lunes, abril 16, 2012

Avanza


Avanza, la tempestad barrunta el despliegue de tus alas de mariposa sobre fosas de magarzas que reviven después de la peste de la hambruna, de la injusticia. Horadada de libertad te levantas como mujer del viento y revientas el despreciable trajineo de las guerras que solo hacen almas obsoletas, absurdas. Avanzas y el viejo pino de la vida te da un beso en la frente como auge de las ramas libres, de las manos libres tiznadas de blancor al son de tu danza. Con el habla y en vuestro diálogo se expande y contrae los dilemas de tu razón, de tu corazón.
Xx: Dime el por qué azota cierta melancolía en las miradas de los indefensos, de los inocentes, de los que abogan por una sociedad más justas. Me siento decaída y mi empeño en ser mujer libre que con la tonada de la paz cuece el crecimiento del espíritu se amolda a la desgana.
Pino anciano: No te derrumbes. El juego de la vida se mece entre espadas afiladas que son determinantes para el alejamiento y acercamientos de la edificación como seres humanos. Se funden cuando la fuente de la brisa de tu peso es vertical y avanzas bajo los acantilados de lava. ¡Arriba¡ Cógete de tus manos de espuma de rosas y ser ese ser que se yergue ante la tormenta.
Xx: ¡Muertos¡ Más muertos bajo la pena de estacas de la sed. Agua que discurre por parajes libre y que quieren apresar.
Pino anciano: ¡Que tu llanto y el de muchos sirva para acallar la extinción de la nobleza de la corazones¡ Imagina, imaginemos y esa imaginación se aúne en el recorrido que tenemos que albergar para que todo crezca, para que todo sea más bello. Un mundo hermoso donde colibríes y pinzones azules sean ese desencadenante de la paz, de la alegría ¡ Qué lindo pensamiento¡
Xx: ¡Qué lindo pensamiento¡ Sorprendente.

Avanza y con su yo más optimista es presa del mañana. Ese mañana donde el arco iris nos desquitará de vientres abultados, de pies descalzos acarreando minas del horror.

sábado, abril 07, 2012


Peldaño a peldaño ascendía por esa escalera
Donde las sombras de invierno divisaban tu ventana.
Lentamente era gota de agua que hacía arriba
Se eleva sobre tus persianas eclipsadas.
Mi corazón latía pronunciadamente
En unos campos de minas llegaban hasta mí,
Sí hasta mí como amputación derramada
Sobre los ecos de la niñez.
Lentamente era cavilar de la estupidez
Del ser humano cuando con sus fosas comunes
Y sus gases mortíferos son sangre de las almas
Que dan lumbre a la alegría.
Pero olvido por un instante
Y peldaño a peldaño subo por esa escalera
Sin pasamanos de donde agarrar cuando
El mundo se tambalea, cuando el temblor
De mis pasos por hallarte me hace caer y caer
Sobre sendas de ortigas y estacas.
¡Que lento es mi ritmo¡
Peldaño a peldaño, con el temor
De que cualquier ruido pueda despertarte
Del paraíso de la esperanza, de la paz, de la libertad.