Ya he pasado el puente, faltas tú.
Así, yo con mi espíritu entregado a los vientos nortes,
Tú, con tu aliento rasgado por el desafío de la nada.
El agua corre, agua verde en sentencia de la esperanza.
No sé si esperarte.
Así, yo con mis hombros colgados en el infinito del
firmamento,
Tu, con tus huesos cansados detrás de la mirada de sus
ladrillos.
No, no te animo,
Para qué amiga mía.
Son tus alas grises las que deben dar el paso,
Yo, me inflo de pisadas cambiante a través del tiempo.
Sin embargo, el está ahí, aguardándote a que te decidas.
Al final seremos huellas que se expanden, que se contraen
En los huecos de nuestra sombra.
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