Una tarde insonora,
Donde los cuerpos cabalgan en cansancio de la rutina.
Ojos que se miran 
Más arriba de un cielo de arco iris 
Con la palabra imperfecta de la tristeza. 
Y llamamos, venid….venid
Astros de nuestros destinos 
Cuyo misterio se lía a las jornadas calladas 
En el mañana incierto de nuestros pasos. 
Las huellas quedan,
Los sueños se estremecen y estropean
A medida que a través de una ventana
El sol no nos despierta, no nos da aliento
Para la nueva travesía de las olas. 
 
 
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