sábado, septiembre 22, 2012

Un olvido, un recuerdo


El otoño impera en su llegado con un calor agotador. Las primeras estrellas se acogen a la vera de nuestra mirada. Una habitación. Dos mujeres. Un olvido. Un recuerdo.


YY:
Presiento que mi torpeza arañe nuestra amistad, nuestro amor.
XX:
¡Qué dices! No eres torpeza. Y nuestro cariño no lo puede dañar nada.
YY:
(mirando al vacío)
Me siento decaer. Ya sabes lo que me han diagnosticado. Ese olvido, olvido del aliento a tomar cuando se dirigen a mí. Dentro de poco, no se cuando no recordaré estas calles, esta atmósfera que me envuelve. No te hallaré a ti. Me sentiré como extraña en un nuevo mundo, donde los sentidos son corriente del instante.
XX:
(la mira, la observa y se siente estremecer. No sabe que hacer por ella)
Que puedo hacer por ti. Dímelo.
YY:
Nada. Solo anhelo la muerte antes de…No quiero que me cuides ni que nadie me toque. Asearme, vestirme y todo lo que ello conlleva. Que terrible es a veces la vida.
XX:
No. No
YY:
Si. Vivir en una nube con cosas raras manoseándote. Te imaginas. No soporto esa idea me produce dolor, angustia.
XX:
A lo mejor no llegas a…Dale tiempo al tiempo.
YY:
(grita)
¿Tiempo al tiempo? Cuando no pueda actuar por mi misma, decir que si, que no, que yo que se.
XX:
Te entiendo.  Pero que vas hacer, yo te quiero. Siempre estaré a tu lado.
YY:
A mi lado…Sacrificar los años de tu vida por mi. No. Jamás permitiré que tu y nadie me mire cuando la sombra negra del olvido recorra mis venas.
XX:
Adiós amor mío.
YY:
Perdóname pero si. Adiós amor mío. Necesito descansar.

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