miércoles, agosto 31, 2022

GRITOS

 




Gritos. Puertas que se abren, puertas que se cierran. Ventanas donde sus cristales se hace añicos. Gritos. La desnudez de la tarde. El silencio de la calla. Una tormenta de verano y la oscuridad en sus ojos. Un sudor extremo, extenuante aniquila su ánimo. Gritos. Se escuchan gritos donde una atmósfera enfebrecida se hace añicos. Y es que todo ha terminado. Y es que la rutinaria vida de ciertas gentes es duelo a la vida. Gritos. Solo gritos, el sale, con su pijama liso manchado de sangre, con su pijama empapado de dolor, con su pijama luciendo la venganza. Su rostro se desdibujo, una extraña mirada se atisba en su palidez, en su cansancio. Y grita. Gritos. Solo gritos. Yo he sido. Si, yo. Ella ya no esta en este mundo. Ella ha esta despedazada en la penumbra de una lampara dé pie cuya luz da lumbre a su cuerpo manoseteado, estrangulado. Gritos. Puertas que se abren, puertas que se cierran. La televisión encendida, la televisión dando las noticias y el se reconoce. Con su pijama liso manchado de sangre, con su pijama empapado de dolor, con su pijama luciendo la venganza. Y ella…dónde está…en el último aliento por la supervivencia, con la desgana del adiós. Gritos. Yo he sido. Si, yo. Yo la he matado por un impulso de ansiosa desconfianza. Y ella no me hablaba. Y ella no me constataba. Y ella era la nada. Pero antes tuve un sueño. Sí, un sueño, de un mundo donde vivía en lo placentero de la calma sin estos bruscos movimientos de mis manos. Mi manos…mis manos soñaron y soñaron en un rincón donde mi odio no fuera daño, no fuera pena, no fuera llanto, no fuera grito. Sin embargo, gritos. Me veo extraño de mí, la he matado. …la he matado. Apago la televisión, espero que me lleven, la miro con el cansancio de los años.



domingo, agosto 28, 2022

 


No. No me ames más, decía ella con los ojos convergiendo en sus ojos, con sus ojos lastimados por las ráfagas de quebranto en el amor, con sus ojos concluyentes en sus ojos desviados de su presente. Y es que el amor acaba como terminan las épocas, los meses, las semanas, los días, las horas. No. No me ames más, cogió el almanaque y rompió el mañana. Un mañana donde una bandada de ignorancia se impregnaba a sus carnes temblorosas, a sus ojos descoloridos por la luz del alba. Y es que el amor es viajero que después del descanso es fugaz sino es verticalidad del paso de las jornadas. Y es que no huyo, todo se hace retiro cuando las manos se consumen el agotamiento, en el chirrido de nuestras alas. No. No volaremos jamás juntas, me despide como quien se despide de la muerte, de tus ojos a la deriva. Y no creas que duele. Y no creas que me confundo. Y no creas que no es cierto. Todo ha terminado . Ya no más observaré cuando las constelaciones llegan como te duermes. Ya no más pasaré a tu lado con la lentitud de un beso. Ya no más divisaremos las ballenas en su llanto. Ya no más seremos ese parque donde los ancianos cuentan su ayer, ese ayer difuminado ahora en mi memoria. Solo que me quedo con lo placentero. No. No me ames más, se que la cama está revuelta, que mi maleta está cerrada ya. Así son las despedidas cuando nuestro estomago no se estremece en la caricia. Las lunas vendrán, seremos testigo de evolución de nuestros sentimientos con la memoria alojado en un ínfimo fragmento de nuestro corazón. No. No me ames más. Y sabrás que te quería. Y sabrás que nuestros sueños se conjuntaron. Y sabrás del olvido. No. No me ames, la noche viene y con ella debes descansar, aunque mis ojos y tus ojos no se vuelvan a cruzar. Adiós, amada mía. Adiós. No. No me ames más.

miércoles, agosto 24, 2022

TRAGALUNAS

 



La luna mengua y es la madrugada. Traga lunas sale con su barca al encuentro de los infinitos misterios de la mar. Traerá la verticalidad en su espalda y se hallará contento. Son horas en que la nada lo engulle. Son horas en queda las pisadas se hacen mudas en la avenida de esa bahía desde se embarcar´. Son horas donde su cuerpo agarrotado aun en el sueño planeará junto a la inmensidad del océano. Son horas donde los ojos parecen dormir. Y la luna mengua y es la madrugada y Tragalunas comienza su labor…su dura labor. Marinero en todas sus vertientes y sin el temor un mar tirano, grotesco, agrieta se lanza a su profesión…la de pescador una y otra vez cada jornada donde la luna reluce su blancura. La mar está fea, se dice para sus adentros. Sin embargo, el no se lo piensa y se introduce en esa masa violenta. Tragalunas profundiza en la distancia, aunque el tambaleo de su barca sea peligro, sea a lo mejor un adiós a este mundo de vivos. La luna mengua y es la madrugada y Tragalunas sabe que no va pescar nada que se ha metido por la mera rutina de sus días entregado a la mar. Y se da cuenta que la feroz marea no lo dejará volver a la orilla. Y sabe que su mirada tímida, imprecisa no será recuerdo de nadie. Y sabe que su soledad es hija de las mareas. Tragalunas, sin miedo, sin apagarse como una ola gigantesca aberrante lo escupe fuera de su barca…de su vieja barca y Tragalunas en su primera visión es agarrado por el llanto de las sirenas. Y Tragalunas cree en su muerte, en su tumba en aquello que le dio la vida, su entereza.  Y Tragalunas después de unas horas despierta, en la orilla, rodeado de gentes inexistentes en sus días atrás. Tragalunas se siente conforme, fatigado, con su respiración jadeante como si fuera él último aliento, pero sonríe. Su amante, la mar, lo ha entregado de nuevo a esa bahía donde creció.  Es el amanecer…un despertar de su dejadez, de su mirada retraída donde las ballenas cantan. Sus labios pronuncian algo ajeno a los que le rodean. Tragalunas se levanta, solo, con la mirada estupefacta de los que allí se encuentran y con sus ojos estáticos en el horizonte de ese océano llora. Nadie entiende. Nadie quiere entender y se alejan. Tragaluna y la mar. La mar y Tragalunas. Con la lentitud que se mima a un amante bebe de esa agua salada. Con la lentitud de un deseo reprimido muchos años penetra en el agua, ahora, quieta, armoniosa. Le llega hasta su cintura y el parece sumirse en un súbito placer. Ha perdido su barca y él también quiere perderse. Y Tragalunas escucha que lo llama el llanto de las sirenas, el llanto de un océano en su danza con los muertos. Adiós Tragalunas. Adiós …..

sábado, agosto 20, 2022

LA CALLE

 



La calle. La calle vacía. Desde su ventana se precipita una corriente de calor…demasiado calor. Se fija en su mesa…una mesa revuelta de papeles donde están sus deseos, sus sueños. Se deleite en la rutina de mirarlos estáticamente. Una carta de amor…una carta de desesperación…una carta de su yo alargando el hombro a sus inquietudes. Después, se establece en una calle de agosto, en una calle donde las hogueras del verano lo entregan al sudor. Le sudan las piernas. Le sudan los muslos. Le suda su estómago. Le suda la espalda. Le suda la frente. Gota a gota cae en su suelo, tibio y descalzo se sienta en su escritorio de papeles revueltos. Cartas que nunca envío solo, la lumbre de sus desvelos, de su ensueño. Ahí su nombre, un nombre impronunciable. Mastica sus pensamientos y siente la desdicha de la soledad. De no conversar con sus quereres. Solo, un hombre solo en medio de una mesa revuelta cuando las temperaturas tambalean la isla. Y tiembla. Y mira para la calle…una calle donde convergió en sus ayeres, siempre, solo. Apartado de todo. Por un momento escucha el canto de un pájaro. Un pájaro se pierde en el estrangulante calor, en el hastío de la tarde. Se da cuenta de que no es el único. Invoca a las mujeres de negro de una esquina de la calle. Mujeres de negro cautivadas por el dolor de esta esfera. Se da cuenta de que se ha dormido y el delirio del calor hace estragos sobre él. Con su duelo en la desolación llama a alguien, desmoralizado se pierde en un monólogo continuo. La calle es yerma. La calle es áspera. La calle es intransitable y las brumas enfermas de la climatología lo lleva al aislamiento. De nuevo en la esquina las mujeres de negro. Hacen un coro, cantan a la dejadez, al desahucio de este mundo carcomido, torturado por el humano y su amor vuelve Y su amor lo besa y su amor le limpia el sudor y su amor le dice del dolor de la tierra. La calle. La calle vacía. Mujeres de negro y un árbol que dice adiós.

viernes, agosto 19, 2022

LAS BATALLAS PERDIDAS, ALBUM MUSICAL A PIANO

 Buenos días, os presento mi nuevo lanzamiento "LAS BATALLAS PERDIDAS". 

https://open.spotify.com/album/3XgNonzD8uGTALUZtAOauo?si=o7KTnRXHRiaQYpgVFSb_7Q

Las batallas perdidas, lo convulso de una época que hemos tenido que vivir. Pero luchamos, nos arraigos a la vida, a las vivencias suculentas del despertar. Entonces…un poema suena. Un poema que se pinta en un piano en su versión original. Me nutro de sensaciones, de una fragilidad que nos hace denso en ese pequeño instante de la existencia. Porque lo rutinario de una respiración sigue y se compone de esos suspiros al viento en estas islas con la mirada al universo. Las batallas perdidas, es una composición a la paz, a una tregua de nuestro espíritu en acorde con el equilibrio del vivir.

domingo, agosto 14, 2022

AGOSTO





 Agosto, despertar con los jardines del arco iris que emerge de la entereza. Una bruma sudorosa me toma de la mano y voy …y vengo en mi amor por ti. Agosto, estoy aquí, las calles están vacías y la nada se hace hueco en el viento y ese viento viene…y ese viento se va en lo recóndito de mi pensamiento. Y estoy aquí, pero, después, no lo estoy. Caminante de constelaciones que me dicen de ti …que no me dicen de ti. Y esa mudez me desnuda, en agosto, cuando los deseos pronuncian tu nombre, tan ausente, tan lejano. Y es agosto, un agosto donde la luna se diseca en mis ojos, en mis ojos en lo infinito del canto al amor. Del amor por ti. Converso en lo denso, viscoso de esta atmósfera y me entrego y me dilato en el asombro de ese querer, el buen amor me digo. Y es agosto, tu no lo sabes…no sabes donde las olas rompen y me dicen de ti. Agosto…es agosto, bajo donde lo bello me llamo e imperfecto emerjo en los destellos de soñarte. Sí, en agosto, soñarte despierta. 

sábado, agosto 13, 2022

DIVAGACIONES DE UN MES DE AGOSTO AL ATARDECER DEL 2022

 







Veo el venir el irse de las olas que saborean mis carnes. En la playa, en la orilla, en el mar adentro donde somos hijas de los mares, de esta tierra enraizada en vaivén de las jornadas. La sonoridad de su canto monótono, riguroso y grave me conversa y yo soy cuerpo desnudo que se entrega en un sopor a su entereza, a su vitalidad inagotable. El sol recorre mis ojos. El sol traza tibiez a mi espalda. Y yo aquí, en la playa. La playa, olisqueo la belleza de su vida, de esos seres que sus entrañas vuelan en libertad y me estremece una paz, una paz extraña, ausente cuando me evado de su imperio. La playa en mí. Un océano de alas cabalgando a ras de mi verticalidad. Un océano inconcluso en busca de los sueños. Y lo simple se hace grande. Y lo poco se hace expansivo en transcurrir de la tarde. Y el sol recorre mis ojos. Y el sol traza tibiez a mi espalda. Y yo aquí, en la playa. Hija de la madre tierra. Hija de infinitos agradecimientos en el balanceo de su armonía. Y en el horizonte un rorcual con su balada, la balada de la existencia, la balada de lo bello.

miércoles, agosto 10, 2022

Divagaciones de un mes de agosto del 2022

 







Agosto. Estamos en agosto, las luces de un verano atosigan, son impertinentes en el sudor de las carnes. Nos agotamos y un tambor remata el final del camino y una armónica pena su hoy. Agosto. Estamos en agostos, los hombros caídos, los ojos inconclusos, las manos disueltas en la nada…en la nada. Las soledades tienen colores grises, plomizos. Despertamos y estamos en agosto, las piernas sueñan en sus pisadas desenvueltas en miradas raídas, idas. Y nos levantamos y vemos como el amanecer es lumbre de un nuevo sueño…un sueño de agosto. Me enfrento a un espejo y te veo tras de mí. Y te digo, que te quiero, que te espero. No sé como componer los silbidos de la llamada. Agosto. Estamos en agosto, este mundo está enfermo, sus edificios sudan el arraigo de la tristeza. Y me pregunto de esa tristeza…esa tristeza donde la serenidad se impone en su legado. Agosto. Estamos en agosto y lo denso de la atmósfera nos aparta de la vitalidad de los pájaros…pájaros que no cantan, pájaros estáticos en el curso de los despertares. Y, sin querer, te digo que te quiero, que te espero. Agosto…

miércoles, agosto 03, 2022

LA CANCIÓN


 

La canción de las batallas perdidas

La canción del gemir de los ojos, en blanco

La canción de pájaros jadeando a la libertad

La canción de las manos fragmentadas

En cada curso de la muerte

En cada verticalidad de la pena

En cada mirada inclinada a la nada.

La canción de las batallas perdidas

La canción del éxodo de sentidos rotos

La canción de una sonrisa de pozos

La canción del adiós de la sonoridad de la paz.

La canción de las batallas perdidas

La canción de una maleta desahuciada

La canción de retorcidas despedidas

La canción de un mundo abrasivo

la canción de ramas rotas al son de cuchillos.

La canción de un viento norte maligno

La canción de un niño perdido

La canción de un anciano en la agonía

La canción de las batallas perdidas