Oscuridad. 
Nube que se alza por los acantilados de tu nombre
Cuando la espesa llovizna es sombra de un piano 
Que se deja ir por la danza desnuda de tu cuerpo. 
Te meces en el sentido de los vientos alisios 
Como hoja seca que se desnutre de su verde 
En el deseo de ser beso de sus labios. 
Oscuridad. 
Un parque vacío en el angosto sueño de sus bancos, 
Una charca que invade cada suspiro elevado 
A las entrañas de tu vientre 
Cuando te descompones en el que será,
¿Qué será de ella?
Ella, ráfaga furiosa de enigmas 
Que se baila y baila bajo cipreses erupcionados 
Al son de la espera. 
Oscuridad. 
Sobre tu hombro se apoyan alfileres 
Que penetran, que se hunden en  tu alma 
Como guitarra quebrada 
Mientras en el horizonte un pinzón azul
Es naciente que recurre a la esperanza 
De ser amante de sus senos, de sus manos 
En el paso de las estaciones. 
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