domingo, junio 16, 2013

Cierto aroma...(relato)

Cierto aroma. Cierto esbozo de un amanecer con un gris que nos lleva por los caminos de la calma. Cierta marea que se embravece a medida que el gozo de un nuevo despertar nos invita a una sonrisa nada más. Cierto astros lejanos, idos y nos sumergimos en un nuevo andar donde nuestros pasos serán ese relieve de nuestros pensamientos. La ausencia ambula en unas manos. La ausencia tiene la cara blanca eco de esos monumentos marmóreos. Avanzamos lentos pero seguros ¡Viva la vida¡ Viva la libertad con la que manejamos nuestra reconditez. Eso cavilaba ella. Ahora que cierta brisa veraniega venía hasta su rostro, hasta su cuerpo, hasta su entereza. La acogía sin más con la calma de una herida de amor que se iba apagando. Una navaja del querer desfilaba por su mente pero aun así esa tristeza que la embargaba en la desorientación la elevaba a una paz melancólica que ella recogía con un abrazo. Era feliz así. Con ese amor difuminado en el tiempo y que aun, todavía, seguía cosquilleando su corazón. Se embarco por nuevos rumbos. Rutas que en su larga vida nunca había olisqueado. La expresión de estos era siempre la misma. Una humanidad envuelta en egoísmo y envuelta en un afán de éxito que no  más consiste en desterrar a los demás. Esto le pareció muy deshonesto en el calibre que se movía su verticalidad. Por ello se encogió. Un encogimiento que la llevó a ser puertas cerradas a todo lo injusto y descabellado de la sociedad. Su silencio solo lograba tomar alimento cuando abría las ventanas de su habitación y respiraba de la brisa traída por el mar, por los montes. Ahí se detenía. Y su inspirar e espirar lento, pausado la llevaba por esas emociones que habitaban sobre una hoja, sobre un pétalo con alas de mariposa. Tuvo ganas de dormir junto a ellas, dormir casi eternamente donde la lucidez de los sueños la llevara donde el roce de las ramas y las palabras del romper de las olas fuera erupcionar de su destino.

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