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laguna198@hotmail.com
Lo escrito son ideas primigenias que después se han corregir y alterar.
La luz de la mañana incide sobre sus ojos,
ojos de alas blancas paciendo en las miradas, de bellas tonadas.Por unimpulso de sus piernas se dirige al mercado. Ese mercado donde el barrullo
se incrusta en sus oídos, donde los cuerpos plagados de sudor olisquean su
forma de andar, donde lo angosto de su espacio la hacetropezar en cada paso. La luz de un día
festivo la invita hacer hija de una ciudad donde todo fluye, donde todo mana al
compás de los murmullos difusos,inentendibles. Se fija en cada puesto, estática se alimenta de su color,
de su caos, de las cosas dispersas en el intento de ser verticales en sus
vidas.La luz de sus sueños le da un
vuelco, se encuentra en un espacio donde todo se mueve en desorden,en altos y bajos con el equilibrio diseminado
en cada personaje. El secreto de la sustancia de esas miradas se pierde en la mentira,
en la verdad en cada producto de venta.La luz de la mañana incide sobre sus ojos, sale del parque donde el
mercado es cercado. Coge el transporte público, una guagua donde los vicios de
mayo andan aun sueltos. Vicios de la inestabilidad del tiempo,vicios de asientos vacíos en una mañana
dominical. Se queda en una parada antes de su casa, camina, hasta que su
corazón recoge de la brisa de un sol despistado, dejándose abandonar en las
esferas de nubes que vienen…que vienen.Sube hasta su planta, abre la puerta. La luz de la mañana penetra por
una de las ventanas, el aire la eleva a ser ella. Se sienta frente en su
escritorio y una ráfaga fría se pega en sus espaldas, la soledad, el abandono,
la tristeza.Escribe notas retorcidas en
desencanto, retorcidas en lágrimas ahuyentando la pena. La luz de la mañana le
dice que tal vez…tal vez si fuera más fuerza sería beso de sus pensamientos, de
sus deseos. De pronto se viro, una luz de la mañana azul acogida por una masa
de viento empapa sus ojos y todo es silencio. Cierra los ojos, se deja caer y
un cierto temblor trepa hasta su corazón. La luz de la mañana incide sobre sus
ojos y todo se ha acabado.
Las guardaba en su bolsillo
derecho. Eran sus inquietudes…un resonar de paredes de su casa que la asaltaba
asestándole callamiento. A quien iba dirigida, no sabía. Solo, los mareas dictarían
su curso a través de los años. Las guardaba en su bolsillo derecho.,..un
bolsillo de cartas verticales al silencio. Ahí, una despedida. Ahí, un abrazo.
Ahí, un beso. Ahí, lo cálido de su postura ante la existencia. Describía cada
suceso invasor de su equilibrio, de esa tranquilidad molestada.La guardaba en su bolsillo derecho. Para ella,
para aquella donde la ausencia la condenaba a la dejadez, a la indiferencia, al
cansancio. Sin embargo, en ellas, en esas cartas guardadas en su bolsillo
derecho describía la belleza de un paisaje de ciudad, de sus parques, del
columpiar sonoro de rostros que iban, que venían e intentaba descifrar lo recóndito
de sus sentidos. Y las guardaba en su
bolsillo derecho. Salió a la calle se inquietaba con las miradas perdidas, cada
vez más y más ojos saboreando el vacío, con sus cabezas rogándole no sabe que
dios pero con el paso prieto del orden. Y las guardaba en su bolsillo
derecho.Cartas donde sus emociones cantaban
con los pájaros descansando en ramas quietas, donde sus amoresse esparcían en una conciencia ahora remota.
Pero, ¿qué vas hacer con ellas?, me pregunto. Las guardaba en su bolsillo
derecho. Todos los amaneceres le sonreían con la nota de sus ojos despiertos, con
sus espaldas descansadas y andaba por las aceras en una atmosfera agreste,
tirana.Nos olvidamos de nosotros, se decía.
Y las guardaba en su bolsillo derecho, vestidas de los tonos de los días, del
paso de las horas. Se arrimo donde el oleaje rompe con la isla y dentro de una
caja de madera la puso.Se desprendió de
esas cartas que guardaba en su bolsillo derecho.Miro el jardín misteriosodel océano, como se mira cuando algo de ti se
desprende causando la herida y las dejó ir. Sí, dejó ir las cartas que guardaba
en su bolsillo derecho.El sol, bello, la
alentaba a ese adiós. Por unos instantes se quedo inmóvil, la ciudad detrás de
ella. Y las dejo ir, las cartas que guardaba en su bolsillo derecho. Temblorosa
y con el mensaje huido en la marde
fondo, en la mar violenta retorno a la
vida.
La
tempestad. Ella lejos donde la sonoridad de una mar fea ahuyenta su regreso a
la costa. La tempestad. Enrevesada influencia de un tiempo que no la deja
avanzar. En su tabla de surf, es mujer del viento, del oleaje que la lleva
lejos …muy lejos.Agarrada de ella
intenta respirar, salir de las turbulencias violentas de un mar enojado,
grosero, acribillante de sus sentidos.Una luz de tierra la visita, una fatiga poderosa la muele en su
esfuerzo….respirar, respirar en la profundidad de la mañana. Una mañana gris,
pesada. Una ola la entrega a una orilla. Una ola se apiada de su sufrimiento y
la deja desmayadaen un revoltijo de
conchas, algas y arena.
ACTO
1
Ellen:
Tendida
en la humedad de la arena. Tumbada en el silencio de este lugar.
Tumbada
enel rumor de las olas
Arrastradas
hasta mis pierna.
Un
estático frío golpea mis carnes,
Una
estática visión melleva a la nada.
Respiro
hondo y me levanto.
Me
siento tambalearme, los mareos surcan a través de mis cuerpos. Todo es doble,
triple. Mis ojos contemplan mi cansancio, mi desmayo y soy firme pensamiento en
que puedo estar erguida.Intento dar un
paso, así, con la fatiga , con los mareos y el desequilibrio frena mi
propósito. Un cierto temblor arremete mis huesos y caigo de rodillas.Detrás de mí el mar, delante de mí la
insonoridad de las voces de la existencia.
Sentada,
dejo que el tiempopase. Ahora, un sol
batallador se enfrente a mi mirada y me hace cerrar los ojos. Parezco
adormilarme más en el conocimiento, parezco desorientarme más de mí equilibrio.
Abro los ojos, me siento mejor. No avisto a nadie y el susurro de lo
desconocido me acecha. No sé donde estoy solo, el silencio y el océano. Una
gaviota se acerca a mí, me merodea como si fuera presa suya con este olor a
mar. Fijamente, me mira, observa cada movimiento que hago y se retrae. Pero
vuelve otra vez a aproximarse en su espacio,en mi espacio. Un espacio reducido que tiempo y el observador comprueba
que es distinto. Me pregunto dónde estoy. Sí, ¿dónde estoy? Estoy enuna pedazo de tierra inhabitado. Estoy
perdida en una masa de isla que desconozco. Estoy en donde los rayos solares no
dejan incidir en mis ojos. Estoy frente a una gaviota (que no deja de mirarme)
que con su expresión, con el negror de sus ojos quisiera decirme algo. Aletea
alrededor de mi, sus alas en horizontal son enormes testigos de esta vida, de
este lugar, de este océano. Ella sabe donde estoy. Estoy donde la reconditez se
encuentra consigo misma. Estoy donde lo natural es verticalidad que hace tomar
aliento y lentamente comprendemos el lamento de la humanidad.Se acerca a mí, con su danza, con sus plumas
grises y blancas, con sus ojos fijos en mis ojos. En mis ojos agotados. En mis
ojos penosos. En mis ojos desesperados. En mis ojos vacios.
Voz
fondo:
Ellen
y la gaviota
Ellen
y la playa vacía.
Elleny el silencio.
Ellen
y el rumor de las olas.
Ellen
y su destino.
Ellen
y gaviota se examinan como seres extraños, como seres comunes, como seres hijas
del océano. Ellen cogiendo olas cuando la mar nerviosa tira de la ira. Gaviota
merodeando la marea al encuentro de su alimento. Amantes ambas de un mar que se
embiste con su tenebrismoabsoluto.
Ellen y la gaviota no lo temen, lo conocen. Ambas descansadas se viran y juntas
lo miran. Se ven de reojo, una confianza las alerta de que serán amigas, amigas
en la verdad.
Gaviota:
La
belleza
Ellen:
La
belleza
Gaviota:
Las
olas
Ellen:
Las
olas
Gaviota:
Solas
Ellen:
Solas.
Gaviota:
Estamos
aquí, en este islote de no sé cuantos. Un sitio donde nadie llega. Tú estás
aquí. Has llegado tu en tu danza con las olas, eclipsada en tu orientación.
Ellen:
Si,
no hay vida. Como lograré retornar a mí hogar. No entiendo como la tempestad me
vomitó sobre esta orilla donde ahora hablo con una gaviota, solas y el oleaje.
Las olas se alargan y quietas en el tiempo mecen nuestros deseos, nuestras
incertidumbres. Estamos aquí. Intento enderezarme pero el cansancio se apodera
de mis miembros, calambres y vértigos.
Gaviota:
Estás
aquí. No te des prisa. La celeridad no nos lleva a nadie. Tienes que reponerte,
recuperar toda tu fuerza. Mientras, seamos vigías de esta extensión de masa de
agua salda. Mientras seamos embelesada observación de cada movimiento de su
corpulencia. Las ballenas nos saludan, escúchalas…¡escúchalas¡ Ellas en el
virgen océano desu existencia ¡Qué
hermoso es su canto¡ un deje de tristeza se refleja. Huyen…huyen de las manos
arpones, de los ojos navajas. Aquí están con nosotras.
Voz
delfondo:
Ellen
y la gaviota
Ellen
y la playa vacía.
Elleny el silencio.
Ellen
y el rumor de las olas.
Ellen
y su destino.
Ellen:
El
sol estalla sobre mi espalda. Mi espalda cansada. Detrás un árbol, me cobijo en
su sombra, en ese regazo donde la herida no sangra más. Mis ojos en el derredor
se mueven y la gaviota no está. Debe ser el descenso del mediodía. Por un
momento pienso en ella, en ese mar no lejos de donde estoy, lo veo. Su movimiento
sinusoidal me atrae pero, no, no regresaré a casa.Lo admiro en toda su expansión. Estoy debajo
de un limonero. Es raro, pero es un limonero. Sus frutos aromatizan mi cuello.
Un olor que me consume hasta se olvido donde estoy. Sola, en una isla donde las
mareas columpian mis sentidos. Me apoyo en el , el agotamiento se deshace y
tomo la mano a las ganas…a las ganas de conversar con mis inquietudes, con mis
emociones, con mis pasiones. Lo acaricio, cuerpo áspero que guarda los
misterios de este trozo de tierra. Mis labios siente el jugo de un limón. Mis
labios castigados. Mis labios doloridos. Recobro el equilibrio y estática
extiendo mis brazos a ese sol del que me escondo. Sus raíces anudadas,
estranguladas sobresalen de la arena. Y no me pregunto cómo puede sobrevivir
como especie en este hábitat adverso a su condición. Lejos…muy lejos donde los
montes dan riqueza. La borrasca se ha ido, se ha fugado a otros lares donde la
mar serena será avalancha de todo un mal por momentos. La gaviota regresa, la
siento detrás de mí.
Gaviota:
Somos poleas que nos movemos según los vientos
se ahínque en nuestra razón. El corazón y los sentidos nos guían en el devenir
de las horas, la razón nos paraliza y el temor nos apresa. Tu como mujer de las
mareas sabrás de ello. No escondes nada, sacas toda tu vileza para ser rítmica tonada
con las olas ¡Las olas¡ ¡Las olas¡como
la vida misma son. Vamos y venimos, nos quedamos y luego nos marchamos pero volvemos
aquel lugar donde la paz nos quiere. La belleza.
Ellen:
La
belleza
Gaviota:
Las
olas
Ellen:
Las
olas
Gaviota:
Solas
Ellen:
Solas
¡Qué hermoso atardecer¡ un océano plano con alguna rugosidad, con algún defecto,
nada es perfecto. La imperfección nos saluda. Nos inunda cada jornada, eso es
bello. Ya distingo el faro de mi hogar allí, a lo lejos.No sabía de esta pequeña isla. Nunca había
estado. Nunca ha estado nadie. Ella es para mí, ya tu vez, perfecta. Un estado
donde la vida se vuelve lenta, calma. Un faro que viene, que va como el oleaje.
El con su luz, ellas con su espuma. En su unión un canto al placer, a las
sensaciones muertas atracados sob
re nuestros hombros. Tus ojos, mis ojos. Mis
ojos, tus ojos.
Voz
del fondo:
Ellen
y la gaviota
Ellen
y la playa vacía.
Elleny el silencio.
Ellen
y el rumor de las olas.
Ellen
y su destino.
El
limonero baja sus ramas sin púas. Ramas de manos donde Ellen esinvitada a sentarse. Donde Ellen se incorpora
y se acomoda. DondeEllen recobra la
confianza con la madre naturaleza. La eleva hasta donde la luna, ya visible,
comenta con su halo las zozobras del mundo, las contradictorias facetas del ser
humano, los desajuste de una atmósfera que muere por su propio veneno.
Luna:
Querida
tierra.
Amada
tierra.
Vuestro
crepúsculo a las brumas son perceptibles. Una densa niebla os embadurna de
desgracias, de desencanto y la paz está lejos….muy lejos ¡Oh, vuestra belleza¡
Miradme, miradme…no perdáis la esperanza.
Gaviota:
La
belleza
Ellen:
La
belleza
Gaviota:
Las
olas
Ellen:
Las
olas
Gaviota:
Solas
Ellen:
Solas.
Es hora de partir, como arco iris ramificado en la ilusión de la luna me voy.
Me marcho a la isla…la isla.
Sufisionomía era secuencia de los riachuelos
que presencianla vida. Nacía del
alboroto de la alegría como bienvenida hermosa a su nuevo rol. Sus ojos se confundían
con la ausencia de ser formar parte de un legado de otros años. Sin embargó,
nacía con la condición del bien y del mal, de lo claro y oscuroque vida amarraba a su cuello desnudo. Un
grito en el silencio de su nada la reactivo y ahora era otro pedazo minúsculo
de esta tierra. Su andar , embelesado a todo lo que surcaba a su derredor,era cauto,entregado a sus nuevas singladuras por el espacio que habitamos. Sus manos,enderezadas, se consumían en ser pacto del
amor, de un querer que la recogiera en
su sombra cálida. Ella venía de otrolugar….un lugar distante para la razón de la existencia. A medida que avanzaba iba vistiéndose, de
humana,para no aparentar su lejana
procedencia. Algunos vagos recuerdos del ayer se cruzaban en su memoria. Ahora
estaba aquí con la visión de una experiencia. Desde sus sentidos examinaba,
observaba,tocaba todo…el todo. Y el todo
era un mundo desajustado, desequilibrado,desorientado. Ella, neutra, a todas las ideas se entregaba a escuchar.
Escuchar la tonada de los pájaros, escuchar el rumiar del oleaje, escuchar el
crujir delasramas, escuchar el lamento del viento….del
viento.Sentía como si este mundo
abocara al vacío, a un abismo imposible de parar.Penas, dolor y el coraje de quien lucha para
atragantar toda su miseria, toda su nada. Su conclusión aportó que esta esfera
era como los seres que la habitaban, su madurez tardaría años en llegar. Una
madurezcual costaría la vida, la
sonrisa, las pisadas de las arboledas en su ascensión al sol.Una madurezcual seductora de cada miembro , de cada sociedad sin los rencores del
ayer, sin el atravesado odió entre sus integrantes. Su fisionomía volvió aquel
riachuelo del que manó. Su muerte fue disuelta en su olvido. Sus ojos se
embarcaron a otros lugares del universo. Ella hija del cosmos. Ella hija de
jardines flotanteseviternos.