miércoles, octubre 20, 2010

La danza

¿Cómo bailabas? Entre hogueras que se desencadenaban a ras de la plateada. Con las pardelas circundantes ovacionando con sus gemidos cada movimiento, cada belleza que explotaba en tu pasión por la danza. Velos de nostalgias te cubrían. Persuadiéndote de ser habitada por los quebrantos que ahora te atosigan, te acosan rompiendo toda tu esencia. ¿Por qué?, te preguntas. Por qué ahora te introduces por en ese vagón que te llevará por unos raíles oxidados hacía el fin. Todo se acabado. La vejez que se deposita en tus piernas, en tu rostro, en tu corazón hace que te sientas cansada. Cansada de que, te digo. La vida continúa. Solo la muerte puede distanciarnos del gentil aliento que deja tu cuerpo mientras danzas. Tu movimiento sinuoso, sutil, sereno, lento, bello. Eras la perfección inmortal emparejada al viento. Y te digo, te sigo diciendo: eras la perfección inmortal emparejada al viento. Sí, el viento. Déjalo que actúe al compás de tus pasos. El te desnuda desvaneciendo ese velo que solo es pena, recuerdos. Si te fijas en su mirada verás el ahora, el ya y podrás bailar con el izar de tu espíritu. Si tu espíritu. Cuando te mires a un espejo y veas tu imagen reflejada fíjate en el. Esa aura patrón de tu elevación. Ya es hora. Hora de seguir danzando con los astros que se columpian en el universo.

No hay comentarios: