sábado, diciembre 30, 2017

debajo de un puente

Debajo de un puente o eso creo. Ella, esbozaba el saludo de las primeras chispas del amanecer. Se cubría de manta y cartones que alguien había dejado por ahí. Ella, somnolienta se elevaba con sus espaldas cansadas, con sus engeñados cabellos grises por el paso de las estaciones. Con sus manos temblorosas bebe un poco de vino. Dice, para calentar el cuerpo, para alentar el alma en su rutina diaria. Cogía su carro de compra como dama de la ciudad empobrecida e introducía todos sus enseres, una manta y cartones que le servirían para la noche siguiente debajo de un puente o eso creo…también podría ser un banco a la sombra de un parque desnudo de vigilantes o por qué no algún sucursal del poder. Sin más mientras salía de su hueco, debajo de un puente  o eso creo tocaba su flauta. Tendía sus sucias manos por si alguna moneda rodaba para comprarse otro envase de vino.  Ella era extraña a esta tierra, decía que no la llamaran emigrante que la tierra pertenecía a todos y ella rondaba por donde quisiera. Todos la conocían. Ella era una flauta andante, eso decía. Todo el día hasta que la noche cerrara su melodía tocaba y tocaba.  Una melodía suave, resaltada por sentimientos venidos de un pasado que más vale no pronunciar. Ahora, alcohólica y alojado debajo de un puente o eso creo se recreaba en su dejadez. No, no iría a ningún albergue. No, no compartiría su tetrabick con alguien. No, no comentaría sus penas. Ya cansada y monótona se había  acomodado en la insonoridad debajo de un puente o eso creo. 

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