miércoles, agosto 10, 2022

Divagaciones de un mes de agosto del 2022

 







Agosto. Estamos en agosto, las luces de un verano atosigan, son impertinentes en el sudor de las carnes. Nos agotamos y un tambor remata el final del camino y una armónica pena su hoy. Agosto. Estamos en agostos, los hombros caídos, los ojos inconclusos, las manos disueltas en la nada…en la nada. Las soledades tienen colores grises, plomizos. Despertamos y estamos en agosto, las piernas sueñan en sus pisadas desenvueltas en miradas raídas, idas. Y nos levantamos y vemos como el amanecer es lumbre de un nuevo sueño…un sueño de agosto. Me enfrento a un espejo y te veo tras de mí. Y te digo, que te quiero, que te espero. No sé como componer los silbidos de la llamada. Agosto. Estamos en agosto, este mundo está enfermo, sus edificios sudan el arraigo de la tristeza. Y me pregunto de esa tristeza…esa tristeza donde la serenidad se impone en su legado. Agosto. Estamos en agosto y lo denso de la atmósfera nos aparta de la vitalidad de los pájaros…pájaros que no cantan, pájaros estáticos en el curso de los despertares. Y, sin querer, te digo que te quiero, que te espero. Agosto…

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