Cuando dices que a lo mejor mis sensaciones se molestan.
Nada precisa son sus palabras, siempre volando a través de espejos imaginarios.
Por qué no un si, por qué un no. Solo el tiempo dirá la verdadera palabra. Aún
así te observo real. No sé por qué dudar. Solo que vienes y vas con un tal vez,
quizás mañana. Un mañana donde la incertidumbre derrumba el apego bajo este
techo. No…no vale. Solo lo cierto, no ese apogeo en columpios a la deriva de la
certeza. Por qué no me miras. Solo vacilas en tus comentarios. Temes hacerme
daño. Pero no es así. No es lo que por tu mente discurre. Palabras concretas
para el rumiar de los días.
A lo mejor, le dicho. Ella me mira y mira como si fuera una
ofensa. En sus ojos inyectados de discreción aparecen agudas penas que la
comprimen como si yo hubiera cometido un error. Tal vez sí. Tal vez no. No sé qué contestar, como salvarla de sus
dudas. Ahí está, no deja de recorrer con sus ojos oscuros mi presencia. Presencia maldita, a veces me digo. Estoy
harto de sus preguntas. Siempre tengo que expresar mi opinión. Y de que vale,
cada uno ha de ser ruta de sonámbulas confianzas en sí mismo. Me mira…me mira y
yo me escondo tras esta ventana. La calima regresa con un viendo mordiente.
Tanto…que mis labios se agrietan y no le apetecen hablar. Intento que se edifique por ella misma. Pero
no…no, siempre viene a mí.
Huye con sus ojos inconclusos. No hay respuesta. Necesito
hablarle y él se evade por los campos del silencio. Fijo en esa ventana
cerrada. Parece como si le molestase. Tantas lunas bajo el callar. Será por mi bien, digo. Algo tengo que decir.
No soporto el mutismo entre estas paredes.
Me derrumbo, caigo en las ciénagas asquerosas de la inquietud.
Contéstame, intento reforzar mis pensamientos. Pero nada. Una nada que me
disuelve en mis propios pasos. Sola. Sí, estoy sola. No se da cuenta. Será
mejor dejarlo.
Enojada. Se ha liado con un enjambre de falsedades. Piensa
que no la quiero, que estoy aburrido de ella, del por ello mi callar. No es
así, hay que valerse por sí mismo. Qué pasaría si yo no estuviese…qué pasaría…qué
pasaría. Sí, tu sola, me digo. Espero
que los mensajes del silencio te lleguen. Decide. Sé determinante en tus actos.
Espero que hoy salga por esa puerta sin decir algo y que vuelva cómoda, feliz
con su ser. No necesito que converse conmigo sobre todos sus movimientos, sus
actos. Confío en ti. Eres libre.
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