Mestizaje. Agua de rosas que nutre nuestros párpados. Agua por
las vertientes donde la luz es risueño de despertares. No ves…. Pero yo inspiro
cada nota de mi vientre en la verticalidad de tu esencia. Pinceladas de mareas
que se transforman en tormentas en el infinito. Un ave viene…viene con sus alas
amarillas y una gota de lágrimas tras tu tez. No sé lo que te pasa ahora.
Arboledas tétricas del insomnio bajo las nubes venidas. No andas. Estática.
Reposada en la sombras sin cobertura a tus ojos que miran, que miran tus
gastadas manos. Te sientes cansada…un cansancio lumbre de las horas en el
callamiento. Estatuas deformes dan forma a tus pisadas, lejanas, absortas en un
vago vagón destino al adiós.
Este blog esta bajo los derecho de autor para cualquier información laguna198@hotmail.com Lo escrito son ideas primigenias que después se han corregir y alterar.
domingo, noviembre 29, 2015
sábado, noviembre 28, 2015
Te estaba llamando...
Te estaba llamando. No me digas el por qué. Pero si….te estaba
llamando. No por necesidad sino que el columpio de las constelaciones se
arrimaban a mí. En ese momento pensé en ti. Me gusta recordarte, rememorar
aquellos instantes vividos de antaño. Ahora estoy frente la frescura de las
mareas y te llamaba. Aquí sola en la aurora que hace el despertar de los
cuerpos y los induce caminar por una orilla de tersa arena. Sí, te llamaba. Quería atravesar ese océano
para que tú vinieras a mí. Estrellas marinas y caracolas a mi paso. El eco
sonoro del grito mudo revolviendo mi vientre. Las campanadas lejanas de alguna
iglesia en su mestizaje con el rumorear de las olas. Todo se llena de soledad
en esta playa. Ávidas gaviotas posan frente a mí y los astros huyen en el manto
de un firmamento broncíneo. Sí amanece en este otoño. Mis pisadas se hacen
lentas. No hay nadie. Será el frío. Te estaba llamando. Con el poder de mis
sentidos más allá del horizonte. Aquí estoy. Tu lejos, muy lejos…te estaba
llamando.
martes, noviembre 24, 2015
Estallan...
Estallan las flores del universo.
Dan la bienvenida a las solemnes criaturas
Que en paz, trepan
por nuestras venas.
A la vista un globo azul
Derramando sangre y penurias.
Pero aquí estamos
Intentando ser soles del equilibrio
Bajo la desorientación de nuestras huellas.
Tragamos rocas
Alimentándonos del oleaje perdido
En el intermitente desafío de las batallas.
lunes, noviembre 23, 2015
Vienes...
Vienes
Y vienes
Otra vez bajo mi sombra de cipreses
Vienes
Y vienes
Con tus manos espectrales
En la luz desfallecida.
Camas revueltas,
Un sudor eclipsado.
Mariposas de flores
En la caravana al desafío.
Vienes
Y vienes
Con tu canturreo apagado
Con tu rostro sin ojos
Apagar los astros de la noche.
viernes, noviembre 20, 2015
Equilibrio..
Equilibrio.
Serenidad.
Brazos abiertos
En la bonanza de las jornadas.
Estatuas de hojarasca
Llevadas por el viento norte.
Aquí estoy, aquí estamos
Bajo solemnes cantos
A la naturaleza desgarrada.
Aquí estoy, aquí estamos
Sombras de un vacío
Que muele los silbos a la vida.
Serenidad.
Brazos abiertos
En la bonanza de las jornadas.
Estatuas de hojarasca
Llevadas por el viento norte.
Aquí estoy, aquí estamos
Bajo solemnes cantos
A la naturaleza desgarrada.
Aquí estoy, aquí estamos
Sombras de un vacío
Que muele los silbos a la vida.
miércoles, noviembre 18, 2015
Fragmento de novela que ando....
capítuloxxx
…Rastros, una hoguera que rota en sus desperdicios ¿De quién será? Se
dice Pablo. Qué será de José habrá hallado ya a María y juntos pacerán bajo su
techo. Qué desgraciado soy. Yo que lo amamante con leche loba, que curé sus
heridas. Ay hijo mío quiero ver las estrellas ya estoy harto de los tabiques de
brumas y arboledas de este lugar. Vamos, vamos a un descampado, nos
arriesgaremos. Contaremos una a una y
seremos deseo de su brillo. Quizás ellas nos guíen hacia ella. Hacía otro mundo
donde tú crecerás mejor. Y fueron a un lugar descampado, la niebla inexistente
estimulaba a Pablo que seguía con su niño. Para él divertido. Se sentó en una
roca y contempló toda esa ramificación del universo. Oyó un crujido. Pero no
hizo caso. Después pasos que se aproximaban. Ahí estaba, la vieja de la cabaña.
Se saludaron con un fuerte abrazo. Ella adivinaba lo que le ocurría mientras
jugaba con el pequeño. Sano y fuerte, decía. Pero el embebido en sus
pensamientos y en el firmamento no atendía a las palabras de esta. Sano y
fuerte, vamos conmigo pequeño. Se lo llevó para que su padre descansara en ese
ensimismamiento. La noche avanzaba, una noche sin luna donde estrellas fugaces
parecían que iban a impactar con su mirada distraída. Se sentía bien, en ese
acogedor lugar. La noche avanzaba, una noche sin luna donde las nebulosas
lejanas eran espirales de humo que iba absorberlo y desaparecer. Sí,
desaparecer. Era lo que más deseaba, se había dado cuenta que el niño se lo
había la vieja de la cabaña y el nutrido
por sus aventuras del ayer daba la sensación de retorcerse en sí mismo.
Escuchaba el grito de los lobos. Ojala vinieran a por él. Pero como, eran sus
pasos, sus amigos. Oh, la noche, la noche….la noche cerrada, temblorosa a
medida que pasaba el tiempo. ..
domingo, noviembre 15, 2015
Esperas....
Esperas…Qué esperas. El amoldamiento de los sentidos que en
horizonte son nubes de fuegos a través de espejos cerradas. Las olas retornan.
Tienes que avanzar contracorriente, alzar tus alas doradas y tenderte al vacío
de lo que llegará. No están. No hay
nadie y un círculo de hiel te consume a medida que las jornadas son manchas de
la noche. Entornas hacía arriba un
canto, un canto casi mudo. Tu respiración. Espirar e inspirar. Tu compañera a
medida que la batalla de tus plumas recorren el desconcierto. Si, esperar
cuando las quebradas cometas blancas linden a expensas de un viejo muro. Te da
sombra. Te cobijas y sin saberlo tu huida duele. Sí, duele. Esperar a que la
claridad de tu corazón aviste las rosas de invierno. Mira te llaman las almas
de las aves libre. Roca que se rompe, caes, te levantas. Esperas bajo la inclemencia
de las horas. Ay esas horas. Arrugado espíritu que vuelve más lejana, muy
lejana.
viernes, noviembre 13, 2015
Círculos negros...
Círculos negros,
Espacios inhabitados por los hilos del silencio.
Mariposas libando de la vida.
El romper de las olas.
Cotidianas.
Riscos de papel.
El hallazgo de la aventura
En tus ojos de arco de colores.
Vienes, vas
De nuevo el rigor de las horas.
Aquí estas.
jueves, noviembre 12, 2015
Aquí...
Aquí sentada frente a una obra infinita orientada a un
universo que se expande, que se contrae a nuestro alrededor. No estoy conforme,
se dilatan los colores en el auge de un pincel que guía mis manos. Mis manos
temblorosas en el sutil aliento del detalle. Aquí estoy frente un lienzo
elaborando, elaborando el entramado boceto de la vida que se extingue a medida
que el tic-tac de un añejo reloj quema el almanaque. No sé lo que hay más allá
de este caballete. Mirada fija en los trazos que se van hilando a medida que el
día avanza. Los astros ya vienen…Si
vienen con la densa oscuridad de un otoño. Mis pinceladas se disuelven, se van
en un paseo por la noche globalizada en constelaciones. Una estrella fugaz y un
deseo que me envuelve en quemados deseos. Aquí sentado frente a una obra.
Esperando su fin. Pero no. No acaba se alarga sobre los remotos ecos de un
silencio.
miércoles, noviembre 11, 2015
Soles...
Soles
Un árbol retorcido
Guiado por el viento.
Manos derretidas
En la cima de veleros sin rumbo.
Continuamos
Giramos en antorchas
Adolecidas por el adiós.
¡Qué temprana ida¡
Muerte bajo las sombras
De un océano hostigador,
De una huída librante
De las cadenas opresivas.
sábado, noviembre 07, 2015
Nebulosas..
Nebulosas rondando el abismo.
La negritud de tus ojos
Amplias, bellas
Bajo un viejo árbol
Que expande ternura.
Aquí estamos.
Esto somos.
Aliento de astros mudos,
Absortos en la rutina.
Mírame, te digo
Tropieza tus manos
Con el álgido ajetreo de mis manos.
Sí, fuerte.
Agárreme fuerte
En el temblor de un pinzón
Bajo las inconclusas rocas
Que salivan la vida.
viernes, noviembre 06, 2015
¡Qué maravillosa eres¡
¡Qué maravillosa eres¡
Plenitud encadenada a las gaviotas
Cuando se desvanece
el manto azul
De este globo que nos acoge.
Astros hay ahora,
Faros tomando el rumbo
De nuestros cuerpos
Que ausentes
Respiran en la verticalidad del oleaje.
Sí, eres maravillosa.
Ojos implantando la sabiduría
De una aliento
Prolongándose por las vertebrados corales.
Andamos al unísono
Yo aquí, tú allí
En la extensión de alas de acero
Profundizando en nuestros latidos,
En nuestras pisadas a ras de la brisa.
Caracolas dan la tonada cierta y pura
A la danza de nuestro sudor, de nuestras singladuras
A través de una atmósfera de arco iris.
jueves, noviembre 05, 2015
Despacito...
Despacito, agua que sube y baja por las rocas deformada por
la vejez. El oleaje bravo y furioso arriba sobre las penas y un ánima flota
sobre el océano. Sus movimientos lentos simulan una danza donde bebe de la
luna. Despacito, despacito…el rigor de los caracteres impregna este orbe cuya
negritud avanza al vacío. Siembra de tala aberrante a las arboledas de la vida
y pueblos condenados a la huída. Y ella danza. Si, si…sobre ese liquido
violento a la espera de la lumbre de unas manos limpias que le den ánimo. Llama a las aves, vuelo certero por este
mundo oscuro donde el gemir de algún niño muerto desencadena la lucha contra
fuerzas brumosas. Y llegan Náufragos,
refugiados en la desidia. El otoño aprieta y después ascenderán bajo las
inclemencias irreductibles del abandono. Cuerpos caídos, tribus desviadas del
ritmo del nocturno. Despacito, agua que sube y bajo por las rocas deformadas
por la vejez. Un ánima se eleva, trepa por riscos exhalando un lamento. No la
escuchamos pero desvencijada arremete contra las espirales de navajas a la
libertad.
domingo, noviembre 01, 2015
Querido
Qué haces mujer. Ahí, en la ventana. El día es gris. La
lluvia parece no calmarse, vueltas y vueltas en charcos que lleva barquitos de
papel a la deriva. Todo es un caes. La nostalgia cae sobre ti mientras Schubert
teclea su dolor. Yo, aquí, sentado, mirando tu espalda pero no te das cuenta.
La vejez no es renuncia, no me oyes.
Solo el cloqueo de la lluvia. De un frío que vendrá y con nuestras
mantas nos abrigaremos bajo la caja tonta o un viejo libro.
Llueve. Lluvia que fertiliza mis años perdidos. El no sé
donde andará pero bien de seguro en su sillón con una manta a cuadros sobre sus
rodillas. Lo observo decaído. No sé lo que le pasará. Yo aquí, ensimismada, me encanta ver llover,
observar como los pequeños riachuelos avanzan por el asfalto. Creo que no ve. Su vista ha desmejorado
mucho. Pero presiento que está detrás de mí leyendo noticias del ayer.
Cansado de las mismas noticias. Me cuesta leerlas. Ay, los
años. Ella sigue ahí, no sé en que estará pensando pero de seguro que
fotogramas antiguos pasa por su mente. Si se virase. Intento llamarla, no hace
caso. Aquí con el calor de esta manta no me apetece levantarme.
Parece que amaina. Quizás le apetezca dar una vuelta. Me
agota estar fijamente en esta ventana, ver la soledad de las calles.
Se vira y viene hacia mí. Me dirá, damos un paseo. Y yo como
siempre le diré que sí, que vamos a ese parque donde nos conocimos.
Dispuesto querido.
Sí querida.
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