Viento, viento de belleza sin forma 
Galopa tras los cristales de una luz 
Que el crepúsculo anuncia como acabada. 
Intangible en su fuga es incorruptible 
Sonido de la madre naturaleza 
En su hegemonía intocable. 
Viento, viento que se destrenza resquebrajando 
Los difuntos sueños del nocturno. 
Nos eleva con sus bocanadas de caricias 
Por un despertar cuyo girar y girar 
Siempre es llama de aguas nítidas 
Como elixir de barrancos arriba 
Hasta colonizarnos con una endecha 
Que constelada es eco del cosmos. 
Viento, viento cuyo grito tierno
Con el sigilo de nubes dibujadas
Al son de sus manos es ruta 
De aves consumiendo sin pretexto 
Los latidos de la fragancia de las flores
Que da brío a esa esfera flotante 
De rayos uniformes broncíneos
Que llegarán, llegarán 
Cuando su silbo tallé la mudez.
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