Y si brincas en el aliento de los astros. Y si te convences
de que puedes reír en el circular de tus piernas por orbitas celestes. Y si
avanzas con el canto acogedor de las aves que rozan tu piel. Y si vienes…no sé,
conmoverás los acantilados donde tus brazos se alzan en caída libre hasta las
profundidades de un océano paciente, tranquilo, amparo de aquellos que se
vuelcan por la vida. Y si esbozas un garabato bajo las calmas nubes huídas de
la brisa suave a ras de tu rostro, tal vez, las penas se estanquen en corretear
de aguas nuevas por los barrancos que eres descenso hasta hallar ese eterno
canturrear de las olas. No sé, solo te digo eso, que si pudieras levantar el
ánimo las emociones sibilinas vendrían a ti. Ahora acuéstate, la noche sedienta
nos invade con su corpulencia de sutiles tonales al son de la serenidad…quizás
sueñes, quizás te invada las ganas de alzar tus sentidos y ser libre, libre…
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