahí arriba. Sí, en esa cima que debemos alcanzar. No te dejaré. Vamos. Enderézate. Se vertical sueño de tus anhelos. Ya verás. No cierres los ojos. Te llevas la mano a tu pecho y sientes los latidos apagados de tu corazón, de tu alma. Un esfuerzo más. Ubicas tus ganas en esa vertiente que detesto de la desgana. No. No… Dame tu mano llegaremos juntos.
Juntos. Para qué. Todo será igual detrás del espejo de esa cima, pienso yo. Me impulsas a elevarme de mi estática raíces y lanzarme bajo el influjo de tu mirada. Lo intentaré. Sí. Sí…dame tu mano para llegar juntos.

Y se dan la mano. Manos que corretean con la hojarasca. Manos que juegan a contar los astros. Manos que se saludan con el rito de la paz. Manos columpiadas por el manar de un arco de colores que los lleva lejos, muy lejos…fuera del alcance de alambradas de sangre, de vientres abultados recolectando moscas, de la sed de nuestra esencia, de una naturaleza descarrilada, de minas con sabor a rajadas vidas.  El otoño ha llegado. Dos manos son las huellas que se quedan atrás. Caminan por el infinito de las ilusiones.

domingo, noviembre 29, 2015

Mestizaje...

Mestizaje. Agua de rosas que nutre nuestros párpados. Agua por las vertientes donde la luz es risueño de despertares. No ves…. Pero yo inspiro cada nota de mi vientre en la verticalidad de tu esencia. Pinceladas de mareas que se transforman en tormentas en el infinito. Un ave viene…viene con sus alas amarillas y una gota de lágrimas tras tu tez. No sé lo que te pasa ahora. Arboledas tétricas del insomnio bajo las nubes venidas. No andas. Estática. Reposada en la sombras sin cobertura a tus ojos que miran, que miran tus gastadas manos. Te sientes cansada…un cansancio lumbre de las horas en el callamiento. Estatuas deformes dan forma a tus pisadas, lejanas, absortas en un vago vagón destino al adiós. 

sábado, noviembre 28, 2015

Te estaba llamando...

Te estaba llamando. No me digas el por qué. Pero si….te estaba llamando. No por necesidad sino que el columpio de las constelaciones se arrimaban a mí. En ese momento pensé en ti. Me gusta recordarte, rememorar aquellos instantes vividos de antaño. Ahora estoy frente la frescura de las mareas y te llamaba. Aquí sola en la aurora que hace el despertar de los cuerpos y los induce caminar por una orilla de tersa arena.  Sí, te llamaba. Quería atravesar ese océano para que tú vinieras a mí. Estrellas marinas y caracolas a mi paso. El eco sonoro del grito mudo revolviendo mi vientre. Las campanadas lejanas de alguna iglesia en su mestizaje con el rumorear de las olas. Todo se llena de soledad en esta playa. Ávidas gaviotas posan frente a mí y los astros huyen en el manto de un firmamento broncíneo. Sí amanece en este otoño. Mis pisadas se hacen lentas. No hay nadie. Será el frío. Te estaba llamando. Con el poder de mis sentidos más allá del horizonte. Aquí estoy. Tu lejos, muy lejos…te estaba llamando.

martes, noviembre 24, 2015

Estallan...

Estallan las flores del universo.
Dan la bienvenida a las solemnes criaturas
Que en paz,  trepan por nuestras venas.
A la vista un globo azul
Derramando sangre y penurias.
Pero aquí estamos
Intentando ser soles del equilibrio
Bajo la desorientación de nuestras huellas.
Tragamos rocas
Alimentándonos del oleaje perdido

En el intermitente desafío de las batallas. 

lunes, noviembre 23, 2015

Vienes...

 Vienes
Y vienes
Otra vez bajo mi sombra de cipreses
Vienes
Y vienes
Con tus manos espectrales
En la luz desfallecida.
Camas revueltas,
Un sudor eclipsado.
Mariposas de flores
En la caravana al desafío.
Vienes
Y vienes
Con tu canturreo apagado
Con tu rostro sin ojos
Apagar los astros de la noche.


viernes, noviembre 20, 2015

Equilibrio..

Equilibrio.
Serenidad.
Brazos abiertos
En la bonanza de las jornadas.
Estatuas de hojarasca
Llevadas por el viento norte.
Aquí estoy, aquí estamos
Bajo solemnes cantos
A la naturaleza desgarrada.
Aquí estoy, aquí estamos
Sombras de un vacío
Que muele los silbos a la vida.

miércoles, noviembre 18, 2015

Fragmento de novela que ando....

capítuloxxx
…Rastros, una hoguera que rota en sus desperdicios ¿De quién será? Se dice Pablo. Qué será de José habrá hallado ya a María y juntos pacerán bajo su techo. Qué desgraciado soy. Yo que lo amamante con leche loba, que curé sus heridas. Ay hijo mío quiero ver las estrellas ya estoy harto de los tabiques de brumas y arboledas de este lugar. Vamos, vamos a un descampado, nos arriesgaremos.  Contaremos una a una y seremos deseo de su brillo. Quizás ellas nos guíen hacia ella. Hacía otro mundo donde tú crecerás mejor. Y fueron a un lugar descampado, la niebla inexistente estimulaba a Pablo que seguía con su niño. Para él divertido. Se sentó en una roca y contempló toda esa ramificación del universo. Oyó un crujido. Pero no hizo caso. Después pasos que se aproximaban. Ahí estaba, la vieja de la cabaña. Se saludaron con un fuerte abrazo. Ella adivinaba lo que le ocurría mientras jugaba con el pequeño. Sano y fuerte, decía. Pero el embebido en sus pensamientos y en el firmamento no atendía a las palabras de esta. Sano y fuerte, vamos conmigo pequeño. Se lo llevó para que su padre descansara en ese ensimismamiento. La noche avanzaba, una noche sin luna donde estrellas fugaces parecían que iban a impactar con su mirada distraída. Se sentía bien, en ese acogedor lugar. La noche avanzaba, una noche sin luna donde las nebulosas lejanas eran espirales de humo que iba absorberlo y desaparecer. Sí, desaparecer. Era lo que más deseaba, se había dado cuenta que el niño se lo había la vieja de la cabaña y el nutrido  por sus aventuras del ayer daba la sensación de retorcerse en sí mismo. Escuchaba el grito de los lobos. Ojala vinieran a por él. Pero como, eran sus pasos, sus amigos. Oh, la noche, la noche….la noche cerrada, temblorosa a medida que pasaba el tiempo. ..

domingo, noviembre 15, 2015

Esperas....

Esperas…Qué esperas. El amoldamiento de los sentidos que en horizonte son nubes de fuegos a través de espejos cerradas. Las olas retornan. Tienes que avanzar contracorriente, alzar tus alas doradas y tenderte al vacío de lo que llegará.  No están. No hay nadie y un círculo de hiel te consume a medida que las jornadas son manchas de la noche.  Entornas hacía arriba un canto, un canto casi mudo. Tu respiración. Espirar e inspirar. Tu compañera a medida que la batalla de tus plumas recorren el desconcierto. Si, esperar cuando las quebradas cometas blancas linden a expensas de un viejo muro. Te da sombra. Te cobijas y sin saberlo tu huida duele. Sí, duele. Esperar a que la claridad de tu corazón aviste las rosas de invierno. Mira te llaman las almas de las aves libre. Roca que se rompe, caes, te levantas. Esperas bajo la inclemencia de las horas. Ay esas horas. Arrugado espíritu que vuelve más lejana, muy lejana. 

viernes, noviembre 13, 2015

Círculos negros...

Círculos negros,
Espacios inhabitados por los hilos del silencio.
Mariposas libando de la vida.
El romper de las olas.
Cotidianas.
Riscos de papel.
El hallazgo de la aventura
En tus ojos de arco de colores.
Vienes, vas
De nuevo el rigor de las horas.
Aquí estas.


jueves, noviembre 12, 2015

Aquí...

Aquí sentada frente a una obra infinita orientada a un universo que se expande, que se contrae a nuestro alrededor. No estoy conforme, se dilatan los colores en el auge de un pincel que guía mis manos. Mis manos temblorosas en el sutil aliento del detalle. Aquí estoy frente un lienzo elaborando, elaborando el entramado boceto de la vida que se extingue a medida que el tic-tac de un añejo reloj quema el almanaque. No sé lo que hay más allá de este caballete. Mirada fija en los trazos que se van hilando a medida que el día avanza.  Los astros ya vienen…Si vienen con la densa oscuridad de un otoño. Mis pinceladas se disuelven, se van en un paseo por la noche globalizada en constelaciones. Una estrella fugaz y un deseo que me envuelve en quemados deseos. Aquí sentado frente a una obra. Esperando su fin. Pero no. No acaba se alarga sobre los remotos ecos de un silencio.

miércoles, noviembre 11, 2015

Soles...

Soles
Un árbol retorcido
Guiado por el viento.
Manos derretidas
En la cima de veleros sin rumbo.
Continuamos
Giramos en antorchas
Adolecidas por el adiós.
¡Qué temprana ida¡
Muerte bajo las sombras
De un océano hostigador,
De una huída librante

De las cadenas opresivas.

sábado, noviembre 07, 2015

Nebulosas..

Nebulosas rondando el abismo.
La negritud de tus ojos
Amplias, bellas
Bajo un viejo árbol
Que expande ternura.
Aquí estamos.
Esto somos.
Aliento de astros mudos,
Absortos en la rutina.
Mírame, te digo
Tropieza tus manos
Con el álgido ajetreo de mis manos.
Sí, fuerte.
Agárreme fuerte
En el temblor de un pinzón
Bajo las inconclusas rocas

Que salivan  la vida. 

viernes, noviembre 06, 2015

¡Qué maravillosa eres¡

¡Qué maravillosa eres¡
Plenitud encadenada a las gaviotas
Cuando se desvanece  el manto azul
De este globo que nos acoge.
Astros hay ahora,
Faros tomando el rumbo
De nuestros cuerpos
Que ausentes
Respiran en la verticalidad del oleaje.
Sí, eres maravillosa.
Ojos implantando la sabiduría
De una aliento
Prolongándose por las vertebrados corales.
Andamos al unísono
Yo aquí, tú allí
En la extensión de alas de acero
Profundizando en nuestros latidos,
En nuestras pisadas a ras de la brisa.
Caracolas dan la tonada cierta y pura
A la danza de nuestro sudor, de nuestras singladuras
A través de una atmósfera de arco iris.




jueves, noviembre 05, 2015

Despacito...

Despacito, agua que sube y baja por las rocas deformada por la vejez. El oleaje bravo y furioso arriba sobre las penas y un ánima flota sobre el océano. Sus movimientos lentos simulan una danza donde bebe de la luna. Despacito, despacito…el rigor de los caracteres impregna este orbe cuya negritud avanza al vacío. Siembra de tala aberrante a las arboledas de la vida y pueblos condenados a la huída. Y ella danza. Si, si…sobre ese liquido violento a la espera de la lumbre de unas manos limpias que le den ánimo.  Llama a las aves, vuelo certero por este mundo oscuro donde el gemir de algún niño muerto desencadena la lucha contra fuerzas brumosas.  Y llegan Náufragos, refugiados en la desidia. El otoño aprieta y después ascenderán bajo las inclemencias irreductibles del abandono. Cuerpos caídos, tribus desviadas del ritmo del nocturno. Despacito, agua que sube y bajo por las rocas deformadas por la vejez. Un ánima se eleva, trepa por riscos exhalando un lamento. No la escuchamos pero desvencijada arremete contra las espirales de navajas a la libertad.



domingo, noviembre 01, 2015

Querido

Qué haces mujer. Ahí, en la ventana. El día es gris. La lluvia parece no calmarse, vueltas y vueltas en charcos que lleva barquitos de papel a la deriva. Todo es un caes. La nostalgia cae sobre ti mientras Schubert teclea su dolor. Yo, aquí, sentado, mirando tu espalda pero no te das cuenta. La vejez no es renuncia, no me oyes.  Solo el cloqueo de la lluvia. De un frío que vendrá y con nuestras mantas nos abrigaremos bajo la caja tonta o un viejo libro.
Llueve. Lluvia que fertiliza mis años perdidos. El no sé donde andará pero bien de seguro en su sillón con una manta a cuadros sobre sus rodillas. Lo observo decaído. No sé lo que le pasará.  Yo aquí, ensimismada, me encanta ver llover, observar como los pequeños riachuelos avanzan por el asfalto.  Creo que no ve. Su vista ha desmejorado mucho. Pero presiento que está detrás de mí leyendo noticias del ayer.
Cansado de las mismas noticias. Me cuesta leerlas. Ay, los años. Ella sigue ahí, no sé en que estará pensando pero de seguro que fotogramas antiguos pasa por su mente. Si se virase. Intento llamarla, no hace caso. Aquí con el calor de esta manta no me apetece levantarme.
Parece que amaina. Quizás le apetezca dar una vuelta. Me agota estar fijamente en esta ventana, ver la soledad de las calles.
Se vira y viene hacia mí. Me dirá, damos un paseo. Y yo como siempre le diré que sí, que vamos a ese parque donde nos conocimos.
Dispuesto querido.

Sí querida.  

viernes, octubre 30, 2015

Miradas y miradas...

Miradas y miradas. Oscilan bajo la sombra de tu ida. Yo feliz. Porque no…porque no ir deshilachando una sonrisa mientras mis alas se retuercen en tu olvido. Me has olvidado…si, lo presiento…hace tiempo que tus ojos no son lumbre de mi rostro desvaído, fatigado. Ahora, a mi manera, busco un faro. Un faro lejano donde el morder del oleaje alcance mis manos, mi vientre para hallarte de nuevo. Sí, otra vez…otra vez girar y girar en las hogueras prósperas de tus labios. Dichoso el sueño, dichoso la veracidad, dichosa las ganas, dichoso recordarte…así…aliada a mí cuerpo con los puentes de arboledas formando un coro que al unísono gritan: ven aquí que el otoño me aprieta. Hojas caídas, pasos inciertos, lluvia vespertina que amputan al astro rey pero tu ahí. Sí, ahí, en un rincón de la penumbra de mirada. Miradas y miradas. Puertas que se abren y se cierran…se cierran y se abren. Bienvenida seas. 

miércoles, octubre 28, 2015

Espaldas mojadas...

Espaldas mojadas
Por la inquietud de un alba
Vientre de nubarrones.
Hojas que vacilan
En la amplitud de las almas
Disueltas en los barrizales
Que lamentamos en la lucha
Por atravesar como cometa blanca
A las esferas de la serenidad.
Ojos abiertos con la mirada a la nada
De rocas rajadas por el silencio duro
De las plumas azules que van a reposar.
Nos levantamos, avanzamos
Aglutinando nuestras manos
Bajo un arco incoloro
Que nos lleva, nos trae
Con erguidos sueños.


domingo, octubre 25, 2015

Un dolor...

Un dolor.
El cimbrar de las ramas.
La oscuridad de la jornada.
Incesante solapados
A una nave del olvido.
La memoria retrocede
Y es cenit de encuentros, de experiencias.
Se desangra la duda
Cuando ameniza las horas espejos rotos.
Te miras.
Te observas.
Te examinas.
Las cadenas son puentes al vacío

Donde has de nacer. 

jueves, octubre 22, 2015

Amanece

Amanece.  En una casa de paredes de pintura carcomida se halla madre e hijo. En una habitación. En la cama la madre. En un rincón sentado en el suelo el hijo.

 Pero a dónde vas hijo de las mil lunas a estas horas.
Nada, busco agua. Si agua que has de beber, que debo de beber. No ves que esta sequedad nos estás matando.
Si, cierto. Pero no robes a nuestros vecinos, ello traerá una batalla campal donde  a ti no te quedará ni el suspiro.
Que no robe. Pero que dices madre. No puedo más. Estoy cansado y sediento…tanto que mis fuerzas son nimias. Necesito beber y tu también de esa agua que da la vida. Mira nuestro pozo, contaminado.  Si  muero por ese delito lo prefiero antes de contaminarme con ese lodo.
No hijo. No. Te matarán, mira que eres bestia. No comprendes. Ya vendrán tiempos mejores. Aguanta, aguanta…hasta que la lluvia rebose nuestras bocas, humedezca nuestros labios.
Estás loca madre. No te ves. Ahí encamada sin nada que llevarte a la boca solo pan y pan. Agua. Sí agua que engendra la vitalidad, el surcar por estos campos aislados de todo bullicio. Iré madre y al primero que tenga agua potable se la pediré sino….
Sino qué. Dime, dime….lo matarás.
Si madre.
Dios santo de todos los Cristos que el demonio no invada esta casa, esta casa oxidada, derruida por tanta mierda. La miseria nos abate, la miseria nos daña, la miseria nos corrompe. Pero hijo…Dios Santo de todos los Cristos  no hagas barbaridades. No me dejes sola.  No ves mi estado.
Si, madre. Veo tu estado y por ello soy fusil al encuentro de tu vida. No es fácil. Pero me hallo descosido al verte tan decaída. Maldita pobreza. Adiós madre, voy a por el agua. Agua que has de beber, agua que he de beber nada más.
Hijo ¡Hijo¡ Aquí te espero, siempre te esperaré…

Y se fue, con la sombra de un sol que llagaba sus ojos, con la rabia de una madre muerta. 

Despacito...

Despacito. Sí, con la lentitud de una lluvia que agoniza en la jornada.  Pasos entre riscos que te darán la lucidez de ser alas de tus emociones. Pasos en los que engendraras árboles cansados de tanto y tanto ser tachados con las navajas del desamor. No te preocupes. Despacito. Poemas del viento que se evanecen en la boca de algún volcán. Lágrimas de cicatrices que te hacen avanzar. Sudas, te yergues y despacito alcanzas el filo de una cumbre. Tu misma. Qué más da lo que piensen.  Arrastras la pena de las violetas bajo la sombra de algún quebrantahuesos. El irá a por ellas y verás que despacito engordarás tu verticalidad en el sentido  de una sonrisa. Sonríe mujer. Que bellos son tus ojos cuando la efervescencia de un otoño te hace ser feliz. Sí, han llegado las lluvias. Te desnudarás y despacito te bañaras con su frescor, con su pureza y serás otra. Despacito. El camino a tomar no está lejos. Solo la calma, la paciencia de tus sentidos te llevará inexcusablemente a tu sur, a tu norte. 

lunes, octubre 19, 2015

Barcas vacías...

Barcas vacías. La extensión de una mar que se nutre de arenas doradas. La pasividad de un pueblo. La calma rondando a través de sus entrañas. Es la hora de la siesta. Paulatinamente los imperios de los rayos solares los embriaga hasta el despertar bajo sus viejos tejados. Somnolientos se yerguen en la cúspide de la paz. Danzan descalzos lentamente. Libres de todo bullicio, de todo estruendo ambientado en otras esferas hasta que la luna los acoja en sus redes. 

domingo, octubre 18, 2015

Ausente...

Desvanecimiento prematuro
Otoño embargado de lluvias.
Oleaje brusco, cortante.
Un cuerpo.
La expansión de los sentidos.
Ausente.
Búsqueda grávida
De los ojos hecho añicos
Por la espesa furia

Del tiempo.

sábado, octubre 17, 2015

la búsqueda...

Vagaba bajo los influjos de un deseo. Caminaba lento, con la parsimonia que en alguna esquina la encontraría. El tiempo era pegajoso, impregnaba todo el ambiente. Su frente sudorosa parecía manantial de su existencia. Ay….pero ese deseo…lo tenía embarcado en su búsqueda.  Su sombra ya no se divisaba. El no se sorprendió. Tal vez el agotamiento de su cuerpo había hecho que se difuminara en las aceras sucias. Se yerto sobre el pequeño paseo marítimo. Horas que no dan lumbre a la existencia de alguien. Solo. Solo y sus pisadas. La mar formaba un verde azulado que cautelosamente lo elevaba que ya estaba cerca. La proximidad de hallar lo que buscaba lo absorbía en nubes de ensueño. Se apresuró. Se descalzó y por la orilla de dorada arena vagaba. No podía estar muy lejos.  Ahí estaba. Escuchaba su voz como eco con se desplazaba vibrante por sus cuerpo. Ese era el secreto. La cogió entre sus manos y la puso en su oído. Sus sueños, sus deseos se habían verificado. Una brisa tenue comenzó a soplar. El entumecido por aquellas palabras se sentó. Si, sentarse. Frente a ese océano bello y maravillo. Lo contemplaba sin decir palabra. La dejó en la arena. Allí estaba lo que buscaba, la ondulación espectacular de esa masa viva de agua frente a sus ojos. 

miércoles, octubre 14, 2015

Acurrucada...

Acurrucada.
Vencida.
Desempolvando la nostalgia
Sobre mareas infinitas.
Agita un viento feroz.
Rostro de espejos
Surcando su yo.
Pétalos de rosa purpúreos
Acogiendo el firmamento.
Estás ahí.
Sí, ahí
Donde las arboledas colgantes

Recuerdan y recuerdan.

martes, octubre 13, 2015

Una luna---

Una luna que roza la polución. Cráteres silenciosos en la densa espesura de una bóveda anaranjada.  Andamos con nuestra fisionomía a través de los cantos del crepúsculo. Todo está callado, todo rememorando cada huella dejada atrás. Un mundo extraño, divergencia de pensamientos que amputan el sentido de su belleza.  La paz, mensajera cuya calma se encoje bajo las cenizas de la nada. 

domingo, octubre 11, 2015

La voz...

La voz de las arboledas que bajo filigranas de nubes se empeñan en ser coro de una laguna de olivino con motivo de puñales baldíos de montañas.  Una luz emerge en el sentido de la serenidad de la tarde. Un octubre donde las aves pescan la resaca de los sueños ¡Qué grande es la soledad¡ Fraccionando cada haz del esbelto silencio.  Arrumbar por otros lugares donde la mirada se pierde. 

la danza

Es hora de levantar, se dice. Llueve con las palabras solemnes de la eternidad. Es hora de danzar, se dice. Se mira en un espejo. Cuerpo pulido a través de los años, de los sueños. Solo un slip se pondría esta vez. Quería lucir su desnudez a todos los transeúntes que pasarán. Se embardunó de aceite para resalta así su fina musculatura. Pero llovía. Un cielo gris se perfilaba ante sus ojos. Salió bajo su techo y comenzó con sus deseos, danzar y danzar. Aceras húmedas le hacían casi resbalar a sus pies descalzos. Le daba igual. La gente lo miraba en sus movimientos perfectos, en esos instantes que su brío navegaba en la verticalidad. Y danzaba y danzaba a medida que la jornada ceniza avanza. Su rostro era dudoso. Era hombre o mujer. No se sabía. Solo su cuerpo y bajo su vientre delataba su sexo.  Y entre más lo observaban se sentía más impulsado a su danza. Su fibrosa sustancia más el rigor de sus posturas atraían a cada mirada. Un espectro de tristeza se le veía en sus ojos idos. Una belleza que sin igual colmaba a todos los que pasaban. Hombre o mujer. Qué más da, pienso.  Las finas gotas no cesaban. Su ser impulsado por los que lo miraban se dejo caer cuando la tarde sucumbía en una noche larga y perezosa. La neblina lo abrigó pero él seguía y seguía en su sudor, en su llanto, en su dignidad. Ceso la lluvia y los nubarrones es escurrían en la fuga. Una luna esplendorosa y armónica nacía al son que él, que ella seguía y seguía. No pararía. No quería parar en la hermosa plateada. Así continuó con el esplendor de sus muecas corpóreas. El cansancio no llegaba. El cansancio eclipsado por su éxtasis.  

sábado, octubre 10, 2015

No te olvides...

Rebosas de cierto aroma que nos hace concluir bajo las cenizas de la despedida.  Sí, ya ha amanecido y has de irte lejos. Muy lejos. Donde las ballenas te guíen por esa senda de la beldad. Aquí estamos, acurrucados, a la saga de tus sueños.  Sigue con ellos. Se materializaran cuando los alisios de lumbre a tu rostro. Mientras anda, vete ya. Deja que el rumiar de las mareas abrace tu cuerpo.  Aquí nosotros nos quedaremos esperando el abrigo de tu verticalidad. No te preocupes ni te desesperes. Alzaremos cierta oración a este universo que nos acoge para tu prosperidad.  Si todo va bien no sabremos nada de ti. Si no regresa. Aquí estamos. Con los brazos abiertos emitiremos la sonrisa que te falta y alcanzaremos la dicha en tu retorno. No te olvides las horas pasan, un tiempo que pasa embriagado de tu esencia.  Enredada en tu adiós no escuchas. Ya sabes, aquí estamos, vigías de ese horizonte que te aguarda. 

miércoles, octubre 07, 2015

Suena---

Suena,
El grito de la alegría
A través de los montes oscuros
Cuando el nocturno describe círculos
De astros sobre lo hondo del universo.
Y si no suena, conspiremos
A los dioses de esta atmósfera
En el escalar a través del aire
Con sueños de alas plateadas
Anticipándose al agotamiento.


lunes, octubre 05, 2015

Un piano...

Un piano. Rosas al viento. Un cuerpo sentado ante él. El eviterno aliento del otoño que lo apresa con nubes marrones, con las ásperas manos de su suspirar. La nostalgia le acompaña. No sé qué ensoñación cubrirá su mente. Seguro que es ella. Lejana, distante, ajena a su trance en cada trozo de sus composiciones. Horas y horas donde el jaleo de un gallo de la madrugada lo hace silenciar. Luego continúa sin tregua con el lento baile de sus manos sobre esas teclas. Inesperadamente lanza un grito a su soledad, a su silencio y se estremece. Sus párpados se cierran es como la muerte presente. Sigue. A amanecido y un cielo azul lo invita a pasear. Se levanta, se viste y con la mirada fija en los adoquines que pisa imagina como será ella, como se encontrará. Bajo el brazo un diario donde anota cada inspiración. Su energía sigue viva. Su energía lo apresura hasta volver de nuevo ante aquel piano. Se sienta ante él. Ya está agotado de tanto y tanto teclear. No hay inspiración pero cierto eco de su proximidad lo despierta. Ojala me recuerde, se dice. Y cae. Sí, en este mes de otoño. Todo se vuelve amargo, con lo insípido de las jornadas. Adiós, dice. Mi despedida está aquí. Tal vez bajo los astros de la luna nos encontremos. Ya estoy viejo. Rosas al viento. Un piano. Un cuerpo sentado ante él. El eviterno aliento de calladas manos.

domingo, octubre 04, 2015

Espaldas húmedas

Espaldas húmedas sobre cayados nacientes de pozos. Un viejo árbol que te habla de ese ayer rajado en la mirada. Lágrimas conformando en el adiós. Sí, el adiós. Cansancio sería la palabra correcta. Un agotamiento creciente en murallas de ortigas. Sí, me voy.  No sé quiero dormir. Dormir bajo los brazos de arenas donde el ronroneo de las olas me alejen, me acoten cada paso, cada ojos en la vertiente de la oscuridad. Sí, adiós. Dejadme descansar…

sábado, octubre 03, 2015

Tranquila...

Tranquila,
Los cuerpos rompen el silencio
De una madrugada dichosa
Embriagada de sudor.
Ahora,
El amanecer
Con la dejadez de los besos.
Nos distanciamos
Sobre los ecos de las gaviotas
Al romper de las olas
Emancipando el deseo.
Tranquila,
Brío de la desnudez
Encadenada al adiós.
Ya nos encontraremos
Calladas, aisladas
Andando por los hoscos terrenos
Donde arboledas extinta
Serán lumbre de nuestro querer.
Solas, aisladas
Atmósfera que nos agazapa

Rumbo de nuestra mirada. 

jueves, octubre 01, 2015

Se va....

Se abre la bóveda celeste para permitir el paso de enrarecidas nubes que anuncian chubascos. Me encuentro aquí. Sí aquí, en la orilla de la playa mirando el horizonte. El reflejo de una mar en calma me trae mi rostros, mis manos, mi cuerpo y ensimismada me quedo observándola. De repente el cielo se cierra con nubarrones gris-marrones y es evidente que pronto la lluvia vendrá. Mi ser se hace más claro en esa agua tranquila, en el reposo del oleaje. Mis dedos se agrandan y arrugan, mi cabello crece en canas, mi rostro demacrado visiona un monte bajo su fondo. Un monte de cenizas y magma. Eso es lo que me espera en lo que logro entender. Suspiro. Temblores penetran en mis piernas y cierto remolino causada hace desaparecer esa espantosa imagen. Me calmo. Todo vuelve a la normalidad, gotas resbalan por mi tez, gotas nacidas del vientre de las nubes. Camino por la orilla. No hay nadie, es temprano y la lluvia espanta a todos. Deprisa…Sí, me apuro y llego a la avenida. Miro de nuevo ese horizonte cenizo y agua.  Me miro las manos se han alargado sus dedos y arrugados. Me toco el cabello solo mechones grises caen en mis manos, enmarañados. Sí, ha sido larga la espera o mejor dicho este decir que no al amor. Me doy cuenta que aquella verticalidad tan asumida que tenia se tambalea para caer bajo los rastros de una vida ida. No al amor. Destino que me aprieta entre candados hasta solo abogar como perro verde por los adoquines de la desidia. Ahora, es tarde. Me miro las manos  y mis dedos son largos y arrugados. Cojo un mechón de pelo y es gris quebradizo. Ya no puedo avanzar. Alguien se aproxima. Me tiende la mano. Me da la sensación de que es como un auxilio. Se la doy. Se va y en mi solo queda recuerdos negros, recuerdos ascendentes bajo las tinieblas de la espera. 

martes, septiembre 29, 2015

cuando...

Cuando despertamos ausentes de las nubes cenizas que se van emancipando de nuestro rostro nos entregamos a los pasos vacíos en pasillos blancos. La soledad sonora impera a nuestras espaldas y lentamente derivamos a un café que anima los sentidos. Nos asomamos y en la luz del amanecer las calles de la nada concurren viejos perros negros en su paseo temprano. Ladridos impertinentes nos alerta y la conciencia incide en la eclosión de unos ojos mirando el horizonte. Puentes anunciando un nuevo viaje lejos, muy lejos. Puentes que has de pasar y que solo se  cuelgan de riscos donde la álgida esperanza está tras ellos. No renunciamos, seguimos con el rigor de nuestra dureza en la continuidad de una jornada despejada. Cielos azules donde alguna que otra nube gris se escapa para no volver. No volver, esa es la palabra exacta, el preciso lucero que ha de guiarnos en las sendas desconocidas de la vida. No. No miraremos atrás donde los desgarradas sabinas se retuercen en sus entrañas, seremos grito de ausencia de cada tempestad, de cada tormento que nos derive hacia arenas movedizas. No volver, palabra envuelta en la sorpresa de un nuevo sol. Adiós, decimos. Sin el acicalamiento de una mirada tras nuestras espaldas. Adiós, vámonos ya….

lunes, septiembre 28, 2015

En vertical


Soles que lloran...

Soles que lloran la despedida de un ser que embestida en la sombra de palmeras evoca el rumiar de volcanes.  Decaída, lánguida, sumergida en la duda decide irse. Lejos, muy lejos donde la guarida de las gaviotas parloteen su decisión.  Cumbres desgarradas, sonámbulas, con la bruma  de una esencia que se duerme bajo la lumbre de lágrimas. Adiós querida, te digo. Que tu descanso sea eviterno florecer de verticales veleros en el resonar de una luna que viene  a tu búsqueda.

sábado, septiembre 26, 2015

y eres....

Y eres ese viento amaneciendo entre los acantilados grises de la bruma. Y eres sendero que he de seguir cuando la luna se marchita y somos ecos del rumiar del oleaje. Y eres amor, atardecer de malvas y azules cuyo sueño envuelve los sentidos de la vida.

Olas alzándose...

Olas alzándose en el movimiento del amanecer.  Rocas donde rompen cuyo aliento deforme inspira un halito de beldad. Playa vacía. Playas yermas de la pisada intrusa colándose bajo la visión de ella. Se arriesgas y por un sendero casi inaccesible barranco abajo se yerta ante ella. Sola. Con el agónico canto de las mareas. Cuantas añejas embarcaciones habrán naufragado en el violento arrebato de sus profundidades, se pregunta. Observa ese océano como dios que la induce a rezar una oración por los ahogados. Se siente bien, libre.  Pausadamente se desnuda. La arena se le pega a sus piernas. Algo incómodo pero gratificante. Con la lentitud de un sol que ya desea desembarcar y adormilar los últimos astros se enfrenta a esa agresiva marea. Sola, con sus pensamientos, con el ronroneo distante de la soledad. Se da un baño. No tema la furia del oleaje. Por un instante cae atrapada por una ola que la lleva a las profundidades. Quiere salir, recibir el aroma de la brisa pero no puede. La lleva contra rocas. Se deja ir. Se calma. Después de unos instantes la mar la devuelve a la arena. Ella sana, tranquila, extraviada en el rumbo a tomar. La vida otra vez. Un nuevo nacimiento se engendra en sus sienes sudorosas, mojadas. Se viste aunque su cuerpo permanece húmedo. De su frente mana un rayito de sangre. Barranco arriba vuelve, más ella, más vertical. Cernícalos van a su encuentro, la observan y ella con una sonrisa les da un beso que se extiende en la atmósfera. 

miércoles, septiembre 23, 2015

Invocas los cielos...

Invocas los cielos
Colmados de astros.
Involucras tu danza
Con acantilados rajados
Con el sonido de una brisa
Evadida de la nostalgia.
Focos dan lumbre a tu vientre
Tembloroso en la incertidumbre.
Te miras lo abultado que está
Penas juegan con el sudor de sus entrañas.
Penas donde la jerga normal son las batallas insostenibles
En el encuentro con la vida.
Todo se amarga.
Todo se encrudece.
Y un grito alistado a sótanos de cristal
Te observan, te acarician
Hasta la debilidad.
Qué frágiles somos.
Envueltos en la bruma de la pesadez,
Desgarrados por el soplo de la sangre derramada
Bajo las escenas del terror.
Cuchillos sobrevuelan al ser
Solo en su imperio de quebrantos
Y una paloma rajada es símbolo
De nuestras espaldas.
Ven amiga mía
Acompáñame en la penumbra de los sentidos

Implorando el regreso de la paz. 

lunes, septiembre 21, 2015

Su sonrisa...

No, no me mires así. A veces te hallo en mi memoria en donde el cariño aflora con el ritmo cierto de lagunas de cristal quebrantable. Sí, me he ido a otro lugar donde la oscuridad de los recuerdos, del quehacer diario no tiene cabida. Pero hoy te he sonreído y no comprendes. Hablas y hablas sin saber que puedo acoger algunas de tus palabras en mi corazón. Aquí estoy, sentada, casi estática sin poder ingerir alimento. Sí, te he sonreído. Será la despedida. Ese adiós que tanto temes. Hacía tanto tiempo….Es una manera de darte las gracias por cuidarme, por mimarme, por ser el centro de tu atención.  Como hacértelo llegar….
    Se va. No hay remedio han dicho aquellos que profesan la medicina. Hoy me ha sonreído. Una sonrisa que enaltece mi alma. La tristeza impera en mí. Una pena que se ahonda más y más en mis sentidos. Qué hacer. Tantos años cuidándola…pero me ha sonreído. Me ha mirado con la alegría del amor. Oh, su mirada. Siento ganas de llorar. Mi gran mujer. Después de tantos años se quiere ir. No aguanta más. Barrotes brotaron en sus alas de  libertad. Barrotes atrofiantes que invaden la persona. Ahora , en lo imposible de huir se difumina. Poco a poco. …Esta última imagen quedará en mi ser, su sonrisa.


domingo, septiembre 20, 2015

Como no...

Como no recordarla
Bajo cascadas plateadas
Extinguiéndose al ritmo del crepúsculo.
Amanecemos con las sensaciones en vertical
Sobre puentes colgantes
Girando y girando sobre llanuras de sonrisas.
Ahí, estaba.
Energética, ascendiendo por cada barranco,
Por cada cumbre al son de su aliento.
Inspirar y espirar.
Faros conduciéndola por lunas
De rostro inanimado
Pero aun así sus ojos eran brío
De valles descalzos.
Sí, cómo no recordarla
Viajera de nubes descoloridas
Cuando el pinzón azul
Marcha por los vientos del norte de la vida.
Así, danzando y danzando
En el mecer de las ramas
Soñando con la paz eterna.



viernes, septiembre 18, 2015

El cuadro...

Por qué mira ese cuadro así, me preguntaba. La observaba en cada movimiento desde el centro de la sala y me iba hechizando, una atracción que hacía brincos en mi corazón. Esperaba el momento en que sus ojos se comprometieran con los míos pero las horas pasaban. Sí, las horas. Y seguía con ese ensimismamiento, como encantada por una fuerza superior que le hacía fiel reflejo de esa obra. Qué tendría de especial. Yo no veía nada pero ella anonadada se empeñaba en seguir mirándolo. Una obra de mucho color, de figuras abstractas. Intenté acercarme, ponerme tras su espalda a ver si percibía mi aliento. Nada. Ella seguía y seguía en el esplendor de esa obra. Sin más, comenzó a desnudarse. Sí, a desnudarse en aquella sala vacía y fría sin dejar de mirarlo. Se aproximo a él e hizo un amago de abrazarlo. Yo detrás mirando cada paso, cada movimiento de ella. Nadie la corregía, la detenía. La nada recorría aquella sala. No sé como su cuerpo se fue tatuando de aquellas imágenes. Ella igual que el cuadro. El cuadro igual que ella. Se viró y me miró. Como diciendo aquí estoy, esto soy. No la comprendía. No entendía el significado. Pero sus ojos…Ah sus ojos me miraron. Ahí estaba su alma, su esencia. Me dio un beso. Un beso que colmó mis deseos. Se agarró de mi mano y me dijo, ya nos podemos ir. 

jueves, septiembre 17, 2015

Crepúsculo de soles...

Crepúsculo de soles
Emancipando de la oscuridad de los rostros.
Sábanas revueltas
Andando en un sueño evanecido.
En el jardín un rosal
Cuyas manos susurran la paz.
La mirada incierta se pierde
Y es beso al refugio de las almas huídas
De las guerras inacabadas.
Crepúsculo de soles
Escondiéndose de una lluvia temblorosa
Que se agota, que se rompe
En el tintineo de un nuevo nacimiento

de tierras pacíficas. 

lunes, septiembre 14, 2015

Hoy me he levantado...

Hoy me he levanto con el pensamiento cierto de escribirte. Un deseo ansioso me lleva a decirte estas palabras desde aquí, desde la lejanía de nuestros ojos. No sé estoy aquí bajo una lámpara que da lumbre a mi lápiz intentándote decirte algo. Ya sé que somos ajenos a esto que está ocurriendo en la atmósfera que nos envuelve pero he de decirlo. Hay gentes que vomitan niños que a la deriva transcurren en la frontera. Sí, vienen en masa. Una masa enorme de humanos que se apiñan en busca de aliento. La guerra en otros confines de esta esfera está haciendo estragos en ellos, ideas absurdas que acuchillan la paz, la hegemonía de la armonía. Ahora vienen aquí, huyen de tanta miseria, de tanto miedo, de tanta destrucción. Me pregunto qué humanidad cruza en nuestros caminos. La barbarie impera en nuestros impulsos. Espera, está amaneciendo quiero observar ese nacimiento de la jornada que parece bella. Sí, bella para nosotros, no para otros. Me quedo ensimismado con ese astro rey del crepúsculo que nos ofrece una gama cálida de tonalidades. Qué lástima que para otros sea nada más que una bruma de la que han de escapar. Escucho el lamento crónico de una esfera que se hunde ¡Qué horror¡ Mis sentidos me dicen que como ciudadanos de este mundo todos somos iguales. Da igual el color, el país. Se me revuelve el estómago cuando las imagines de los refugiados se apiñan en sudor y espanto. No sé por qué te escribo esto. Tu ya lo sabrás. Pero tenía la necesidad de contarte algo, algo que está sucediendo y que nos incluye a todos. Muchas cosas han de cambiar. Una conciencia abierta y pacífica debe impregnar a los seres humanos. Por qué. Observo como el sol se columpia en el horizonte. El día es claro, de un celeste puro y bello.  Me tomo mi café. Dejo que mi cigarrillo se desvanezca en este impulso de escribirte. Sí, de escribirte, es necesario. A veces tengo ganas de vomitar. El por qué es incierto. Será este malestar, esta impotencia de un mundo equilibrado. Quizás vaya a dar un paseo, saborear la calma que se vive aquí por unos instantes pero no sin antes despedirme. No pienses que estoy mal solo las nauseas de esta barbarie. Unas nauseas de los desastres de la guerra. Batallas estúpidas del humano. Grotescos son, nutriéndose de vidas inocentes. Por ello te escribo, es una desesperación de que todo esto acabe. Cuando veo a un crio muerto de frío me estremezco. No….no lo soporto. Te dejo ya. Quiero que me entiendas, que comprendas este pesar mío. Adiós querido amigo. Espero que todo finalice. Bien o mal pero que termine las bestialidades negras del ser. 

sábado, septiembre 12, 2015

En una esquina

En una esquina, apoyada, con la mirada fija a cada huella dejada por almas que van a su ritmo. En una esquina, arrinconada, con el aliento de sus sensaciones que le decían espera, espera…No se cansaba. Día y noche. Noche y día. Las luces del alma ahora incidían en su cuerpo desnutrido, sediento de tanto y tanto aguardar. Pasará por aquí, se preguntaba constantemente. Sí, se preguntaba en su danza con la brisa, con esa esquina apoyada rememorando que ahí la conoció. Una cierta humareda de vez en cuando la atravesaba, una humareda fragancia de ella. En una esquina. Esquina que va desapareciendo a medida que las estaciones se van. Roída por la incertidumbre busca un haz hechizante que la anime, que la transporte sobre cuerdas seguras hacia ella. Pero no. Una esquina. Una esquina que ya no está por su mente pasan fotogramas de lo que puede ser…se vuelve melancólica, tirada por una ilusión mediocre. Quiere crecer, creer…pero la ausencia la arrima a vastos barrancos donde deriva su vida. Caballos blancos pastan y ella va detrás de ellos. Huyen. Sí, la huída de lo imposible, la huída de un amor evaporado nacido en sueños. Una canción…Sí, escucha no muy lejos una melodía a piano. Se aproxima lenta, caída. Una melodía que le retuerce el vientre hasta exhortar un grito de desdicha. Se siente oprimida. La pena que lleva encima la hace tambalearse. Llega al lugar. Un piano de cola. Y suena y suena. Pero no hay nadie, sus teclas se mueven al son de un pesado viento que no arrecia. Ella se sienta. Quiere intentar detener esa agonía, tomar otro rumbo a su tonada. Alguien detrás. Le pregunta por qué lo hace. Por qué acabar con esa melodía que aunque sombría es la lucidez de los corazones, de tu corazón…Le roza el hombro. Se vira. Una luz impenetrable es reflejo de su vida. Un túnel le hace hueco y ella penetra a través de él. Un giro misterioso y maravilloso a caído bajo sus ojos. Paisajes donde el eco de las arboledas es un tic-tac de los años que le queda. Deprisa…deprisa, has de espabilar. No esperar más. Se da cuenta. En una esquina. Se va, cruza la calle y ahí está ella.

jueves, septiembre 10, 2015

Unas palabras...

Unas palabras.
Un viento  que arde en una sonrisa.
El guiño de un ave
Soñadora de los abrazos libres,
Del vientre a vientre
Cuando los labios se aúnan
En la intemperie de sus deseos.
Nos amamos,
Nos alongamos a los acantilados
Donde el hueco oleaje
Deja caer nuestros nombres.
Caminamos por puentes danzantes
Hasta el éxtasis de una caída del sol
Que nos abrigará bajo la sombra
De una añeja sabina retorcida, en horizontal.



miércoles, septiembre 09, 2015

Una sala...

Una sala. Dos sillas. Oscuridad. Uno de espalda al otro.
Yy :
Jurar y jurar. Que juras tu. Si tu en tu bar, con tus amigotes copa tras copas. No necesito más promesas, solo que tu lengua desvirtuada se estrangule y te ahogue. Si , ahogado como esos pobrecillos que huyen y huyen. Mundo  desequilibrado. Es que no te da sentimiento. Mañana podríamos ser nosotros. Sí, nosotros invocados por unas fuerzas tiranas que nos arrastren a tierras desconocidas para la salvación.
Xx:
Pero que dices mujer. Te prometo que no beberé más. Solo que….solo que me encontré con unos amigos y….
Yy:
Si, y…no puedes ni hablar. No sabes lo que dices. Es que no te ves. Es todos los soles, eres un alcohólico , es que no lo ves. Siempre lo mismo. Estas destruyendo todo. Todo aquello que habíamos edificado. Solo traes una ventolera de malestar, de discusiones tras discusiones. Mírame si eres capaz de sostenerte en vertical para mirarme. Mira a tus hijos, les da pena. Sí, eres una pena. Estoy cansada de todo esto. Tienes que ir algún lugar, que te ayuden…
Xx:
Qué hablas. Ayudarme, que te ayuden a ti. Que mil tinieblas apaguen este incendio. Qué te pasa mujer.
Yy:Que me pasa. Que me pasa. Estoy harta de ti y de tus borracheras. Andando…Venga, andando. Vete. Fuera. Cuando lo dejes vuelves¡ Fuera he dicho¡
(Se va hablando para sí mismo. Cierra suavemente la puerta. Ella se sienta y llora)
Xx:
Pero que desgraciada soy. Qué amargura tengo Por qué. Por qué…no es violento. Mira que me han contado casos. Es simplemente tonto, se deja llevar por esas asquerosas amistades y dale que te pego sorbo a sorbo ¡No¡ no quiero que mis hijos vean esa imagen de su padre. Ellos no dicen nada. Pero sus miradas….Ay sus miradas cortan mi vientre. Yo enfurecida y él como si nada Qué hacer…qué hacer.  Pero hoy he tomado la decisión. Es mejor no dejar pasar el tiempo. O se cura o no lo quiero más conmigo. Ay mis niños ¡Qué dirán¡ Me odiarán porque él es tan bueno… Demasiado diría yo que se deja llevar. Pero no puede ser. Quiero una persona con control de su propia vida. Venid aquí hijos míos. No ha pasado nada. Papa ha ido a dar un paseo, pronto volverá. No…no  soporto sus miradas. Hay algo que no me gusta. Me hace sentir culpable. Sí, culpable. Culpable por echarlo. Culpable por dejarle pasar tantas borracheras. Culpable de esconder mis sentimientos ante ellos. No….todo debe cambiar. No aguanto más. El no lo ve, la ceguera le impide ver que esta rajando esta casa. No más, no más embriaguez bajo mi techo. Me revuelvo bajo la tarde y un estremecimiento penetra por mis venas…Ay, mis hijos. Solo pienso en ellos. No quiero que se burlen de ellos, para eso hay que distanciar el mal. Y el mal es el quiera o no quiera. Fuera. Cuando sane que vuelva, cuando decida curarse que retorne que con los brazos abiertos lo espero, lo ayudo.  Ahora no. Ahora lo quiero lejos de mis hijos, que se quite esa imagen ante ellos. Me pregunto cual habrá sido el fallo. Sí, ese error para hacer lo que hace. Seré yo.  Ahí viene otra vez ¡Qué hacer¡ ¡Qué hacer¡
Xx:
Hola mujer.
Yy:
Pero es que no has entendido lo que te he dicho. No más. No más.
Xx:
Y a dónde ir. No puedo estar callejeando todo el día. Me siento agotado. No me eches. Todo cambiará. Primero eres tu y mis hijos. En ellos he estado pensando. Tiemblo el poder verlos, acariciarlos. Oh, mis niños…Ni una copa más a partir de hoy. Si, de ahora mismo. Quieres salir amada mía. Te necesito. No se volverá a repetir sino ya sabes…La comprendo, este estado mío diario no puede ser. Me avergüenzo. No estar delante de ella exclusivamente sino mis hijos, que dirán de su padre. Un borrachín que va de tasca en tasca hasta tambalearse.
Yy:
Cómo decirle que no. Me mira con esos ojos de penas, de cobardía ¡Ay vida¡ Vamos, vamos…dúchate si te apetece. Saldremos.  Otra vez, perdonarlo. La última vez. Sí, saldremos de la mano como dos enamorados. Algo me queda  de ese comienzo. Caminaremos al son de los astros y entregaremos nuestras almas al destino. Cada pétalo de mi vida se irá. Sí se irá a medida de que envejecemos y subsanar a tiempo cada error, cada falta.
 

lunes, septiembre 07, 2015

Si el tiempo...

Si el tiempo se empecina en que todo llegará, déjalo que siga sus singladuras por nubes de un azul denso hasta que tu destino consagre tus deseos. No provoques, digo, la antelación de los hechos cuando la tempestad estalla en tus sentidos. Déjate ir, pienso, todo es movimiento que se transforma y vuelve a las esferas de tu vientre.  Si el tiempo te pregunta cómo te sientes, no respondas. No invoques las penas presas en ti por cada gota de sangre derramada en este globo. Sí, ya se, sientes dolor. Tanta injusticia…tanta mierda desembarcando a ras de tu corazón que te sientes caer y caes.  No sé, te aburres. Sí, estás hastiada de tanta miseria, tanta guerra que se pierde en los laberintos donde la luz no existe. Siempre hemos sido iguales. Todo parece que se repite. No aprendemos.  Y puede ser que todo acabe. No sé cuando…no me preguntes. Algún escarmiento cuando de mirada a mirada veamos la humanidad de unas manos. Manos iguales, alma iguales que desempeñan un tacto suave, asertivo ¡Oh el odio¡ ¡Oh la venganza¡ Por qué, te preguntas y no hay respuestas. Tendremos que brotar de nuevo bajo los efectos de otro firmamento donde la plateada nos acoja y olvidar, olvidar. Sí, deja el tiempo con su paso triste, monótono, apagado, gris. Pero no lo mires. Mira ahí arriba…si, ahí arriba donde los soles nos llevan a la lucidez de nuestras huellas. Observa la caída de la tarde. Vayamos donde las olas rompientes no sean lágrimas de muertos flotantes. Vayamos por la orilla con el cosquilleo de una tersa arena que entregará nuestros cuerpos a la deriva de la calma, de un equilibrio. Sí, ya se, que me estabas esperando. He llegado un poco tarde creo pero estamos a tiempo. Sí, a tiempo de ser gaviotas doradas bajo la ida del sol.

Ya te he...

Ya te he dejado,
Sí, con el surcar de cetáceos
Guiando mis alas al sol.
Ahora vuelvo,
Retorno a ese rincón
Donde gira y gira la dejadez.
Simplemente las calladas aves
Vienen a visitarme
Y me miran y miran.
Observan cierta nostalgia
De cómo enderezar mis pisadas
Para que con la solvencia de la brisa
No sean brumas melancólicas.
Sí, me he ido
Durmiente de cedros
En los lejanos pantanos de la oscuridad.
No sé por qué,
Tal vez porque las tundras que abruman mis manos
No deben, no quieren continuar.
Así, aislada, perpetuando el solaz de una cometa

Danzando en el aire.