viernes, enero 21, 2011

Aquella noche(relato)


Entras. Con cuidado la cerradura de mi habitación se abre lentamente. ¿Has vuelto te digo? Has vuelto después de que una noche te sombreara de desgana y te marcharás. Ahora regresas. Bien de callejuelas habrás andado de esquina en esquina orientándote en las miradas. Sí, una mirada que algo te dijera. Aunque sea solo, ¿Cómo estás? Pero ya veo que no, que te han salpicado con los charcos de las lluvias recientes negándote la luz que te guíe ante tus interrogantes. Has tenido que andar sola engullendo cada sombra, cada cafetería como aquella en que nos conocimos. Anda pasa. Pasa pero cierra suavemente la puerta, que ella no interrumpa este momento. Camina, venga. Aproxímate a mí con el balanceo de esa brisa que entra por la ventana. Ya se que tengo que levantarme. Pero no insistas. Acuéstate aquí conmigo, llevas tanto frío… y la cama está tan calentita en este duro invierno que tal vez antes de comenzar de nuevo deberías acurrucarte, liarte a mi cuerpo. Conozco tu timidez, esa timidez de cuerpos que se tienden en una barca y se dejan llevar por la marea hasta que las redes de alguien más valiente, más seguro lo cubran y se entregue. Camina, venga. Aquí estoy. Te llevo esperando no se cuantas lunas, pisoteando cada estrella con una incierta tristeza de si te quería o no. Pero si. Sí, te quiero y aquí estoy como me dejaste aquel nocturno.

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