miércoles, enero 25, 2012

Divagaciones de una mañana de enero....

Ráfagas de bocas estranguladas con el serpentear de las pisadas a ras de tu faz. Así nos alejamos de las horas del mañana en que nuestro nido de besos fue ese constelado abrazo bajo la luz de los astros. Pero me pides, pero te pido el retorno de camas revueltas a medida que una ventana que se cierra y se abre por la fuerza del viento como llama del ayer. Yo te espero, tú me esperas manejadas por el susurro de las olas que en su declive cuando son romper en las rocas humedecemos nuestros cuellos, nuestros senos en la memoria de la nostalgia. ¡Ay amor¡ que será de nuestras huellas sobre la piel en la distancia. Nos amamos en ese antojo de ser recuerdo de acaricias, de palabras que transcurre cuando el silencio de la soledad es sombra que nos lía. Sí, te quiero. Sí, me quieres. Pero aún tenemos que atravesar ese manto de ortigas que ausenta nuestros labios.

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