martes, marzo 31, 2020

DIVAGACIONES DE UN 31 DE MARZO...


Y somos la nada
Y somos el todo
Despertar bajo techos blancos,
Pasos estáticos entre tundras.
Manos abiertas de ortigas.
Y somos la nada
     Y somos el todo
Un mañana, yerto de fertilidad.
Un mañana, aunado al abrazo
Un mañana,  buscando el mar.
Y somos la nada.
     Y somos el todo
Estamos aquí, frente murallas
Estamos aquí, ahogados en el silencio.
Estamos aquí, soñando con la muerte.
Y somos la nada.
Y somos el todo.
 Sabanas revueltas saludan
Sabanas revueltas nos abrigan
Sábanas blancas nos hacen soñar
Y somos la nada.
    Y somos el todo.
Ojos distantes, distantes.
Ojos quietos tras el velo.
Ojos de esperanzas en el despertar.
   Y somos la nada.
         Y somos el todo.
Y somos vigías de un sol radiante, bello. Amanece. Nos incorporamos y nuestros deseos ante el desastre  se sacian.  Caminamos con la lumbre de nuestros huesos, atesorando un día más.  Cavilamos en las profundidades de una garganta herida y continuamos en el pulso de la vida. Los latidos se apaciguan, un respirar hondo y certero nos mueve orientados al sabor de un futuro. Un futuro que solo es paso de jornadas, pocas, donde todos, donde todas nos acogeremos al abrazo, al beso. Mientras,  algún gemido sórdido suena por las calles, son las sombras acompañantes en cada alba. Mientras, las manos lavadas al son de una melodía, triste. Pero la luz se aproxima, lenta, yerta, valiente y nos hace temblar en la emoción, en los sentidos disueltos de esta despedida.

sábado, marzo 28, 2020

DIVAGACIONES DE UN 28 DE MARZO


De espaldas. La noche. En la distancia. En la noche. El rumor del oleaje Y las incesantes estrellas
XX:
Buenas noches querida ¿Cómo te encuentras? Estoy aquí…aquí donde el presente nos depara desconcierto, nos avisa de un mañana bien distinto donde los pueblos amanecerán abrazados. Y , dime ¿Cómo te encuentras? En la lejanía recorro tus ojos, tu cuello desgarrado de tanto sollozar en la intimidad. Pero, ante mí, te muestras vital, emotiva , acariciando desde la distancia la esperanza, la paz.
YY:
Buenas noches querida ¿Cómo te encuentras? Yo bien, en este lugar donde la frontera intacta son ecos de la nada, de un silencio demoledor, estremecedor. Sí, a veces tiemblo, me miro frente al espejo y mis ojos se pierden en el vacío, en la impotencia. Cierto resquemor me da golpes seco pero resuello y miro el firmamento, brillante, bello. Los astros todavía están ahí y puedo verlos.
Xx:
Esta guerra a de acabar. Estragos está haciendo a un mundo desarrollado donde sus mejores armas no pueden hacer palidecer al mal ¡Qué hemos hecho querida¡ Qué mal nos ensucia con sus manos estrangulantes hasta ser no más velatorios solitarios. Escucho la mar ¡Ah , la mar…¡ Me gustaría aproximarme a ella. Pero todo es un no. Desde el balcón soy vigía de sus movimientos, de sus cambios…igual que siempre.  Sé que no me ves, pero imagino mis palabras sorbidas por tu corazón.
YY:
Qué bonita noche estrellada. Contemplo su soledad, su callar y me inunda de calma, de ganas de violarla y ser parte de ella. Pero no puedo, pero no podemos aun. Estamos confinados por la vida, por la sonrisa.
Voz 1:
Tambores suenan a lo lejos.
Voz 2:
Las calles pobladas del mañana.
Voz 3:
Las hogueras palpitan y las manos se aúnan.

Xx:
He oído tu voz, me reconforta. Me ahuyenta de temores, de miedos, de cobardía. Buenas noches querida, voy a soñar con el canto de las ballenas, con el canto de los pájaros, con el canto de la humanidad. Mañana vendré, cuando las constelaciones jueguen con mis ojos para conversar algo más.
YY:
Buenas noches querida, realizaré mi último viaje a los desiertos, a las yermas tierras de lo callado. Mañana vendré y como tu entonaremos el saludo, entonaremos un canto a lo hermoso, a lo lindeza de esta lejanía. Seremos caracolas en el eco de la existencia, en el ruego de que nuestros labios rocen nuestra piel. Pero, no seremos olvido.
VOZ1:
Tambores suenan a lo lejos.
Voz2
Las calles pobladas del mañana.
Voz 3:
Las hogueras palpitan y las manos se aúnan.

De espalda. La noche.  

jueves, marzo 26, 2020

DIVAGACIONES DE UN 26 DE MARZO...







Intentamos mantener la cordura con la brisa que despierta nuestros latidos. Intentamos nutrirnos del resonar de las aves que un manía dichosa , brillante cantan al crepúsculo de la mañana. Intentamos ser cerrados pisadas donde el aire, el firmamento nos yergue en las suplicas. Intentamos callarnos,  revestirnos de lejanía ….de una lejanía que nos sanará. Aquí, en el presente, una obsesiva epidemia invade nuestros ojos, nuestras manos, nuestros saludos cada vez que nos retorcemos en nuestros movimientos. Aquí, en el presente, esperamos su quema, su derrota  ¡Silencio¡ Solo el eco del silencio se cruza en las miradas ausentes ¡Silencio¡ presiento que su tiranía, su provocación será abatida por los corazones bellos de la verticalidad ¡Que la esperanza no nos abandone¡ ¡Que los sueños nos no deje¡ ¡Que los deseos no se vayan¡ El sol esboza sus filamentos dorados, amarillos. Me arrimo a él y con la fortaleza de mis pilares aguardo la luz entre las sombras.  Emerjo en el aquí, en el presente, como amante de emotivas sensaciones tras la cura. Sorbo mi café. La pantalla en blanco. Unas notas respirando paz. Aquí, en el presente, esperamos en nuestras manos el renacer.  La atmósfera que me envuelve se vuelve cálida y una lágrima resbala por mi tez seca. No obstante, erupciono, profundizo en los pasadizos del ser, sus luchas. Somos valientes. Somos hechiceros de los rastrojos de la penuria. Somos nosotros. Abro la ventana, abro las persianas y el sol .

lunes, marzo 23, 2020

DIVAGACIONES DE UN DÍA 23 DE MARZO....


   










Querida , querido estoy con mis alas calladas navegando a través de los ojos que se cruzan en una esquina, en calles donde las farolas chismorrean la dejadez.   Me dejo ir por la imaginación gravitando en la positividad de su hegemonía, de su pereza de quererse ir.  Me he vuelto desértica raíz que envuelve mis emociones.  Hoy, un lunes, donde el aislamiento nos obliga retorcimientos de los sentidos vengo  y me enamoro de las nubes, de una cumbre nevada a lo lejos.  Querida, querido, la tormenta se evapora a medida que la tarde decrece para su encuentro con los astros ¡Qué dirán¡¡Qué dirán¡ No escucho, solo el mañana, un mañana donde el abrazo honesto, humilde nos provisione de sueños.  Mis pisadas se pierden una ciudad vacía, con miradas desconcertadas, con la pena pegada en los huesos. Sin embargo seguimos respirando. Sin embargo seguimos llamando a la verticalidad de nuestros actos. Querida, querido aquí estoy como pico que hemos escalar, lentamente, con el sabor agradecido de nuestras manos, ahora, ausentes.  El viento está quieto, como nosotros.  Me asomo al balcón y la nada ronda.
Aquí
Ahora
Cuando los jardines trinan la lindeza
  Cuando la noche se aproxima sola
Cuando los amores corren en la fuga
Cuando los besos se hacen extraños
Cuando los cuerpos miran el infinito
Cuando las ramas no cantan.
Aquí
            Ahora
Cadenas de hogueras
Ondeando la vida.
Cadenas de manos
Enderezando la sonrisa.
Cadenas de ojos
Cómplices de un despertar.
Aquí
     Ahora.
Somos bello recital
De mariposas.
Somos bello baile
A la esperanza.
Somos  bello eco
De nosotros, de nosotras.

sábado, marzo 21, 2020

DIVAGACIONES DE UN 21 MARZO..






Una llovizna temprana.  El frescor de un viento callado embellece nuestros rostros apagados.  En algún año que no recuerdo había dos colinas distanciadas. Ella con su silbo llamaba a su cómplice con lo hermoso de un aliento tierno. Ella de la otra colina respondía con su piano amarrado a las raíces de la tierra con una tonada esperanzadora, con una tonada agarrada a los espíritus que venían de una a otra colina. Ella con su silbo en medio del vacío, del silencio ahuyentaba la ira de la tierra, de esta tierra consumida  por nuestras propias manos. Ella con su piano contestaba,  de rama en rama iba engendrando notas con sabor a calma, con los colores de la templanza, con las espaldas mojadas por cada pozo donde se precipitaba la nada. Ella con su silbo enamoraba, creaba la perfección de una brisa invisible, intocable. Ella con su piano sanaba lo que era funerales anónimos.  Y al unísono se vestían de una sonrisa, de un canto galopante a través de un mundo enfermo, decaído, deshecho, cansado.  
Y vendrán los sueños.
Y vendrán los deseos.
Y vendrán las esperanzas.
Y vendrán los cuerpos
Solapados a los soles, a las lunas.
Ella con su silbo aislaba cada abrazo prieto, cada mano tendida a la soledad con un sutil entusiasmo en vertical. Ella con su piano contestaba en el hueco de la distancia los fértiles rosas que volveremos a besar.  Una llovizna temprana. El frescor de un viento callado embelleciendo cada sombra a ras de nuestros ojos.
Y vendrán los sueños.
Y vendrán los deseos.
Y vendrán las esperanzas.
Y vendrán los besos
Agarrados a los soles, a las lunas.

viernes, marzo 20, 2020

DIVAGACIONES DE UNA MAÑANA 20 DE MARZO...







Divago. ..divago por estas estancias, por esta estación que nos trae lluvia. Me siento y frente a mí una pantalla donde se van descubriendo las palabras engendradas desde la reconditez. Buceo por cada habitación, saludo la mañana y suplico a no sé quien que la gelidez se ahuyente. Que venga un sol con todo su brío y calidez.  Amanece y ella se mueve al son de una balada y ella se entusiasma en el canto de los pajarillos que aun transitan en las calles. Amanece y ella se entrega a  la entereza de sus espaldas.  No se queja, solo canta a las luces de la mañana. Otra jornada. Otro día donde tendrá que guerrear con su interior, presa de la música se deja ir, baila y canta con el cosquilleo vertical de una sonrisa. Ella sola. Ella y el amanecer. El amanecer y ella.  Toma aliento en una respiración profunda y lenta. Y sus piernas brincan al ritmo de sus latidos. Se siente bien, se siente despierta ante la tempestad cruel que nos arrastra, que nos trastorna.  Abre la ventana y se fija en un mirlo que posa en una rama, sonríe. Penetra en lo hondo de sus sentidos y de nuevo la danza, y de nuevo el saludo. El amanecer y ella. Ella y el amanecer. A lo lejos divisa una fuente que en el ayer era yerma y ahora luce agua de colores, agua que corre y la viste de serenidad. Divago…divago por estas estancias, me introduzco en el ensueño, me acaricio las manos y doy bienvenida a esta jornada donde los rostros grises te miran con cierto recelo.  La confusión a veces se adentra pero cierro puertas, cierro ventanas entregándome a los deseos.

miércoles, marzo 18, 2020

DIVAGACIONES DE UN 18 DE MARZO...









La mar esta revuelta. El vacío ronda en la urbe. Solo, los que van a su labor cotidiana. Desde aquí habito las penumbras que se mueven en los corazones ahora, existencia de los deseos, de una fuerza para que esto acabe.  Me adentro en mi otro yo, en el yo donde historias sin contar logran un silbo de alianza con la humanidad. “ No sé cuándo y en qué fecha se produjo, la sequedad de los montes, la sequedad de las palabras, la sequedad del roce, la sequedad de las miradas, la sequedad de las pisadas, la sequedad de una ciudad abundante.  Hacía tiempo que todo era árido, agreste, cómplices de ojos sin lágrimas. Pero un día, decidieron al unísono lanzar un grito de esperanza, un grito de paz, el grito de una batalla que ellos mismos eran diana. Y gritaron…y gritaron, la tierra se abrió y las mareas se mantuvieron en calma. De repente la lluvia, nubarrones marrones, grises habían venido para la fertilidad de sus vidas. Entonces, dejaron de cavar sus tumbas, dejaron de penar en las jornadas. Agua de la existencia, agua nutriente de los campos, de las raíces ensangrentadas de sed. La atmósfera se limpió, se purifica como se purifica el alma cuando el abrazo prieto da tibiez a nuestro frío”. Sí, la mar está revuelta, expulsando toda tentación de abrazo. Ahora no, más tarde, cuando nuestras manos en coro alrededor de una pequeña fogata prendamos un canto, un canto a la alegría de ser, de estar. Mientras en las solitarias aceras vuelco mi saludo a la nada. Un saludo mutilado solo, la mirada allende.

martes, marzo 17, 2020

DIVAGACIONES DE UN 17 DE MARZO...


Espiro e inspiro….espiro e inspiro por los adentros de las puertas.  Día cuarto del confinamiento, de la emergencia sanitaria. Por mis venas pasan la masa de refugiados, de las guerras inacabadas, del hambre brotado en esta esfera.  Ya he salido con Kenia, una perrita del incendio del pasado verano. Ella es desinquieta y a la vez todo cariño, ternura.  Me paro, una detención por los hermanos en injusticia. Sí, porque somos hermanos de las raíces de esta tierra que pisamos. Todavía no he escuchado nada sobre ese virus ingeniado que ha roto con el hoy, con el pasado y la frontera se censura. Tiemblo, un temblor que va más allá de este episodio crítico en la civilización. Una punzada de dolor me provoca, me revuelve en los hondos pasillos de mi vientre y en mi cerebro existe una lucha con aquellos que el viento lleva a la libertad, a sus sueños, a sus deseos.  Tendré que olvidar, por un instante que se hace eterno entre estas paredes blancas, en este cuarto donde los días se enredan con las resecas miradas, con el roce huido.  Llueve, una cortina liviana se levanta contra nosotros. Una cortina que nos convierte en calles anuladas, en un asfalto donde los pasos se pierden. Espiro e inspiro…espiro e inspiro ¡olvidar¡ en la brevedad de nuestro silencio que será un grito cuando todo termine…cuando todo termine.

lunes, marzo 16, 2020

divagaciones de un 16 de marzo...






Y cogí el teléfono, mensajes sobre la enfermedad había invadido sus conversaciones. Y de golpe agotado ante tanta información difusa lo aparté. Lo alejé donde mis ojos no recorrieran una y otra vez lo mismo, lo distinto. Me habilito a ser ferviente lectora de las calles de la nada, de cada esquina donde el miedo entumece los huesos.  Me preocupa la situación, un cierto balance de pensamientos se incrusta en mis sienes y desembarco en esta tierra, en estas islas donde la gente vive del aire libre.  Ahora, todo sigue igual con unas ojeras donde todos nos acurrucamos al fin de este episodio, de esta peste del siglo XXI. Nos aventuramos a orar al universo y entregamos nuestra energía en saludar, en despedir cada jornada pasada. Todo pasará, todo volverá a la normalidad y floreceremos con una nueva visión, una visión que solo atiende a nuestra recónditas profundidades.

domingo, marzo 15, 2020

Divagaciones de una mañana de 15 de marzo del 2020


Despierto. Un aliento de soledad ronda las aceras. Día 15 de marzo del 2020. Un virus se revuelca en la respiración atenta, pausada. Inspirar y espirar, espirar e inspirar. Aplausos aquellos valientes que demuestran sus ojos , sus manos a esta batalla que hay que afrontar. Despierto. Miro desde mi ventana, el ambiente se vuelve estático, hermético,  consolidando la lucha. Un baño de agua caliente se enhebra en mi desnudez, en vertical. Despierto, la cura se frota en los cuerpos andantes del mañana en una atmosfera embelesada en las ganas de sonreír. Despierto,  el cielo está nublado, el frescor penetra en mi rostro y me enderezo, sorbo un café, un cigarrillo y lo cotidiano se vuelve techos donde las pisadas se repiten, se atañen a una cierta tristeza, a una cierta voluntad de ser vuelos altos de los sueños.

sábado, marzo 14, 2020

Calma....















Calma. El todo es la calma. Paredes que estrujan los pasos rutinarios hacia una luz del crepúsculo. Silencio. El todo es el silencio. Calles solitarias, algún ladrido y no más. Aislamiento. El todo es el aislamiento, cuerpos moviéndose en torno a las manos caídas, a las manos lejanas, a las manos ahuyentadas.  Y aquí estamos, corriente gravitando alrededor del murmullo de una pantalla, de un papel como afluente de las noticias. Nada. El todo es la nada. La distancia en la existencia de la interiorización, en el cavilar con nuestra alma, libre de cada espejo reflejando la ausencia. Sin embargo, el cosmos nos abriga, los astros pacen sobre nuestros hombros.  Sin embargo, luchamos en el espacio de nuestras conversaciones con las mareas, con las cuidadosas pisadas abasteciendo nuestro espíritu. Encendamos una vela, pronunciemos vida y seremos resonar de la alegría, de la conciencia de este mundo.

miércoles, marzo 11, 2020

En la inmesidad...







En la inmensidad del boscaje. En la inmensidad de la danza cuando la brisa fuerte palpita en las ramas. En la inmensidad de mi reconditez me hallaba. En solitario e insonora al bullicio de la urbe me había huido donde los manantiales son riachuelos de la sabiduría, donde los pájaros vuelan bajo a ras de mis ojos, de mi espalda en cada pisada dada. Donde la inmensidad del musgo y los helechos abrigaban mis sentidos.  Estuve varías jornadas, noches con la luz de la luna  y días con las sombras del sol.  Me arrastraba hasta el risco mayor, ahí donde los arboles se esconde y pelado queda el monte. Me arrimaba al abismo y recorría con mi mirada, con mi lenta respiración, inspirar y espirar, espirar e inspirar, la eternidad del instante. Un instante convertido en un arco de colores que me invitaba a seguir, a continuar en su corpulencia. Y paso a paso andaba por ese arco iris y abajo el bochornoso vals de una sociedad manchada por la melancolía, por el gris despecho de la madre tierra.  Al tercer día retorno a la ciudad, una ciudad iluminada con las luces artificiales de las miradas, de los rostros sin ojos cuando mi paso, sus pasos se cruza. Nadie me había echado de menos, abandonada en la inmensidad de la urbe, en la inmensidad de lo gélido de las manos tome presura de mis piernas, fui hasta bajo mi techo, mi casa. Allí el absoluto silencio se compartía en ojos de desesperación, en ojos de desgana, en ojos molidos de una vida cerrada al viento como alma de nuestra aventura de ser.  Callados, recelosos no me comentaron nada. Encerrada en mi cuarto, me acosté, un sueño embargo mis ganas y en calma viaje en un velero despuntando la sonoridad  de la esperanza, despuntando la pacificación de los espíritus en mis manos, en sus manos.  Desperté en la inmensidad del boscaje de nuevo. En la inmensidad de mi esencia como mariposa, mariposa viva en la lucha de su destino Y ¿Cuál es el destino? Se preguntarán, me pregunto. Un inmenso e incierto haz de caracolas y algas como trompetas al vacío, como manera de un olvido, como una postura de un mañana. Ya lo ven, un inmenso mañana enredado en sus manos, en sus besos, en las breves sorpresas de la inmensidad de lo cotidiano.

sábado, marzo 07, 2020

¿Estás cansada?

















¿Estás cansada?
El animo a ras de tu rostro
Aves invertidas en el vuelo insonoro
Vienes con ojeras en tus pies.
Vienes con el peso de tus hombros.
Vienes con el llanto de tus espaldas.
¿Estás cansada?
Ojos opacos en túneles de sombras.
Vienes con tus manos perdidas.
Vienes con tus labios de escarcha.
Y vienes…
Y vienes con la nada de tus latidos
Y vienes acostándote con la oscuridad.
¿Estás cansada?
Mujer del dolor.
Mujer de las cicatrices.
Mujer del mañana
¡Sí¡ del mañana
Donde tus alas son un arco de colores
Hilando la vida, la alegría,
Los emotivos vuelos a ras de tu rostro.


jueves, marzo 05, 2020

La mirada...


El espejo. Me miraba en el espejo, desde el reflejo la veía con sus manos apagadas, con sus manos arrugadas, con sus manos esbozando un movimiento que se transformaba en delicadeza, con sus manos frágiles.  Su cabello era cano y le llegaba por encima de los hombros, esos hombros donde se soporta la pesadez de los años, las cargas de una melancolía a veces rebozada de alegría. El tiempo ha pasado y yo en el espejo, observándola, examinándola en su vejez. Ella mira por la ventana y saluda inconsciente a todo lo que pasa, sean ya pajarillos, sean ya personas, sean lo que sean.  Ella gravita entorno a ella en el paso del tiempo. Ahora, no le importa las horas. Sus ojos vivos aún a veces me miran. Me miran mientras yo en el espejo la miro a ella. Coge una aguja, se detiene en un botón a punto de caer y lo cose. Una sonrisa se deja ver en su rostro. Después me mira, me mira como yo la miro a través del espejo y asiente. Ojos abandonados  a las sombras y luces de la vida. Después, la ventana, levanta su brazo y saluda a no sé quién.  Y yo me miro en el espejo mientras ella se levanta de la silla y se va a por su café. Mi entereza se vuelve como la de ella, vital. Mi yo se disfraza de belleza y voy tras ella. Nos sentamos en la cocina, una frente a otra. Me mira. La miro. Señales de felicidad me cede de su tez apagada, secuestrada en el paso de las décadas. No me dice nada, no hace falta. Yo tampoco hablo. Conversa nuestra confianza, nuestras emociones, nuestros vestidos de un paseo por algún parque cercano, nuestro café humedeciendo nuestros labios.  Solo conversamos con el tiempo, un tiempo que se acaba. Ella se irá antes, lo sabemos y me dejará lo bonito del cariño, de la ternura. Me dejará el saludo a los pajarillos, a las personas que pasen a ras de la ventana.  Y tendré que olvidar y continuar bosquejando mi  entereza.

miércoles, marzo 04, 2020

LA FRONTERA








De espaldas. Sí, de espaldas. Ellos dos y el silencio. Ellos dos y la distancia. Uno contemplando las manías hipocondríaca de una sociedad. Otro, despechado, bajo un campo de sombras negras.
XX:
 Sé que estás lejos…muy lejos e intento abrazarme a tus dudas, a tus penas, al derrumbamiento de tu verticalidad. Lejos….muy lejos, donde el mundo es una atmósfera insoportable agitada por el desprecio, por el olvido. Quieres llegar pero la frontera ¡Ah , la frontera¡ De qué demonios frontera me hablas en un mundo globalizado. Sí, de aquí escucho, miro los periódicos y estremece el canto de la agonía en tierras de la desidia, en tierras de helados sentidos, en tierras donde mi mano no te alcanza. Ay , amigo mío ¿Te acuerdas cuando nos escribíamos? No sé nada de ti. Solo que querías llegar…llegar donde el arco de colores sonríe después de tantas y tantas penurias. Muertes anónimas allá…Sí, allá donde tu te hayas.
YY:
No. No estoy lejos. Estoy tras la frontera. No te das cuenta pero te puedo ver. Eres inconsciente del peligro, de los dolores, de la muerte andando como ave hechizado por la oscuridad. A veces pienso que es mejor así. No soporto el daño a estas gentes que viajan al vacío, de estas gentes prisioneras de todos. Sé que me esperas, todavía vivo. Estoy aquí con las corrientes mascullando quien será la próxima víctima. Solo enfermedad, solo muerte.  Amigo mío confió en que llegaré, no sé en qué estado.
Xx:
Un cuervo se posa en mi ventana. Lo miro. Malas esperanzas para ti, amigo mío. Malas noticias se reparten por este continente donde todo se aloja ahora en obsesiones. Una enfermedad ha llegado, un enfermedad que parece mortal. Pero no, la muerte la tenemos en nuestras manos, la muerte está en nuestras manías, la muerte está en nuestra visión psicótica respecto a ella. Mientras tu…si, tu.  No sé de ti, imagino tus manos heridas, imagino la propagación adherida a tus espaldas, a tus ojos de la muerte. La muerte de verdad. Eres un refugiado de las diabólicas ideas del poder ¡Oh, amigo mío¡ Poso mis pensamientos en ti y el llanto y el remorder me paraliza en un estado de fracaso. La humanidad ha fracasado amigo mío, querido amigo.
YY:
No. No estoy lejos. Estoy tras la frontera. Los malditos dioses han creado un mundo de hipocresías, de mentidas concedidas desde nuestro nacimiento. Así estamos. Me alejo. Me ausento donde no soy influjo de la mediocridad y bailo al son de mi libertad sin hacer juicio a la procedencia de todos los que estamos aquí. Todo es cuestión de tiempo, un tiempo que a veces nos retuerce, un tiempo que parece eterno, un tiempo que nos desprecia en el hoy ¿Pero, mañana? Qué será del mañana. Sí , amigo mío, la humanidad ha fracasado , puedo convencerme de lo que razonas. Ay , amigo, siento dolor, mucho dolor. Algún niño ha nacido, escucho el dolor de alegría de la madre, escucho el llanto innato de esta nueva alma, nacida donde la lumbre de la miseria y la desesperación nos vuelve pena.  Y ¿qué será de él? No , no quiero preguntarme ¡No¡ harto de este hostil lugar no quiero saber nada ¡Ay amigo¡ , amigo mío ¿Nos veremos?
XX:
¿Nos veremos? Todo está tatuado de mal ¿Nos veremos? Sí, amigo mío. Haré todo lo posible por hallarte. Y te daré un abrazo, y te daré mi mano. Te presiento. No me gusta estos presentimientos, pero sé que estás cerca ¡Oh , amigo¡ Amigo mío, querido amigo. Solo pensaré en ti, que mis fuerzas te traigan, que mis ganas te dejen ver. Y te daré un abrazo, y te daré mi mano. Amigo, amigo mío….





martes, marzo 03, 2020

Marzo....


Marzo,  ondulantes mares donde la huída pasea por nuestros ojos cerrados.  Sí, ojos cerrados al encuentro de la verdad. Marzo, se vuelve repetitivo en el suceso de los años, ahora, alejados en las ojeras de la memoria.  Hace frío, un invierno tardío concilia el sueño de los almendros donde se sana las desavenencias de las pisadas. Marzo, un campo de refugiados abocados a la gangrena de nuestra mirada despectiva. Vuelan las aves y el frío se entorna en navajazos contra la existencia. Marzo, aquí, la isla. Una isla habitada por el silencio ante las fronteras de balas rajando la inocencia, torturando el éxodo  por un incomprensible despecho.  Ojos cerrados y el desvanecimiento de las palabras ¡No¡ no hay palabras, la conversación gira en torno de hogueras que se apagan.  Marzo,  abrázame fuerte compañera  que los gritos de la nada retumban en una sepultura de ojos blancos, de manos cansadas, de espaldas arrojadas al vacío.