Un manto de nubes verdes besa tus labios
Al no hallar hojarasca que te aíslen. 
Te dejas llevar por el radiante circular de las horas 
Envolviéndote  en el acogedor abrazo de la vida, 
Rastreando ese desierto donde los vergeles nacen 
Cuando despiertas llamas de esperanza. 
¡Qué bella estás así¡
Sí, eximiendo precipicios bajo cataratas de dorada mieles,
Desterrando la pena en salones de sábanas blancas,
Descolgando ese sepulcro que te acecha en hogueras 
De donde aflora la plateada. 
¡Ay esa dichosa luna¡
Te lleva por la majestuosa danza de ballenas 
Hechizando  en ti el ronroneo de las olas
Que te llevan, que te traen por la penetrante atmósfera de la esperanza. 
Tú eres ese viento que se desvanece cuando los enamorados 
Corren tras el follaje. 
Tú eres esa lluvia que goza de los cuerpos desnudos 
Cuando se aman. 
Tú eres ese árbol que da cobijo al amor en la intemperie 
Cuando se funde la caricia en los rostros. 
Tú eres esa colina donde ascienden las manos 
Del sutil beso.
¡Qué bella estás así¡
 
 
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