lunes, marzo 29, 2021

EL VIAJE 6(NARRATIVA)

6 El cansancio del viaje rota sobre mis espaldas. Retorno al hotel en esta tarde maravillosa donde lo divino de los colores, de las secuencias enhebradas en lo desconocido cuelgan de un cielo azul…muy azul. Me quito las playeras, me quito mi pantalón a rayas azules y blancas, me quito la camiseta y me siento en un sillón…un sillón cómodo mirando el techo a dos aguas blanco…muy blanco. Quiero cerrar los ojos y no puedo, confundo el agotamiento con las ganas de continuar. Converso conmigo misma. Estoy deshabitada, sola, callada con el cavilar de mis entrañas, no echo de menos la isla…la isla. Allí todo es distinto el miedo asalta cada mirada, cada beso, cada respiración. Exhalo todo mal que cuelga sobre mis hombros y me desuno de la isla…de la isla. Sin embargo, ahora que estoy lejos y no tan lejos pues este mundo es una minúscula isla en el universo, vago por los laberintos de mis deseos, de mis emociones, de mi complaciente ganas de amar. La isla…la isla me ha arrebatado todo de manera descomunal, de manera trágica. Me pierdo en esta habitación de un hotel tras el puente Carlo de la Republica checa. Por un momento miro la ventana , la pequeña ventana de este cuarto y solo se ven estatuas y más estatuas de los caídos en el comunismo ¡Los horrores del hombre¡ siempre plagado del convencimiento de las armas, del poder, de la tiranía sobre un pueblo. Cuantos tuvieron que huir. Cuantos tuvieron que refugiarse en otros lugares ante la censurada. Estoy en sujetar y bragas. La atmosfera que me rodea me invita a ello ¡Libertad¡ ¡Libertad¡ Uhm…y todo sigue igual. Tan igual que yo estoy sentada en este sillón en sujetador y bragas. No tengo que dar explicaciones simplemente, me apetece. Ahí, a mi lado, la cama de sábanas blancas. Una cama vacía, una cama de un solo cuerpo, una cama que se extiende hasta lo sombrío de mi memoria. Me quito el sujetador. Me toco mis pechos. Mis pechos estriados, mis pechos yermos, mis pechos vírgenes, mis pechos desganados, mis pechos caídos, mis pechos gélidos Uhm... me siento adormilada, mis manos se duermen, mis pies se duermen. Intento espabilarme pero mis articulaciones parecen querer descansar…descansar. Por un instante me levanto…pero no ¡no¡ no me acostaré en esa cama de sábanas blancas…muy blancas. Sábanas marmóreas, sábanas frías, sábanas aisladas, sábanas de intensa bruma. ¡Oh¡ la derrota, me estremezco en cada pensamiento, en mis manos dormidas, en mis piernas dormidas y mis ojos abiertos… CONTINUARÁ

sábado, marzo 20, 2021

SE ELEVAN....

 



Se elevan ante los acantilados con mar  de fondo esbozando la muerte….la muerte. No hay sonrisa,  yeguas sin tregua danzan  en el rugir de las olas…las olas. Huyen  donde las sendas son atmósfera húmeda donde sus cuerpos que se elevan los atienda un viento que no cesa…que no cesa. Se dan la espalda, escuchan el crujir de unas ramas, escuchan los sentidos de sus vientres , heridos….marchitos. Se miran sus palmas y como aves de una isla yerma se entregan a la distancia. Mujeres solas. Mujeres rotas. Mujeres insonoras. Mujeres vacías. Mujeres colgadas de la nada.

Estoy aquí.

Estás aquí.

Soy yo.

Soy yo.

Nos perdemos en la simpleza, en lo sencillo del tránsito de lo simple de esta existencia ¿Qué hay más allá? Sí, más allá…de las estrellas, de este firmamento negruzco cuando la luna se evade. No llego a alcanzarlo. Me sumerjo bajo las aguas del silencio. Me sumerjo bajo las aguas de las hogueras.

Somos nosotras. Ambulamos en desiertos sin plumas para ser vuelo de la libertad. Cansadas. Nuestras manos son temblor. Nuestra voz son temblor. Nuestras pisadas son temblor en cada esquina donde nos acostamos .

Resurgimos y estoy aquí.

Nacemos  y está aquí.

Soy yo.

Soy yo.

Yeguas siguen danzando en el rugir de las olas. Se abandonan,  se despliegan como gaviotas sigilosas, avanzan como mujeres de un nuevo mundo.  Sus ojos estáticos son acantilados donde la mar rompe, donde la mar es hija de los sueños.

miércoles, marzo 17, 2021

VISITABA...

 

Visitaba las intricadas calles de adoquines de la ciudad. Visitaba cada escaparate en el absoluto de sus pensamientos. Visitaba las miradas perdidas en sus razones.  Visitaba con su paso pausado los últimos arboles de la pequeña urbe.  Se detuvo, ante un escaparate que lucía un simple piano y no sabe bien la rabia de su vientre sintió ganas de tocarlo. Entro en la tienda en su visita perdida de lo desconocido.  Era tarde de un invierno, de un invierno visitado por una primavera moviéndose con sus adornos centelleantes. Con el cuidado de que la nada la ojeara puso sus dedos rectos, pequeños, trabajadores en cada una de las teclas. Tras ella el sueño derivó, un calor se posó sobre sus hombros…sobre sus hombros en el asombro. Se detuvo, ante la  existencia de algo a su espalda. Se sonrojó.  Se introdujo en un cavilar dudoso…Se dio, decidida, la vuelta. Era visitada por la nada. Solo atisbo los ojos adormilados de un dependiente tras un mostrador sin darle importancia a lo que ella hacía. Se levanto.  Una cierta visita se entregó a su alma después de dejar el teclado. Y visitaba la ciudad. Visitaba cada escaparate en el absoluto de sus pensamientos. Visitaba las miradas perdidas en sus razones. Se visitaba a ella. Ella, mujer de pisada lenta aunque el viento  era fuerte.  Visitaba en su memoria aquellas primeras teclas. Visitaba el firmamento, donde ya la luna menguante venía  con sus misterios. Una pequeña tonada sonaba en su canturreo apagado. Porque ella…sí, ella se sumergía en la música sin darse cuenta. Mujer de notas, mujer de canciones remotas, mujer de la balada de las ausencias.  Se detuvo en una alcantarilla, observo, restos de basura había en ella y continuó. Visitaba las intricadas calles hasta que la noche se torno callada. Volvió a casa, pronto sería el toque de queda. Se desplomó en el sofá y cerró los ojos. Visitaba su memoria y un halito de felicidad la acompañó ¡Sí¡ con aquellas notas cuando visitaba aquel simple piano.

domingo, marzo 14, 2021

UN LENGUAJE


 

Un lenguaje de ojos

En la profundidad del vientre

Abocado a rítmicos besos

De la venida.

Un lenguaje de caricias

En el asombro de los corazones

Cuando se aman

Cuando el querer danza con la bruma

De sus espaldas cansadas

Hasta el infinito de la jornada.

Un lenguaje indómito

Forjado por las pisadas de los sentidos

A ras del oleaje que viene, que va

En los rostros de las enamoradas.

Un lenguaje cerrado

Para el sonoro sudor de lo prohibido.

viernes, marzo 12, 2021

ELLA

 


La primavera aparecía y se iba con su paso tímido hasta el día donde su apreciable sentido de inestabilidad será presencia por unos meses. Silenciosa merodeaba ya por los atardeceres esperando la noche. Silenciosa merodeaba ella, en su desierto deseado, frente una pantalla donde se lucían películas que le recobraban la vida, los sueños. Iba a su armario, su armario profundo, su armario grande, su armario enigmático. Sacaba alguna prenda en similitud con las escenas que corrían ante su mirada y se transformaba. Sí, se transforma como protagonista interminable, invisible en el norte de sus pensamientos. Sí, se transformaba en una escena donde ella con peluca o sin peluca, con lentillas o sin lentillas, con sus trajes de mujer o sin sus trajes de hombres desencadenada su forma de la vida. Y , era feliz. Llanuras inconfesables donde su yo era otro yo. Mientras la primavera desequilibraba venía, despacio pero, venía. Y ella callada se sumergía en mundo donde sus labios tropezaban con otros labios, donde su cuerpo  tropezaba con otros cuerpos. Y , era ella…porque era ella más allá de su silencio.                                                                       Era especie de un fotograma donde sus ojos cerrados soñaban la aventura de cada película, con sabiendas cual era su final. Así era ella, ella mujer del norte de los sordos, de los ciegos. Y la oscuridad llegaba, llegaba y se quedaba por unas cuantas horas. Unas cuantas horas donde ella no era ella o, si. Y la primavera aparecía y se iba con su paso tímido, aun no se quedaba.  Y tal vez lloraba, y tal vez gritaba, y tal vez callaba, y tal vez conversaba, y tal vez reía, y tal vez se enojaba, y tal vez fuera ella en un ir y venir de cada película. Y, era ella…porque era ella más allá de su silencio.  Ella transportada en otras dimensiones de la vida ya sea futura, presente, pasada ¡Sueña¡ ¡Sueña¡ Después cuando el nocturno  desembocaba al saludo del sol , antes de que alguien despertarse se iba al jardín con su rostro maquillado aún,se arrodillaba y esparcía semillas de alguna planta en ritual a esas escenas  que se  había entregado. Y retornaba con sus ojos mirando el firmamento, y retornaba con sus hombros cansados, y retornaba en el surgimiento del trinar de los despertares. En su cama se dejaba vetar por el agotamiento, por las ganas de dormir.  Y la primavera aparecía y se iba con su paso tímido.

jueves, marzo 11, 2021

RUMIAN LAS OLAS

 



Rumian las olas.

Las  olas…..

Evocan barcos idos

Evocan barcos llegados.

El faro…

Rumian las olas .

Nos desdoblamos

Nos encontramos

Paralelos despertares

Donde las gaviotas se desploman.

Las olas…

Evocan la ausencia.

Evocan el encuentro.

Rumian las olas.

Brazos en filigranas blancos.

Nos acoge en su dimensión.

Rumian las olas.

Somos oleaje que viene y que va.

Somos eje gravitando en la respiración.

Somos ojos sordos de los sentidos.

Rumian las olas.

Las olas…

Tic-tac

Tic-tac…

 

jueves, marzo 04, 2021

NADA

 







Hola ¿Comó estás? La callada manera maneja tus ojos al horizonte. Detrás de la ventana te levantas y sigues el vuelo de las pardelas. Estoy aquí, con una mano posando tu hombre. No dices nada  solo, el infinito de la nada ¿Qué transcurre por tu mente? No creo que sea nada malo, no creo que sea nada bueno solo, vacío. Te gusta mirar  el movimiento de las pardelas en espiral hasta su presa.

Siento el calor de tu carne en mi hombro.  Te estarás preguntando qué es lo que hago. Silencio. El amanecer se tumba sobre nubes pesadas. Solo quiero ver más allá de esta isla, todo es confuso. Parece que va llover sin embargo,  no llueve. El viento está quieto. Me reconforta que pongas tu mano sobre mi hombro así, en silencio. La noche ha sido larga…muy larga. Hola. Reviertes tu seguridad en mis pensamientos, te lo agradezco. Me gusta este silencio con las pardelas posando en la arena húmeda, muda de los despertares.

A veces tu extrañeza me asusta, te viras y tus ojos acogen a los míos más allá del temblor del amor. No dices nada solo, tú y yo…yo y tu. Agotas tu tristeza, lejana y sonríes. Nos movemos a mismo tiempo y encendemos un cigarrillo. Hace frío en este marzo.  Voy a la cocina, mis pisadas son consecuencias de las de ella. Nos sentamos frente a frente. La placidez de los años se agolpa en nuestros labios, mudos. Solo la mirada. Te veo bien.

Un café amargo pasa por mi garganta, un café amargo pasa por su garganta.  El tragar se ha convertido el único ruido entre estás paredes, en esta cocina que da al norte…al norte. Su gelidez nos transmite cierta incomodidad, lo percibo, en los ojos de ella. Nos  vamos, estamos en esa ventana donde las pardelas alzan sus revoloteos en busca de su presa. Está de espaldas de nuevo es como si esa libertad no consumada te hiciera un guiño de nuestro mañana. Te comprendo.  Muchas batallas hemos tenido que ganar. Ahora, contemplas la nada…la nada de los días.

lunes, marzo 01, 2021

LA TARDE---

 




Uhm…la tarde. Un cielo celeste se cuela por sus ventanas.  Respira el sudor de una jornada se va. Un olor mezclado con las cenizas del invierno. Sus pisadas se entremezclan entre  extraños, entre extrañas  y avanza por la acera oxidada a través de un viento que no cesa…que no cesa. Hacía tiempo que no salía de estar bajo su techo. Hacía tiempo que olía de las miradas. Su buzón solitario solo derramaba tela de arañas, desusado, abandonado, olvidado…Uhm, porqué sí, estaba olvidado. Uhm…la tarde, los pájaros en sus escondrijos, ya no cantan. Y él con los hombros caídos caminaba y caminaba, escuchaba música.  La música de una ciudad de instrumentistas callados, alejados a sus pensamientos. Y es qué él en esa tarde se sentía vital aunque los rostros desterrados expresarán amagos amargos, de penalidades que hablaban de ellos, de la vida.  No se sentía cansado  a pesar que los kilómetros dejados a su espalda fueran muchos. Una dicha se levantaba, en vertical, y otra vez la luz de las gentes a pesar de ser rostros desterrados en lugar llamado desesperanza. Uhm…él  veía el arco iris o hacía que lo veía con sus ojos perdidos en la infinidad de un cielo celeste. Cuando se encontró con luna llena que venía acompañar la noche regresó a su piso, bajo un techo donde la dejadez comenzaba a pesarle, donde un piano lleno de polvo lo inducia a acariciarlo. Solo, viejo, herido, caído, desahuciado puso sus dedos en las teclas. Unas notas pérdidas en su queja lo invadió.  La noche venía, la noche lo cercaba. Uhm…se levantó del piano y envuelto en las brumas de unas fotos del ayer se recostó en su sillón. Tras la ventana un viento que no cesa…que no cesaba. Y de repente, inesperada el sueño. Y de repente, inesperada el vuelo de almas idas. Inesperadas velas encendidas encima del piano.  Velas de distinto color según cual significado, blancas para los amores , negras para aquellos que lo negaron, rojas por aquellos que vendrán.  Uhm..tras la ventana un viento que no cesa…que no cesaba.  Y de repente, inesperadamente se fueron apagando y su rostro figuraba la placidez del mañana.