sábado, agosto 27, 2011

Mujer que navega....

Navega en nubes de plata aunque la noche era fría, era fugaz desenlace de su partida a otros lugares donde las palabras no son vacías cuando la mirada se cruza por sus pasos. Con una sutil calma vagaba por tierras extrañas iluminadas de un sol y una luna de dulces arco iris. Se perdía en cada piel buscando esa alma que con la tranquilidad del beso era cuna del sexo hasta que el agotamiento los hiciera renunciar al sudor, a los besos prestados. Después parecía morir, si con la puesta del astro rey era tumba de donde emanaba rosales cuya caricia era sangre que se derramaba sobre ella. Pero de nuevo se elevaba, si navega en nubes de plata esperando sustraer de cada reconditez la sonrisa que la hiciera nacer. Sus manos de alas, sus piernas de yeguas le alumbraban nuevos caminos donde la belleza y balas de espuma reponían su esperanza. Dichosa ella era auge de roques donde a veces descansaba, acobardaba sus fuerzas y reposaba. ¡Qué paisaje¡ Maravillada erguía su cuerpo desnudo y lanzaba un grito de paz, de sosiego hasta que su eco moribundo la acogía en su nuevo partida, ese nuevo viaje por los confines de la bondad, del amor.

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