martes, enero 17, 2012


Pájaros de fuego.
Ballenas que arden
En el abominable fondo
De la mano humana.
¡Oh, cuando se calmarán ¡
De hacer estragos contra la madre tierra.
Está que nos fecunda, que nos alimenta
En el transcurso de los veleros uniformes
Que rumian la esperanza.
Un grito de dolor se cierne sobre sus inocentes alas,
Sobre sus bellas aletas.
Y nos damos cuenta que forman parte de nosotros
Como un todo, como una dimensión más de nuestra alma.

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