El verano se va, una lluvia de
este estado luce cuando despierto, cuando el sueño abandona mis ojos cerrados.
Miro el techo, siento los pájaros cantar, siento el rumiar de la polución pasar
alumbrando mis sentidos. Desvío mis ojos y el silencio de tu nada se cobija en
mi frío, aunque es verano. Llego a la
ventana. El faro, girando, girando en esa bahía donde barcos gigantes se van y
vienen. El tronar de sus voces se mezcla con la balada de las ballenas y yo te
pienso, te converso aunque el silencio de tu nada se cobije en mi frío. Me
levanto, doy mis primeros pasos. No se escucha nada, un mutismo que me hace
temblar a medida que me aproximo a la cocina y hago el café. Uhm, su aroma
despierta mis emociones. Un nuevo día, un nuevo amanecer donde tal vez…no , las
murallas arañan mi corazón. Hermética permanezco frente a la ventana y sorbo a
sorbo gatos famélicos maúllan en la calle y el verano se va.
El terror invade esta estancia,
bajo este techo el temor de la soledad en años venideros son martillos que
esculpen tu espaldas. Estás sola…muy sola. Siempre. Sí, siempre lo has estado.
Y ahora ese callar de estas paredes la temes. Te haces mayor, te haces torpe y
no encuentras y a lo mejor ni tan siquiera quieres encontrar a ese amor.
Lamentos vanos. Ya se que vivimos momentos confusos, una lluvia ácida raja las
estatuas y tu te conviertes en mujer desafortunada. Oh, Anne….Oh , Ann…qué
hacer. Las estaciones golpean bruscamente y te sientes cansada, decaída, desganada.
Sin embargo tus ojos dicen de la vida, una vida quieta en la armonía. Eres
paciente. Esperas y esperas y las cosas han cambiado. El amor es un arte
efímero que se instala en el vacío. Y no es por desilusionarte, habrá alguien
más como tú…en esa espera. Pero el tiempo no se detiene, solo se pausa cuando
somos ataúdes donde todos concurrirán a nuestra ida, donde cada uno ira
componiendo cada pedacito de tu existencia hasta tenerla casi completa…casi. Y
nada sabrá de tus penas, de tus deseos. Ah, Anne, deseas que te abracen, estás
gélida. Te observo mientras tomas el café. Busca en los posos de el para hallar
tu destino. Y todo es incierto, tenemos que ganarlo, tenemos que edificarlos
con los suspiros al viento, al viento norte. No perder la cordura, no perder
cada fragmento de ser tu misma. Tu, mujer única, como todo ser humano.
Y siguen cantando los pájaros,
aquí los escucho, en un rincón de mi cuando la mañana continua. Venid, venid,
posaros en mi ventana. La maravilla de la naturaleza hay que contemplarla y
dejarla fluir. Qué bello es sentirlas, me acompañan, pero sin darme cuenta, te
pienso, te converso. Hablo sola por estos pasillos donde el polvo de los
muebles me estropea más. Y tu, espíritu
de las soledades, de las almas en pena vienes y me hablas, vienes y me
escuchas, vienes y veo la realidad. Mi realidad, única, vagando donde los
muertos son campos de mareas ante la huida. Un mundo que cambia delirante en
batallas perdidas, donde somos ecos del horror.
Y la verdad, no salgo de mi asombro ante tantas situaciones aberrantes.
El veneno esculpe las lenguas. El veneno se reproduce en la conciencia. El
veneno llena el poder. Pero mi realidad, única, escritas al aire. Y ya no hay
nadie.
Oh, preciosa mujer, te has ido.
Tan lejos, que has sido olvidada. Te da igual. Eres indiferentes con esos años
que llevas sobre tus hombros lo que opinen. Eres como un rompeolas donde no te
pueden dañar. Oh, bella mujer, pero aun esperas, espera que llegue. Y llegará,
cuando duermas, cuando tus sentidos adormecidos sean despiertos por el brío de
su jardín de magnifica confianza. Sí, confianza. Eso necesitas- Ahora te
abandono, alas grises son cumbre de tus sentimientos, arráncalas y serás libres
y serás mujer donde el amor real visitará tu corazón. Observa, escucha esos
pájaros que vienen a tu ventana. Ellos te darán la lumbre necesaria para saber
de la vida. Una vida que se queda derruida ante las noticias horribles,
tremendas en mal del ser humano…¡ Oh, el humano¡ Tan inteligentes para unas
cosas y tan retorcido para otras. Y esos retorcimientos lapidan vidas que están
gozando del sol, de la luna, de los días. Y ahora, llegando a ti, todo lo
sufres pero te has hecho fuerte y tus lagrimas son no más espejo de tus
latidos. Disimulas y con la brisa y la llovizna de esta mañana de los últimos días
de verano te ilusionas y cavilas tal vez, quizás, a lo mejor llegará aquella
que te acompañe en final de tu viaje. Una sonrisa se enhebra bella mujer en tus
ensueños y continuas….y continuas. Uhm, la esperanza. La esperanza de una
hoguera en una playa vacía donde trotan yeguas al son que las pardelas lloran
de emoción y tu abrazada. Sí, abrazada a tu amor. Uhm, la esperanza y continuas…y
continuas.