Debajo de un puente o eso creo. Ella, esbozaba el saludo de
las primeras chispas del amanecer. Se cubría de manta y cartones que alguien
había dejado por ahí. Ella, somnolienta se elevaba con sus espaldas cansadas,
con sus engeñados cabellos grises por el paso de las estaciones. Con sus manos
temblorosas bebe un poco de vino. Dice, para calentar el cuerpo, para alentar
el alma en su rutina diaria. Cogía su carro de compra como dama de la ciudad
empobrecida e introducía todos sus enseres, una manta y cartones que le servirían
para la noche siguiente debajo de un puente o eso creo…también podría ser un
banco a la sombra de un parque desnudo de vigilantes o por qué no algún
sucursal del poder. Sin más mientras salía de su hueco, debajo de un
puente o eso creo tocaba su flauta.
Tendía sus sucias manos por si alguna moneda rodaba para comprarse otro envase
de vino. Ella era extraña a esta tierra,
decía que no la llamaran emigrante que la tierra pertenecía a todos y ella
rondaba por donde quisiera. Todos la conocían. Ella era una flauta andante, eso
decía. Todo el día hasta que la noche cerrara su melodía tocaba y tocaba. Una melodía suave, resaltada por sentimientos
venidos de un pasado que más vale no pronunciar. Ahora, alcohólica y alojado debajo
de un puente o eso creo se recreaba en su dejadez. No, no iría a ningún
albergue. No, no compartiría su tetrabick con alguien. No, no comentaría sus
penas. Ya cansada y monótona se había
acomodado en la insonoridad debajo de un puente o eso creo.
Este blog esta bajo los derecho de autor para cualquier información laguna198@hotmail.com Lo escrito son ideas primigenias que después se han corregir y alterar.
sábado, diciembre 30, 2017
viernes, diciembre 29, 2017
Ríe..
Ríe.
Salta.
Combatir la monotonía de las horas.
¡Ay¡ las horas
Gigantescas olas de resecadas emociones.
Salones aterciopelados de pies desnudos.
Danza.
Canta.
Belleza de las manos
Al unísono evocando
Danzas sobre hogueras.
Vientre con vientre.
Estallido de un tiempo que se alarga
En la memoria de momentos perpetuos.
Ríe.
Salta.
Vencer las guerras sonoras en el todavía,
En el ahora, en el instante alojado de ojos blancos.
miércoles, diciembre 27, 2017
El callar..
El callar emerge cuando el amanecer va al encuentro de ella.
Sí, ella, la de paso vertiginoso por las aceras grises de una ciudad dormida.
La acompañan sus emociones, sus deseos, sus sueños, el rogar cotidiano de un
halito de aire para poder continuar. Se
ve sumisa a sus movimientos indeterminados,
desquitado de toda amenaza del parar. Hoy luce su cabellera azul, sus
manos azules donde algún anillo se perdió en el ayer. El todo se ha puesto como ropa, el todo de
sus esperanzas. Llega a donde quería, caracolas lanzan sus gritos al viento
pausado, tranquilo. Es invierno. La
playa, vacía. Continúa en la orilla dejando un rastro efímero de sus pisadas. Hace frío.
Hace poco dieron las campanadas de un nuevo año. Se sienta en la orilla y deja que el oleaje calmo con sus
espumas blancas la acaricie. Toma conciencia del ayer, de ese ayer de unas
horas. Todo es relativo. Se desabrocha
uno en uno los botones de su camisa, de sus pantalones vaqueros. El primer baño
del año. Se pone sus gafas de natación y adelante. Nada y nada hasta una barra próxima
a la playa, la playa vacía. Allí se
queda por un rato, le da igual lo gélido de la atmósfera. Saluda a las ballenas
y las gaviotas doradas del amanecer. Se siente amiga de ellas. Simplemente la
vida, la vida de la madre tierra. De
nuevo se zambulle, regresa a la orilla. La playa vacía, y su ropa donde la
dejó, húmeda. Se viste y continua con su paso hacía su casa. Abre la puerta.
Silencio. Se ha traído una caracola y se la pone en el oído. Estallan en ella
la voluntad del puede ser…puede ser que mi abrazo conmigo misma sea erupción de
nuevos sentimientos, de una nueva lucha en el callar.
lunes, diciembre 25, 2017
Aquí
Aquí. Ahora. El viento norte.
Ballenas flotantes
Bajo una luna briosa
Y la sonrisa
Y los
pasos
Y
los sueños.
Aquí. Ahora. El viento norte.
Nocturno elevado a los sentidos
Ojos huecos, ojos ajenos, ojos dolidos
Sin embargo, el
aliento bello
De las alas plateadas al son de la vida
Y la sonrisa
Y los
pasos
Y los sueños.
viernes, diciembre 22, 2017
miércoles, diciembre 20, 2017
Alguien ha preguntado...
Alguien ha preguntado
Peces voladores en las nubes de cristal.
Tu mirada se pierde
Perseguida por los sueños invertidos, arriesgados
De ser amante de su silencio.
Vacías playas se embriagan de pardelas.
Tus manos se entorpecen y respiras de la necedad
De las tierras ausentes a tu caricia.
Alguien ha preguntado
Rondan mareas nefastas en tu lasitud.
Ahora, te sientas y conversas con la nada,
Con voraces palabras
que vienen de arboledas arrancadas
Por el vacío.
domingo, diciembre 17, 2017
¿Sueñas?....
¿Sueñas? ¿Duermes? Vagas sobre la sombra de una bóveda
celeste que te hechiza, que te da el sabor del descanso. Estoy aquí, como
siempre, escribiéndote, amándote. Y tu
cotidiana renuncias a la belleza de la caricia, de besos alados de de gracia ¿Sueñas?
¿Duermes? Bajo ti las mareas rebeldes del viento, el desangrado mundo asumiendo
el mañana ¡Tus manos¡ pétalos de fuego tomando la vida, la sonrisa cuando tus
ojos cerrados se aíslan del ruido de las gentes que gritan en la corroída estampida de colmillos
sacudiendo a lo indefenso ¿Sueñas? ¿Duermes? Me acerco a ti en ese letargo y
busco en tus pensamientos el regocijo de seguir así, ausente, lejana, a solas contigo, danzando a
los tambores de la existencia.
viernes, diciembre 15, 2017
la ventana...
Desde aquí, de esta ventana donde la noche ronda, donde la
lluvia liviana y ágil moja las imágines te observo. Andas así, desnuda, frente un espejo. En él
se dibuja de manera desteñida las
impresiones de la jornada. Una jornada donde el resonar simultáneo de la nostalgia
te lleva a una esquina, la misma de todas las noches. Hace frío, tus manos tiemblan en el auge que
la oscuridad se adentra en tu pecho, tu pecho desnudo. Lo miras y ya quisieras amamantar la sabiduría
de la vida. Un pecho desgarrado, inexistente, perdido en las lunas del
ayer. No sabes que hacer, el dolor te
empuja a esa esquina mientras yo te observo….te observo desde mi ventana. Apago
la luz para que no me descubras, aunque, me da igual. Pero todavía no, aún es temprano. Tan temprano
que los ojos que me amparan cuecen
cuando te ven en esa esquina. Ahí te quedas, estática, yerta con la mirada
fija en el más allá del firmamento. No te das cuenta que llueve. Yo solo veo lo
gris del cielo y la lluvia. No sé qué verás tú, me da igual. Pero hay algo
preocupante, esa esquina…la misma esquina ¡Qué será¡ ¡Qué será¡ Prefiero no
descubrirlo. Deja de llover y un
viento expulsa las nubes. Estrellas y
más estrellas y tú yerta con la mirada fija en el más allá del universo. No sé qué
pensar detrás de esta ventana, una ventana donde el vaho borra casi tu silueta.
Espero a que vuelvas y dejes esa esquina…esta
noche no. Te quedas….tic-tac…las horas pasan. Tu desnudez se vuelve cada vez
más brillante. No entiendo. Limpio los cristales y perfectamente te observo. Te
vas, desapareces como polvo de estrellas, esas que estabas esperando. Desde aquí, de esta ventana donde la noche
ronda, te observo. Te vas con tus
sentidos verticales en el silencio de los gatos callejeros y la lumbre de
alguna farola a no sé dónde… ¡qué será¡ ¡qué será¡ Me quedaré en la tristeza de
los vuelos tristes de esta ventana. Te esperaba…
EN SILENCIO DEL 14 AL 21 DE DICIEMBRE DEL 2017
EN SILENCIO evocamos el descanso de ciertas estaciones que
pueblan nuestros sentidos. Emergemos en el riesgo de establecer nuevas
creaciones donde el color es ave que nos lleva , que nos trae.
martes, diciembre 12, 2017
Caminaba
Caminaba despacito, con la lindeza de una lluvia otoñal que
traería las nevadas en la cumbre. Dejaba
de sus bolsillos caer piedrecitas y papelillos arrugados que eran huella del
ayer. Piedrecitas para no perderse,
papelillos para que la mala memoria no lo dejará hermético, estático ante algún
suceso del hoy. Continuaba con su camino
lento y lo perfecto de blancos copos hacia la cima. No le importaba el frío, ni
la helada nocturna que vendría sobre sus añejos huesos, ella seguía, sola, con
sus piedrecitas y papelillos. Versos y recuerdos abandonados en una senda donde
todo era olvido, hasta ella. Ella desplazaba de su mente mientras avanzaba todo
su pasado. Sus largas melenas de tono cano la tomaban de la mano, a igual que
sus arrugas, a igual que sus años. No tenía sensación de agotamiento pero
cierta pena se adhería a sus espaldas. Ingería no se qué camino de púas que la
pronunciaban en ese andar y andar hasta la cumbre. Llegó en el naciente de un cráter. Sus manos
se posaron sobre las rocas que habitaban el lugar pero el frío y el calor solo
hizo que de sus manos hinchadas derramara sangre, sangre que ella se fijo pero
continuaba con su camino. La noche despejada la invitaba a admirar un
firmamento rebozado de astros sin distinguir sus siluetas. Caminaba despacito,
con el bello toque del silencio, de la nada. Cerró los ojos y hechizada también
por una luna llena esbozó una sonrisa ¡La vida¡ ¡la vida¡ grito y en el
respuesta su propio eco, sus propias emociones. Sacó el saco de dormir de su
vieja mochila y se sentó. Así, hasta que el alba le encendiera con las isla con
los primeros rayos solares ¡la vida¡ ¡la vida¡, grito de nuevo. Ahí, mi caballero, universo del misterio que
en el nocturno luce su traje de luces. Ya estoy vieja y sola por ello me
quedaré aquí, ya no tengo más piedrecitas ni más papelitos. Todo lo he dejado
atrás para los que vengan en el mañana, un mañana espero bonancible en la paz
de los pueblos.
miércoles, diciembre 06, 2017
LA FRONTERA
Xx:
Aquí en un
rincón donde los desérticos montes empobrecen nuestra mirada en monotonía.
Aquí sobre un
Roque milenario observo la frontera donde la caricia de ella será ajena a mí.
Más no me retiro, no me alejo de embelesarme con la frontera.
¿Cómo será su
país? Tal vez más verde. Tal vez más fértil.
Tal vez más amable con los rostros que se levantan y no halla ese viento
norte cortante de los pasos a dar. Ella está allí, en el País después de la
frontera. Aquí no nos quejamos, pero la sequedad del aislamiento hace de esto
un desierto de espíritus. Solo el viento…el viento voraz, gélido rajando
nuestros labios. No sé como imaginármela, quizás, bella o la belleza es lo que
ronda en mi mente como fotogramas de una película que edificado con mi
silencio, con mi soledad. Quizás, perfecta o la perfección es sagrado ritual
envolvente en la lejanía ¿Está lejana? No, no. Ahí está la frontera. Impera con
sus muros de astillas para todo aquel que quiera pasar, impera con almas
abatidas, desoladas que han querido pasar, impera con el llanto, con el dolor,
con la pena. Me aproximaré a la frontera
y seré ave que vuela a ras de sus púas y trincheras oxidadas ¿Cómo será su
país? Me pregunto. Alegres notas me llegan de allí, aquí, no tengo nada que
hacer solo un velo triste y nostálgico de libertad me escuece.
Yy:
Aquí donde el
magma a construido esta tierra y allí la frontera. Huele a azufre, la
temperatura del agua varía, tiembla la tierra, puede que venga alguna erupción.
Entonces, ya no seremos la frontera como nos llaman ellos. Sí, ellos. Sí, esos,
los que no ven perfectos, bellos, con la alegría danzando en nuestras pisadas,
en las huellas que dejamos. No están equivocado. Una calima proviene de su
país, ausente en mi mente. No sé como viven por más que intento imaginarlo,
solo, la pobreza, la sed, la guerra, la injusticia, la ayuda negada corre en mi
meditación. Pero hay algo que me atrae, no sé…como sí alguien me llamará, como
si alguien me pidiera auxilio. Salgo de mi casa bajo este manto de astros
desconocidos- supongo que allí las estrellas serán cumulo de maravilla- con mi
perro. El calla, yo también. Y diviso la frontera. Cuántas muertes habrá habido,
cuantos inocentes en busca de una oportunidad habrán caído en el engaño. Todo
es engorroso en la frontera. No hay
nadie en la calle, hace frío. Debajo de mis piernas algo se estremece. Tendrán
que examinar el volcán. No más, tenemos
que asimilar que detrás de la frontera es todo magmático. Y ellos quieren
venir, y ella o él quieren llegar y conocerme. Algo me lo dice de mi
reconditez, de los sueños que en la cama navegan en el misterio ¡Mira lobo¡ Ahí
está la frontera. Y si le damos la espalda…¡crueldad¡¡ inhumanidad¡¡maldad¡ sí,
la huída. La huída ante los tropiezos de la vida. Me da lástima, la frontera
¿Quién intentará atravesarla ahora? No lo sé, el, ella, ellos. Y después que…
Xx
La frontera.
Voy a trepar. Voy a saltar. Voy arriesgarme. Mi sangre vagara como una más. Y
después que…alguien me escuchará. Tengo frío, mucho frío. Mi corazón y mis
piernas me llevan a ella aceleradamente.
Mis latidos bajo este cielo abrumado de estrellas me guían. Sí, saltaré.
No tengo nada que perder, solo, la vida. Sí, mi vida. Qué más da. Aquí ya no
tengo nada que hacer solo arriesgarme.
Y salta, y la policía
le persigue. Sus sienes ensangrentadas. Sus ropas rajadas. Y la policía lo
busca y lo busca.
Yy:
La frontera.
Algo pasa en la frontera. Luces y más luces. Yo con mi perro paseando. No sé si
acercarme. Podría ser peligroso…necesito saber lo que ocurre. Necesito saber el
trato que se le dan aquellos que saltan la frontera. Todo es curiosidad, una morbosidad que me
lleva al remordimiento. Veo una sombra correr y correr. No sé me atrae ¿qué le
pasará? Cae y voy a su encuentro. Su piel distinto color a la mía ¿Estás bien?
¡sus ojos¡ sus ojos me asustan y el terror son figuras de una ayer , de un hoy,
de un mañana por su vida. Le doy mi mano. El la mira desconfiado. No soy la
policía. Las luces se aproximan, la búsqueda vertiginosa se arrima. Se levanta
y me da su mano ¡Aprisa¡ ¡Aprisa¡ A lo
mejor estamos a tiempo. Sí, a tiempo de llegar a mí casa. Ya estamos bajo mi
techo. El, de pie. El, temblando. El, herido. El, llorando.
Xx:
He pasado la
frontera. Y ahora que me espera.
Tu. La batalla ha terminado. Sí,
ha terminado para mí. Para otros será hasta el fin de sus días. Sólidas son las
paredes de este hogar. Las toco y las toco y el frío no está, se ha ido. Todo era esto detrás de la frontera.
Yy:
Siéntate. No,
no me mires así. Sí todo era esto detrás de la frontera. Ahora hay que
descansar en esta noche frenética. Otro temblor, no sé que se cuece ahí debajo.
Ya has pasado la frontera. Yo, no sé, te escudaré ¿Qué hacer? ¡Oh, dioses del universo¡ Ayudarme. No, no me mires así. Estoy desahogándome.
Todo es complicado y confuso. Te están buscando como si fueras un delincuente y
solo has pasado la frontera ¿Qué quiere decir la frontera en un mundo
globalizado? No, no lo entiendo. No , no me escuches. Deja que te cure y
descansa, mañana será otro día y ya veremos. Me siento extraña y tú también. Pero hay algo
que dice que no lo somos tanto. Has pasado la frontera…"
domingo, diciembre 03, 2017
Y zas...
Deja los libros, así, solos en el aliento que penetra por la
ventana y entiéndeme. Ellos solo te dan
una especie de hechizo que te hace vagar en el ensueño. Ven aquí, si….en este sillón donde estoy
sentada ahora observándote con mis gafas gastadas. Deberíamos de charlar un
poco, alguna palabra que se hago en estas paredes grises. No, no quieres mirar
la realidad. Te despedaza, te quema. Pero date cuenta de que todo ya ha
pasado. Somos eco del ayer, si…pero
además murallones para que no se repite, para que no vuelva a eclosionar y
dejarnos tirados por las alcantarillas de nuestros adentros. Te evades…sí que
te evades. Haces como si no me escucharas y ello me provoca cierta atracción,
un amor intenso hacia ti ¿Me comprendes?
Y zas, dejo el libro.
Una historia amena donde los mares se mueven en torno a la quema de los
recuerdos. Ahora te miro, dime, te sigo
escuchando. Entiende que tengo que olvidar y crecer en las esferas de esta
nueva vida. Pero a veces…¡Ay ¡ a veces viene el, viene ella, viene quien quiera
y arrebata la risa esbozándome una amargura por no gritar cuando estaba a
tiempo. Por ello me aíslo. Supongo que me comprenderás. Me gusta estar aquí, a
la luz de esta ventana mientras tú en ese sillón espera mi abrazo. Ya iré, no
te preocupes. Necesito meditar, examinar desde aquí el bien y el mal pasado. Ahora es tarde. Bueno, salgamos. Está
lloviendo y la noche ya viene temprana. Mejor, calles vacía donde el susurro de
la llovizna pintará nuestros rostros de desconocidos. Desconocidos que van y
vienen. No te olvides el paraguas. Ese no que está roto, coge el verde.
No hace falta cerrar con llave, vamos. Solo daremos unos pasos de la mano. Y quizás,
se la lluvia se va nos sentaremos en algún parque cercano, próximo a ese techo
que nos hace cabalgar en la pesadez del pasado. No llevo móvil y ¿tu? De
acuerdo, lo has dejado, has leído mis pensamientos. Mira, la neblina azota la cumbre en su
sutilidad, hoy no veremos el roque pero da lo mismo, estoy contigo. Cuéntame algo de lo que los
estabas leyendo.
Ja, nada. No estaba leyendo. Solo disimulaba mientras tus
ojos se posaban en los fotogramas de mente, intentando leerlos. Es imposible,
solo yo sé del pasado. Un pasado inmaduro, arrebatado, desquiciado de todo este
presente. Ahora miro al frente. Ahora te miro a ti y en este paseo bajo la
lluvia me enamoro más aún de tus formas de hacer las cosas, más aún de esas estrellas que no puedo divisar ni
ahora, ni nunca. Uf, ahora que recuerdo, el telescopio esta polvoriento, las
telas de arañas le caen. Dejémoslo, algún día… estaremos ahí arriba. No te rías…sí,
seremos energía que se expande y contrae en el universo. Ahora toca vivir como
podamos ¡Qué impertinente es este mundo¡ Peleas voraces, aberrantes contra la
humanidad y al fin y al cabo seremos pieza de una fosa, no más ¡Mira que somos de
mala sangre¡
Parece que llueve más fuerte, las sombras nos persiguen como
fantasmas de nuestras pisadas. Volvamos a casa. Tú con tu libro, yo en mi
sillón.
viernes, diciembre 01, 2017
los sueños de la espera...
Los sueños de la espera,
Letargo indeciso tropezando a cada sombra, a cada desperezar
De las alas calladas
Cuando un telón se yerta bajo los ojos cenizos del
agotamiento.
Se revuelven en arboledas liadas a la vejez
En el cotidiano manoseo de la oquedad de los cuerpos
Ambulantes en aceras muertas.
Los sueños de la espera,
La lluvia se desgasta, se cansa
Y culmina en el desahucio de las manos
Enraizadas en la monotonía.
Tal vez, derramadas ilusiones en las vertientes de la nada.
Tal vez, resoplido de ancianas heridas en acantilados
poseídos por el vacío.
Tal vez, pisadas en la pena vertical de nuestras espaldas.
Los sueños de la espera,
Vagas ganas de agarrarlos para erguir su ruta distante,
ajena
En manchadas huellas del ayer, del ayer…
Rotos pasillos
Rotos pasillos
Abogando a la incertidumbre
En la terquedad de una jornada.
De espaldas,
Marea que se expande y contrae
En el susurro del viento.
Silencio prematuro
Con tambores olisqueando
Alguna caricia en la unión de los vuelos
Hoscos, desnutridos,
simples
En el despertar.
sábado, noviembre 25, 2017
Alas en vertical
Es infranqueable. Despierta con cierta ironía, con cierta
brutalidad cuando avanzamos bajo su manto verde. Hoy la calma no está presente
sino una marea dura, temblorosa que consume las ganas de ser parte de ella.
No digo lo mismo. Nos dejaremos llevar por ella, por los
sentidos de su movimiento aunque toquemos fondo. Ella nos dejará respirar si
nos dejamos ir. Vamos, aticemos el
concierto del océano con nuestros cuerpos desnudos. Sí, desnudo cuando el alba
dice de la tempestad, de la grotesca caricia de su piel.
¿Nos arriesgamos? Eso quieres decir, avanzar
en su templo de barcas naufragadas como si fuéramos parte ella. Pero antes de penetrar en su corpulencia de
oleajes inciertos dame la mano. Iremos
aunados a una sola palabra, la libertad. Una gaviota nos merodea. Una gaviota
nos anuncia. Una gaviota nos induce a ser parte del aire, del mar que nos
rodea. Dancemos con el rubor violento de sus aguas, de sus alas.
Me miras. No estoy acabada. No estoy ida. Solo, la belleza de la madre tierra aunque su
bestialidad este en estos instantes. No, no es ella, somos nosotras. Sí,
nosotras las que en sus entrañas indagamos con el curso de los tiempos.
Sí, mirar los ojos desnutridos de tu espíritu. No, no mientas.
No digas más, vamos. Tu también me observas, me examinas por si seré capaz. Si, lo soy. Acabemos ya,
nadaremos hacia el horizonte donde los sueños se hacen reales, donde la agonía se
desvanece en el pausado cauce de los años.
Alas en vertical
asomo de la serenidad
de almas mecidas por un océano
culminante en dicha
miércoles, noviembre 22, 2017
Yo declaro...
Nubes haciendo círculos con lo cotidiano de pájaros en
silencio. La humedad hermética se incrusta entre los cuerpos ausentes de las
horas y da comienzan los pasos por las veredas aisladas de todo ruido, de
toda polución, solo, el oleaje. Se asoman y dejan que las lágrimas del océano
acaricien sus mejillas, pálidas, insípidas, tirantes, marmóreas. Todavía les
queda por llegar, llegar a la imperfecta atmósfera que dice de amparar la
huída, la herida, la sed. Alguno tiene ganas ante tanto hastío y desolación
cantar ….y canta, se encamina en la mirada firme de la muerte y una nana sale
de sus labios agrietados, de su garganta rajada. Todavía está lejos, muy lejos…cuerpos
rotos que probablemente solo verán el firme y asqueroso hierro en la llegada en
sus ojos ¿Dónde estás?, se preguntaran y lanzaran sábanas de su propia
sangre entre los barrotes. Pero, el oleaje sigue ahí. En sus oídos, en sus
estómagos, en sus luchas, en sus nuevos despertares amargos….
Yo hijo de las
olas declaro
La libertad de los pueblos
Que amanecen en la oscuridad
De batallas insomnes, de hambre perpetua.
Yo hijo del viento declaro
Que venga la esperanza
Con su manto de astros
Amamantando nuestras manos,
Nuestras pies cansados.
domingo, noviembre 19, 2017
El acantilado
viernes, noviembre 17, 2017
Siempre...
Qué has dicho eso, los vuelos de cernícalos se apagan en la
medida de la rutina. No, no te entiendo. Siempre hablando con las aves que
circulan a través de tu vigilancia en la caída de la tarde. Qué has dicho eso,
lo de los estómagos rajados por la sed y la fertilidad ahuecada en un mundo
inmerso en el hambre. Siempre te detienes y conversas con tu yo, ausentándote de
la realidad envuelta en tus pasos bajo este techo, entre este pasillo oscuro
ahora que anochece con el rumiar de la dejadez. Que has dicho eso, la muerte
oprime esta esfera ambientándola en una tala progresiva de inocencia que duele,
que pena en el sentido de un viento norte rompiente de tu rostro. Siempre
terminas en la nada, hay algo que muerde tu conciencia haciéndola vagar en
penurias alejadas de tus manos. Ya lo sé, no puedes hacer nada, solo, el
emerger de corazón…si, tu corazón en los ojos rotos por el llanto
como duelo de esta tierra. Esta tierra oprimida, devastada, injusta,
insolidaria, desigual por aquellos que hablan de la libertad, de la esperanza.
No, no es así. Qué has dicho…cansada….siempre fija bajo las neblinas de la
humanidad, de las yermas huellas de algunos…de algunos cuantos sobre el todo.
jueves, noviembre 16, 2017
Amanece...
Amanece.
El rumor de la polución
Se abriga de la oquedad de unos ojos
Mirando, observando, examinando
El recorrido de sus silencios.
Amanece.
Los pajarillos lamen los cerrados encuentros
Con el brío de arboledas
que enferman.
Amanece.
El otoño parece conversar
Con sus pisadas monótonas
Por una isla que lleva la profundidad de sus sentidos.
Amanece.
Sábanas blancas tendidas a la venida de la lluvia
Y ella, sola, perecedera en rondar de los años
Idos al refugio de la desmemoria.
domingo, noviembre 12, 2017
El arco iris...
El arco iris ha salido, no te das cuenta. La helada de tus
emociones te hace vagar como ave muerta. En la orilla, tus pies desnudos no
saben del calmo oleaje solo de las desventuras de antaño. Vasto es tu camino,
ahora, en el trepar por tele de arañas pobladoras de tu mente. Todo se hace
incierto, inseguro y tiemblas. El frío raja tus ojos al horizonte,
muerde cada intento de navegar por los astros de la vida, de la sonrisa. Sin
embargo…sin embargo, aun eres vertical aunque la molicie descanse sobre tus
hombros. Has despertado…el arco iris ha nacido bendiciendo tus ojos verdes en el rebozo de nubes que dibujan el
sentido de tu aroma. Hueles a humedad, hueles a penas, hueles a desnudez
que se irá con el transcurso de la jornada. Los tambores de una caricia remota
y monótona te animan y vences los conspirados surcos que atraviesan tu
estómago. El arco iris ha nacido…resonar de violines, gaitas y chácaras que te
irán hablando de tus decisiones en la larga espera. Espero que briosas,
enamoradas del nacer entre columnas que sostienen aquellos sueños del mañana.
viernes, noviembre 10, 2017
Sin más...
Sin más arremetió contra la mesa. Esa mesa de dibujos
imperfectos ahora estaba vacía. Se sentó, se desabrochó el cuello de la camisa
y suspiro. Tantas estaciones de lunas rotas por el quehacer vago de las horas.
Todo estaba perdido, eso pensaba él. Hoy no silbaría cuando los pajarillos retozaran
en su balcón de geranios mal heridos por una vejez presente. Pero su alma aun
inhalaba el aliento de aquella juventud ida. Salió de su casa dejando la puerta
abierta. Si abierta para que aquellos garabatos de años desaparecieran en el
conjuro de la luna. El bullicio de gente en la calle era demoledor para sus sentidos
pero había algo, sí, algo…la música de otros lugares tomaba un escenario amplio
de la vida, de lo que queda por hacer. Se detuvo y un cierto remordimiento lo
atizaba
para que retornara…si, volver a esa vieja casa de puerta abierta. Entró, todo
estaba en su sitio. El olvido es quejumbre que nos deshereda del aire que se
respira. Solo, cansado se fue a la mesa y se sentó. De nuevo se desabrochó el
cuello de la camina y el comienzo
de su última obra. Sus manos temblorosas lo llevaban a un pincel y la oscuridad
de sus ojos a tonalidades grisáceas. Ya está bien, se dijo. Se dio la vuelta y
visualizó
una maleta, una maleta heredada de no sabe quién. Llevaba ahí años y años,
tantos que su superficie estaba todo agrietada. Ya no hay tiempo, se dijo.
Metió sus últimos dibujos en ella y se fue dejando la puerta abierta. Miro la
luna, una luna llorona, ausente a sus pisadas entre los viandantes. Otra vez
escuchó el concierto, otra vez se detuvo. Abrió la maletas y ojos de
buitres se aproximaron mientras el caía, caía en la nada.
jueves, noviembre 09, 2017
Suena...
Suena el retozar del canto de los sentidos.
Suena el bello coro de aves viajeras del silencio.
Suena el albor cotidiano de mis sentidos.
Suena el alegre sonido de las nubes.
Suena el otoño envejeciendo las hojas
Caídas a ras de mi rostro.
Despierto, emigro donde lo imperfecto
Mece mis movimientos en animados saludos
Al bien hacer de la existencia.
miércoles, noviembre 08, 2017
El cauce
Dos existencias envueltas en nubes de pensamiento. Caminan y
caminan hasta ser bañados por un océano donde la alegría del vivir es ola que
viene y va en sus enterezas.
Y: Vamos por el cauce hacia abajo soplando las flores caídas
a ras de nuestra mirada.
X: Y, a dondé llegaremos, te pregunto. Siempre con la ruta
serpenteante de este río que parece interminable, eterno en mis pisadas
gastadas.
Y: No sé, me preguntas y yo no tengo la respuesta. Solo, los
alisios cubrirán nuestra espalda y continuaremos como naves rebosadas de amor
hasta el final. Ese final donde sus aguas rápidas se expanden en el océano.
Y: Estás enganchado a mi mano que tira y tira en la huída de
rostros opacos, obtusos a nuestro enlace con los astros venideros.
X: Rápido, rápido. Avisto el horizonte donde las pardelas
hacen huecos en los acantilados. La mar cercana. Ese mar que tantos nos adora,
que tanto zumba en el agrio retozar de lo cotidiano. Allí nos esconderemos.
Seremos alas abiertas a la aventura de la espera. Todo tiene que cambiar. Un
calentamiento suspira en la proximidad de esta esfera. Pero, no preocupes,
seremos fuerte, seremos aquellos que sobrevivan a las calamidades adyacentes en
este mundo.
Y: hablas de penas. Penas originadas en las entrañas de la
humanidad, de una existencia materializada en el daño, en la agresión donde
duermen, donde sueñan ¿Y los indefensos? Si, los inocentes que de sed y hambre
se pudren en la distancia. Ellos son los que tendrían que emerger en la
plenitud de un nuevo despertar. Un despertar tranquilo donde las armas solo son
apagadas semillas del mal.
X:
Todo tendrá un final como pesadilla del ayer, del hoy.
Creceremos en las caravanas donde la paz alzada de mantos blancos nos congregue
bajo la hoguera de la nobleza, de la bondad. Sí, creo que llegaremos.
Y llegan a ese océano infinito que ampara la isla. Detrás ya
han dejado el cauce del barranco, un barranco que se encoge a medida que se
aproxima. Una playa. Una libertad. Una certeza. Y, ahí van al encuentro de la
armonía, de la paz, del equilibrio entre tierra y humanidad.
sábado, noviembre 04, 2017
fumas un cigarro
Fumas un cigarro,
En nubes oscuras
Te delatas ante la luna.
Apartas el brío de la duda
Y sigues aquí.
Poco a poco
El tiempo se sonroja
Ante el pulso arrojadizo de tus alas
¡Vuela¡
¡Vuela¡
En el interminable aliento de las fuerzas
blancas
De la paz, del ensueño cíclico de las jornadas.
Fumas un cigarro,
Templos de luna te cobijan
En el imperturbable malgastar de los años.
Siempre conversando...
Siempre conversando. Aladas semillas implantadas en la
bondad. Siempre mirándome, cada movimiento lento, cada palabra apagada, cada
lágrima precursora de los sentidos. Siempre dices que estoy emparedada…no sé
por qué, me gusta estar así, con el frescor de mis sueños, de mis deseos.
Pausadamente te arrimas y callas. Callas en el jaleo de mis entrañas, callas en
mi mano temblorosa al viento. No sé si son los años, esas historias iluminadas
por foco que me tiñe de desconsideración con el ya, con el presente latente en
la oquedad de nubarrones. Siempre conversando. No, no me convences. Estoy aquí,
hace frío pero me reconforta la armonía luminiscente de mis pasos. Good bye, no
me hables más, me cansas y yo con mi ajetreo despierto pierdo la noción del
tiempo. Mi escena es cotidiana, soy eco de mi propia película en estos
instantes. Adiós, no converses más. Todo termina en un absurdo de frases
arraigada algún libro. Me aburres…es que no entiendes. Retorno a mi reconditez donde
las hechiceras de la noche de luna son saltos sobre hogueras en sus conjuros.
Siempre conversando y yo no que decir, no sé que entender, coronas de huesos
marcan los destinos de cada uno, no hay remedio…¿entonces? Por qué tanta
preocupación por donde silban las flores que pueblan mi búsqueda. Sola…bah…siempre
lo estado ¿A qué vienes ahora? Yo y mis monólogos siempre conscientes de que no
estás…. ¡Sed¡ Tengo sed…sed de castillos en la arena que pueda destartalar para
de nuevo edificarlos con un suspiro. Siempre conversando, no te agotas…tic-tac,
el paso de las horas me dice sin ganas que me cubra de sueños, que cierre los
ojos y continué en ese laberinto de mi trotar como ave remota a tus ansias, a
tus miedos, a tus quejas, a tu ignorancia por donde ronda mi corazón. Uno, dos,
tres…y zas. Ya está, adiós.
jueves, noviembre 02, 2017
vacío
Cara a cara.
Vientre a vientre.
Notas esparcidas bajo mis pies.
Sábanas arrugadas abrigándote.
La noche es larga,
Una noche de luz
Donde los grillos rompen el silencio.
Nos elevamos fuera de nuestros ojos,
Torpes, lamidos por la consternación
Y la huída de la caricia.
Un pétalo cae.
Un pétalo resbala.
Un pétalo
tiembla.
Vacío…
miércoles, noviembre 01, 2017
divagaciones de una noche de noviembre
Comenzamos el viaje, un viaje largo o corto según como se mire,
según las manecillas de un reloj marque nuestras vidas. Algún día se irán…si,
por allá, como polvo de estrellas que somos. Pero ahora, mientras saboreamos de
nuestro caminar incesante, a veces retorcido por los temblores del viento,
sonreiremos. Vagaremos en las mediaciones de la concordia y pacíficas palabras
nacidas de nuestro vientre. No sé para que discutir, para que distanciarnos de
ellos de nuestros hermanos manados de esta tierra madre. A veces queremos distinguirnos en la
brutalidad de la fragmentación de nuestra sangre. Mira como mana su color vivo,
no hay distinción solo la meta que se proponga nuestro cavilar, muchas veces
absurdo, caemos en la estupidez de la superioridad ¿Superior a qué? Sí,
tenemos capacidad de pensar, de una cultura que establece nuestro rango entre
otros seres, entre otras formas de vida. Pero a la vez somos tan iguales,
existe una similitud: muerte y vida, vida y muerte. Y así sucesivamente ¡Déjalo
ya¡ ojos desorientados acarician la grosería, duermen en la terquedad, ansían el
yo. Sí el yo, yo soy mejor que tu y me voy, detesta toda la atmósfera que
ronronea en su propio mar, en su propias raíces. Se elevan banderas, se elevan brazos y todos
caemos en la tentación. La tentación de la huida del enlace de los pueblos.
Estamos lejos, muy lejos de una tierra amparada por la igualdad, por la sombra
ausente en pueblos moribundos. Pues sí, comenzamos el viaje, un viaje en la
mirada perdida de la sobriedad, de desencajadas navajas que retuercen los
huesos, ya cansados, de este anciano planeta.
martes, octubre 31, 2017
¿Despiertas?
¿Despiertas? Todavía los restos del sueño embargan tus ojos
cerrados. No sé si me escuchas, no sé si sientes el aliento de mis palabras.
Quizás
sean huecas para ti. No te mueves, inanimadas alas en el reposo de un más allá
donde nadie puede llegar. Sin embargo, la belleza perfecta te abarca en todo
tu rostro. No, no despiertes. Aquí estoy, mirándote….así, con el paso de los
años. Eres el todo, el todo de mis ojos cuando la crecida de la claridad pesa
sobre mis hombros ¿Despiertas? No, sigues ahí, intocable, intangible, invisible
a las manos que posan sobre tus labios como caricia del corazón.
No, no despiertes…alejada, ausente, con el convencimiento de que no estoy. No,
no estoy…solo la tempestad abrumadora de las horas que pasan, que rajan cada
despertar y tú no estás.
domingo, octubre 29, 2017
Ya he pasado el puente...
Ya he pasado el puente, faltas tú.
Así, yo con mi espíritu entregado a los vientos nortes,
Tú, con tu aliento rasgado por el desafío de la nada.
El agua corre, agua verde en sentencia de la esperanza.
No sé si esperarte.
Así, yo con mis hombros colgados en el infinito del
firmamento,
Tu, con tus huesos cansados detrás de la mirada de sus
ladrillos.
No, no te animo,
Para qué amiga mía.
Son tus alas grises las que deben dar el paso,
Yo, me inflo de pisadas cambiante a través del tiempo.
Sin embargo, el está ahí, aguardándote a que te decidas.
Al final seremos huellas que se expanden, que se contraen
En los huecos de nuestra sombra.
viernes, octubre 27, 2017
Perpetuo...
Perpetuo.
Distante.
Las pisadas negras.
Las pisadas ininteligibles.
Las pisadas ligeras.
Y el adiós,
Y el nacimiento
Sobre sábanas blancas.
Una voz.
Ausente.
Alargamiento de las manos,
Ojos agrietados
Perennes al olvido.
miércoles, octubre 25, 2017
El camino
El camino. Está ahí, cerca, en las proximidades de un
arroyuelo infértil. Hoy el viento del siroco se interpone en mis ganas, en mi
ánimo. Avanzo
y ya estoy en el camino eviterno del equilibrio, digo yo. En sus flancos la
muerte temprana de los frutales, de las arboledas de antaño, de animales
desesperados, sedientos. Todo es árido, yermo. Túnel inacabable donde la luz
solar aprieta en mis sienes. Pero he llegado y he de seguir con la continuidad
de mi respiración acelerada, agotada. Inspiro y espiro, espiro e inspiro…lejos,
muy lejos se yerta una montaña donde la noción del tiempo se pierde, donde los
años quedan atrapados en el silencio, en la nada. El camino. Las raíces se
queman con alguna que otra lágrima que cae de mi rostro. Tanto calor…pero, soy
libre. Sí, emancipada de las incomodidades del ayer, ha sido una ruptura. Una
vida nueva me espera en este camino, asolado, engarrotado, estático donde la
brisa esconde el agrietar de mis labios. No, no necesito agua. Solo seguir,
abrazarme
a mi pecho y sonreír al aliento de mis manos. El camino…
sábado, octubre 21, 2017
la playa
La playa y en ella una avenida. Alguna música suena a lo
lejos. Dos hombres que se encuentran.
E:
Mira mis manos. Sí , estas manos de unas tierras extrañas
para ti. Por si no lo sabías habitamos la misma esfera pero con distinta
condición. Te las enseño por en ellas se refleja el sudor, el penar de años, de
siglos reposadas en ellas. No me mires
así, como algo marginal a tus ideas. No, no sé escribir. No he ido a la
escuela, es más, del lugar que vengo no existen solo la enseñanza
de la vida, de los ancianos que habitan mi pueblo. Ellos dicen que algún día
cuando el sol sea lamido por la luna todo cambiará, seremos iguales. Sí,
iguales ante la muerte. Nuestros huesos sean gemelos , nuestro espíritu
habitará en la sonoridad de este mundo. Yendo, viniendo en cada recuerdo de
nuestros amigos. No te acercas, no quieres darme la mano. Mira tus manos…por
favor míralas y cierra los ojos. Dime lo que sientes, lo que te transmito a lo
mejor no mucho más que las tuyas , iguales pero finas, cuidadas.
H:
No, no te tocaré. Mi mente esta concertada con el repudio,
con la fuerza
brutal de echarte. Sí, vete de aquí de dónde has venido. Este lugar es
tranquilo y ahora ustedes. Sí ustedes vienen con los hombros de la miseria, de
la incertidumbre a estas tierras ricas en su crecer y crecer. No, no te tocaré.
Márchate ya, molestas. Me siento incomodo ante tu presencia. Yo no puedo hacer
nada. Solo proteger mi ciudad, mi país.
E:
Mis manos. Ni te atreves ha obsérvalas. Sientes miedo al qué
dirán. No eres valiente, la cobardía te ampara a ti y a muchos. Pero no me iré.
Quiero aprender de lo que no tuve oportunidad. Soy mayor, muy mayor. Las canas
surcan por mi rostro, dolido ante tu negativa, ante el ayer, ante el presente.
H:
Vete ya, vuelve a tu pueblo. Deja está sociedad que sigua su
senda alejada de todo mal, de todo harapiento como tú.
E:
Duras tus palabras. Me dices harapiento. Yo no soy vagabundo
del aire que respiras, ese aire el mismo que el mío. Me iré….sí, como preso de
tus sentidos, erróneos, fatigados. Vuelvo a mi casa, hace frío, es otoño. Le
diré a mi pueblo que todo es falso…sí, eso que dicen de una vida mejor. No
soporto el odio de tu mirada, tu repugnancia ante mis manos. Déjalo ya, me voy.
Aislado en la cárcel de los sueños, en lo que cuentan.
Y se va como defensa de su tierra. Penetra en el oleaje calmo
y desaparece cuando una pardela lo llamo. El otro retorna a la venida con el
pecho inflado de que algo anda mal. Su razón lo lleva a la impotencia.
Mira por un momento a la orilla, el ya ha desaparecido. Todo tiene que cambiar,
se dice.
Astros..
Astros condicionando la deriva
Por tierras arrojadizas a la infertilidad
De sus manos
De sus corazones
De sus pensamientos cansados.
No, no son extraños,
Son el eco de nuestras huellas
En el paso de la rutina
Colmada de vacío.
Ahí vienen, hijos de nuestras entrañas,
De la única luz de esta atmósfera
Sombra de este mundo.
¡Bienvenidos¡
Abrazo de hermanos enraizados
A los huesos pilares de nuestros andar
Por el auge de la madre tierra.
¡Bienvenidos¡
Todos, en la unión de los sueños
Libres, esperanzados, pacíficos.
viernes, octubre 20, 2017
El descanso...
El descanso.
Sueños efímeros.
Cuerpos avanzan
en la sed.
Perdida luna.
Y ¿Tu?
Gélida boca espantada
De los sucesos de la jornada.
Cuelgas tus hombros,
Tus piernas, tus manos
En el retorcido tornado de la
esperanza.
Acaso ¿no viene?
Acaso, se ha ido sin decir
adiós.
La espera.
Ciegos oídos al estallido de las
flores.
Es otoño.
La lluvia.
Ven, ven amiga mía
Con la danza
del mañana.
martes, octubre 17, 2017
Muy tarde...
No es que la distancia sea extensa sino que el velo de tu
rostro no se conforma con las manos que mece las tuyas. Estás cansada, paraje
desértico donde los mirlos son muerte. Abrazas el mañana, deseosa del
andar por largos arco iris que cae como melena sobre tus hombres. No, no
entiendes que es el ahora, este instante donde reposamos la armonía de nuestros
labios, de nuestros vientres orientados al sol. Esperas algo…no sé, tal vez
sobrenatural que se inyecte en tus venas y te haga….sí, te haga danzar
bella y desnuda cuando la noche llega con la luna atrevida. Estás
desgastada, quemada, ahogada en paraísos
utópicos que mencionan tus pensamientos. No, no es que no sea lo correcto pero
la ventura de cuerpos en las mareas es el ya, aquí, conmigo…después se verá.
Eres extraña….sí, muy extraña. Te quedas mirando a un horizonte
inacabable, inabarcable y estiras tus brazos como si quisieras acariciarlos,
como si quisieras encomendar todos tus movimientos lentos a él. No, qué te digo
que no. Déjalo dónde está y ahora mírame, lindos ojos apoyados en la senda de
la realidad. Mañana es tarde, muy tarde…
viernes, octubre 13, 2017
la jaula
Desnuda, desprendida de toda prenda y objeto que la
cubriera. Una jaula de cristal, de
cristal transparente como su alma. Ella, encerrada, atrapada en el porvenir de
sus deseos. Acariciaba cada barrote como tersa tela que la abrigara. Pero ya
esta extasiada, cansada de posar en su vida ahí dentro, lejana del calor
humano. Cierto día de atmósfera enrarecida por la arena del más allá de sus
fronteras, por el asfixiante eco del sudor descubrió un agujero. Un agujero en
su jaula de cristal. Por allí iban saliendo diminutos personajes que el
contaban, que le narraban de lo que había perdido, de lo que existía detrás de
esos barrotes. Personajes azules, verdes, amarillos, rojos con el
gozo
sobrenatural de la magia. Ella los miraba, sobrecogida, con el anzuelo
ya en su sed. Intento erguirse pero no pudo, aquella jaula de cristal era muy
baja. Intentó alarga sus brazos
pero no pudo, era tan estrecha que aquello la alejo en una sonrisa
retorcida de lágrimas fatigosas. Los
diminutos seres desaparecieron, invisible espíritu que se alegra, que fuerza la
caída. Se miro sus manos, ahí, agachada en su jaula de cristal y la vejez se
revolcaba ante su sonrisa amarga. Ya no
había tiempo para la huída, no había salida. Entonces, se durmió y soñó y soñó
con batallas susurrantes en el fin, en la conformidad de su corazón a lo largo
de los años pasado. Una lágrima caía por su tez. Sus ojos cerrados, sus manos oprimidas en la
magia de barrotes idos en el más allá del horizonte, de las fronteras…inexistentes,
todos bajo un mismo firmamento.
miércoles, octubre 11, 2017
Mis manos...
El alba. El desierto amparado por seres que regresan a su
jornada.
Muchacha :
Mis manos y el cubo.
Un cubo grande donde traeré el agua para que mis hermanos beban de él. Hace
calor, descalza me mueve por esta suave arena donde un cierto viento cálido
rasga mi rosto. Mis manos y el cubo. Un
cubo viejo, cansado de tanto de ir para allá y para acá. Esta es mi vida. El
cubo y mis manos, mis manos y el cubo y esa agua de la que beberé al final
cuando todos hayan saciado un poquito de su sed. El pozo está cerca o lejos,
según como se mire, según haya despertado el día. Mis fuerzas son inagotables,
descalza me aproxima a él. Ahí están mis compañeras, mis amigas se podría
decir. Mientras espero para llenarlo hablo con ellas y ellas sudorosas de manos
agrietadas también conversa y después nada de nuevo a mi hogar. Unas paredes de barro y piedra que me
refresca mientras sigo y sigo en mi
labor.
Madre:
Ya has llegado más tarde de lo costumbre. Te entiendo hace
mucho calor. Las hogueras de este desierto alumbran tus pasos para que sean más
lento, más retorcido en el tiempo. Sabes hija, me encuentro cansada. Estoy
enferma, la dejadez de los años en este ciclo monótono. Tu ahora debes de hacer
frente a la familia, mantenerla para que crezca en la verticalidad de los años.
Yo me iré…sí, me iré bajo el sudor grotesco que corre por mis venas. No, no llames
a tus hermanos, déjalos. Eres tú, la mayor, la que ha de enterrarme cuando mis
ojos agotados y abiertos te pidan que los cierres. Por qué me miras así, no
puedo moverme ya…lo siento hija.
Muchacha:
¿Te vas madre? Dónde el sol será luz de nuestros pasos,
serás una más en el cielo, en la tierra. Mis manos y el cubo. Bebe algo…no
puedes, espera que te ayudo. Intentaré hacerlo lo mejor posible, mis hermanos
grandes y fuertes, poderosos ante todo mal. Mis manos te enterraran, mis manos
hará una guirnaldas de piedrecitas y la posaré en tu frente para que vayas
contenta como recuerdo de tus hijos, que te quieren. Voy ahora atender a mis
hermanos, están esperando por mis manos y el cubo, el cubo y mis manos.
Madre:
No, no quiero tus lágrimas. Esto es parte de mi camino, de
mi andar por este desierto. Yo estaré con vosotros en cada mirada, en cada paso
que hagáis en lo venidero. No, no llores. Que no te vean tus hermanos. No les
digas nada….solo, que me ido a otra parte de mi vida. Anda hija, llévales el
agua, que te esperan.
Muchacha:
Vendré luego madre. Sola. Me quedo sola ante todo. Pero sé
que ella estará conmigo, me dará dosis de fortaleza para el continuar de las
jornadas. Ellos se estarán preparando para la caza de hoy. Yo sueño con mis
manos y cubo. Sí, sueño con la libertad de mis manos, de mi vuelo. No me podré
ir. No me podré casar. Me volveré vieja y raída en el silencio. Mis manos y el
cubo, el cubo y mis manos. Ando deprisa antes de que ellos vayan hacer sus
cosas. Mis manos y el cubo…
martes, octubre 10, 2017
ojos desviados
Ojos desviados
En atención a la tarde,
Una tarde próspera en hojas caídas
De un viejo almanaque del tiempo.
¡El tiempo¡
¡El tiempo¡
Vacío inesperado del ayer,
Brío del mañana,
Atrapado en el hoy,
En estos instantes eternos
Donde el tildar de un corazón cansado
Vuelve al vacío efímero.
domingo, octubre 08, 2017
Se le antojaba...
Se le antojaba ser como el cosmos, con la negritud y el brío
lejano de algún astro. Las olas también cuando la luna se escondía ser
chispeantes rupturas en la orilla de lo negro. Hoy no quería mirarse al espejo,
le apetecía o más bien le daba la gana de quedarse en la cama. Las noches no
eran las de antes donde el silencio era coro de grillos. Ahora, la
contaminación andante del ruido la hacía escaparse entre sus sábanas, bajo un
edredón anciano como ella. Ya estaba cansada, tan harta del latido confuso de
sus pasos que aupada por la memoria que se iba y la independencia eclipsada que su espalda dijo adiós. Espaldas mojadas por un frío fúnebre, por una
brisa que penetraba por los cristales rotos de su ventana. Aun así, se le antojó
mirarse por última vez. Y qué puede ver esta vieja mujer a través del espejo…un
pasado floreciente en vida, un pasado condicionado por sus manos verticales a
la respiración de los vientos, un pasado envuelto en una sonrisa. Sonrisa ida,
sonrisa ahora perforando su rostro, yermo, abatido. Y cerró los ojos, y apretó
los puños, y se destapó…así con su camisón de flores negras dejo que la muerte la
embriagada como fértil paseo al descanso. Sí, ya había sido suficiente, no
podía quejarse. Ahora, sola, antes de
ser uso indebido de sus deseos, de sus sueños se fue. Adónde, no lo sé….solo el tic-tac, tic-tac de
su reloj y ese espejo sucio diría de su alma ausente, de su cuerpo presente.
sábado, octubre 07, 2017
lejos
Lejos, yeguas eufóricas a través de los campos de
cristal. La búsqueda, de sus ojos yertos
en negritud de la ausencia. Arrimadas en las sombras perennes de arboledas
conquistando la madre tierra. El hechizo llega, con la libertad y la pasiva
resonancia del sudor, del esfuerzo ante las adversidades columpiando sus
destinos. Se apartan, se dividen, cada una por la senda a cubrir para el amparo
de sus sonrisas. Ya está bien, han llegado a la cima de sus corazones rodeados
de arco iris que anuncian la paz, el equilibrio entre el firmamento y los
astros que hablan del mañana sostenido en el liar y liar de las manos, suaves,
bondadosas en el auge del amor.
jueves, octubre 05, 2017
mareas verdes
Mareas verdes.
Techos desvencijados.
Puerta azul la sonoridad del firmamento.
Lejanas,
Lejanas montañas pronunciando la negritud
De las manos gastadas,
Huídas del torpe silencio de la nada.
martes, octubre 03, 2017
Azul.
Azul.
Es azul…
Su sombra distante.
Su eco incontenible
A ras de la memoria
De su desnudez…
Renaces conforme a la brisa matutina en el respirar de los
pájaros. Te abrigas escrupulosamente de
un sol invernal. A medida que creces invocas algún sueño olvidado, escurridizo
tras el espejo que te miras. Y eres azul , destino incierto bajo el misterio de
lo cotidiano. Buenos días…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)