Qué lastima,
La debilidad de los seres humanos
Desluce el precioso vals de las mareas
Con el naufragio de sus corazones
Que entonan el fallo de las orillas que se alejan.
Qué lastima,
La debilidad nos eclipsa en el último aliento,
En el último suspiro
Presa de del callar de nuestras caricias
Cuando el alba arrumba por tierras lejanas
Donde tú y yo somos ecos sin voz.
Qué lastima,
Naturaleza muerta en el mortífero
Manto negro sobre corales
Donde el blanco retozará ahora en su piel,
Donde aves marinas jugarán con la muerte,
Donde algas y peces torturados
Contemplarán dolidos el famélico asesino
Como traidor de los océanos
Qué lastima,
Trágica luna gris
Entre lodazales de polución
Con el gemir y gemir de un herrerillo
Arrastrado por una atmosfera turbulenta.
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