martes, septiembre 09, 2008

Una mujer y su sombra


Mujer:
Tiemblo, pedazos de mi se revuelcan en el valle de la luna negra. Lentamente mi alma desfallece, languidece al son de una melancólica sonata. ¿Qué es de ti vida? Mis pasos apresados, sumergidos en lodazales donde cuervos revolotean mi muerte. Esta casa ¡Esta casa¡ Donde paredes de espejos rotos rebuscan los recuerdos y pensamientos. ¿Qué hora es? Ahora mismo llegará. Sí, llegará y con sus garras de infiernos romperá mis lágrimas en el dolor. Ahora mismo llegará. Sí, llegará y con sus dientes diabólicos arrancará mi soñar despierta.

Sombra:
Tiemblas y con ese viento helado que penetra por tus paredes, pareces caer. ¡Ay amiga¡ Te han contaminado de hedor, de una fragancia pestilente que te lleva hacía mareas rotas por el llanto y la desesperación. ¡Ay amiga¡ La mano brutal te ha hecho una faena de la cual será difícil pero posible rondar la libertad. ¡Siéntate¡ Respira y saborea la felicidad que puede estar a tu alcance con la huída. ¡La huída¡ ¡La huída¡

Mujer:
¡Miedo¡ Tengo miedo. Huracanes de pastos calcinados me sacuden y me hacen andar por arenas movedizas. ¡No puedo¡ ¡No puedo¡ Son tantos años…Un seísmo describe el sentido de mi mirada. ¡Se pierde¡ ¡Se pierde en el vacío¡ La nada marca mi destino. Me hace patinar en un encierro de mis sentimientos. ¡Mis sentimientos¡ Míralos. Habitan en el olvido. En el olvido…

Sombra:
Ahora eres amante de la soledad. Nadie escucha tus gritos del silencio. Derrotada y marginada de la tonada triunfante de la esperanza persigues tus sueños. Te acuestas con ellos y fugaz, el ala negra te los arrebata.¡Aprisa¡ ¡Aprisa¡ su bestial espíritu para el mal ya se acerca. Huye. No más degradación. No más humillación. No más muerte en vida.

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