martes, julio 14, 2009

Adiòs...(relato)


Adiós, así se despide de la borrasca que la incrusta en sensaciones amargas. Su romance con nubarrones se había acabado. No sabe como, un día donde esa carpa celeste del firmamento la llama dejo de seguir derramando lágrimas. La llama con el irradiar de toda su fuerza alojada en el sol y así continúo su andar por una vereda donde la sombra de los añejos árboles hacía aquel lugar intacto en los años, en los siglos. La humedad que allí se preserva la imanta para lamer la calidez de la soledad, del desalojo de sus debilidades. De repente en medio de esa vereda y con asombro es hallazgo de una flor, de una flor blanca como los astros que coronan el cielo cuando la noche cae. Se acerca a ella, se arrodilla y la huele. Emana la plenitud del boscaje, las palabras del silencio que la naturaleza erupciona. La caricia y dulcemente sin estropear sus pétalos le da un beso. Una brisa fresca la recorre, tersamente le devuelve ese beso. Ese beso que anuncia la abundancia en amor, en deseos nuevos. Los pétalos por un instante forman una alfombra que parece eterna. Ella se levanta, camina sobre ella sigilosamente. El bosque se levanta, las ramas y los troncos que están en el suelo le dan paso. Al final de aquel sendero de pétalos blancos se descubre un lago de aguas transparentes. Ella se desnuda. Ella se sumerge. Ella vive cuando brota otra vez con la tonada de la luz de las estrellas. Ahora como mujer del hoy, como mujer cuyos propósitos se embarcan en una serenata de fuerza para que sean reales, para que sean reales.

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